Buenos Aires, 7 enero (PR/20) — Por Jorge Day, economista del Instituto IERAL de la Fundación Mediterránea.           Demorado impulso brasileño a favor de las economías provinciales argentinas. Con una participación de 19% sobre el total de exportaciones argentinas, Brasil tiene alto impacto sobre la economía nacional y, particularmente, sobre provincias como Buenos Aires, Córdoba, Río Negro y Mendoza

Luego de una profunda recesión en 2015 y 2016, la economía del vecino país se ha recuperado de un modo muy gradual, a un ritmo apenas superior al 1% anual. Se espera que en este 2020 el mercado interno brasileño tenga mayor dinamismo, aunque posiblemente el tipo de cambio bilateral entre el peso y el real no favorezca tanto a las exportaciones de nuestro país

En 2019, la variación de las exportaciones de productos regionales a Brasil registró un comportamiento heterogéneo. Hubo aumentos significativos, caso de la malta, papas preparadas, trigo, pasta madera, arroz, porotos y aceitunas. En cambio, las exportaciones de 2019 fueron inferiores a las de 2018 en los casos de leche, leche en polvo, peras, manzanas, ajo, aceite de oliva y ciruelas secas

Para nuestro país, Brasil es un cliente ideal, dado su gran volumen de compra, su cercanía, y las ventajas arancelarias que proporciona el Mercosur. Su impacto sobre las economías regionales es bastante heterogéneo, puesto que sus compras están concentradas en Buenos Aires y en unas pocas provincias más. A continuación, presentaremos cómo evolucionaron las importaciones brasileñas de productos argentinos durante 2019, y las perspectivas regionales para el presente año.
Contexto brasilero, con una mirada argentina.

Las compras brasileñas de productos extranjeros dependen principalmente de dos factores: sus ingresos y cuán caro está Brasil con respecto al resto del mundo. En cuanto a los ingresos, Brasil es una de las mayores economías del mundo (compra grandes volúmenes), pero su dinámica no ha sido buena en los últimos seis años. Hasta 2013, Brasil era una economía pujante, luego sufrió dos años de recesión, y a partir de ahí se ha recuperado lentamente. En 2019 su PBI terminará creciendo un 1%, y para 2020 se estima que lo hará a un ritmo mayor (2%).
Para saber si Brasil está caro o no, se recurre a su tipo de cambio real. Con respecto al dólar estadounidense, la tendencia es creciente, lo cual implica que Brasil se va abaratando con respecto a EEUU, favoreciendo sus exportaciones, no así sus importaciones. En comparación con Argentina, Brasil se había abaratado fuertemente, hasta fines de 2015, y a partir de ahí, ha cambiado la tendencia, explicado por las devaluaciones en nuestro país. Las estimaciones apuntan a que en 2020 esa ventaja se iría perdiendo gradualmente.

En ese contexto, se explica en buena parte la dinámica de las importaciones brasileras. La recesión 2014-16 causó una fuerte caída en sus compras de productos extranjeros, y luego su recuperación ha sido más lenta. En lo que va de 2019, las importaciones brasileras totales se han mantenido relativamente estables, mientras que disminuyen un 4% las de productos argentinos, a pesar de que los precios en dólares en nuestro país han disminuido.

Influencia brasileña sobre economías provinciales
En 2018 Brasil representaba el 19% de las exportaciones argentinas. Desde una perspectiva regional, se destaca por lejos Buenos Aires (31% de sus expos van a Brasil), principalmente autos, y luego lejos, materias plásticas y trigo. Le sigue Río Negro (22%, casi todo peras y manzanas), Mendoza (22%, con ajo, vino y productos agroindustriales, como aceite de oliva), Córdoba (20%, autopartes, autos y trigo), Tucumán ((17%, autopartes) y Misiones (17%, pasta para papel, basada en su actividad forestal).

El principal bien exportado es automotor, una industria en donde Argentina goza de las ventajas arancelarias del Mercosur. El intercambio con Brasil se ha logrado luego de un consenso entre ambos países. Con respecto a economías regionales, hay una variedad de productos que se envían a Brasil, aunque pesan poco en el global exportado.
Como se mencionó al inicio, en diez meses, las exportaciones a Brasil han declinado un 4% en dólares. Desagregando por productos, los vinculados a la actividad automotriz han caído un 7%, sector que aparte ha sufrido una fuerte merma en sus ventas en el mercado interno.
También ha habido una caída en trigo (-3%) y en el resto de los productos argentinos importados por Brasil, salvo combustibles que aumentó un 4%.

En realidad, ha sido bastante heterogéneo el desempeño en los distintos sectores. Unos suben y otros bajan. En otros productos de la región Pampeana, hubo varios casos con mayores ventas a Brasil (malta, papas preparadas, harina de trigo y quesos, entre otros).
Algo similar con algunos productos del NEA (pasta de madera y arroz).

En el Alto Valle, exportaron menos en frutas. En Cuyo también tuvo noticias variadas, con mal año en ajo, aceite de oliva y ciruelas secas. Y en el NOA hubo un mejor desempeño en porotos.

¿Por qué esta heterogeneidad? La recuperación lenta de la economía brasilera marca la evolución general de sus importaciones. Pero al entrar en cada producto, se producen las diferencias. Por ejemplo, la lenta recuperación se traduce en mayores caídas en bienes de consumo durable, como autos, cuya importación ha caído más, no sólo de origen argentino, sino del resto del mundo. En cambio, las menores exportaciones de frutas están más vinculadas a menores cosechas (y cultivos que se van abandonando).
¿Cuáles son las perspectivas para el presente año? Se deben tener presente los factores brasileños y los argentinos. En cuanto a Brasil, crecería un poco más que el año pasado, y por ende, similar dinamismo con sus importaciones. Por el lado argentino, es probable que se vaya encareciendo, no sólo porque el dólar oficial (y el real) se vayan rezagando con respecto a la inflación, sino además se han elevado los impuestos para exportar (retenciones). Y una posible mayor brecha entre el dólar oficial y el paralelo contribuyen a cerrar la economía, generando costos más altos en nuestro país. Resumiendo, un poco más empujarán las compras brasileras, pero las dudas están por el lado argentino.
En ese contexto, la duda es si podrán aprovechar la eventual recuperación brasileña las provincias más dependientes del vecino país, caso de Buenos Aires (autos), Córdoba, el Alto Valle y Mendoza.

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Fuente: IERAL de la Fundación Mediterránea