Por Zorraquin + Meneses y Asociados

Quién paga la fiesta: en las primeras medidas de orden económico del nuevo gobierno va quedando claro que algunos sectores son los elegidos para “pagar la fiesta”. Y mencionamos el término “fiesta” porque ese es el mensaje que se quiere instalar. Imponer la idea que en el gobierno anterior hubo un derroche en las cuentas públicas orientado a favorecer a unos pocos a costa de someter a otros a la pobreza. Y que para ordenar las cuentas hay que hacer que “los que más tienen” paguen muchos más impuestos para que el gobierno “redistribuya” y pueda cancelar las deudas financieras y sociales contraídas por el país. El sector agropecuario ha sido uno de los elegidos para pagar más impuestos. A nivel nacional con un fuerte aumento de los Derechos de Exportación y con un desdoblamiento cambiario que aumentará los costos de producción; a nivel provincial con un aumento de impuesto inmobiliario e ingresos brutos; y a nivel municipal con tasas viales que crecen más que la inflación. Lo cierto es que hace muchísimos años que el Estado argentino gasta más de lo que puede. Ha subido el 50% el gasto público y en similar medida la presión fiscal y sin embargo la pobreza y el déficit fiscal se mantienen firmes. Quizás llegó el momento de probar algo diferente, como por ejemplo bajar el gasto público y los impuestos en serio, o al menos tener un plan para hacerlo. Los primeros pasos del gobierno generan serias dudas que esto vaya a ser así.

> El efecto anestesia y la realidad: existe una combinación de factores que hacen de “efecto anestesia” sobre los productores: la cosecha fina que termina siendo mejor que lo esperado, un veranito de precios por causas internacionales, las precipitaciones que van “acompañando” a la gruesa luego de un inicio por demás incierto y seco, sumado a la falta de impacto de las medidas por no estar plenamente vigentes en medio de una campaña lanzada, hacen que no se tenga dimensión real del impacto del paquete impositivo total (nacional, provincial y municipal). Eso ha hecho que los márgenes de rentabilidad teóricos no hayan tenido tanto deterioro como el esperado. Es posible que el mayor impacto de las medidas se perciba recién en la campaña 2020-2021 donde esté en vigencia plena el nuevo esquema económico. Lo que no se ve ahora, ni en el gobierno ni en parte de la sociedad, es lo que se deja de ganar y el enorme daño que genera en el mediano plazo en los niveles de inversión y aplicación de tecnología del sector este tipo de medidas. Lo que tampoco se ve es el duro golpe que recibirán las producciones más alejadas de los puertos. Se va a producir, una vez más, una transferencia de recursos de un sector muy competitivo a otro sector (el gasto del Estado) que no es competitivo. Si existiera la percepción que esto es “por única vez” o que con esta transferencia de recursos se corrigen en serio los problemas fiscales, quizás podría existir más optimismo. Pero estas medidas suenan a historia conocida y con un final previsible.

> La producción sigue: a pesar de todo, se va a seguir sembrando, ordeñando, produciendo carne y muchas cosas más. Porque eso es lo que se sabe hacer y lo que en general ha resultado mejor para las empresas. Pero con menos estímulo a seguir creciendo y arriesgando y más planteos empresarios defensivos. Y aunque el discurso oficial refleje lo opuesto, los primeros perjudicados van a ser los pequeños productores a quienes se dice defender. El agro no es un sector de terratenientes millonarios que se dedican a contar dinero. Es en su mayoría una suma de personas acostumbradas a vivir de su trabajo, dispuestas a arriesgar y con una fuerte vocación productiva e innovadora. Con empresas que generan mucho empleo directo e indirecto. Aunque a la clase política le parezca que su principal rol es “aportar dólares”.

> Qué hacer como empresarios ante este escenario: revisar los planes productivos. Priorizar las inversiones a realizar. Hacer un manejo lo más profesional posible de las finanzas. Reforzar la producción por ambientes. Ajustar costos improductivos o de bajo retorno. Revisar criterios de competitividad. Mantener informados a los socios (y a la empresa familiar) para mantener armonía de criterios y de toma decisiones consensuadas. Y poner en marcha todos los “anticuerpos” que hemos generado en tantos años para sobrevivir, una vez más, a políticas poco convenientes para el agro.

> El caso Vicentin / BLD: más allá de lo que pensemos de cada caso y las causas por las cuales se produjeron, nos parece importante marcar el impacto que eventos de estas características tendrán en la cadena, resaltando que seguramente no hemos visto aún todo el efecto dominó. Cuando suceden caídas de esta magnitud se genera un faltante de dinero, y el mismo es de alguien (productores, acopios, corredores, exportadores, bancos, etc.). Por más reestructuración de deuda que se genere, en el corto plazo el dinero no está, y los distintos afectados tratan de diluir, puertas adentro, el impacto que les generó. Es decir, si la dimensión del problema es de 100 o 1.000 M U$S, a alguien le faltan. La pregunta es a quien y si los afectados pueden soportar este efecto dentro de las empresas o si el mencionado efecto dominó derramará a otros eslabones. Lo concreto es que esa cifra no está en la cadena, y alguien la va a sufrir.

