Buenos Aires, 22 de febrero (PR/21) .– “Presenté varios informes”, cuenta Marcelo Rossi, ex Director Nacional de Control Comercial Agropecuario, haciendo referencia a su negativa a posibles cambios en la Resolución 21/2017, que establece, entre otras cosas, que no se le puede otorgar matrícula de matarife abastecedor a cooperativas: “Trae distorsiones y competencia desleal, que es la función básica del organismo“, agrega.

El tema fue uno de los disparadores que derivó en el reemplazo de Rossi en la oficina de control del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, que ahora estará a cargo de Luciano Zarich.

En 2017 se introdujeron cambios en dicha Resolución (21/2017) con el objetivo de que estas cooperativas solo puedan brindar servicios de faena a terceros. Un cambio que recibió el apoyo de la Mesa de Ganados y Carnes.

Marcelo Rossi formó parte de Agricultura desde el 2000 hasta marzo del 2017, cuando se disolvió la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCAA). Luego volvió a la función pública con el ex ministro de Agricultura, Ricardo Buryaile, en 2015, hasta el viernes pasado: “A la mañana (del viernes) nos quedamos sin sistemas, se cayó el RUCA”, cuenta el ex Director Nacional de Control en diálogo con Agrofy News.

Lo que no se cuestiona es que el ministro (Luis Basterra) o la jefa de Gabinete (Diana Guillén) decidan que otra persona quede a cargo de la oficina de control, sino que se refiere a las formas, ya que en un principio se enteró a través de las redes sociales: “No creo haber merecido eso después de haber estado 12 años y sin ninguna denuncia”. Al mismo tiempo, destaca el apoyo del ahora ex secretario de Agricultura, Julián Echazarreta, que casualmente renunció el viernes.

Rossi agrega que “la Dirección está parada, lo cual es un disparate”. “Tenemos un promedio de 7.000 trámites mensuales, que abarcan a granos, carnes, acopios, exportadores, son en total unos 70.000 inscriptos (en el RUCA)”. “Está todo suspendido hasta que las nuevas autoridades vean qué quieren hacer”.

Entre los avances en el control comercial agropecuario, destaca la instalación de controladores electrónicos de faena y molienda. Según Rossi, solamente el año pasado se logró evitar la evasión de unos 26 mil millones de pesos en la cadena triguera. Una medida que siempre recibió el apoyo de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), ya que permite transparentar al sector y evitar la competencia desleal.

En cuanto a los controladores de faena, Rossi advierte que todavía resta trabajo para continuar mejorando el control, ya que en muchos sectores en donde funcionan estos instrumentos no hay buena conectividad.

“Son pasos que van a quedar para siempre, claves para la fiscalización y la recaudación. Se hizo un trabajo muy coordinado con las cooperativas y la AFIP. También interactuando mucho con el sector privado, que me parece sale herido con estos cambios”, concluye.

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Fuente: Agrofy News