Buenos Aires, 7 noviembre (PR/23) — Por quinta vez consecutiva, el precio de la soja, este primer día de la semana, logró aumentar en el mercado de Chicago.

Si hubiera que redondear las causas de este comportamiento habría que citar la reducción, aunque suave, del valor del dólar en términos de las principales monedas y la situación climática en Brasil.

De hecho, este lunes, el índice dólar bajó a un mínimo de casi ocho semanas frente al euro.

En el siguiente gráfico, podemos apreciar cómo el índice dólar ha evolucionado en baja, en los últimos días.

 

 

Es lógico que se comporte así, debido a la creciente confianza de los agentes en que la Reserva Federal finalizó el proceso de alza en las tasas de interés internas.

El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, va a hablar el miércoles y jueves. A partir de allí se apreciará mejor si este comportamiento habrá de seguir.

Y los operadores podrán encontrar comentarios de otras autoridades que brinden señales al respecto.

La segunda causa, seguramente de mayor peso, es la situación de la campaña de siembra en el gigante sojero, Brasil.

El cuadro brasileño es cruel: donde se necesita agua, no llueve. Y donde sobra, llueve demasiado.

Las precipitaciones siguen siendo excesivas en el Sur y muy escasas en el centro-norte del país.

El estado de Paraná, en el sur de Brasil sufre excesivas lluvias mientras que, por el contrario, Mato Grosso pide a gritos la caída de agua.

“Lluvias intensas e inundaciones causaron daños y la necesidad de resembrar en el sudoeste y centro-sur de Paraná”, es la frase más impactante del reciente AgRural.

El Instituto Mato Grossense de Economía Agrícola relevó recientemente el progreso de la siembra de soja en el Mato Grosso. Se habría cubierto solo el 83,32% del área prevista contra el 93,57% de igual momento de 2022. Una caída más que considerable.

El centro-occidental de Mato Grosso ha pasado por un período predominantemente seco. Es cierto que hubo algunas lluvias que recientemente permitieron realizar algunas siembras. Pero todo está muy delicado.

Respecto a todo el país, según AgRural, el avance de la siembra habría llegado a solamente al 51% del área estimada, contra el 57% de igual momento de 2022.

En suma: la siembra está claramente por detrás de los niveles del año pasado a consecuencia de las condiciones climáticas adversas en algunas de las principales áreas productoras, incluidos los estados de Mato Grosso y Paraná.

Estos factores presionan a la suba. Y la mejora en las precipitaciones en la Argentina no permiten más alzas aún.

Suena malévolo, pero es así: en tanto y en cuanto las condiciones climáticas en Brasil continúen como hasta la fecha, los precios se fortalecerán.

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Fuente: Agrositio