Luego, le pidió que le dijera al párroco que desde antes que existiera el pueblo se había construido una capilla dedicada a su nombre, pero que desde hace 924 años y 6 meses estaba en ruinas. “Deseo que se reconstruya cuanto antes y que la cuides, porque Dios quiere que me honren allí, Dios quiere que vengan en procesión…”, dijo Santa Ana.

En su sitio web, el Santuario de Sainte-Anne-d’Auray indica que esto sucedió “el 25 de julio de 1624, víspera de la festividad de Santa Ana” que es el 26 de julio junto con su esposo San Joaquín, el padre de la Santísima Virgen María.

“El 7 de marzo siguiente, siguiendo la llamada de Santa Ana, Yvon Nicolazic descubrió una estatua de Santa Ana en las ruinas de una capilla en su campo de Bocenno. Era la señal que demostraba la veracidad de las apariciones”, añade.

Asimismo, asegura que luego de cuatro siglos, las peregrinaciones conservan su vitalidad.

San Juan Pablo II visitó el Santuario de Sainte-Anne d’Auray el 20 de septiembre de 1996.

Como parte del cuarto centenario de las apariciones, el santuario se encuentra también en año jubilar, llevando a cabo una serie de actividades devocionales y académicas.

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Fuente: ACI Prensa