Por Rodolfo Tarraubella, Presidente Fund. EcoConciencia.
Buenos Aires, 5 diciembre (PR/23) — Es Londres, 1720, un amigo le dice al otro… pero ¿cómo se te ocurre la extraña idea de imaginar una sociedad donde no existan los esclavos? No hay ningún país del mundo donde no exista la esclavitud, así lo ha determinado Dios respetando la propiedad privada. Con esas ideas en la cabeza mereces que te llame ABOLICIONISTA.
La esclavitud era una condición natural y se eligió esta palabra “peyorativa” como una especie de insulto para quienes pensaran que no debiera haber esclavos.
Más cercano en el tiempo, durante mi primer día de Economía en la Universidad, entra el profesor y dice “hay bienes escasos y bienes súper abundantes, nosotros nos encargaremos de los primeros porque son susceptibles de valor comercial”. Ante la pregunta de “¿cuáles son los súper abundantes?” me responde: “el aire, el agua, los bosques, los mares”. Y repregunto: “¿para qué sirven?”, “para vivir” responde él.
Es curioso que no se incluya a la naturaleza en la economía. El significado etimológico de ésta palabra es Oikos+neimen: administración de la casa. Acostumbramos a pagar una expensa por los espacios comunes de los edificios, pero no por los bienes comunes del planeta. Nos parece lógico pagar por el mantenimiento de la infraestructura de una industria, pero no por “la infraestructura de las infraestructuras”.
Por qué se ningunea a la naturaleza al no pagarle nada, cuando habría que considerarla como un sector Pre Primario y asignarle un costo para su conservación…
¿Qué produce la naturaleza? Servicios ecosistémicos, que son la base fundamental para la vida en la tierra. Los mismos son de 4 tipos: a) de soporte (los que sustentan a los otros servicios ej: biodiversidad) b) de proveedor (madera, agua dulce, fibras para tejidos, alimentos, etc) c) de control (cambio climático, inundaciones) d) Servicios culturales (arraigo, belleza del paisaje, turismo ecológico)
¿Cómo generar un sistema de pago por estos servicios? Más allá del conocido ticket de entrada a los parques nacionales, con el que se paga por “la belleza del paisaje”, existen metodologías para la medición y evaluación de los mismos, a los efectos de poder emitir “biocréditos” a ser vendidos en el mercado. Esta técnica considera a la taxonomía realizada por el Sistema de Contabilidad Económica Ambiental SEEA EA de las Naciones Unidas, donde se clasificaron 38 de estos servicios ecosistémicos.
Éste constituye un marco estadístico integrado para organizar datos sobre hábitats y paisajes, medir los servicios y rastrear los cambios en los activos de los ecosistemas, y vincular esta información con la actividad económica y humana.
La Comisión de Estadística de las Naciones Unidas adoptó la Contabilidad de los Ecosistemas del SEEA en su 52º período de sesiones, en marzo de 2021.
¿Cómo funciona dicha contabilidad?
Las cinco cuentas del ecosistema son:
De STOCK, en EXTENSIÓN. Registran el área total de cada ecosistema (extensión), clasificada por tipo.
De STOCK, en ESTADO DE SITUACIÓN. ¿En qué condición se encuentra?
De FLUJO. ¿Qué servicio brinda este ecosistema en función de su dimensión y estado?
De FLUJO, por COMPONENTES. ¿Cuál es el uso que se le da a esos ecosistemas en función de las unidades involucradas, incluso las familias?
De STOCK, por ADICIÓN O REDUCCIÓN. Las cuentas de ACTIVOS DE LOS ECOSISTEMAS MONETARIOS registran información sobre las existencias y sus cambios. Incluye tener en cuenta la degradación y mejora de los ecosistemas.
¿A quién le puede interesar comprar biocréditos?
El Foro Económico Mundial (WEF), en su reciente Reporte de Riesgos (enero23), realizó un escenario a 10 años donde considera el RIESGO DE COLAPSO DE LA NATURALEZA, DE LLEGAR AL PUNTO DE NO RETORNO. En los últimos 50 años hemos perdido el 69% de la población de animales salvajes y asistimos a la mayor extinción de las especies de la historia.
Comprar biocréditos de servicios ecosistémicos es contribuir a un seguro colectivo de mantenimiento de la vida en el planeta. El dinero va dirigido a la protección ambiental y social del lugar, con consentimiento de las comunidades locales y co-creado con ellos.
En esta misma línea, bajo la iniciativa global del Foro TNFD (Task Force for Nature-related Financial Disclosures) hoy existen más de 700 empresas financieras y ONGs que trabajan en la divulgación de las finanzas relacionadas a la naturaleza. Fundación EcoConciencia es la única entidad argentina miembro de este grupo y fue parte impulsora de la plataforma para medir el “riesgo de inversión en relación al conflicto por la pérdida de la biodiversidad”. Al comprar biocréditos, las organizaciones pueden agregarlo a su reporte de sostenibilidad -tanto en su desarrollo social como en su contribución a la biodiversidad-, mejorando su riesgo reputacional, el valor de su marca, y mitigando su huella ecológica.
Por ejemplo, si en el origen de un río se hace una gran deforestación, puede existir un riesgo importante de caída del caudal, y por lo que, si se financia una represa de generación hidroeléctrica, la misma tendrá el riesgo de producir mucho menos que su capacidad, por su relación de dependencia con el río. De ese modo, se denegaría el crédito.
Si bien Mauritania fue el último país en declarar ilegal a la esclavitud humana en 2007, hoy no hay país en el mundo que haya desterrado a la esclavitud de la naturaleza. En este sentido, estamos como en 1.720 pero con el sujeto esclavo LA NATURALEZA, por ello, llamamos a convertirse en ABOLICIONISTAS DE LA NATURALEZA

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Fuente: EcoConciencia