>Ruidos en la cadena: llama la atención lo mencionado por el Centro de Empresas Avícolas y por la Cámara Argentina de Feedlot, referido al posible faltante de maíz para abastecer a sus negocios.
https://www.lanacion.com.ar/economia/campo/tension-mercado-avicolas-feedlots-advierten-falta-maiz-nid2324729 
No queda claro si este aviso es porque estiman que no podrán adquirirlo en el mercado interno y le están pidiendo al gobierno que intervenga para “obligar” a que les vendan, o porque el temor es que consigan el maíz más caro y eso impulse los precios de ambas carnes en el mostrador, potenciando la actual inflación de la economía. Lo mismo podría mencionarse respecto al trigo y la industria molinera. Ojalá los distintos eslabones se sientan parte de la misma cadena y entiendan que la solución de uno no pasa por el perjuicio del otro.

> Asambleas de productores, el enojo va en aumento: son varios los tractorazos y asambleas que se van realizando y el enojo va creciendo. Bell Ville, Jesús María, Río Cuarto, Rosario, Paraná, Córdoba, Saliqueló y Pergamino son algunos ejemplos de lo mencionado. La última Asamblea en la Rural de Pergamino donde asistieron más de 700 productores publicó el siguiente manifiesto
https://www.ruralpergamino.org.ar/sitio/manifiesto-asamblea-pergamino/

> Novedades impositivas y otras:
– El campo quedó excluido, por ahora, de la obligatoriedad de pagar bono de $4000 a los empleados. Lo definirá la Comisión Nacional de Trabajo Agrario.
– Moratoria en empresas MIPYME: podrán incluir deudas vencidas al 30-11-2019
– Bienes Personales: se pagará a partir de los 3 millones de pesos con alícuotas crecientes del 0.5% al 1.25%. Los bienes radicados en el exterior pagarán más.
– Impuesto País: sobre la compra de moneda extranjera se establece un Impuesto de Emergencia del 30% por el término de 5 períodos fiscales.
– Impuesto sobre débitos y créditos: se duplica el impuesto sobre los débitos para los retiros de dinero en efectivo, excepto para micro y pequeñas empresas.
– Reforma fiscal provincia de Buenos Aires: es una reforma amplia y con muchos cambios. Para destacar: aumento del Inmobiliario con máximos del 75%, suba de patentes a los automotores y aumento de ingresos brutos en las terminales portuarias.

> Qué pasó con los precios: (Posición cosecha MATBA/ROFEX):

> Qué pasó con los precios: Cotizaciones MATBA posición cosecha 2019

Los precios en el último mes mejoraron en forma significativa producto de varios factores. El comienzo de acuerdo entre EEUU y China se encuentra dentro de los más relevantes.

> Negocio ganadero: el precio del novillo sigue en valores promedio que van de los 85 a los 90 $/kilo y el ternero de invernada fluctúa entre los 95 y los 105 $/kilo según su peso y calidad (valores similares a los del mes pasado). Las terneras en el orden de los 90 $/kilo aunque con bastante demanda. Los vientres preñados en valores bastante estancados que van de los $32000 a los $40000 según calidad y estado. El aumento de costos debido a la inflación va erosionando los márgenes y hoy los números no cierran atractivos ni para el criador ni para el invernador. Entre los meses de marzo y mayo se genera la mayor oferta de terneros y terneras, por lo que en ese momento sabremos la real tendencia de precios del mercado. La exportación ha seguido operando con buenos márgenes y con una cuota Hilton por arriba de los u$s10.400 la tonelada. Pero se generó en diciembre una alerta por las complicaciones con el mercado chino ya que ha disminuido la demanda por tener altos stocks en ese país, pero además se han retraído los precios (de los 7500 dólares la tonelada a 6000 dólares o menos). Siendo China el principal destino de la carne argentina y representando el mercado de exportación casi un 30% del destino de nuestra producción queda claro que hay turbulencias por delante. En este contexto el aumento de las retenciones a la carne (hoy en 9%) no parece una buena idea. Y la presión a los frigoríficos y a la cadena de aportes “solidarios” nos hace recordar a etapas del ciclo 2011-2015 de intervención nociva en el mercado. Suponemos que no repetirán los mismos errores porque esta industria es competitiva, genera divisas y mucho empleo desde el campo al mostrador. Pero la duda está instalada.

> Negocio lechero: el precio de la leche está estancado o en leve baja. El aumento del precio del último mes fue nuevamente del 2% dando un precio promedio SIGLEA de 16,82
$/litro (el mes pasado fue de 16,43 $/litro) o 248,93 $/kilo de sólido. El aumento respecto a un año atrás es del 81%, valor que, como venimos informando, es alto todavía pero se erosiona mensualmente a un ritmo de 5 a 6 puntos porcentuales. Las exportaciones cayeron un 11% en volumen en el período enero-noviembre 2019 versus el mismo período del 2018. Y hay pesimismo a partir del aumento de los derechos de exportación (la leche en polvo pasó a pagar el 9% de retenciones). Y el consumo interno sigue retraído ya que, según el Observatorio de la Cadena Láctea, el mismo se ubica en 176 litros/hab/año que es un 7,4% menos que en el 2018 (donde era de 190 litros). En este contexto, el presidente de la Nación declaró en una radio que los tambos tienen sus costos en pesos y que no debieran ser afectados por una devaluación. Hay numerosos trabajos que demuestran que aproximadamente el 70% de los costos productivos de la leche están fuertemente relacionados al valor del dólar. Suponemos que el Presidente Fernández hizo esta afirmación por falta de conocimiento del negocio, pero sería importante que el Ministerio de Agroindustria difunda información confiable y fidedigna a aquellos que toman las grandes decisiones en el país. Porque diagnósticos equivocados llevan a tratamientos erróneos

Primicias Rurales

Fuente: Zorraquin + Meneses