Buenos Aires, 27 septiembre (PR/19) — La comunidad rural en
Argentina reclama energía, infraestructura y reglas claras para
proyectarse en el futuro.
Así lo consignó hoy el secretario de Agricultura de Santa Fe en
la jornada “El campo que viene” en un hotel céntrico de Buenos
Aires con una decena de expositores, organizada por Infobae.
“El complejo agroindustrial de Santa Fe es el más competitivo
de Argentina y del mundo y el biodiésel es el máximo de valor
agregado que damos a la soja”, dijo el funcionario al señalar que
“en Argentina debemos discutir cuestiones trascendentales y no
quedar en la coyuntura”.
Por su parte, Alberto Morelli, presidente de Maizar, asociación
que nuclea a la cadena de valor de maíz y sorgo argentinos sostuvo
que “le pedimos al Gobierno el control de la economía que es
fundamental para generar negocios”.
También señaló que “los privados tenemos que acompañar al
Estado en la apertura de mercados” y enfatizó que el sector
agroindustrial “aporta exportaciones de ganancias netas, aporta
los dólares reales. Tenemos que trabajar con el desafío de acabar
con la pobreza”.
En tanto, Juan Farinati, líder de Operaciones Comerciales de
Bayer Crop Science Cono Sur, expresó que “el agro es el sector que
en los últimos 20 años ha tenido una evolución fenomenal. Una
tonelada necesita menos del 30% de agua de lo que se necesitaba
hace dos décadas”.
“La evolución es tal que hace 25 años, el tomate no duraba y se
tiraba en góndola, ahora se conserva cuatro veces más lo que hace
a la reducción de desperdicios de alimentos”, añadió el directivo.
A su turno, Julio Calzada, economista y director de
Informaciones y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de
Rosario se mostró “terriblemente optimista” por el futuro al
analizar que las “posibilidades que tiene la Argentina en
agroindustria son enormes”.
“Desde el campo y la agroindustria tenemos que ayudar a otros
sectores como el desarrollo de la industria del litio, Vaca Muerta
y la economía del conocimiento para generen divisas”, explicó.
Juan Balbín, presidente del Instituto Nacional de Tecnología
Agropecuaria (INTA) desestimó “volver al pasado” y señaló que las
“últimas Juntas nacionales de granos que se cerraron fueron en
Canadá y Australia. Volver atrás es imposible”.

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