Todos los obispos ucranianos, en conjunto con un nutrido grupo de fieles, cruzaron la Puerta Santa de San Pedro. Además, el arzobispo mayor de Kyiv-Halyč, Mons. Sviatoslav Shevchuk, presidió la Divina Liturgia.
“Su peregrinación es signo del deseo de renovar su fe, de fortalecer su vínculo y comunión con el Obispo de Roma y de dar testimonio de la esperanza que no defrauda, porque nace del amor de Cristo, derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo (cf. Rm 5,5)”, aseguró.
León XIV señaló que el Año Jubilar, convocado por el Papa Francisco, invita a dar testimonio de esperanza a lo largo de la vida y sin importar las adversidades que se presenten. La peregrinación a Roma, continuó, es “símbolo de este camino diario, que se extiende hacia la eternidad”.
Además, destacó el testimonio de fe cristiana de la “hermosa tierra” ucraniana, fecundada a lo largo de su historia por el ejemplo de tantos santos y “regada por la sangre de tantos mártires, que a lo largo de los siglos, con el don de su vida, han sellado su fidelidad al Apóstol Pedro y a sus Sucesores”.
Más allá de la violencia y de la guerra, que pueden generar muchas dudas e interrogantes en los creyentes, León XIV pidió abandonarse confiadamente en Dios, que pone a prueba la fe de su pueblo.
“Creer no significa tener todas las respuestas, sino confiar en que Dios está con nosotros y nos da su gracia, que él pronunciará la última palabra y la vida vencerá a la muerte”, dijo.
Por último, les animó a caminar juntos —pastores y fieles— “con la mirada fija en Jesús, nuestra salvación”. El Santo Padre bendijo a los peregrinos, a sus familias, a la Iglesia greco-católica ucraniana y a todo el país, poniéndolos bajo la protección maternal de la Santísima Virgen, Madre de la Esperanza.
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Fuente: ACI Prensa