El comentario de Younghoon Kim, que ha batido récords, sobre su creencia en Dios se ha hecho viral y está inspirando a millones de personas. En Jesucristo, este genio de los récords ha encontrado “el camino, la verdad y la vida”, y quiere que todo el mundo lo conozca.
En un mundo que a menudo opone la inteligencia a la fe, la descarada declaración de fe de Kim ha resultado ser un testimonio notable e inspirador para innumerables espectadores.
Luego puntuó esa intención con una breve exclamación de confianza: “Amén. Cristo es mi lógica”.
Estas cuatro sencillas palabras – “Cristo es mi lógica”- captan sucintamente la convicción de Kim de que la fe y la razón van de la mano. En su opinión, el fundamento último de la verdad no es solo el intelecto humano, sino el propio Logos (Verbo) divino.
Es un sentimiento que se hace eco de la antigua enseñanza de la Iglesia Católica de que la fe y la razón son complementarias; como escribió san Juan Pablo II:
“La fe y la razón son como dos alas sobre las que se eleva el espíritu humano hacia la contemplación de la verdad”
El hombre detrás del mensaje: Fe e intelecto unidos
¿Quién es YoungHoon Kim? Más allá de los titulares virales, Kim es un reputado científico y empresario con una mente realmente formidable. Su coeficiente intelectual de 276 -casi el doble del nivel en el que se suele definir a un genio- ha sido verificado por múltiples organizaciones, como el Campeonato Mundial de Memoria, que le han nombrado oficialmente poseedor del récord mundial de coeficiente intelectual.
Es fundador y consejero delegado de NeuroStory, una iniciativa de investigación que crea soluciones para la salud cerebral basadas en inteligencia artificial con el respaldo del gobierno surcoreano. También creó la United Sigma Intelligence Association (una red mundial para superdotados) y forma parte del consejo de la Lifeboat Foundation, que se centra en proteger a la humanidad de los riesgos tecnológicos, según la Catholic News Agency. En resumen, Kim ha dedicado su vida a la búsqueda del conocimiento y la innovación.
En un post anterior en la red social X, Kim llegó a decir que estudiar teología era una de las mejores cosas que ha hecho en la vida, describiéndola como “la disciplina definitiva de todos los campos de estudio”. Esta mezcla de fe profunda e intelecto es precisamente lo que da peso a su testimonio público.
He aquí un hombre que ha analizado innumerables filosofías e ideologías, y aun así proclama alegremente que Jesucristo es Dios. De hecho, Kim explicó en X que, tras un exhaustivo estudio, “solo el cristianismo ofrece una solución lógicamente sólida al problema del mal, el sufrimiento y la salvación”.
Para él, la cosmovisión cristiana satisface tanto la búsqueda de coherencia lógica de la mente como la búsqueda de sentido del corazón.
“La Biblia no necesita actualizarse” – Un mensaje para los tiempos modernos
El Dr. Kim no se detuvo en un solo tweet. Animado por la reacción positiva, continuó compartiendo más de sus creencias en mensajes posteriores, casi como si llevara a cabo un avivamiento en línea de un solo hombre. En uno de ellos, afirmaba la autoridad intemporal de las Escrituras:
“Creo que la Biblia es la Palabra de Dios perfecta, eterna y definitiva. Por lo tanto, la Biblia no necesita ser actualizada. El mundo necesita ponerse al día”
Kim también expresó su confianza en que el cristianismo ofrece la forma más clara de entender y experimentar a Dios, subrayando que a través de las enseñanzas de Jesús “podemos encontrar el conocimiento más completo y verdadero de Dios, que es amor y salvación”.
Está claro que este brillante científico no ve ningún conflicto entre el conocimiento de vanguardia y la fe antigua; al contrario, abraza el cristianismo como la verdad en su forma más pura.
La audaz postura de Kim ha calado hondo en muchos de los que han leído sus artículos. Han llovido reacciones positivas de todo el mundo, sobre todo de cristianos alentados por ver a un intelectual de tan alto nivel defender la fe.
De hecho, la historia está llena de científicos, escritores y pensadores brillantes cuya fe en Cristo fue de la mano de su genialidad. El testimonio de Kim refuerza que creer en Dios no es un signo de ignorancia, sino de sabiduría y humildad. Como se regocijaba un admirador en las redes sociales: “El poseedor del récord mundial de cociente intelectual… cree que Jesucristo es Dios… ¡SÍ! Jesús es el REY!”.
Para innumerables personas, ver al “hombre más inteligente del mundo” alabar sin reparos al Señor ha sido una fuente de aliento y esperanza.
No es casualidad que este inspirador testimonio provenga de Corea del Sur, un país donde el cristianismo ha experimentado un crecimiento fenomenal en el último siglo. En 1900, los cristianos solo representaban alrededor del 1% de la población de Corea; hoy, aproximadamente un tercio de los surcoreanos son cristianos, según informa Christian Century. El 17% son protestantes y el 6% católicos.
La historia de la Iglesia católica en Corea del Sur es especialmente fascinante, ya que creció sin sacerdotes.
En la actualidad, Seúl alberga algunas de las iglesias más grandes del mundo, y Corea del Sur se ha convertido en uno de los mayores países emisores de misioneros.
Durante una visita al país en 2014, el Papa Francisco elogió la fe dinámica del pueblo coreano, señalando que “la fe en Cristo ha echado raíces profundas en vuestra tierra y ha dado frutos abundantes.”
El doctor YoungHoon Kim es un brillante ejemplo de esa fe fecunda. Su valentía al confesar públicamente a Cristo ante millones de personas refleja la vitalidad de una iglesia que sigue floreciendo, incluso en una sociedad altamente moderna y educada.
La profesión de fe viral de Kim inspira a creyentes y escépticos por igual. Sirve para recordar que nadie es “demasiado inteligente” para creer; de hecho, la razón que Dios nos ha dado puede llevarnos hacia Dios, no alejarnos de Él. Como muy bien dijo el propio Kim, nuestro fin último como seres humanos es buscar y conocer a nuestro Creador.
En Jesucristo, este genio de los récords ha encontrado “el camino, la verdad y la vida”, y quiere que todo el mundo lo conozca.
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Fuente: Aleteia
