Por Elida Thiery – Lic. en Comunicación Social y Locutora Nacional – Especial para TodoLecheria.com.ar

Villa María, 28 mayo (PR/22) — “La lechería sigue siendo negocio a pesar de la volatilidad”Así lo aseguró Jorge Giraudo del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina en la apertura de Todo Láctea 2022, organizada por Grupo Todo Agro. El jueves 19 por la mañana, el director ejecutivo del OCLA abrió el fuego de las presentaciones en el marco de las Jornadas Lecheras Nacionales.

Como líder del proyecto, José Iachetta fue quien dio la bienvenida a un nutrido auditorio en el Amerian Park Hotel de Villa María que hasta el sábado tendrá continuidad recorriendo todas las temáticas más importantes del sector.

Todo Láctea “ayuda a la construcción de conocimiento” y es la oportunidad para todos los presentes de “mostrarse de cara a otros actores de la comunidad productiva”. No sólo productores, profesionales y asesores, sino también empresas proveedoras de servicios se encuentran en una de las cuencas lecheras más importantes del país, donde por ejemplo se concentran unos 200 tambos con instalaciones robóticas.

“No alcanza con la crítica, la reflexión o una buena nota, sino que es necesaria la construcción de conocimiento”, manifestó Iachetta con este evento que celebra 25 años en el periodismo agropecuario.

La primera charla estuvo a cargo de Jorge Giraudo, director ejecutivo del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina, quien planteó un panorama real de las oportunidades y desafíos de la lechería nacional, frente a un contexto internacional complejo, que comenzaron con el Covid-19 y continúan con la guerra planteada por Rusia en Ucrania, con una tendencia a menos globalización y más regionalización.

El comercio mundial maneja más de 88 mil millones de litros de leche, creciendo al cuatro por ciento al año. China viene comprando a un ritmo superior al diez por ciento anual, sin embargo, en los últimos meses negativizó al 30 por ciento esa demanda y es por eso que se contrajeron los valores. Los asiáticos representan el 25 por ciento del total de los negocios internacionales, orientando el 95 por ciento de la demanda en Nueva Zelandia.

Todos los países exportadores están con casos de tasas de exportación negativa, salvo Argentina y Bielorrusia, mientras la población mundial crece al uno por ciento anual y el consumo asciende al dos por ciento anual, es por eso que esto impacta en los precios internacionales, con vaivenes estacionales.

La producción de leche argentina en los últimos cinco años creció 3,4 por ciento anual, con algunos baches, aunque se mantenga por debajo del récord de 2015 de 12.061 millones de litros, cerrando 2021 con 11.553 millones de litros en total.

Los tambos crecieron en promedio al cinco por ciento anual, sin eludir un fenómeno de concentración hacia los de mayor envergadura, pero mejorando parámetros productivos, en carga animal e incluso en la incorporación de tecnología y buenas prácticas.

Este fenómeno es inverso en las industrias, ya que de 68 por ciento pasaron a 57 por ciento las 16 empresas líderes, con una participación sólo del cinco por ciento de cooperativas. La empresa nacional más grande representa 12 por ciento del total comercializado de lácteos, por lo tanto la atomización es grande.

El consumo interno es estable, oscilando entre 180 y 185 litros por habitante al año, lo cual permite proyectar un aumento de las exportaciones más allá de los actuales tres mil millones de litros de leche por año.

La cadena láctea tiene interferencias para tener una rentabilidad aceptable a partir de la primarización del consumo, los controles de precios y la marginalidad impositiva, eludiendo la percepción de 1,50 dólares por litro, que se podrían aplicar al 75 por ciento de la producción. Lo restante correspondería tener una ventaja de 0,68 centavos de dólar, por retenciones, interferencias en la exportación y competencia internacional.

Todos los litros de leche determinan un valor de 1,06 dólares, siendo el tercio para el productor de 0,38 centavos de dólar.

“La cadena genera el valor, pero no lo llega a percibir, porque hay interferencias para no poder acceder a eso”, aseguró Giraudo mostrando gráficos en los que se demuestra que los precios argentinos en leche o quesos están 30 por ciento por debajo de otros países, ubicándonos entre los de menores ganancias, siempre con retenciones entre 4,5 y 9 por ciento según el producto.

El director ejecutivo del Observatorio de la Cadena Láctea hizo un llamado a aplicar el pago por calidad, todo lo que incluye la Resolución 239, que no se aplica, aunque está dispuesto hace años.

“La lechería sigue siendo un negocio a pesar de la volatilidad. Será fundamental que la política y la economía, si no favorecen a la lechería, al menos la dejen trabajar tranquila”, concluyó.

 

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Fuente: TodoLechería