En esta nota, la experta en jardinería, Mary Joe Gardener, nos cuenta cuáles son las plantas “estrellas del otoño”. Agarrá lápiz y papel ¡y tomá nota!
“Hay plantas que no podés no tener en tu jardín en esta época porque son las estrellas del otoño”, nos comenta María José Silveyra (más conocida como Mary Joe Gardner @maryjoegardener) al comienzo del video que grabamos hace casi un año cuando visitamos su bellísimo jardín.
Y la experta tiene razón. Es que en esta estación, muchas plantas y flores parecen “apagarse” pero hay otras que directamente se benefician con este clima y despliegan al máximo sus colores, texturas y, en algunos casos, ricos aromas.
Acá te compartimos cuáles son algunas de las que recomienda Mary para que las tengas en cuenta a la hora de planificar tu paisajismo.
Sedum Spectabile Autumn Joy
Se trata de una planta suculenta vivaz de crecimiento muy rápido, que puede alcanzar los 50-70 cm de altura en poco tiempo. Pertenece a la familia de las Crassulaceae, la cual está integrada por más de 350 especies, es oriunda de China y Corea. Desarrolla unas flores que van variando de colores desde mediados de verano hasta finales del otoño.
Luz: pleno sol.
Temperatura: resistente a las heladas.
Riego: moderado y poco abundante.
Sustrato: no es muy exigente, incluso puede crecer en suelos secos y pobres.
Poda: se recomienda hacer una pequeña poda una vez acaba su floración.
Salvia leucantha
“Florece en verano y en otoño pero su mejor floración es la de otoño”, nos comenta Mary en el video. La Salvia leucantha es una planta herbácea perteneciente a la familia de las lamiáceas. Nativa de México, es una de las más usadas en el diseño de jardines por su extensa y radiante floración de color lila eléctrico bastante inusual.
Luz: lo ideal es pleno sol para que florezca con generosidad.
Temperatura: se recomienda protegerla de las heladas. Si se hiela conviene cortar las ramas al ras pero dejarlas acolchando las plantas.
Riego: regulares y moderados, dejando que el sustrato se seque entre riego y riego.
Sustrato: podríamos decir que es una todoterreno, con la condición de que el sustrato sea ligero y el drenaje esté asegurado.
Poda: al final del invierno se debe eliminar toda la parte aérea a unos 10 cm del suelo para que rebrote con fuerza.
Gramíneas
Las gramíneas (Poaceae, su nombre científico) son una gran familia de plantas con más de 12.000 especies, la inmensa mayoría de ellas herbáceas, y son la familia de plantas más importante a nivel económico en todo el mundo, ya que una buena parte de la alimentación humana se basa en ellas (ya sea de forma directa, en forma de granos de cereales, harinas y aceites, o de forma indirecta, ya que se usan también gramíneas forrajeras para alimentar aves de corral y ganado en todo el mundo).
Tienden a ser perennes o anuales y a sus tallos, cilíndricos y huecos, se les llama comúnmente cañas. Susflores hermafroditas se agrupan en espigas, que contienen varias espiguillas y sus hojas varían enormemente dada la gran diversidad de la familia.
Luz: pleno sol.
Temperatura: prefieren temperaturas entre 12 y 30 °C.
Riego: moderado, evitando que el suelo se seque completamente.
Sustrato: mullido y profundo. Los suelos entre ligeramente ácidos y ligeramente alcalinos son apropiados para la mayor parte de las gramíneas ornamentales.
Poda: te dejamos el tip infalible de Mary Joe para podarlas con éxito (click acá)
Te compartimos los mejores tips y consejos para cuidar al máximo tus plantas de interior, de cara al cambio de estación. Tomá nota!
El cambio de estación afecta, y mucho, a nuestras amadas plantas de interior. Y es que ellas también perciben que las temperaturas están bajando, que los días son cada vez más cortos y que el sol nos visita menos horas.
