Ciudad del Vaticano, miércoles 17 diciembre (PR/25) — En la antesala de la Navidad, el Papa León XIV regaló un gesto cercano y profundamente simbólico al participar del concierto navideño de los alumnos de la Escuela Pontificia Pablo VI de Castel Gandolfo. Fue un encuentro marcado por la música, la emoción y un mensaje claro: la Navidad es el don del amor de Dios y una invitación concreta a construir paz y unidad.
El Pontífice asistió como invitado especial a la undécima edición del concierto “InCanto”, realizado en el gimnasio del establecimiento educativo, colmado por familias, docentes y autoridades locales. Desde la primera fila, León XIV escuchó a los niños interpretar villancicos clásicos como Adeste fideles, Joy to the World, Noël Noël y Astro del ciel, cantados en italiano, latín, inglés y español.
“Escuchar a estos niños cantar en tantos idiomas nos ayuda a comprender cómo la Navidad despierta alegría y paz en el corazón de todos”, expresó el Papa en un saludo improvisado al finalizar el concierto. Con tono distendido, confesó su alegría por la invitación y celebró la frescura del encuentro.

Inspirado por una de las canciones, cuya letra evocaba a “ángeles que traen amor”, León XIV subrayó que los propios chicos habían llevado ese mensaje a todos los presentes. Recordó a san Agustín —“quien ama, canta”— y afirmó: “Dios ha querido comunicarnos a todos el don del amor: esto es la Navidad. Dios que se acerca a nosotros, sobre todo a los más pequeños”.
En uno de los momentos más aplaudidos, el Papa retomó un estribillo escuchado durante el concierto para lanzar una exhortación que resonó en el auditorio: “En Navidad se puede hacer más. También para nosotros es una gran invitación: hagamos más para proclamar la paz, el amor y la unidad en el mundo”.
Antes de despedirse, León XIV bendijo a los niños y a sus familias, invitándolos a rezar juntos y a “abrir el corazón para ver la presencia de Dios, especialmente en los más pequeños”. Entre aplausos y cantos, recibió como obsequio una raqueta de tenis y el uniforme de la escuela, y posó para una foto grupal que selló una tarde de cercanía y alegría.
La Escuela Pontificia Pablo VI, fundada en 1968 por san Pablo VI como un regalo a la comunidad local, es hoy un referente educativo en Castel Gandolfo. Con unos 300 alumnos, combina formación académica y valores católicos, con fuerte presencia de la música, el deporte y la educación cívica. En ese escenario, la visita del Papa dejó un mensaje sencillo y potente: la Navidad se vive cantando, compartiendo y, sobre todo, haciendo más por los demás.
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Fuente: Vatican News / IA















