En su mensaje, dirigido al Cardenal Pedro Barreto Jimeno, Presidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonia, el Santo Padre agradeció a los prelados “el esfuerzo realizado por promover el mayor bien de la Iglesia en favor de los fieles del amado territorio amazónico”.

Recordando lo aprendido durante el Sínodo de la Amazonía, celebrado en octubre de 2019, el Pontífice les exhortó a buscar, en base a la unidad y colegialidad propia de un “organismo episcopal”, modos concretos y eficaces de ayudar  “a los obispos diocesanos y a los vicarios apostólicos a llevar a cabo su misión”.

Para lograrlo, el Papa León XIV propuso tres dimensiones: la misión de la Iglesia de anunciar el Evangelio a todos los hombres, el trato justo a los pueblos que allí habitan y el cuidado de la casa común.

“Es preciso que Jesucristo, en quien se recapitulan todas las cosas, sea anunciado con claridad e inmensa caridad entre los habitantes de la Amazonia”, afirmó el Papa, destacando que es necesario “darles fresco y limpio el pan de la Buena Nueva y el alimento celeste de la Eucaristía, único medio para ser realmente Pueblo de Dios y Cuerpo de Cristo”.

Asimismo, subrayó que “allí donde se predica el nombre de Cristo la injusticia retrocede proporcionalmente pues, como asevera el Apóstol Pablo, toda explotación del hombre por el hombre desaparece si somos capaces de recibirnos unos a otros como hermanos”.

Dentro de esta “doctrina perenne”, el Santo Padre remarcó la importancia de cuidar la “casa” que Dios Padre “nos ha confiado como administradores solícitos, de modo que nadie destruya irresponsablemente los bienes naturales que hablan de la bondad y belleza del Creador”.

“Ni, tanto menos, se someta a ellos como esclavo o adorador de la naturaleza, ya que las cosas nos han sido dadas para conseguir nuestro fin de alabar a Dios y obtener así la salvación de nuestras almas”, advirtió por último el Santo Padre.

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Fuente: ACI Prensa