Buenos Aires, 3 de marzo (PR/21) .– La Representación del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura en Argentinay la CIAO tienen el agrado de invitar a Usted, a su equipo técnico y a quien usted considere oportuno, al acto de firma del acuerdo de Cooperación Técnica, referente al desarrollo de “Regiones sostenibles y Producción Orgánica”.
Dicho convenio será firmado por el honorable Sr Paulo CezarKohlrausch, Prefeito de Santa Clara do Sul Prefeitura de Santa Clara do Sul, el honorable Sr Maciste Alejandro Díaz Abad, Gobernador Regional de Huancavelica
Gobierno Regional de Huancavelica , con la intervención y colaboración de las representaciones de
IICA Argentina, Brasil, Perú y la Presidencia de la JD de la CIAO. Por la importancia del acuerdo técnico, firmará por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, el honorable Sr Manuel Otero, Director General
Durante 2019-2020 se sembradas 150 hectáreas de cebada agroecológica y, para 2023, Quilmes proyecta alcanzar las 1.500 ha
Buenos Aires, 24 de febrero (PR/21) .– Productores de Tres Arroyos –Buenos Aires–, que cuentan con el asesoramiento de la Chacra Experimental Integrada Barrow, abastecen del cereal a Cervecería y Maltería Quilmes. A su vez, especialistas del organismo aportan los principios de la agroecología para rediseñar el campo experimental de cebada de la empresa. Una articulación que promueve la sustentabilidad en el país.
La Chacra Experimental Integrada Barrow (Ministerio de Desarrollo Agrario de la Provincia de Buenos Aires) lleva adelante estudios vinculados a la producción agroecológica en sistemas de gran escala desde hace nueve años. Esos sistemas se caracterizan por la baja a nula aplicación de insumos químicos, el aumento de la biodiversidad y el fortalecimiento de los ciclos biológicos, entre otros.
En este sentido, la empresa Cervecería y Maltería Quilmes que tiene a la sustentabilidad como parte fundamental del negocio y busca generar un triple impacto positivo en la sociedad: económico, social y ambiental, se acercó al INTA, un organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, en busca de conocimiento y experiencia.
Así, por un lado, se busca rediseñar el Campo Experimental que tiene la compañía en Tres Arroyos –Buenos Aires– y, por el otro, impulsar la agricultura regenerativa a partir de la adquisición de cebada agroecológica producida por nueve productores de Cambio Rural.
“A partir de las primeras reuniones que tuvimos con Cervecería y Maltería Quilmes nos planteamos comenzar a trabajar colaborativamente para impulsar la agricultura regenerativa, acompañarlos en el proceso de adaptación del Campo Experimental de Cebada de la compañía y brindarles asistencia técnica y profesional para adaptar las variedades existentes de cebada a los sistemas productivos agroecológicos”, explicó Martín Zamora –coordinador nacional de Agroecología del INTA–.
El INTA y Cervecería y Maltería Quilmes firmaron un primer convenio para realizar una serie de experiencias, con el acompañamiento técnico y profesional del INTA, para producir cebadas agroecológicas que no dependan de insumos externos y que se encuentren en sistemas productivos que busquen la regeneración de los recursos naturales: una agricultura agroecológica regenerativa. “Los primeros cultivos se comenzaron el año pasado y recién este año comenzaron las primeras pruebas con cebada”, indicó Zamora.
Por su parte, el gerente de Investigación y Desarrollo de Cervecería y Maltería Quilmes, Antonio Aguinaga, expresó que decidieron trabajar con el INTA “por su amplia experiencia en esta línea de trabajo” y no dudó en asegurar que “en Barrow hay profesionales excelentes y estamos muy contentos con lo que se hace diariamente”.
En ese marco, se propuso la realización de corredores biológicos: sembrar algunas especies que produzcan flores y puedan atraer a polinizadores y controladores biológicos. A su vez, se pensó en la realización de visitas periódicas para el seguimiento, análisis y recomendaciones de manejo para el sector agroecológico del campo experimental.
