Buenos Aires, 10 enero (PR/20) — Por Néstor Sargiotto. La decisión del Gobierno Nacional de incrementar los controles al ingreso de productos importados marca un giro de 180º en la política de apertura comercial encarada por el país en los últimos cuatro años.

Si bien, al menos por ahora, las restricciones anunciadas por la Secretaría de Industria no incluyen bienes vinculados a la industria de la maquinaria agrícola, la sola publicación de la Resolución 1/2020 abre las puertas para nuevas medidas en esa dirección.

De hecho, entre los argumentos esgrimidos por los funcionarios nacionales para incrementar el monitoreo a la importación se destacan, por un lado, la necesidad de establecer medidas de protección para la industria local en momentos de fuerte caída de la actividad; y por el otro, minimizar el drenaje de divisas que supone el ingreso de bienes que pueden ser fabricados en el país.

Ambos ítems tocan de manera directa a la industria de la maquinaria agrícola, un segmento de alto impacto productivo en zonas claves del interior, que en los últimos años arrojó un fuerte déficit en su balanza comercial.

Protección

Cabe recordar que hasta 2015 la industria de la maquinaria agrícola contaba con un sistema de protección al ingreso de bienes importados, especialmente en segmentos cubiertos por la fabricación local.

Esas barreras fueron reducidas sustancialmente durante el gobierno de Mauricio Macri.

También se diluyeron las exigencias (y controles efectivos) en lo que se refiere al porcentaje de componentes nacionales requeridos para acceder al financiamiento oficial.

Giro

El drástico giro en la política comercial exterior genera controversias dentro y fuera de la industria.

Habrá que ver si se trata de una medida de emergencia para “salvar” dólares en momentos de fuertes restricciones en la oferta de divisas; o si los cambios en el paradigma productivo llegaron para quedarse.

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Fuente: Maquinac