Desde el scroll hasta la pornografía, el Papa señala que detrás de cada una de estas esclavitudes se esconde una sed de sentido y una falta de esperanza. Y la salida de ellas comienza con una transformación del corazón
España, jueves 27 noviembre (PR/25) — Las adicciones de nuestro tiempo —el juego, las apuestas, la pornografía, los videojuegos, las compras compulsivas— no son sólo un problema de personas individuales.
Son un signo de la pérdida del sentido de la vida relacionada con la crisis de la civilización. El Papa León XIV, en su mensaje a los participantes de la VII Conferencia Nacional sobre Adicciones en Italia, presentó cinco claves para la libertad.

Las nuevas esclavitudes del siglo XXI

 

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«Muchos jóvenes no saben distinguir el bien del mal», advirtió el Papa León XIV. «No tienen sentido de los límites morales».

Entre las causas mencionó la adicción al teléfono, el juego, la búsqueda del dinero fácil, la pornografía y el consumismo. Son tanto pecados de la época como síntomas, según el Papa, «de la inquietud interior y la decadencia social de los valores».

Al mismo tiempo, el Santo Padre ofrece ideas concretas para resolver la crisis.

1Educación para la libertad

No basta con prohibir. Hay que educar, «ayudar a los jóvenes a descubrir el valor de la vida y a elegir el bien en un mundo que dice: todo está permitido».

León XIV hace un llamamiento para que la educación no se limite a transmitir información, sino que forme la conciencia. Es precisamente la libertad interior, y no la ausencia de normas, lo contrario de la esclavitud.

2Acompañar con presencia y escucha

El Papa nos pide que no huyamos del sufrimiento de los jóvenes. «Cada uno de ellos clama por ayuda y por un sentido a su vida», subrayó.

El tratamiento de las adicciones no comienza con la moralización, sino con la presencia. Se necesita un «acompañamiento atento y solidario» que no juzgue, sino que anime e inspire al esfuerzo espiritual y moral.

3Reforzar la autoestima

«Sin raíces fuertes, cualquier viento nos arrastra», dijo el Papa. La baja autoestima y la inestabilidad emocional son un terreno fértil para todo tipo de adicciones. Por eso, recordó, la Iglesia debe ayudar a los jóvenes a desarrollar una autoestima sana, para que se sientan necesarios y amados, independientemente del número de «me gusta» que tengan.

4Llenar el vacío con bondad

Las prohibiciones nunca son suficientes si no hay alternativas. León XIV señala la necesidad de crear «espacios reales de desarrollo»: trabajo, deporte, educación y espiritualidad. «Esa es la forma de prevenir las adicciones», subrayó. Al ofrecer a los jóvenes oportunidades reales de acción, les enseñamos a elegir la vida, no la ilusión.

La cura definitiva para la adicción no reside en la soledad, sino en las relaciones. El Papa anima a crear «una cultura que se oponga al egoísmo y a la lógica del beneficio, y que se abra al otro, especialmente al débil y al perdido».
Es precisamente la comunidad, y no la rivalidad, el espacio donde se produce la verdadera curación.

6Construir una cultura del encuentro

 

La cura definitiva para la adicción no reside en la soledad, sino en las relaciones. El Papa anima a crear «una cultura que se oponga al egoísmo y a la lógica del beneficio, y que se abra al otro, especialmente al débil y al perdido». Es precisamente la comunidad, y no la rivalidad, el espacio donde se produce la verdadera curación.

Hacia la libertad con la que Cristo nos ha liberado

León XIV recuerda que ninguna terapia será eficaz si carece de fundamento espiritual. La libertad no consiste en la ausencia de restricciones, sino en la capacidad de elegir el bien. Todo ser humano, incluso el más esclavizado, es capaz de transformarse, porque en él actúa la gracia. Y la verdadera liberación, como escribió san Pablo, es «la libertad de los hijos de Dios» (Rom 8,21).

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Fuente: Redacción de Aleteia