Buenos Aires, 8 noviembre (PR/22) — Para el negocio argentino de las máquinas agrícolas, el concesionario modelo 2022 está entrando en una nueva dimensión.

De vendedor de equipos a socio full time del cliente. Esa es la metamorfosis que traslada la función de los concesionarios a todas las etapas productivas.

Ahora, la tarea del representante comercial de los fabricantes (al menos en el esquema que están planteando las marcas globales) no termina con la entrega de la máquina.

Incluso, se podría decir que a partir de ese momento empieza el trabajo más extenso y es el que va más allá del clásico servicio posventa.

Asesoramiento

Con la irrupción de la Agricultura Digital, la producción agrícola deja de ser un camino recorrido sólo por el productor.

Junto a la máquina agrícola, el usuario accede a un completo servicio de soluciones con contenidos agronómicos encaminados a potenciar su rentabilidad y que le permiten planificar cada campaña.

Concretamente, el concesionario pasa a trabajar, junto al productor, en el uso integrado datos.

Se encarga de definir los ambientes de cada lote y de hacer las prescripciones para hacer, por ejemplo, dosis variable en siembra y fertilización.

Precisión

Los trabajos se basan en ambientaciones a partir de imágenes satelitales y luego se pasa a trabajar en los suelos, midiendo parámetros edáficos, para ratificar lo que indican las herramientas digitales.

Cada ambientación incluye NDVI (Índice de Vegetación Diferenciada Normalizada) y mapas de rinde, profundidad, conductividad eléctrica y altimetría.

Cada ambiente recibe una planificación y un tratamiento diferencial.

Toda la información acumulada, mediante las posibilidades de conectividad, se envían de manera online a fin de ser utilizada mediante las máquinas.

 

 

Primicias Rurales

Fuente: Maquinac