“La cerveza nace en el campo. Somos una agroindustria donde la cebada es fundamental para nuestro negocio. Por esto, el compromiso con la agricultura sustentable es central en nuestra plataforma de Sustentabilidad. Para alcanzarlo, implementamos el mejoramiento genético de la cebada para la adaptación al cambio climático y acompañamos a los productores agropecuarios en la transición regenerativa para impulsar buenas prácticas agroecológicas”, señaló Aguinaga.
El objetivo propuesto por el INTA es el de “realizar el acompañamiento de los productores en transición agroecológica que formen parte del programa de agricultura regenerativa de la Cervecería y Maltería Quilmes y evaluar la evolución de los sistemas productivos en base a diferentes indicadores, que puede ser el balance de nutrientes, el análisis de la calidad del suelo, el aumento de la biodiversidad vegetal, entre otros”, explicó Zamora.
“Avanzar hacia sistemas que busquen la regeneración de los recursos naturales y permitan lograr producciones de calidad es fundamental”, indicó el especialista del INTA y agregó: “Cervecería y Maltería Quilmes expresó su interés en lograr la eliminación del uso de insumos químicos y desde el INTA aportaremos en esa línea”.
Es fundamental avanzar hacia sistemas que busquen la regeneración de los recursos naturales y permitan lograr producciones de calidad.
Cebada regenerativa: el futuro de las producciones de cerveza
A la par de la articulación con la empresa, el INTA avanzó en otro convenio para la producción de cebada agroecológica regenerativa en campos de 9 productores pertenecientes a dos grupos de Cambio Rural. “Durante la primera etapa (2019-2020) fueron sembradas 150 hectáreas de cebada y Cervecería y Maltería Quilmes proyecta alcanzar las 1.500 hectáreas para 2023”, señaló Zamora, que también coordina el Área de Investigación del INTA Barrow.
En relación al trabajo realizado, Zamora señaló que “en algunos lotes, se hicieron distintos ensayos de densidad de siembra, inoculantes, cura semillas biológicos y, a su vez, cada lote proviene de diferentes historias de antecesores y manejo”. Y agregó: “Luego, tendremos que evaluar la campaña, los rendimientos obtenidos y la calidad y resultados de los ensayos, y planificar la próxima campaña”.
En esa línea, explicó que también lo ven con los casos de cultivares de cualquier especie que tienen un alto potencial de rendimiento, pero son muy susceptibles a enfermedades y hay que hacer al menos dos aplicaciones de fungicidas.
Desde la empresa creían que eso no era lógico y el año pasado comenzaron las primeras consultas con el INTA. “Con estos proyectos, hablamos de recuperar las condiciones agroecológicas de los sistemas agrícolas para esperar una producción de cebada por muchísimos años más”, explicó Aguinaga. Y agregó: “Es un objetivo genuino porque la articulación entre empresas y el INTA es beneficiosa para el país. Restaurar los ecosistemas es pensar a futuro”.
.Trabajar la agroecología: un compromiso de largo plazo
Cervecería y Maltería Quilmes es una compañía con 130 años de historia en Argentina y está comprometida con la preservación del medio ambiente y la prosperidad de sus comunidades para continuar elaborando bebidas durante los próximos 100 años.
En esta línea, Vanesa Vázquez, gerenta de sustentabilidad de Cervecería y Maltería Quilmes, destacó: “La sustentabilidad es el negocio y es la que nos permite seguir creciendo. Esto significa que para Cervecería y Maltería Quilmes la sustentabilidad forma parte de la toma de decisiones de la compañía”. A su vez, indicó que hace 130 años están “comprometidos con el desarrollo sustentable para crear valor económico, cuidando y regenerando el ambiente e impulsado el desarrollo de la comunidad”.
Además, explicó que “dentro de nuestra plataforma 100+ Sustentabilidad trabajamos bajo cinco compromisos a 2025, y uno de ellos es Agricultura Sustentable, donde buscamos que los mil productores agropecuarios que cultivan cebada, lúpulo y maíz para hacer nuestras cervezas estén conectados, capacitados y fortalecidos”, y agregó: “Acompañamos a los productores agropecuarios en la transición regenerativa e impulsamos las buenas prácticas agroecologicas que permitan restaurar los suelos, reducir el consumo de agua y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)”.
