Comienza la Fase 3 del plan económico. Su éxito dependerá de su capacidad para mantener el equilibrio macroeconómico en un entorno externo volátil, así como de su credibilidad y consistencia en el tiempo.
Buenos Aires, 1 mayo 8PR/25) — Desde mediados de marzo, el Gobierno se encontró en una situación de estrés impulsada por la incertidumbre cambiaria, las negociaciones con el FMI y las tensiones internacionales. Tras meses de buen desempeño, el BCRA vendió divisas y la brecha cambiaria se amplió, presionando las reservas.
El sector agropecuario enfrenta una situación compleja donde el tipo de cambio se encuentra en niveles históricamente bajos y las reformas tributarias y estructurales para lograr competitividad sistémica avanzan solo de forma gradual. Estas cuestiones, junto con la reciente apertura importadora, desafían la continuidad del superávit comercial.
Hacia adelante, el Gobierno enfrenta un año electoral con un sistema cambiario mucho más flexible, lo que implica riesgos. Consolidar la baja del riesgo país será clave para recuperar el acceso al financiamiento internacional, tanto para afrontar los próximos vencimientos como para sostener el nuevo régimen cambiario.
El éxito del plan dependerá de la capacidad para mantener el equilibrio macroeconómico en un entorno externo volátil, así como de su credibilidad y consistencia en el tiempo.
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Fuente: CREA