No obstante, el cambio en las reservas de suelos es total: de predominar áreas en sequía y escasez una semana atrás a niveles óptimos en los sectores centro y noreste, con núcleos de exceso en Santa Fe y este de Córdoba.

Rosario, viernes 16 febrero (PR/24) — Según el último reporte de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), las importantes lluvias del fin de semana largo no lograron contrarrestar los efectos de la ola de calor en la soja de primera: “Se va confirmando un horizonte de pérdidas de 20% a 30% del potencial del cultivo en la región núcleo”, afirmó la BCR, a través de su Guía Estratégica para el Agro (GEA).

Pese a las adversidades, el documento releva la opinión de los técnicos de la zona núcleo, que aseveran que con lo que llovió “alcanza para terminar el ciclo” de la soja de primera. “El cambio en las reservas de suelos es total: de predominar áreas en sequía y escasez una semana atrás a niveles óptimos en los sectores centro y noreste, con núcleos de exceso en Santa Fe y este de Córdoba”, explica.

Sin embargo, las secuelas de la ola de calor persisten, con una reducción significativa en las expectativas de cosecha. Hace apenas un mes, en Pergamino se esperaban rendimientos de hasta 5000 kilos por hectárea, cifra que ha sido ajustada a un rango de 3700 a 3800 kilos, evidenciando el impacto del estrés térmico y la falta de agua en momentos críticos del desarrollo de la planta.

El informe de la GEA también destaca una mejora en las condiciones de la soja de segunda, con una disminución de los lotes en estado malo y regular y un aumento en aquellos catalogados de buenos. Esto sugiere que, a pesar de los desafíos iniciales, parte del cultivo aún tiene potencial para alcanzar buenos rendimientos, especialmente en regiones que recibieron lluvias oportunas.

La situación del maíz también recibe atención, con una recuperación notable en los maíces tardíos gracias a las lluvias que coincidieron con la etapa de floración. Aunque algunos lotes no lograrán reponerse completamente, las proyecciones para aquellos que sí se beneficiaron de las precipitaciones son optimistas, con expectativas de rendimiento que varían según la localidad y las condiciones específicas de cada cultivo.

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Fuente: BCR