Aguinaga, además, consideró que “es necesario transformar la manera en la que actualmente se produce para actuar por la sustentabilidad de los suelos y detener el cambio climático”, y aseguró que “esforzarnos para recuperar la biodiversidad no sólo impactará positivamente en el ecosistema agrícola y el planeta, sino también mejorará la productividad de los suelos con una mirada a largo plazo”.
A su vez, puntualizó: “La compañía está absolutamente comprometida en liderar este cambio como también lo hizo al convertirse en la primera compañía de consumo masivo en la Argentina en utilizar 100 % energía eléctrica renovable”.
Asimismo, explicó que “la Argentina está muy avanzada en muchas de las cosas que se hacen: en todo lo inherente a tecnologías en el campo somos pioneros a nivel mundial y la agricultura regenerativa no es la excepción”.
Por último, Aguinaga ponderó el dato de que 1 de cada 4 cervezas que la compañía produce en el mundo están elaboradas con cebada de la provincia de Buenos Aires. “Por eso, este proyecto es tan importante y generará un impacto muy positivo”, señaló.
Buenos Aires, 12 de febrero (PR/21) .– El mercado global demanda alimentos que promuevan una agricultura y su agroindustria sostenible. Hacia finales de 2020 se registró un incremento del 14% en ventas y volúmenes de productos orgánicos respecto al año anterior
El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación instituyó, a través de la Resolución Nº 17/2021 publicada hoy en el Boletín Oficial, el “Plan Estratégico del sector de la Producción Orgánica Argentina 2030”, diseñado de manera participativa y consensuada entre el sector público y privado, con el objetivo de lograr mayor producción, con más cantidad de productores y generación de más puestos de trabajo con arraigo territorial.
“Buscamos posicionar a la Producción Orgánica como un modelo productivo diferenciado para las producciones, tanto primarias como industriales, basado en la preservación ambiental, sostenibilidad y el desarrollo sustentable”, destacó el Ministro Basterra.
El Plan funcionará bajo la órbita de la Dirección de Agregado de Valor y Gestión de Calidad de la Secretaría de Alimentos, Bioeconomía y Desarrollo Regional. “Con la institucionalización del Plan estamos fortaleciendo a la producción orgánica argentina, y marcando un rumbo para este sistema productivo diferenciado. El principal objetivo del Plan es alcanzar mayores niveles productivos, con mayor cantidad de productores y generación de puestos de trabajo con arraigo territorial”, agregó el Secretario Marcelo Alós.
La Resolución dispone que la Dirección de Agregado de Valor y Gestión de Calidad, en conjunto con la Comisión Asesora para la Producción Orgánica, creada por Ley N° 25.127 y que validó el Plan, son los responsables del seguimiento, evaluación e implementación de la iniciativa. Vale destacar que la Comisión está integrada por representantes técnicos de áreas relevantes del Ministerio y de las jurisdicciones provinciales, universidades, organismos e instituciones relacionadas y cámaras sectoriales.
A nivel global, los mercados están demandando alimentos que promuevan una agricultura y su agroindustria cada vez más sostenible, siendo la producción orgánica una de las respuestas a las crecientes demandas. Hacia finales de 2020 se registró un incremento del 14% en ventas y volúmenes de productos orgánicos respecto al año anterior, siendo su principal motivo el cambio en los hábitos de consumo como resultado de la pandemia mundial COVID-19.
Argentina posee ventajas competitivas y comparativas, en todas sus regiones, favorables para la adopción de este sistema productivo, lo cual ha permitido que actualmente existan más de 3.700.000 hectáreas certificadas.
