El bienestar animal repercute directamente en la producción y en la rentabilidad del sistema ovino, ya sea con fines de carne, lana o leche. Desde el INTA Esquel presentaron una guía técnica que permite reducir tiempos, esfuerzo físico y riesgos, tanto para el personal como para los animales.
Buenos Aires, Tener ovejas sanas, bien alimentadas y sin estrés es posible mediante un manejo calmo y organizado de las majadas. Especialistas en manejo ovino del INTA Esquel promueven un enfoque técnico que combina el conocimiento del comportamiento animal, la correcta selección y criterios de bienestar animal.
Entre las principales recomendaciones, los especialistas hacen hincapié en asegurar que las ovejas tengan acceso adecuado a alimento, agua y refugio, realizar controles sanitarios (vacunas, antiparasitarios, etc.) a tiempo y rotar pasturas para evitar el sobrepastoreo y la degradación del suelo.
A esto, se suma el uso de perros de arreo en la producción ovina, una práctica tradicional que, bien aplicada, puede mejorar notablemente la eficiencia del trabajo en el campo y reducir el estrés de la majada. En este marco, Martín Villa, técnico especializado en la temática del INTA Esquel, explicó que realiza capacitaciones al personal de campo y estudiantes en las que “se comparten conocimientos sobre el uso adecuado de perros de trabajo, su entrenamiento y el vínculo humano-animal como base del manejo respetuoso y eficiente”.
La clave está en reconocer cómo se comportan las ovejas ante estímulos visuales y de presión, entender las zonas de fuga y puntos de balance y ubicar correctamente al perro según cada situación de manejo, ya sea en campo abierto, corrales o mangas. “Trabajamos en equipo. El perro tiene que saber qué hacer y nosotros debemos saber cómo indicárselo y cuándo intervenir”, agregó Villa.
No cualquier perro puede cumplir tareas de arreo. Villa remarcó la importancia de seleccionar animales con genética de trabajo, como el border collie, el kelpie australiano y el pastor barbucho patagónico —raza recientemente reconocida por el Kennel Club Argentino—. “El perro debe tener instinto y predisposición. A eso se suma el entrenamiento, que no es castigo, sino enseñanza y práctica”, detalló el técnico.
Algunas de las pautas que allí se proponen para un manejo ovino con perros eficiente y respetuoso son: conocer el comportamiento ovino (visión, audición, zonas de presión y respuesta al movimiento) y elegir perros con genética e instinto de arreo.
Es importante, también, aplicar técnicas de entrenamiento basadas en práctica, paciencia y consistencia. Asimismo, sumar herramientas como silbatos y posturas corporales para comunicar, premiar conductas correctas y evitar el castigo. Por último, cuidar la salud y bienestar del perro de trabajo y adaptar las prácticas a cada sistema productivo y a las condiciones del terreno.
Rosario, jueves 20 noviembre (PR/25) — El panel “Fiebre Aftosa: estrategias sanitarias y experiencia regional en el control y erradicación de la enfermedad” despertó la atención de todos los asistentes al 4° Congreso Federal Ganadero de Rosgan.
La experiencia de Argentina, Uruguay y Brasil quedó plasmada en este espacio.
Entre la continuidad de la vacunación o su eliminación, los países de la región expusieron experiencias, costos, riesgos y aprendizajes de un desafío que sigue marcando el pulso sanitario y comercial de la ganadería sudamericana.
Entre la continuidad de la vacunación o su eliminación, los países de la región expusieron sus posiciones y argumentos. Rafael Ferber, presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU); Gedeao Silveira Pereira, vicepresidente de la Confederação da Agricultura e Pecuária do Brasil (CNA); y Dardo Chiesa, coordinador de la Mesa Nacional de Carnes, presentaron la estrategia sanitaria para el control y erradicación de la enfermedad de la fiebre aftosa que llevan adelante en sus países. ¿Vacunación sí, vacunación no? fue la pregunta que sobrevoló durante el panel.
La exposición de Chiesa comenzó con una frase para caracterizar la situación en Argentina: “Cuando hablamos de aftosa tenemos algo bueno para celebrar, no hay circulación viral”. Qué problemas podemos tener, una reintroducción. Uno empieza a pensar cuales son los beneficios para vacunar o dejar de vacunar. Hoy paga lo mismo el mercado aftósico, Uruguay está exportando lengua a Japón y es país con vacunación. ¿Hay algo que limite los mercados? Diría que es más barrera la trazabilidad”.
El coordinador de la Mesa Nacional de Carnes resaltó que en todos los foros internacionales hace tiempo que Argentina sostiene que “libre es libre”, con o sin vacunación, y resaltó: “Cuál es el método de prevención que uso es algo mío, uso la vacunación o dejó de vacunar y me arriesgo a lo otro”.
