Por Emiliano Rodríguez* .
Buenos Aires, 15 julio (Especial de NA) — Sergio Massa, precandidato presidencial estrella de Unión por la Patria, y el oficialismo en general volvieron a jugar al fleje en los últimos días, al activar decididamente el “modo K” en el menú de opciones de la campaña electoral y redoblar su embestida contra la oposición de cara a las PASO del mes próximo.
Massa y compañía escogieron a Patricia Bullrich como blanco particular, por delante del libertario Javier Milei, lo que permite suponer -en este caso- que el economista también representa un peligro latente para el peronismo, no solo para Juntos por el Cambio (JxC), en tanto y en cuanto logre absorber a votantes desencantados con el actual Gobierno. Algunos analistas políticos, en efecto, lo venían planteando desde hace meses, antes de que estalle la polémica por la presunta venta de candidaturas en La Libertad Avanza.
De todos modos, es Bullrich quien aparece hoy en el escenario electoral como la principal destinataria de los embates del oficialismo, incluyendo una cuestionada intervención a su Instituto de Estudios Estratégicos en Seguridad (IEES). Esa decisión del Gobierno, a su vez, generó que los máximos referentes de JxC dejaran por un momento de lado la interna partidaria y cerraran filas en defensa de la ex ministra.
La arremetida de Unión por la Patria (UxP) contra Bullrich puede leerse como mínimo de dos maneras: por un lado, el intento de ese espacio de “subirla al ring” con vistas a las PASO y así confrontar con ella, antes que con Horacio Rodríguez Larreta, entendiendo que sería preferible para las aspiraciones de Massa competir en octubre contra un “halcón” de la oposición, en lugar de un dirigente con un perfil menos radicalizado.
En el oficialismo consideran que Massa tendría mayores probabilidades de éxito en los comicios generales frente a Bullrich que ante Rodríguez Larreta como candidato presidencial de JxC, al evaluar que el ministro de Economía y el alcalde porteño deberían salir a pescar “en la misma pecera de votantes moderados” después de las primarias y en ese caso, el dirigente opositor podría beneficiarse más con aquellos que se sienten decepcionados por el actual Gobierno -que no son pocos-.
En principio, sería ese el escenario que el peronismo intenta evitar al “subirle el precio” a Bullrich. Sin embargo, dada la vigorosidad de la embestida en su contra, en medio de una ya lanzada campaña de miedo por parte de UxP, otra lectura que podría sugerir esta situación es que el Gobierno en efecto observa en la ex ministra de Seguridad a una rival de cuidado y procura lisa y llanamente esmerilarla. Sobre todo después de la difusión de algunas encuestas sobre intención de voto que la ubican como amplia favorita frente a Rodríguez Larreta en la interna de JxC.
Es decir, podría tratarse de un acto reflejo propio de una coyuntura determinada más que de un intento de instalación de una precandidata presidencial con la que el peronismo preferiría competir el próximo 22 de octubre, una vez superada la instancia de las Primerias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) prevista para el mes que viene: el 13 de agosto.
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“Con el cuchillo entre los dientes”
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El propio Massa endureció su discurso en los últimos días, mientras otros referentes del oficialismo insistieron en bramar advertencias sobre “sangre y muertos” en las calles si JxC gana las elecciones de este año. “Cuando el peronismo intuye que puede perder, se te viene encima con todo. Te atacan con todo lo que tienen. Siempre ha sido así. Nosotros lo único que pedimos es que nos jueguen limpio”, dijo a Noticias Argentinas una fuente bullrichista.
“Dos veces la Justicia planteó que una intervención al IEES era improcedente y ellos fueron y lo intervinieron igual, sin ningún motivo. Están jugando sucio y creemos que esta campaña sucia incluso podría incrementarse a medida que se acerque la fecha de la votación (en referencia a las PASO)”, agregó. Asimismo, indicó: “A todos nuestros fiscales lo que les estamos diciendo es que se preparen para cuidar los votos con el cuchillo entre los dientes este año, porque va a estar brava la cosa”.
Mientras tanto, Bullrich sigue adelante con sus recorridas, buscando robustecer especialmente a sus precandidatos en distintos partidos de la provincia de Buenos Aires. Este escenario de primarias en la mayoría de los distritos, incluyendo en aquellos en donde actualmente gobierna JxC, generó malestar puertas adentro en la alianza opositora: “A nuestros intendentes mucha gracia no les hace, pero bueno, así son las internas. Tendrán que competir”, sostuvo la fuente consultada por esta agencia.
Se salvaron de poner en riesgo su continuidad en el cargo, como casos excepcionales, los jefes comunales de Vicente López, Soledad Martínez, y de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro, por ejemplo: supuestamente, por su condición de “neutrales” en la disputa entre “halcones” y “palomas” del PRO. Otros dirigentes de peso dentro de JxC en el Gran Buenos Aires no corrieron la misma suerte, como Diego Valenzuela en Tres de Febrero: allí Bullrich eligió a un ex referente massista, Gustavo Spalletti, como su precandidato a intendente.
Si bien Bullrich propone al larretismo reunirse en un desayuno de camaradería el lunes 14 de agosto próximo, independientemente del resultado electoral de las PASO, para limar eventuales asperezas, aplicar cicatrizante de rápida acción a las heridas que pueda ocasionar la actual interna y afinar el lápiz para trazar una estrategia de campaña conjunta y consensuada de cara al 22 de octubre, puertas adentro en el espacio que lidera la ex ministra de Seguridad algunos magullones ocasionados durante el cierre de listas aún permanecen en vías de sanación.