Objetivos del Plan
Estimular la investigación, desarrollo, difusión, transferencia y adopción de innovaciones tecnológicas orientadas a la Producción Orgánica. Promover instrumentos fiscales, comerciales, financieros y de competencia para la Producción Orgánica, Promover formas organizativas (primarias e industriales), como redes productivas por cadenas de valor, clúster, consorcios, cooperativas, fundaciones, entre otras, que permitan el desarrollo del sector orgánico en la región. Incrementar la cantidad de productores y elaboradores/procesadores de productos orgánicos. Más producción con más productores. Aumentar el volumen, destinos y participación de productos orgánicos exportados, en especial aquellos con mayor valor agregado. Fomentar el desarrollo y disponibilidad de insumos necesarios para la Producción Orgánica. La medida se complementa con otros instrumentos diseñados por la Secretario de Alimentos, Bioeconomía y Desarrollo Regional para el sector, entre los que se pueden señalar: el 0.5 % de reintegro adicional para la exportación de alimentos orgánicos http://www.alimentosargentinos.gob.ar/HomeAlimentos/reintegro-exportacion/ y el catálogo web de alimentos orgánicos en nuestro país https://organicoargentina.magyp.gob.ar/catalogo/index.php
Para mayor información: Dirección de Agregado de Valor y Gestión de Calidad Secretaría de Alimentos, Bioeconomía y Desarrollo Regional Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación E-mail: organicos@magyp.gob.ar www.alimentosargentinos.gob.ar http://organicoargentina.magyp.gob.ar/
Buenos Aires, 27 de enero (PR/21) .– El mercado global demanda alimentos que promuevan una agricultura y su agroindustria sostenible. Hacia finales de 2020 se registró un incremento del 14% en ventas y volúmenes de productos orgánicos respecto al año anterior
El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación instituyó, a través de la Resolución Nº 17/2021 publicada hoy en el Boletín Oficial, el “Plan Estratégico del sector de la Producción Orgánica Argentina 2030”, diseñado de manera participativa y consensuada entre el sector público y privado, con el objetivo de lograr mayor producción, con más cantidad de productores y generación de más puestos de trabajo con arraigo territorial.
“Buscamos posicionar a la Producción Orgánica como un modelo productivo diferenciado para las producciones, tanto primarias como industriales, basado en la preservación ambiental, sostenibilidad y el desarrollo sustentable”, destacó el Ministro Basterra.
El Plan funcionará bajo la órbita de la Dirección de Agregado de Valor y Gestión de Calidad de la Secretaría de Alimentos, Bioeconomía y Desarrollo Regional. “Con la institucionalización del Plan estamos fortaleciendo a la producción orgánica argentina, y marcando un rumbo para este sistema productivo diferenciado. El principal objetivo del Plan es alcanzar mayores niveles productivos, con mayor cantidad de productores y generación de puestos de trabajo con arraigo territorial”, agregó el Secretario Marcelo Alós. La Resolución dispone que la Dirección de Agregado de Valor y Gestión de Calidad, en conjunto con la Comisión Asesora para la Producción Orgánica, creada por Ley N° 25.127 y que validó el Plan, son los responsables del seguimiento, evaluación e implementación de la iniciativa. Vale destacar que la Comisión está integrada por representantes técnicos de áreas relevantes del Ministerio y de las jurisdicciones provinciales, universidades, organismos e instituciones relacionadas y cámaras sectoriales.
A nivel global, los mercados están demandando alimentos que promuevan una agricultura y su agroindustria cada vez más sostenible, siendo la producción orgánica una de las respuestas a las crecientes demandas. Hacia finales de 2020 se registró un incremento del 14% en ventas y volúmenes de productos orgánicos respecto al año anterior, siendo su principal motivo el cambio en los hábitos de consumo como resultado de la pandemia mundial COVID-19.
Argentina posee ventajas competitivas y comparativas, en todas sus regiones, favorables para la adopción de este sistema productivo, lo cual ha permitido que actualmente existan más de 3.700.000 hectáreas certificadas.
Objetivos del Plan
1. Estimular la investigación, desarrollo, difusión, transferencia y adopción de innovaciones tecnológicas orientadas a la Producción Orgánica. 2. Promover instrumentos fiscales, comerciales, financieros y de competencia para la Producción Orgánica, 3. Promover formas organizativas (primarias e industriales), como redes productivas por cadenas de valor, clúster, consorcios, cooperativas, fundaciones, entre otras, que permitan el desarrollo del sector orgánico en la región. 4. Incrementar la cantidad de productores y elaboradores/procesadores de productos orgánicos. Más producción con más productores. 5. Aumentar el volumen, destinos y participación de productos orgánicos exportados, en especial aquellos con mayor valor agregado. 6. Fomentar el desarrollo y disponibilidad de insumos necesarios para la Producción Orgánica.