Pero en rasgos generales, existen algunos tips y recomendaciones para cuidarlas y que el cambio de estación no les afecte tanto. Acá te contamos cuáles son algunos de los más importantes para que los tengas en cuenta.
Tips para cuidar tus plantas de interior frente al cambio de estación
Pulverizá las hojas con frecuencia
A medida que la temperatura baja cerramos las ventanas, prendemos la calefacción y el ambiente se vuelve más seco. Este clima, por más que a nosotros nos encante, a las plantas no las favorece. Por eso es clave pulverizar cada dos o tres días todas las especies. Te recomendamos hacerlo apuntando hacia arriba de manera tal que el agua vaya cayendo por toda la planta.
Controlá la temperatura ambiental
Para controlar la temperatura te recomendamos mantener tus plantas alejadas de corrientes de aire frío y evitar colocarlas cerca de ventanas o puertas que se abren con frecuencia. También hay que colocarlas lo más lejos posibles de las fuentes de calor como estufas o radiadores.
Lo ideal en esta época es utilizar humidificadores para mantener un nivel adecuado de humedad en el ambiente. Otra opción puede ser agrupar varias plantas juntas con el objetivo de crear un microclima más húmedo alrededor de ellas.
Reducí los riegos
Con la llegada del otoño las temperaturas disminuyen y los días se acortan, lo que significa que las plantas necesitan menos agua. En este sentido, es fundamental prestar atención a las señales que nos indican si están recibiendo la cantidad adecuada de agua. Si las hojas se vuelven amarillas y caen con facilidad, es posible que estemos regando en exceso. Por otro lado, si las hojas se marchitan y se ven secas, puede ser señal de que falta agua.
Es necesario encontrar un equilibrio y ajustar la frecuencia y cantidad de riego según las necesidades individuales de cada planta.
Controlá la luz solar
A medida que los días se acortan y las noches se alargan, la cantidad de luz solar disponible para nuestras plantas disminuye significativamente. Esto puede repercutir en su crecimiento y desarrollo. Por eso es clave asegurarse de que todas nuestras plantas reciban la cantidad adecuada de luz durante el otoño para que puedan seguir prosperando.
Lo ideal es ubicarlas en un ambiente bien iluminado y cerca de una ventana. Si esto no es posible se recomienda utilizar luces artificiales (LED es lo ideal) para suplementar la natural.
Estamos en otoño y las tareas del jardín van en aumento: ahora hay que prepararlo para la llegada del otoño y los meses más fríos. Pero… ¿qué hacemos con el césped? Acá te contamos todo lo que necesitas saber..
Estamos frente a una época bisagra en lo que a tareas de jardinería se refiere. Y es que el verano está llegando a su fin y arranca el otoño, lo que quiere decir que cambia la dinámica de los cuidados de todo el jardín (huerta, cultivos, riegos, etc.).
Ahora bien, hay que admitir que en toda esta “movida” del cambio de estación, casi siempre dejamos para lo último (o directamente nos olvidamos) del césped. Sin embargo, cuidar, mantener y preparar este manto verde es fundamental para que soporte las frías temperaturas del invierno y pueda volver a estar espléndido la próxima primavera. Así que a poner manos a la tierra ¡y a cuidar nuestro pasto!
Cómo cuidar el césped en otoño
1. Oxigenar
Para empezar a preparar nuestro césped para la llegada del invierno tenemos que comenzar permitiendo que se oxigene. En este sentido, retirar las hojas y las ramas que se hayan caído de los árboles es clave, ya que le daremos la capacidad de respirar mejor y de recibir más luz en esta estación que se avecina. Te recomendamos llevar a cabo esta tarea con un rastrillo.
2. Airear
Esta tarea implica realizar pequeñas incisiones verticales en el terreno de entre 7 y 10 centímetros. Gracias a ellas, el oxígeno llegará hasta las raíces del césped permitiéndoles tomar más nutrientes.
