En la mañana de este 13 de septiembre, desde la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano, el Santo Padre exhortó a los teólogos a cultivar una “teología sapiencial” que sea capaz de dar respuesta a los retos digitales de nuestra era. También llamó a promover una “teología encarnada”, cercana a los “dolores y alegrías” de los hombres.
El seminario se desarrolló en la Casina Pío IV de los Jardines Vaticanos, entre el 11 y el 12 de septiembre, centrándose en temas como “la sostenibilidad medioambiental” y la “custodia de la creación”, impulsados en buena medida por los predecesores del Papa.
León XIV aseguró en su discurso de este sábado a los teólogos que “el esfuerzo por mejorar las condiciones ambientales y sociales de nuestro mundo” requiere “el compromiso de todos”.
Ante esta realidad, señaló el Papa, el simposio ha propuesto un enfoque “intercultural e interreligioso”, capaz de fomentar “una actitud de solidaridad y colaboración que supere las barreras y los límites regionales, nacionales, culturales e incluso religiosos”. Esto, prosiguió el Santo Padre, “es auspicioso para intercambios adicionales y cada vez más intensos, para iniciativas incisivas y fructíferas”.
Para León XIV, la teología es “una dimensión constitutiva de la acción misionera y evangelizadora de la Iglesia”, que está siempre dirigida a los hombres de todos los tiempos.
Tomando la expresión acuñada por el Papa Francisco, indicó que la teología debe ser una “en salida”, capaz de unir “el rigor científico con la pasión por la historia; una teología encarnada, impregnada de los dolores, las alegrías, las expectativas y las esperanzas de la humanidad”.
Teología e inteligencia artificial
En esta búsqueda, explicó León XIV, la ciencia teológica está “directamente interpelada, porque no basta un enfoque exclusivamente ético del complejo mundo de la inteligencia artificial”.
La teología debe proporcionar una “visión antropológica que fundamente la acción ética”, volviendo “a la pregunta de siempre: ¿quién es el hombre, cuál es su dignidad infinita, irreducible a cualquier androide digital?”, añadió.
El Santo Padre remarcó la importancia de los “grandes Padres y Maestros de la Antigüedad”, quienes “supieron conjugar fe y razón, reflexión, oración y praxis”.
Especialmente San Agustín, al que cataloga como “un ejemplo siempre actual” por haber entendido la teología no como “búsqueda abstracta”, sino como fruto de la experiencia de Dios y de la relación vital con él”.
La figura y el pensamiento del Obispo de Hipona ha tenido un rol fundamental en la vida y la vocación de León XIV.
Por otro lado, Santo Tomás sistematizó luego el camino “existencial y afectivo” agustiniano “con los instrumentos de la razón aristotélica”, entendiendo la teología como sapida scientia, es decir, como “sabiduría”.
La obra de ambos fue luego completada por el sacerdote italiano Antonio Rosmini, quien —según León XIV— “consideraba la teología una expresión sublime de la caridad intelectual”.
El Papa finalizó su intervención ante los teólogos animándoles a dialogar con todas las disciplinas para poder “llevar la buena levadura del Evangelio a las diferentes culturas” y lograr “desarrollar y encarnar esta teología sapiencial, al servicio de la Iglesia y del mundo”.
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Fuente: ACI Prensa