Buenos Aires, 26 de enero (PR/21) .- Electricidad, rayos láser, agua caliente, vapor, microondas, control mecánico… Todo vale en la carrera tecnológica para combatir las malezas sin utilizar herbicidas.
La agricultura global avanza hacia formas más eficientes en el uso de los recursos, con el menor impacto posible sobre el medio ambiente.Una de las tendencias más firmes de cara al futuro es el reemplazo progresivo de los productos fitosanitarios en el control de las malezas.
En rigor, hasta ahora se ha avanzado más en minimizar el uso de agroquímicos (por ejemplo, con los dispositivos de aplicación selectiva), que en la eliminación lisa y llana de su empleo, al menos en la agricultura extensiva.
No obstante, a nivel mundial ya existe una decena de opciones para el control de malezas sin herbicidas.
La lista incluye desde nuevas tecnologías aplicadas a la eliminación de plantas no deseadas, hasta el rescate de soluciones tradicionales de control mecánico adaptados a los requerimientos de la agricultura actual.
La compañía alemana Zasso inventó un sistema de control de malezas mediante la aplicación de altos voltajes de electricidad.
Zasso se asoció a CNH Industrial para potenciar el desarrollo de esta tecnología.
En Argentina, la empresa Agro-Thrive desarrolló a partir de la experiencia de Zasso una alternativa de control de malezas con electricidad aplicable a establecimientos agrícolas de gran escala.
Por su parte, la empresa norteamericana The Weed Zapper desarrolló el sistema de control eléctrico de malezasAnnihilator (aniquilador). El dispositivo se monta en la parte delantera del tractor y elimina las plantas que toca, aplicando 155.000 watts.
La startup alemana Crop.Zone desarrolló un desmalezador electrofísico que incorpora un rociador en la parte delantera, a fin de aumentar la conductividad y, de esa manera, hacer más efectiva la aplicación de la electricidad sobre las malezas.
Croop.Zone se asoció a la multinacional Nufarm para imponer esta tecnología en el mundo.
La empresa argentina Mapplics desarrolló el robot GBOT, equipado con un dispositivo láser para controlar las malezas, complementado con vapor de agua.
En la misma línea trabaja en Alemania el Laser Zentrum Hannover (LZH).
En ambos casos, el objetivo es que la radiación láser degrade los mecanismos sensibles de crecimiento de las plantas no deseadas.
La empresa británica Weedingtech desarrolló el sistema de control de malezas Foamstream, un dispositivo que opera a través de la aplicación de agua caliente (alrededor de 100ºC), combinada con aceite vegetal.
La aplicación forma una espuma que produce un efecto “invernadero”, manteniendo la planta por encima del punto de muerte durante 2/3 minutos.
La compañía noruega SoilSteam diseñó un equipo que inyecta vapor a presión a 30 cm de profundidad.
Según la compañía, este sistema permite destruir 90/100% de las semillas de malezas presentes en el suelo.
Otra variante del control de malezas con vapor es el equipo desarrollado por el fabricante francés Simon.
En este caso, se trata de Steam R, una máquina autopropulsada de funcionamiento autónomo que elimina las malezas mediante planchas inyectoras de vapor a presión.
El equipamiento incluye un motor diésel que calienta el agua a 180ºC y puede matar plantas y semillas a 9 cm de profundidad.
La compañía holandesa WeedControl diseñó un sistema de control de malezas mediante la aplicación de aire caliente.
El desarrollo se acopla al vehículo autopropulsado eléctrico de la empresa AllTrec, conformando una unidad desmalezadora con cero emisiones y sin agroquímicos.
En la Universidad de Melbourne (Australia), desarrollaron un sistema para controlar malezas con el uso de la tecnología de microondas.
También en Australia inventaron un sistema aniquilador de semillas que se acopla a la cola de las cosechadoras y “pulveriza” las semillas de malezas antes de ser expulsadas junto a los demás restos de la cosecha.