Por ejemplo, existen quienes creen en filas del bullrichismo que en partidos de la primera sección electoral podría producirse en las PASO un corte de boletas en la sección local, después de que referentes distritales de ese espacio quedaran fuera de las nóminas de precandidatos por decisiones políticas. Allí, quienes se encargaron de establecer “este sí, este no”, además de la propia ex ministra, fueron Sebastián García de Luca (delfín de Emilio Monzó) y Joaquín de la Torre, después de que el ex armador provincial de La Fuerza del Cambio Gerardo Milman quedara relegado en la mesa de toma de decisiones.
La provincia de Buenos Aires será nuevamente este año escenario de una batalla electoral determinante, tanto en la interna de JxC como en la posterior contienda por el poder entre la alianza opositora y UxP. Allí el kirchnerismo reunió en la boleta a sus espadas políticas estelares, incluyendo al gobernador Axel Kicillof, a Máximo Kirchner y a Eduardo “Wado” de Pedro, en busca de retener ese territorio. En octubre se espera que Massa lidere la nómina de candidatos del oficialismo, como aspirante a la Presidencia de la Nación, después de superar al militante social Juan Grabois en las PASO.
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No más de cinco puntos de diferencia
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Los estrategas políticos de JxC evalúan escenarios posibles allí en la Provincia, en función de los resultados de recientes encuestas sobre intención de voto. En ese sentido, consideran que en la actualidad el mandatario bonaerense luce robusto, aunque con un piso electoral bajo. Este contexto entusiasma a la coalición opositora: “A Kicillof lo tenemos en alrededor de 37 puntos y nosotros estamos en 35. Es decir, puede pasar cualquier cosa”, dijo a Noticias Argentinas una fuente de PRO.
“En la provincia de Buenos Aires la variable de ajuste es el peronismo, no Juntos por el Cambio. Y ellos están con un piso bajo ahora y lo que pueda suceder en octubre va a depender mucho de cómo quede el escenario luego de las PASO”, agregó. Siguiendo con esa línea de razonamiento, planteó que cuando más cerca quede JxC de Kicillof el 13 de agosto mayores serán las probabilidades de que se active el llamado “voto útil” de cara a las elecciones generales.
En el caso de abrirse esa instancia de polarización entre el gobernador bonaerense y el vencedor de la interna entre Diego Santilli y Néstor Grindetti, la candidatura de Carolina Piparo de La Libertad Avanza podría verse perjudicada, según la fuente consultada por esta agencia: “Nosotros a ella la tenemos en el orden de los 9 puntos y esos votos podrían reducirse a la mitad después de las PASO si logramos construir un escenario de confrontación mano a mano con el peronismo”, evaluó.
“Para que se active el ´voto útil´ nosotros deberíamos quedar a no más de 5 puntos de Kicillof en las PASO, pero insisto, puede pasar cualquier cosa. Si llegamos a perforar el techo de 40 puntos en octubre -en la provincia de Buenos Aires- creo que tenemos grandes chances de ganar incluso la elección nacional en primera vuelta”, sostuvo la fuente consultada por esta agencia. De momento, en filas de JxC, Santilli aventaja a Grindetti, aunque la performance de ambos está supeditada al rendimiento electoral que alcancen Rodríguez Larreta y Bullrich, respectivamente, en las primarias de ese espacio.
El kirchnerismo, por su parte, superpobló de dirigentes camporistas sus listas tanto en la Provincia como en la ciudad de Buenos Aires, lo que ciertamente podría constituirse en un escollo con el que Massa debería lidiar en el Congreso de la Nación si la fórmula que integra con el jefe de Gabinete, Agustín Rossi, resulta victoriosa este año. Es decir, si el ministro de Economía logra convertirse en el sucesor de Alberto Fernández, ¿qué respuestas encontrarían en el Parlamento de parte de legisladores del núcleo duro K frente a proyectos relacionados eventualmente con aperturas comerciales, incentivos para atraer inversiones extranjeras o bien vinculados con el acuerdo de la Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI), entre otros?.
El propio Máximo Kirchner renunció como presidente del bloque de diputados del oficialismo, y desató así una nueva oleada de turbulencias internas en la gestión de Fernández, con motivo del pacto con el Fondo en su momento. O sea, la mirada que pueda tener Massa sobre las medidas indispensables para que el país consiga salir de la crisis, bajar la inflación, apuntalar una estabilidad económica con tendencia de crecimiento sostenida y combatir la pobreza generando trabajo genuino, por ejemplo, ¿coincide con la del kirchnerismo, con la que profesa Cristina Kirchner y su círculo estrecho? ¿El camporismo respaldará sus propuestas en el Congreso o llegado el caso jalará de la cuerda y tensará relaciones como sucedió con el hijo de la vicepresidenta?.
De momento, Massa y el oficialismo en general se permitieron “celebrar” que la inflación se desaceleró por tercer mes consecutivo, al ubicarse en 6 por ciento en junio pasado, para un acumulado anual de ¡115,6%!, mientras juega al fleje con sus chicanas hacia la oposición y levanta día tras día su perfil: más que titular del Palacio de Hacienda y precandidato presidencial, ya luce casi convertido en una suerte de “primer ministro” del maltrecho gobierno de Fernández de cara a las PASO.
(*) – Director periodístico de la agencia Noticias Argentinas (NA); erodriguez@noticiasargentinas.com.ar; TW: @efrodriguez012.

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