Por Mauricio Bártoli
Buenos Aires, jueves 26 junio (PR/25) — La carne vacuna está mostrando dos ejes tendenciales, coincidentes tanto en la Argentina como a nivel mundial: vale más pero el consumo está estancado o en baja.
El precio internacional aumentó peor la demanda registró una merma. En comparación con mayo de 2024, los volúmenes exportados fueron un 3,8% inferiores. No obstante, el valor obtenido fue un 30% superior, lo que refleja un repunte en los precios promedio. De hecho, el valor por tonelada exportada en mayo de este año fue de 5.459 dólares, un 7,9% más que en abril y un 35,1% más que en el mismo mes del año pasado.
En ese contexto, los valores en dólares de los novillos argentinos están en niveles históricos altos, pese a lo cual no se percibe un repunte de la producción bovina.
Así las cosas, el primer negocio nacional, vehiculizados con los primeros barcos frigoríficos a fines del siglo XIX, pasó de su promedio histórico de 60 millones de cabezas a 54,2 millones en 2022 y se aspira a llegar a 63,7 millones en el stock de cabezas en 2032, según proyecciones del economista David Miazzo.
Según referentes de la Mesa de las Carnes, donde se congregan las diversas organizaciones, incluyendo a las avícolas y los porcinos, desde el campo a los frigoríficos, el despegue llegaría cuando se vea una consolidación del contexto macroeconómico, con reglas claras y sostenibles. “en Argentina el mercado interno, que promedia el 70%, no está dinamizado por falta de poder adquisitivo de la población”.
El consultor especializado Ignacio Iriarte expuso que “la relación entre salarios (Ripte) y el precio de la carne al mostrador (cinco cortes medidos por el Indec), que promedió un poder adquisitivo de 169 kilos en el período 2012-2019, cayó a 132 kilos promedio en los años 2020-2024, y en abril último fue de sólo 117 kilos.
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Fuente: TN Campo
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