GEPSA Feeds es una empresa que se creó en julio de 2001 cuando el Grupo Pilar S.A., de capitales nacionales, adquirió a Cargill su industria de alimentos balanceados. A partir de entonces, fue introduciendo innovaciones en programas y productos que la convirtieron en líder del mercado de nutrición animal. Hoy, a punto de cumplir 20 años de trayectoria, el M.V. Carlos Nuin, a cargo de un equipo de 15 nutricionistas, contó a Valor Carne cómo asesoran establecimientos ganaderos para hacer más eficiente la producción bovina cuidando el medioambiente.

Planta de GEPSA Feeds, en Pilar, Córdoba.

Planta de GEPSA Feeds, en Pilar, Córdoba.

“Nuestro foco está en optimizar el uso de los recursos disponibles en el campo del productor. Si cuenta con forrajes y granos, por ejemplo, los analizamos en nuestros laboratorios y le proveemos de la suplementación necesaria, además de formular la dieta con AMTS, un programa informático para alimentar el ganado con precisión”, planteó Nuin, detallando que tanto el software como la línea de productos de GEPSA apuntan a producir con los nutrientes exactos que se transforman en carne, minimizando desperdicios.

AMTS, Agricultural Modelling and Training Systems, fue desarrollado por una firma americana en base al Sistema de carbohidratos y proteínas netas de la Universidad de Cornell y permite predecir los requerimientos y la producción del animal, teniendo en cuenta no solo el aporte de nutrientes de los alimentos, sino también su comportamiento en el tracto digestivo, su utilización y finalmente su excreción.

¿Calcula desperdicios? “Sí, es una de las claves de la eficiencia, que no todos los softwares para formular dietas consideran. Cuando no se miden, no sabemos dónde está nuestro sistema, pero en caso de que haya un exceso de proteína, por ejemplo, el excedente de nitrógeno, además de significar un costo oculto, se excreta por la orina o heces y termina contaminando el medio ambiente, las napas”, alertó. Y detalló: “lo mismo ocurre con otros compuestos, como el metano, propio del metabolismo del rumiante, que se emite por eructación a la atmósfera”.

Por eso, AMTS va más allá, “predice qué parte de la dieta no es utilizada por el animal, o sea, qué es lo que excreta. La idea es que la mayor cantidad de los nutrientes que le aportamos se conviertan en carne, aunque siempre hay una parte indigestible que se desperdicia, por más eficiente que sea el sistema”, dijo Nuin, advirtiendo que para alcanzar los resultados esperados a campo se debe partir de un planteo con genética, sanidad, instalaciones y manejo adecuados.

Nutrición inteligente

El especialista sostiene que conocer la dinámica de la digestión de los bovinos permite comprender cómo se puede intervenir desde la nutrición para reducir esos desechos.

En tal sentido, una característica clave es que, en un mismo animal, convive “un rumiante y un monogástrico”. En sus tres primeros estómagos, hace una digestión fermentativa, gracias a los microorganismos que los habitan. “Es ahí donde se producen residuos que el bovino eructa como metano, uno de los gases responsables del calentamiento global”, subrayó.

Después, a partir de su cuarto estómago, continua la digestión como un monogástrico, en forma comparable a la de un pollo o un cerdo. Las enzimas rompen los alimentos que resistieron a la fermentación previa y a los microorganismos que crecieron en los ‘preestómagos’, para transformarlos en las unidades que se absorben en el intestino.

“Una proteína se convierte en aminoácidos, un hidrato de carbono en ácidos grasos y/o glucosa y una grasa también en ácidos grasos. Todo esto se absorbe y metaboliza de la mano de vitaminas y minerales que actúan como catalizadores”, detalló Nuin, aludiendo a los nutrientes netos que se utilizan para la producción de carne.

Más carne, menos desechos

¿Cómo arman la dieta? “Bueno, como comenté, primero analizamos los alimentos que tiene el productor en su campo, el silo, el maíz, el rollo. Si hablamos de un grano, parece que todo fuera igual, pero el porcentaje de grasa o proteína puede variar y, con ello, las unidades que efectivamente se aprovechan”, afirmó.

A su vez, con la línea de productos de GEPSA se busca lo mismo, o sea, alimentar con lo que el animal realmente precisa para producir. “Hace ya unos años, en 2005, fuimos los primeros en el país en brindar proteínas baipás, a base de soja, para bovinos”, recordó. ¿Qué significa esto? “Son proteínas protegidas, compuestas por aminoácidos. Entonces, el suplemento pasa intacto por los primeros estómagos, los ‘baipasean’, evitando la fermentación ruminal, que hace a la emisión, y se absorbe directamente en el intestino”, argumentó.  Así las cosas, estos “productos permiten usar menos cantidades, bajar costos y, a la vez, minimizar el impacto ambiental”.

¿Ahorran suplementos? “Sí. Por ejemplo, si en lugar de suplementar la recría con 13,5-14% de una fuente de proteína basada en urea, uso una dieta con 11,5% de proteína baipás, logro los mismos resultados productivos y disminuyo la emisión de nitrógeno”, indicó. En ese sentido, advirtió que “la urea, que es nitrógeno no proteico, primero fermenta en el rumen con la consiguiente emisión y recién ahí pasa al intestino. El impacto es distinto”.

Por último, prosiguió, “balanceamos las dietas con AMTS en función de los aminoácidos requeridos por el animal y no por proteína, o sea, considerando cuántas unidades de esos aminoácidos necesita el animal por unidad de energía. Lo mismo ocurre con los demás nutrientes, es una diferencia importante con respecto a otros softwares que hay en el país”.

El programa ayuda al nutricionista a usar toda esta información y a calcular lo que necesita el animal, en función de los productos buscados. Y no solo predice los kilos ganados sino cuánta grasa se puede depositar con una determinada dieta. Es algo posible de manipular, armando la receta”, aseveró Nuin, resaltando que otra ventaja de este modelo es que se actualiza constantemente según los últimos conocimientos científicos.

¿Y si el ganadero tiene su nutricionista? “El software está disponible para los clientes que asesoramos, con nuestros especialistas. Ahora, si el productor tiene su propio técnico, también podemos trabajar con él. AMTS es de distribución mundial, nosotros lo comercializamos en Sudamérica y hacemos capacitaciones para su uso e interpretación”, anunció.

De cara a la sociedad

Para el MV Carlos Herrera, Coordinador  de marketing de la firma,  todas estas “Soluciones GEPSA” van más allá de maximizar el aprovechamiento de los recursos, transformándolos en carne, y apuntan a contar con pruebas sobre la responsabilidad de los ganaderos en el cuidado del ambiente.

“Buscamos ayudar a los productores a mantener los gases de efecto invernadero bajo control y, para ello, AMTS incluye un informe de emisiones. Pensamos que esta problemática debe contrarrestarse desde la ciencia y, en ese sentido, nuestro reporte muestra cómo el empleo de dietas exactas puede reducir contaminaciones. Es una herramienta que, además de brindar eficiencia, contribuye a rendir cuenta de la sustentabilidad de nuestros sistemas productivos”, finalizó Herrera.

Por: Ing. Agr. Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne

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