Además, el aireado es la mejor manera de romper la compactación del terreno en un momento del año que tiende precisamente a endurecerlo. Es importante entender que el agua invernal y el frío apelmazan el terreno, por lo que si antes de ese momento el suelo está más suelto, nuestro césped vivirá mejor ya que podrá absorber con más facilidad de la tierra suelta que de la tierra compacta.
3. Abono
Siguiendo con las ventajas del aireado del césped, gracias a esa tarea el fertilizante que apliquemos penetrará y nutrirá mejor las raíces. Se recomienda aplicar abono complejo de lenta liberación, que irá penetrando en el pasto de manera progresiva. Al estar mezclado con el sustrato nuevo hará que la cobertura sea mejor y la ración de nutrientes mayor (a esta suma se le llama recebado).
Un tip: como la intención de esta mezcla es que sea absorbida, nunca hay que cubrir el césped por completo sino sólo una ligera capa sobre él.
4. Resembrar
Con el terreno preparado, hay que aprovechar para resembrar yrellenar los espacios donde haya desaparecido parte del pasto o donde esté en mal estado.
En este punto, lo ideal es optar por césped repoblador de alta germinación. Para hacerlo, más allá de extender una capa gruesa sobre la zona afectada y compactarlo ligeramente, hay que regar de manera abundante durante, al menos, dos semanas (día sí, día no) para que enraíce correctamente. Es muy importante que este riego aproveche las buenas temperaturas medias del otoño, ya que de comenzar a bajar el termómetro tendremos que detenerlo.
5. Eliminar las malas hierbas y aplicar fungicida
Por último, es fundamental eliminar las malas hierbas ya que, durante los meses de invierno, gastan la energía y los nutrientes que nuestro césped tanto necesita. Más allá de arrancarlas de raíz, se recomienda aplicar un herbicida específico para evitar que rebroten en primavera.
Por otro lado, si se sospecha de hongos, hay que tratar con fungicida las manchas amarillas o pardas que aparezcan así no se extienden..
La pérdida y el desperdicio de alimentos repercute en la sustentabilidad de los sistemas productivos, por ello, un equipo del INTA Balcarce llevó adelante un proyecto para conocer y reducir la pérdida de hortalizas y frutas dentro de las 9400 hectáreas productivas en el sudeste bonaerense y desarrolló un protocolo para su aprovechamiento.
Buenos Aires, jueves 21 de marzo (PR/24) .- Las pérdidas y desperdicios frutihortícolas, desde su producción hasta el consumidor, se estiman en un 29,8 % para las frutas y 42,1 % para las hortalizas en todo el país. Para revertir la situación, un equipo del INTA Balcarce –Buenos Aires– llevó adelante un proyecto que identifica las principales cadenas productivas en el territorio local con el fin de determinar la cantidad y características de las pérdidas de alimentos frutihortícolas con el fin de buscar alternativas para su aprovechamiento.
Sebastián Borracci, extensionista del INTA Balcarce y coordinador del proyecto local, explicó que el mismo “propone la búsqueda de información sobre la pérdida de alimentos frutihortícolas y de innovaciones tecnológicas para promover la transformación y agregado de valor de las mismas. A su vez, lograr acuerdos entre los actores del territorio para facilitar el acceso y labor de las asociaciones civiles y organizaciones de la economía social”.
En esta región la producción frutihortícola es de gran importancia, principalmente en el partido de General Pueyrredon, por superficie y diversificación. El cordón frutihortícola ocupa un área de 9400 hectáreas, principalmente se cultiva maíz dulce –2000 hectáreas–, lechuga –1600 hectáreas–, zanahoria –1100 hectáreas–.
Se encuentran 1350 hectáreas de invernaderos, que producen principalmente lechuga y tomate. Los partidos del sudeste bonaerense producen más del 50 % de la papa total del país, tanto para industria como para consumo en fresco. Además, cuenta con una de las zonas más importantes a nivel nacional de producción de kiwi y frutilla, ambas con gran potencial de exportación, tanto en fresco como procesado.