De esa manera, se reduce considerablemente la multiplicación de malezas para la siguiente campaña.
El denominado Seed Terminator es comercializado en el mundo por la empresa alemana Zürn Harvesting.
Otras soluciones similares fueron desarrolladas por Tecfarm y Redekop.
El desafío es desarrollar soluciones adaptadas a los requerimientos de la agricultura actual, especialmente en planteos de siembra directa.
En Argentina, la empresa Agro Seri desarrolló el Sistema BES, un dispositivo que combina cuchilla de corte delanteras con un conjunto de rejas ubicadas detrás.
También Ingersoll viene trabajando intensamente en el tema para proveer estos accesorios a equipos de distintas marcas.
La gama de opciones de control mecánico incluye discos encadenados, brazos acondicionadores de suelos, aletas desmalezadoras, etc.
Empresas como Fragar y Grass-Cutter presentaron con éxito soluciones para el control mecánico de malezas sin remoción del suelo, adaptándose a las demandas de la siembra directa.
La producción orgánica está definida por la ley 25.127/99 como: “se entiende por ecológico, biológico u orgánico a todo sistema de producción agropecuario, su correspondiente agroindustria, como así también a los sistemas de recolección, captura y caza, sustentables en el tiempo y que mediante el manejo racional de los recursos naturales y evitando el uso de los productos de síntesis química y otros de efecto tóxico real o potencial para la salud humana, brinde productos sanos, mantenga o incremente la fertilidad de los suelos y la diversidad biológica, conserve los recursos hídricos y presente o intensifique los ciclosLa producción orgánica está definida por la ley 25.127/99 como: “se entiende por ecológico, biológico u orgánico a todo sistema de producción agropecuario, su correspondiente agroindustria, como así también a los sistemas de recolección, captura y caza, sustentables en el tiempo y que mediante el manejo racional de los recursos naturales y evitando el uso de los productos de síntesis química y otros de efecto tóxico real o potencial para la salud humana, brinde productos sanos, mantenga o incremente la fertilidad de los suelos y la diversidad biológica, conserve los recursos hídricos y presente o intensifique los ciclos biológicos del suelo para suministrar los nutrientes destinados a la vida vegetal y animal, proporcionando a los sistemas naturales, cultivos vegetales y al ganado condiciones tales que les permitan expresar las características básicas de su comportamiento innato, cubriendo las necesidades fisiológicas y ecológicas”. Esta definición biológicos del suelo para suministrar los nutrientes destinados a la vida vegetal y animal, proporcionando a los sistemas naturales, cultivos vegetales y al ganado condiciones tales que les permitan expresar las características básicas de su comportamiento innato, cubriendo las necesidades fisiológicas y ecológicas”. Esta definición nos revela las dimensiones más evidentes de lo que se conoce como “producción orgánica”. Entre ellas, el cuidado de la salud del productor, sus colaboradores y del consumidor; el cuidado del medioambiente a través de fomentar la biodiversidad; y el cuidado y mejora del suelo. Pero esta definición no saca a la luz las importantes dimensiones que la convierten en un modelo de desarrollo alternativo al actual. Dichas dimensiones están relacionadas con el cuidado del territorio a través del mantenimiento de las poblaciones rurales; la generación de redes de pequeños productores, sólo viables gracias al asociativismo; el fomento del consumo local; el cuidado del entramado social y la revitalización de las comunidades rurales. Hay otras dimensiones sobre las que actualmente se está explorando su impacto, de las cuales destacaremos dos. En primer lugar, quizás la más relevante, la Agricultura Regenerativa, uno de los umbrales más elevados de la Producción Orgánica que está impactando en todos los sistemas productivos. Y, en segundo término, la indagación de tecnologías amigables con el medio ambiente, hoy también en uso en la agricultura convencional. La producción orgánica es un sistema o modelo productivo con características específicas, que bien puede analizarse como otras cadenas agroalimentarias, similar en sus componentes, pero de eslabones más cortos. Así es que la cadena está integrada por productores primarios transformadores, distribuidores, comercializadores, exportadores, supermercados, tiendas