En ese sentido, consideró que el punto es cómo prepararse ante un evento adverso. “Lo importante es cuál es la capacidad que tenemos como servicio sanitario y los privados de poder ir y solucionar un problema”, resaltó y recordó que en Argentina pasó, se dejó de vacunar y “el gobierno eligió el peor camino, esconder todo debajo de la alfombra”.
Chiesa dejó en claro la posición del sector que representa: “El sistema de vacunación es el que tenemos que llevar adelante. Si se pueden hacer las cosas mejor, más rápido y más barato pensémoslo. No nos casemos con metodología, pero por la manera de producir de todos hoy es la vacunación”.
Frente a algún brote, y aunque los epidemiólogos advierten que en dos o tres meses se puede recuperar el status, Chiesa se mostró alarmado por lo que puede representar para un productor ganadero “3 meses sin poder exportar” y por eso dijo: “Hay que pensar en todo”.
Ferber, Chiesa y Silveira Pereira participaron del panel, moderado por el periodista Matías Longoni
Por otra parte, recordó que hoy el sistema de control de la fiebre aftosa es mixto, coparticipativo y solidario, es decir que cuenta con participación del Estado y los privados, pero advirtió que cuando se termina la vacunación y empieza la vigilancia es solo el Estado el actor a cargo. “Los privados no queremos eso, no nos fue bien, no se lo queremos dar al Estado. No queremos entregar algo que nos puede dejar fuera de los mercados. A nosotros no nos da seguridad. Queremos poner nuestro foco en lo que se viene, bienestar animal, trazabilidad”, subrayó al tiempo que sintetizó: “No tenemos circulación viral, vacunamos porque nos previene”.
La posición de Uruguay
El presidente de la Asociación Rural del Uruguay hizo un poco de historia y recordó qué pasó en el país oriental. “En el 2000 tuvimos un foco de aftosa y en 2001 explotó la bomba. El impacto para Uruguay fue de 730 millones de dólares, aproximadamente el 3,8% del PBI. En 2003 volvimos a ser libres de aftosa con vacunación, algo que fue invento uruguayo. Volvimos a entrar a Estados Unidos, a Japón. Desde 2022 les mandamos lengua y desde 2024 entramos con estómagos a china, y con carne ovina y bovina con hueso a Israel. Todos estos casos son evidentes por demanda del otro lado”, indicó Ferber al tiempo que remarcó: “El mundo exige carne, nosotros damos garantías, y es obvio que vacunar o no vacunar no tiene un efecto comercial”.
El dirigente ganadero explicó que durante los años que el país lleva libre de la enfermedad se exportó carne por 2.267 millones de dólares, con volúmenes anuales que alcanzan las 522 mil toneladas. En comparación, la vacunación implica un gasto de 32 millones de dólares por año. “Un tercio de lo que facturamos como exportaciones lo perdimos cuando nos tocó el foco”, dijo.
Ferber dijo que si volviera la enfermedad el país perdería 2 mil millones de dólares si el cierre total, y mil millones si fuera el 50% de los mercados. “Tenemos estudios que dicen que por cada mil casos de brotes de aftosa tenés una disminución de 36,1% en las exportaciones con los siguientes años. El golpe es enorme, cuesta salir y sobre todo sale carísimo”, subrayó.
El presidente de la ARU se preguntó: “¿Dejar de vacunar para qué? ¿Para tener mejores mercados? Si ya enviamos lengua a Japón y somos el tercer precio del mundo. No hay un mercado que justifique el riesgo. No tenemos cerdo, es una realidad, pero ¿por qué tomaríamos el riesgo? Pensando en mejores precios, mejores condiciones. Si pensamos en Alemania le costó mil millones de euros salir del foco. Pongan eso en la situación de Uruguay. No encontramos motivo real para dejar de vacunar”, afirmó y agregó: ¿por qué es mejor no vacunar?
Ferber se lamentó de que Brasil haya dejado de ser del libre de aftosa con vacunación “porque nos debilita” y subrayó: “En Uruguay no está la discusión y no aceptamos discutirlo”.
El cambio en Brasil
El vicepresidente de la Confederação da Agricultura e Pecuária do Brasil habló sobre el futuro de la ganadería a nivel mundial y el peso de la actividad ganadera para América latina, y contó porqué dejaron de vacunar contra la aftosa. Desde mayo de este año todo el país fue certificado como libre de aftosa sin vacunación.