Borracci señaló: “El foco de las acciones realizadas estuvo en las pequeñas transformaciones de los productores por disminuir las pérdidas a lo largo de la cadena productiva, por ejemplo, un mayor cuidado en la cosecha para evitar los golpes y que la mercadería se haga más perecedera, dar aviso a organizaciones para el rescate durante el empaque o el lavado de manera que aprovechen el mayor volumen posible de la mercadería en fresco, o en el caso de una empresa hortícola, contratar personal específico para trabajar el tema”.
Las pérdidas de alimentos consisten en masas de alimentos que se desperdician en las diferentes etapas de producción, poscosecha y procesamiento de la cadena de suministro de alimentos destinados al consumo humano. A nivel local, se cuenta con algunos valores orientativos de los cultivos más destacados: kiwi el 1 %, papa podría llegar al 5 % y en zanahoria al 25 %.
Uno de los principales aliados del proyecto fue el Banco de Alimentos de Balcarce, Tandil y Mar del Plata, posteriormente NODO “Rescate de excedentes”. El proyecto del INTA tuvo también articulación con otros actores que ya disponen del conocimiento o la tecnología para el aprovechamiento de las pérdidas: empresas transformadoras locales –dulces, encurtidos, salsas, deshidratado–, instituciones como la Universidad Nacional de Mar del Plata para la extracción de subproductos –almidón de papa, harina de kiwi– o el INTI para el desarrollo de pasta/puré de zanahorias para diversos usos gastronómicos”, detalló el investigador.
Protocolo para un manejo comprometido
El INTA Balcarce relevó las causas de las pérdidas de alimentos y analizó las alternativas para su aprovechamiento, así se creó un protocolo para un manejo apropiado y comprometido de aplicación por parte de los productores.
La pérdida y el desperdicio de alimentos repercute en las diferentes dimensiones de la sustentabilidad, a nivel ambiental contribuye a la contaminación, a la degradación de los ecosistemas naturales, la pérdida de biodiversidad y las emisiones de gases de efecto invernadero, en un estimado de 8 a 10 % de las emisiones globales. A nivel social, afecta la seguridad alimentaria dado que el mayor porcentaje de pérdidas se da en alimentos clave de la dieta saludable, como frutas, verduras y pescado.
La mayoría de las especies frutihortícolas son susceptibles a un rápido deterioro posterior a la cosecha, por otro lado, los precios de las hortalizas pueden tener variaciones importantes en un corto período de tiempo –dado que están muy sujetos a la estacionalidad, la oferta y demanda–.
Es común que el productor, ante un precio inferior a sus expectativas, prefiera no cosechar el cultivo, convirtiéndose en una pérdida que podría utilizarse para consumo humano, pero que al no cosecharse se convierte en un residuo.
“Es importante, particularmente en este tipo de productos, la generación de protocolos que contribuyan a un rescate de pérdidas de frutas y verduras responsable y seguro”, destacó Borracci.
Y explicó que “se generó un protocolo que asegura las mínimas condiciones de inocuidad exigidas en las normativas de los circuitos comerciales, mantener o mejorar la calidad y/o apariencia de la mercadería entregada y la trazabilidad de los productos. Esto refiere al cumplimiento de ciertos requisitos desde lo químico, físico y microbiológico para cada tipo de aprovechamiento”.
Casos como zanahorias deformadas, papas de tamaño pequeño, que pueden ser enviados para su consumo a destinos como asociaciones civiles –banco de alimentos, comedores, etc.– deben cumplir los mismos requisitos que si fuera al mercado –inocuidad del producto, sanidad del almacenamiento y transporte apropiado, entre otros–.
En otros casos, donde ya hay un estado avanzado de maduración del alimento puede ser aprovechado a partir de la transformación de este, por ejemplo, salsas de tomate y/o mermelada de kiwi.
