Por el Dr. R. Sergio Pasqualini, (MN 39914) director de Halitus Instituto Médico.

El 22 de abril es el Día Mundial de la Tierra. Conocé los efectos que puede provocar la contaminación ambiental en el proceso de reproducción.

El Día Mundial de la Tierra nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre la salud de nuestro planeta y cómo nuestras acciones impactan en ella. Uno de los problemas más apremiantes e imperiosos que enfrentamos es la contaminación ambiental, un fenómeno que afecta no solo a la biodiversidad y los ecosistemas, sino también a la salud humana de maneras insospechadas. Dentro de estas repercusiones, la fertilidad humana emerge como una preocupación significativa.

La contaminación del aire, del agua y del suelo con productos químicos tóxicos y sustancias nocivas ha alcanzado niveles alarmantes en muchas partes del mundo. Estos contaminantes, que incluyen pesticidas, metales pesados, compuestos orgánicos persistentes y productos farmacéuticos, pueden tener efectos devastadores en el sistema reproductivo humano. Estudios científicos reportaron su impacto en las vías respiratorias y el funcionamiento cardiorrespiratorio en general de las personas, y además han demostrado una correlación directa entre la exposición a estos contaminantes ambientales y la disminución de la fertilidad tanto en hombres como en mujeres. Por ejemplo, la exposición a altos niveles de plomo, un metal pesado comúnmente encontrado en el medio ambiente debido a la contaminación industrial, se ha asociado con problemas de fertilidad en ambos sexos, provocando desordenes sutiles en la función reproductiva.

Si hablamos de mujeres embarazadas, su exposición a la contaminación del aire, conllevaría un aumento del riesgo de parto prematuro y bajo peso al nacer. Además, se sostiene que afectaría las posibilidades de embarazo durante un tratamiento de fertilización in vitro. Algunos tóxicos presentes en el aire pueden causar disfunciones en el aparato reproductivo, disminuyendo la fertilidad, reduciendo las posibilidades de sobrevida del feto o embrión, o llevando a la presentación de malformaciones. También pueden generar variaciones en el funcionamiento del sistema inmunológico que finalmente pueden afectar la implantación y el desarrollo del embrión.

Además de los impactos directos en la fertilidad humana, cabe destacar que la contaminación ambiental también puede afectar la salud reproductiva al aumentar la prevalencia de enfermedades crónicas como el cáncer, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, que a su vez pueden interferir con la capacidad de concebir y llevar a término un embarazo.

Si bien esta situación es sabida, es crucial tomar medidas para abordar la contaminación ambiental y proteger la salud reproductiva de las generaciones presentes y futuras; lo que incluye la adopción de políticas ambientales más estrictas, la inversión en energías renovables y la reducción del uso de productos químicos tóxicos en nuestra vida diaria.

En el Día Mundial de la Tierra, debemos recordar que la salud del medio ambiente y la salud humana están intrínsecamente interconectadas. Al proteger y preservar nuestro planeta, también estamos salvaguardando nuestra propia fertilidad y la capacidad de las generaciones futuras para prosperar en un mundo más saludable y sostenible. Es nuestra responsabilidad actuar ahora antes de que sea demasiado tarde.

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