El pasado 7 de junio fue ordenado sacerdote en la Arquidiócesis de Detroit (Estados Unidos), junto a Benjamin Schroeder, de 26 años, en la Catedral del Santísimo Sacramento, en Detroit.
Fue entonces, en medio del dolor, cuando comenzó a percibir la presencia del Señor de un modo especial. “Comencé a experimentar una especie de manifestación del Sagrado Corazón de Jesús. De pronto, veía imágenes y estatuas del Sagrado Corazón en todas partes; era como si esa presencia no se apartara de mi mente”, relató.
“De pronto, esas imágenes parecían mirarme a mí”, dijo, convencido de que se trataba de un signo para discernir una nueva llamada.
Bruen confesó que nunca había pensado en el sacerdocio: “Cuando mi esposa murió, jamás pensé en el sacerdocio; creía que ya no era posible. Tenía 62 años”.
Sin embargo, pronto comprendió que Dios le pedía dar un paso más: “Me casé por una razón, y el Señor también me trajo hasta aquí por una razón. La vocación puede tener distintas etapas, pero siempre tiene un mismo origen: el plan de Dios. La vocación principal es a Él. Sí, tuve una vocación en mi matrimonio, y esa experiencia me preparó para la que vivo ahora. Hoy tengo esta nueva vocación”.
Con el apoyo de su amigo de toda la vida, el P. Bob McCabe, Bruen ingresó al Seminario Nacional de San Juan XXIII, en Massachusetts, institución que forma a hombres mayores en lo que se conoce como “vocaciones de segunda carrera”.
“Dios me fue mostrando que aún tenía una misión más que cumplir”, explicó el nuevo sacerdote.
En la ceremonia de ordenación, presidida por el Arzobispo Edward J. Weisenburger, Bruen destacó que el sacerdocio no borra su historia previa, sino que la transforma. “Mi matrimonio me enseñó lo que significa amar de verdad, y ahora quiero poner ese mismo amor al servicio de Cristo y de su pueblo”, afirmó.
Con humor y fe añadió: “Quizás el Señor quiera que te relajes, que te mudes a Florida, juegues al golf y mueras joven. No lo sé, tal vez ese sea tu camino. Pero lo cierto es que nunca eres demasiado mayor para dejar de servir. Mientras tengas algo que ofrecer a los demás, vale la pena descubrir qué es y entregarlo”.
Su experiencia de servicio al cuidar de su esposa le enseñó el verdadero sentido de la entrega. “Fue muy difícil, pero mirando atrás, me doy cuenta de que fue uno de los momentos más felices de mi vida y la parte más fuerte de nuestro matrimonio. Dios nos da una gran alegría y muchas gracias cuando ayudamos a los demás”.
Como parte de su nueva misión, el P. Bruen fue nombrado sacerdote de apoyo a tiempo completo para el equipo de sacerdotes In Solidum que pastorean diferentes parroquias en la zona de Canton. Desde el 1 de julio empezó su servicio en la parroquia de Nuestra Señora del Buen Consejo en Plymouth, bajo la tutela del Mons. Todd Lajiness.
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Fuente: ACI Prensa