También se creó una guía de apoyo para las organizaciones intermediarias, quienes rescatan la mercadería. Esto busca facilitar la caracterización de la mercadería según sus aptitudes para el consumo humano dado que, en aquellos casos en que no se cumpla, pueda dirigirse a consumo animal u otros destinos, como insumo en biofábricas, biogás, compost o residuos sólidos urbanos.
“A partir de la información recopilada se pretende establecer estrategias más eficientes de prevención y gestión de las pérdidas de alimentos y generar herramientas que permitan mejorar la logística de la relación entre los productores y organizaciones de la economía social que requieren de los mismos, como cooperativas, potenciales emprendimientos o en etapas iniciales”, concluyó Borracci.
Mendoza, viernes 16 febrero (PR/24) — En el Valle de Uco, Mendoza, el evento de tomate para industria tuvo su encuentro anual y reunió a un centenar de productores interesados en conocer las mejores tecnologías para el cultivo.
En las instalaciones de la Estación Experimental Agropecuaria La Consulta, perteneciente al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), se desarrolló el pasado jueves 15 de febrero una nueva edición de la tradicional jornada a campo Tomate 2000.
El evento contó con la participación de productores, industrias, investigadores, autoridades gubernamentales y proveedores de insumos. Allí, los presentes evaluaron las variedades de este cultivo y el uso de diferentes tecnologías aplicadas al mismo, como maquinarias, sistemas de riego, agroquímicos y fertilizantes.
Además, se ratificó el potencial que la región cuyana tiene para la producción de tomate, siendo una de las zonas que reúne las mejores condiciones para su práctica y desarrollo.
Tecnologías disponibles para el cultivo
En el evento técnico más especializado de la región, abundó el intercambio de información y de experiencias entre los diversos actores del agro. En ese sentido, Amauta, una empresa dedicada a desarrollar soluciones nutricionales que protegen “nuestra tierra, su rendimiento y el negocio de nuestros clientes”, presentó su completa línea de productos disponibles.
Alejandro Strenitz, representante técnico comercial de la zona de Cuyo, indicó que “el tomate industria abarca una superficie de alrededor de 6.000 a 7.000 hectáreas”, y sumó que se trata de una región con grandes beneficios para este cultivo, ya que cuenta con “bajas precipitaciones, alta heliofanía, buenas temperaturas y un período libre de heladas”.
Cabe destacar que, en general, el cultivo se realiza de noviembre a marzo. Respecto a sus fases, existen tomates industria de ciclos precoces, que van entre los 95 a 100 días, y de ciclo completo, que tienen un período de 120 a 130 días de duración.
Además, el ingeniero Strenitz resaltó que la venta de este cultivo por contrato ofrece estabilidad a los productores, ya que permite una comercialización anticipada de sus cosechas a las industrias. Por lo tanto, el foco comienza a ponerse en la productividad, ya que de la misma dependen los ingresos incrementarles de la explotación.
Una amplia paleta
Con el objetivo de evolucionar la agricultura, la empresa propone una extensa paleta de productos para el cultivo de tomate industria. Según Alejandro, “los ensayos realizados con las tecnologías propuestas por Amauta obtuvieron muy buenos resultados” lo que permite que, a partir de la evidencia científica “podamos ofrecer a los productores una amplia gama de soluciones completas para potenciar y mejorar sus rindes”.
Para Strenitz, “el que más se destaca en la zona es el N Elite”, caracterizado como “una mezcla química NPK que se usa como fertilizante de base, permitiendo a los productores su aplicación al armar la cama de trasplante y disponer de nutrientes a lo largo del ciclo”
También cuentan con soluciones hidrosolubles, utilizadas “principalmente para la demanda del fertirriego ya que la gran mayoría del tomate industria se lleva adelante con riego por goteo”, comentó el técnico comercial.