especializadas, transportistas y, a diferencia de otras cadenas, también posee sistemas de distribución domiciliaria, ferias y diversos puntos de venta. La diferencia fundamental de la cadena orgánica con otras cadenas tradicionales es que los alimentos se gestionan considerando los impactos de cada uno de sus eslabones, y eso es lo que premia un consumidor orgánico. Al considerar cómo la producción orgánica se ve impactada actualmente por el COVID-19 nos encontramos con situaciones similares a las del sector convencional, definiendo a éste como el que utiliza productos de síntesis química en la gestión productiva y también permite los organismos genéticamente modificados. Los problemas en común que los afectan son muy diversos: falta de cosecheros, ruptura de la cadena de pagos y falta de acceso a insumos, entre otros. Ante la situación particular de la pandemia es posible diferenciar reacciones distintas en el ámbito urbano y el rural: el campo con un desempeño casi normal y trabajando al ritmo habitual y la ciudad con un gran riesgo de contagio, actuando de manera temerosa y, por momentos, con conductas irracionales, que algunos califican como propias de una psicosis colectiva. Pero si consideramos este término con especialistas podemos entender que éste tiene muchas más implicancias, por lo que sólo entenderemos esas conductas irracionales como consecuencia de una grave distorsión de las percepciones. Esto puede atribuirse en gran parte a los miedos alimentados por las redes sociales y los medios de comunicación. Esta situación determina conductas claramente diferenciadas: en el campo la naturaleza sigue su ritmo normal, nada ha cambiado demasiado, todos los sistemas actúan casi sin enterarse que existe una pandemia. En consecuencia, los productores siguen trabajando de manera normal, con excepción de algunas modificaciones debidas a factores externos a los sistemas biológicos productivos, como ser el transporte, la mano de obra, el acceso a circuitos financieros o la alteración de la cadena de pago, entre otras. Por el contrario, en la ciudad, la conducta de todos ha sido notablemente modificada y regida, ciertamente, por los diferentes niveles de miedo que afectan a la población, reaccionando ésta de manera anormal frente a lo desconocido. A pesar de estas distorsiones que pudieran presentarse, los alimentos orgánicos siguen llegando al consumidor, la cadena funciona prácticamente con normalidad, abasteciendo a quienes esperan cada día un alimento diferente para su dieta. En la exportación todo funciona casi normalmente, el flujo de productos orgánicos es el habitual, sólo alterado por los factores externos que afectan el flujo del comercio a nivel global. Los mercados, a su vez, siguen en un nivel de abastecimiento
y consumo normales. Como sucedió con todos los productos alimenticios al principio de la pandemia, los consumidores de alimentos orgánicos acumularon productos, especialmente los no perecederos, previendo potenciales problemas de abastecimiento. Era de esperar y resultó ser la situación de diversos productos, incluidos los alimentos que, debido a esa acumulación inicial, el consumo bajara hasta reducir los stocks generados por las compras realizadas al inicio de la pandemia. Pero para sorpresa de muchos procesadores y comercializadores orgánicos esta situación no sucedió con los productos orgánicos. Por el contrario, el consumo se mantuvo en niveles normales pre-pandemia o en algunos casos superiores. Esto se atribuye a una reacción positiva del consumidor que, frente a una situación de incertidumbre
general, se volcó en mayor medida a la compra de
productos orgánicos, como una opción más saludable, cubriendo de esta manera sus inquietudes acerca del origen de los alimentos, su gestión ligada a los procesos naturales y la transparencia de esta cadena que le permite monitorear fácilmente al origen productivo de las materias primas. Ahora bien, cuando se trata de imaginar cómo estaremos dentro de un año respecto a la producción orgánica, se hace muy difícil poder predecirlo. Lo que sabemos con certeza es que la producción orgánica no depende de una publicidad masiva para convencer a los consumidores sobre sus virtudes, ya que es el propio consumidor quien lidera el aumento de su consumo, debido a que él mismo, en su imaginario, tiene claro que la Producción Orgánica significa: cuidado medioambiental, cuidado del entramado social y equidad. Y, sobre todo, representa un alimento seguro y de calidad, dos atributos que aseguran todos los integrantes de la cadena, desde la producción hasta la llegada para el consumo. El consumidor actual está experimentando un cambio de percepciones y prioridades, inclinándose por un alimento seguro que responda a sus expectativas. Estas expectativas no están sólo relacionadas con la seguridad intrínseca del alimento, sino también con los impactos y el grado de seguridad generado por la gestión de los alimentos, desde la producción de sus materias primas hasta que éstos llega a su mesa. Un consumidor, que, con más tiempo para pensar, busca acercarse cada vez más a la naturaleza. En el reordenamiento
de sus prioridades decide a qué redestina sus recursos, dónde considera positivo depositar su energía económica, votando con su billetera y favoreciendo así a modelos sustentables por sobre otros. Asume de esta manera un papel de corresponsable de las consecuencias directas e indirectas de los modelos de gestión que beneficia con sus elecciones. Cuánto durará este fenómeno de cambio y qué intensidad tendrá nadie lo sabe con certeza. Sí es posible afirmar que cuanto más intensa y prolongada sea la situación actual, más profundos y duraderos serán los cambios en el consumidor. Queda a la vista una vez más, que está en las manos de los consumidores de las ciudades la fuerza que dará forma a la nueva realidad, no sólo porque ellos representan un altísimo porcentaje de la población, sino porque son los que están sufriendo con más intensidad la pandemia y quienes más buscan seguridad en lo que consumen frente a esta situación. La pandemia ha acelerado la toma de conciencia en el proceso de elección, factor que siempre estuvo presente. El consumidor elige sus alimentos cada vez más considerando dónde se produjeron, cómo se produjeron, qué se utilizó en su gestión, quiénes se benefician con su elección, esto conlleva una trazabilidad que le permita rastrearlos y una certificación que sustente toda apelación de calidad esgrimida para inclinar su decisión favorable. De esa manera, pretende lograr transparencia y garantías de seguridad e inocuidad alimentaria, sumándole impacto social y medioambiental. Qué necesita hoy el productor orgánico para evolucionar en el contexto actual¬: simplemente que lo dejen trabajar en armonía con la naturaleza, resolviéndole problemas externos a su gestión productiva. Mitigándole, en lo posible, todas las distorsiones relacionadas con transporte, mano de obra y, sobre todo, la incertidumbre que genera la falta de políticas claras y estables. A largo plazo, el crecimiento de los mercados estará relacionado con el privilegio de los factores hasta aquí descriptos, ya que el hombre está actuando liderado alternativamente por su comportamiento animal y su conducta de ser racional. Su comportamiento básico, regido en gran parte por sus miedos relacionados con la inocuidad de los alimentos, está resuelto con los productos orgánicos, por las garantías y confianza que éstos le generan. Superados sus miedos, su comportamiento racional lo lleva a favorecer aspectos sociales y medioambientales, ya que percibe que el cambio climático seguirá evolucionando de manera negativa y que las inequidades son cada vez mayores. Es consciente de la evolución de las tecnologías sostenibles y su incorporación a los sistemas de gestión, tanto al orgánico como al de productos convencionales. Se vislumbran, en consecuencia, escenarios futuros que impactarán positivamente el consumo local. Hoy el consumo de cercanía se está fortaleciendo y el consumidor tenderá a favorecerlo aún más, ya que esta modalidad da respuesta a sus necesidades y seguirá haciéndolo, además de satisfacer la necesidad de respuesta a las inquietudes de demanda social y medioambiental. Todo lo expuesto determinará, sin duda, un cambio profundo en el modelo de desarrollo, ya que está claro que el modelo actual nos llevó donde estamos, que no es donde queremos estar.
Este libro es el resultado de cuatro viajes de su autora, Matilde Fierro, a la parroquia de Medjugorje, en Bosnia Herzegovina, donde se aparece la Virgen María como la Reina de la Paz desde 1981.
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FOROS DE LA VIRGEN MARÍA
La Virgen María detuvo la Guerra Nuclear y derrumbó al Comunismo [¿lo hará de nuevo?]