Siendo aún un joven, Uriel tiene claro qué tipo de país quiere construir para sus hijos. Su labor como activista ha estado encaminada a defender la libertad religiosa y la vida en México. Esta es su entrevista con Aleteia.
México, domingo 7 diciembre (PR/25) — Nacido en Guanajuato, Tierra de los Cristeros, en México, este joven, licenciado en Derecho, es activista Provida, ha participado activamente en movilizaciones y debates legislativos; además, es líder de Campañas de la plataforma digital Actívate y participante de la Corte Iberoamericana por la Familia, así como también de la Asamblea General de la OEA, en Paraguay.
“Hoy el católico se enfrenta a la intimidación, exclusión y censura. Se nos empuja a callar y se nos niega la congruencia entre lo que creemos y lo que hacemos. Vivimos un tiempo donde decir ‘soy católico’ parece, para algunos, peor que cometer un delito. Ese ambiente lleva a muchos a guardar silencio, cuando precisamente hoy deberíamos hablar con más firmeza”, explica para Aleteia.
Quien viviera como seminarista en familia durante su adolescencia y juventud después de sentir un llamado fervoroso a convertirse en sacerdote.
Después de un largo discernimiento encontró su llamado a servir a la Iglesia Católica como laico comprometido en construir el Reino de Cristo ante los escenarios adversos que enfrentan los cristianos en la sociedad actual; el mismo Uriel nos explica:
“El cristiano no está llamado a esconderse, sino a transformar la realidad. Necesitamos laicos que vivan coherentemente su fe y que hagan vida el Evangelio más allá de los templos. Jesús nos invita a ser una Iglesia viva y, como laicos, nuestro compromiso es construir el reinado social de Cristo en medio de la tierra, allí donde se deciden las leyes, las políticas y la cultura”.
Evidentemente, la misión a favor de la dignidad humana -ligada también a la libertad religiosa- no es fácil, pero vale la pena a pesar de los ultrajes, la violencia verbal, física e incluso cibernética que el joven activista ha tenido que soportar.
«Esas experiencias me han confirmado que vale la pena defender la fe y proclamar sin miedo: soy católico, y mi fe merece respeto”.
Para los jóvenes católicos en México, como Uriel Esqueda, la relación entre fe, justicia y participación ciudadana en el país es un tema urgente en el que, él mismo asegura, debemos participar de una manera más activa. Así lo señala:
«Veo con preocupación el crecimiento de ataques y persecuciones contra los cristianos en México. Lamentablemente, muchos laicos no dimensionan lo que está ocurriendo y lo han normalizado. El miedo al rechazo social hace que pocos levanten la voz, pero necesitamos más laicos valientes que defiendan la verdad. Sueño con un México donde los laicos comprendan su papel y asuman su compromiso de participar en lo social y lo político para defender la verdad».
Finalmente, Uriel Esqueda anima a otros a vivir la fe, no sólo en lo privado, sino a ser protagonistas en la transformación social a partir de su creencia.
“Siempre comparto una frase que me marcó profundamente: ‘De los tibios nunca se hizo historia’. Hoy necesitamos católicos que se atrevan a levantar la voz, a no ser indiferentes y a detener los ataques que se dan contra la fe, la vida, la familia y las libertades fundamentales. Está en nuestras manos el México que dejaremos a nuestros hijos (…) Para lograrlo, debemos salir de las parroquias y grupos, abrir los ojos a lo que pasa en los congresos, en las calles, en la cultura, y comprometernos a llevar el Evangelio allí donde más se necesita”, concluye.
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Fuente: Aleteia