Es importante mencionar que la inversión por hectárea ronda entre 8 y 10 mil dólares, por lo que es necesario eficientizar el uso todos los recursos, especialmente el agua, para lograr buenos cultivos y obtener una producción exitosa en términos de cantidad y rentabilidad. En ese sentido, la oferta de hidrosolubles de Amauta -todas NPK- tienen diferentes macronutrientes enriquecidos: “Aqua Nitro tiene como principal nutriente al nitrógeno, Aqua Phos al fósforo y Aqua Kali al potasio”, explicó Alejandro.
Entre los productos foliares, se destacan dos fisioestimulantes con aminoácidos libres: Vigorión y Superbia. Este último es un polvo soluble registrado además para producciones orgánicas.
“En cuanto a microelementos, la paleta cuenta con dos soluciones innovadoras: Microquel Amin Ziman, con zinc y manganeso; y Microquel Amin Cuaje, con boro y molibdeno; ambos acompañados de aminoácidos en su composición”, indicó el especialista.
Finalmente, Strenitz señaló que desde Amauta apuntan a “cubrir las necesidades nutricionales de los cultivos con productos de alta calidad tanto en su formulación como en la materia prima, lo que permite mayor eficiencia en el uso de los nutrientes”. Todo esto con el fin de obtener una sostenibilidad nutricional y un mayor rédito económico del cultivo.
El Ministerio de Agricultura de Perú, a través del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (SENASA) y junto a los productores de palta iniciaron la campaña de exportación de palta 2024.
Buenos Aires, jueves 15 de febrero (PR/24) .- La actividad se llevó a cabo junto a la Municipalidad provincial de La Mar, instancia en la que participación de autoridades regionales y locales, la Asociación de Productores y Exportadores de Palta Hass del Perú (PROHASS), representantes de empresas agroexportadoras y productores de la zona.
Durante el evento, también se capacitó a los agricultores en temas de certificación de lugares de producción y manejo de plagas del palto.
El jefe nacional del SENASA, Miguel Quevedo Valle comentó “queda demostrado que el trabajo articulado entre el sector privado y SENASA es fundamental para mejorar las condiciones fitosanitarias de los cultivos y seguir involucrando a más pequeños productores en la cadena agroexportadora, por ello, seguimos trabajando para conquistar otros mercados en beneficio de las familias del campo”.
Producción
La región Ayacucho, el cultivo de la palta ha tenido un importante incremento los últimos años, dado que la cosecha se inicia entre febrero y marzo (antes que la costa), situación que favorece a los productores ubicados en esta parte del país.
Más del 80% de productores de la agricultura familiar forman parte de la cadena agroexportadora de palta en el país, principalmente de los valles interandinos como Ayacucho, Apurímac y Huancavelica.
Proyección
Actualmente la palta peruana se envía a 73 mercados del mundo, siendo la variedad Hass la más exportada, representando un 94% del total de las exportaciones.
Durante la campaña 2023, los envíos totales de palta alcanzaron las 599,769 toneladas según registro oficiales, superando a la campaña anterior que registró la exportación 548,729 toneladas.
Los principales destinos de la campaña 2023 fueron Estados Unidos, Unión Europea, Chile, China, Tailandia y Corea del sur.
En lo productivo la palta Hass se produce en 16 regiones del país, principalmente en La Libertad, Arequipa, Ica y Moquegua, así como en valles interandinos de Apurímac, Cusco, Junín, Áncash y la sierra de Lima, donde los productores trabajaron de forma articulada con SENASA para certificar 49, 470 hectáreas en la última campaña.
Prevención del Síndrome Urémico Hemolítico por el doctor Jorge Tartaglione.
¿Por qué debemos hablar de agricultura regenerativa?
Este libro es el resultado de cuatro viajes de su autora, Matilde Fierro, a la parroquia de Medjugorje, en Bosnia Herzegovina, donde se aparece la Virgen María como la Reina de la Paz desde 1981.
¡Usted puede leer ya en forma digital! Basta con hacer click en los siguientes archivos: