Una diferencia notable con sus predecesores es que León XIV no se alojará directamente en el Palacio Apostólico que domina la Piazza della Libertà, en el centro del pueblo, ya que este edificio se ha convertido en museo y permanecerá abierto a los visitantes durante la estancia del Papa. El Papa se alojará en un anexo situado a unos cientos de metros: el Palacio Barberini, situado junto a una carretera muy transitada y, por tanto, sometido a amplias medidas de seguridad.
Pero será desde el balcón del Palacio Apostólico desde donde impartirá la bendición dominical del Ángelus los días 13 y 20 de julio, así como el 17 de agosto.
Tres Misas públicas están previstas durante su estancia: el 13 de julio, celebrará Misa en la iglesia parroquial del pueblo dedicada a Santo Tomás de Villanueva, monje agustino cuya reliquia lleva el Papa en su cruz pectoral. El 20 de julio viajará a la catedral de Albano -diócesis a la que pertenece Castel Gandolfo- para celebrar allí la Misa, donde fue brevemente cardenal titular durante las últimas semanas del pontificado de Francisco, tras ser promovido a cardenal-obispo. Por último, el 15 de agosto, León XIV celebrará la Misa de la Asunción al aire libre en la plaza de la Libertad.
El 9 de julio celebrará también una Misa privada “por la salvaguarda de la Creación”, ante el personal de las Villas Papales y los jardines de Castel Gandolfo, siguiendo el canon presentado recientemente en el Vaticano con motivo del 10º aniversario de la encíclica Laudato si‘ del Papa Francisco.
Se desconoce el resto de su programa, pero las “vacaciones” de León XIV serán sobre todo un tiempo de retiro espiritual para este Papa impregnado de espiritualidad agustiniana y deseoso de reservarse períodos de calma y lectura. Es probable que el pontífice aproveche este tiempo para preparar sus discursos para el Jubileo de la Juventud, que presidirá en Roma a mediados de verano, así como otros documentos para publicar en otoño: la posible reactivación de la exhortación apostólica sobre los pobres, que se preparaba al final del pontificado de Francisco, podría ser uno de los proyectos en marcha.
Lejos de las presiones del Vaticano y de la Curia romana, León XIV también podrá continuar su discernimiento con vistas a futuros nombramientos en el gobierno de la Iglesia. Por último, el Papa tendrá acceso a las instalaciones deportivas de Castel Gandolfo, que incluyen una piscina cubierta y una pista de tenis, una de sus grandes pasiones que parece haber practicado desde su elección. Pero todo esto debería seguir siendo un asunto privado, lejos de las cámaras. El pontífice estadounidense-peruano parece muy apegado a respetar su intimidad y a preservar el tiempo alejado de los medios de comunicación.
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Fuente: Aleteia