Abel Camasca

De acuerdo a Vatican News, sitio web de noticias del Vaticano, Santa Magdalena (1774-1835), conocida como “la Napoleón con falda” por su firmeza al cumplir la voluntad de Dios, nació en una antiquísima familia noble. Tuvo una infancia muy dura tras la muerte de su padre y el abandono de su madre.

En su juventud ingresó dos veces a la experiencia del Carmelo, pero descubrió que esa no era su vocación. Más adelante, la santa recogió a dos niñas de la calle y les proporcionó un lugar seguro. Con este gesto, su vida se transformó aún más.

Estando en su Palacio de Canossa, en Verona al norte de Italia, acogió a Napoleón Bonaparte. De esta manera él “tuvo la oportunidad de conocer y apreciar a Maddalena y su fervor apostólico y le proporcionó el antiguo monasterio agustino”, precisa Vatican News.

“Así nació el primer Instituto de la Congregación de la Caridad, aprobado por Pío VII en 1816, en el cual Magdalena organizó cursos de catequesis y asistencia a los enfermos, pero sobre todo escuelas de instrucción y de formación para las jóvenes”, añade.

El sueño profético de “la Napoleón con falda”

La Virgen las llevó primero “a una iglesia llena de mujeres y niñas, luego a un hospital y, finalmente, a una sala repleta de niños andrajosos”. Es así que les pidió que se encarguen de todos ellos, especialmente de los niños.

Santa Magdalena lo tomó como un pedido personal del cielo y se entregó de lleno a las obras de caridad.

Según el libro, ella al ver que Napoleón le tenía  mucho respeto y admiración, le pidió el convento de San José de Verona para llevar adelante su misión.

“Y fue el mismo Napoleón quien le proporcionó los medios, precisamente cuando se dedicaba a expulsar a los frailes y a las monjas de los conventos”, puntualiza.

Santa Magdalena fundó el Instituto de las Hijas de la Caridad Canossianas, que están ahora en diversos países del mundo.

Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos y recibirás las noticias más relevantes para tu vida de fe.

Cabe resaltar que Santa Josefina Bakhita, patrona de las víctimas de la trata, se consagró a Dios en esta comunidad religiosa.
Primicias Rurales
Fuente: ACI Prensa