“Nosotros dejamos de vacunar por presión de la gente del cerdo, porque Brasil es un gran exportador de cerdo y también por la gente del pollo, porque el importador cuando mira a un país mira su sanidad. El mercado se conquista con el tiempo. No piensen que quiero que saquen la vacuna, porque yo estoy muy seguro por Argentina, Uruguay y Paraguay porque me hace una perifocal y porque del otro lado tengo al Atlántico, es un muro de la aftosa. Por aquí puede llegar, en el pasado llegó”, señaló y recordó que el proceso para cambiar su estatus no fue nada fácil.
Silveira Pereira habló sobre las diferencias de producción entre el sur de Brasil y el resto del país. “Brasil no está en el mercado gourmet, estamos en el mercado de la olla, manufactura”, explicó, pero hay un camino a recorrer para cambiar.
Tras hacer un repaso de la historia sobre la aftosa en Brasil, y recordar que Santa Catarina hace 25 años que está sin vacunación, apuntó: “No fue fácil dejar de vacunar. La vacuna es buena y la gente se resistió. No quiere decir que no podamos tener un foco, si viene algún virus de algún lugar raro del mundo. Tuvimos que hacer asambleas y el ministerio tuvo que convencer a los productores de dejar de vacunar y avanzar en otros mercados. En mayo de este año la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) nos reconoció como libres sin vacunación a todo el país”, explicó.
El modelo brasileño se apoya en una combinación de vigilancia activa, participación del productor y un sistema de financiamiento solidario que asegura rapidez de respuesta ante cualquier emergencia. Silveira Pereira explicó que en Brasil hay un fondo de defensa de la sanidad animal, el Fundesa.
“Cuando no tenés vacuna, el principal actor no es el servicio público sino los ganaderos que estamos mirando a los animales todo el día. Si tenés dudas tenés que correr rápidamente al servicio oficial para que haga el diagnóstico y saber si tenés o no el problema. Si tenés un brote y el estado no te ayuda con un fondo, con un rifle sanitario te vas a fundir. Y si no se tiene seguridad de que será indemnizado no irá al servicio público. Ahí está el desastre. Ya vimos lo que ocurrió en Argentina”, subrayó.
En ese sentido, precisó que el fondo hecho por los productores cuenta actualmente con 33 millones de dólares aportados por los propios productores y una reaseguradora suiza, que cuenta además con otros fondos formados por localidades particulares. A esto se suma un programa de vigilancia activa centinela, ya no existe en ganado en calle, algo común en Brasil.
El estado de Río Grande do Sul recientemente se enfrentó a un caso de gripe aviar con resultados ejemplares. “Tuvimos una eficiencia muy grande del sector público, de la Secretaría de Agricultura del estado, juntamente con un sistema que tenemos que se llama Fundesa. Tuvimos un test espectacular con la gripe aviar y me cerraron la boca. Hubo una contribución del servicio público y privado. Fueron muy ágiles y en 28 días mes Brasil retornó a la condición de libre de influenza aviar”, contó el vicepresidente de la CNA, una experiencia que espera que sirva de antecedente para el sector ganadero, en caso de un eventual brote de aftosa.
¿Qué representa esto? Silveira Pereira destacó que es una oportunidad de acceder a mercados más exigentes como la UE, Japón, Corea del Sur, Turquía, China, México, Indonesia, Canadá y Filipinas. “La carne de cerdo llega a nuevos mercados y se valoriza la carne. La Asociación Brasilera de Industrias Exportadoras de Carnes (ABIEC) identifica a 35 países con nuevas aperturas de mercado tras la declaración de libre sin vacunación”, subrayó
Y cerró: “El Mercosur es importante, nuestra responsabilidad frente al mundo no es solo con la carne vacuna, es con todo, y todas las carnes. Si esta región va bien, el mundo va a comer, si esta región va mal el mundo no va a tener que comer”.
Rosario, miércoles 19 noviembre (PR/25) — En octubre, el índice de precios de la FAO registró un nuevo avance, alcanzando la mayor marca nominal desde el inicio de la serie. Mientras otras proteínas de origen animal mostraron retrocesos, la carne vacuna mantuvo su tendencia al alza por undécimo mes consecutivo.
Con 146,2 puntos, el índice de octubre supera en un 15,1 % el nivel registrado un año atrás, frente a un índice general que descendió un 2 % mensual y apenas avanzó un 5 % en los últimos doce meses, es decir, solo un tercio del incremento registrado por la carne vacuna.
Este comportamiento refleja la firmeza del mercado ante el ajustado equilibrio entre una oferta limitada y una demanda global sostenida.
Si bien el USDA (Departamento de Agricultura de los Estados Unidos) aún no ha publicado sus proyecciones de comercio mundial correspondientes a octubre debido al cierre de gobierno en Estados Unidos, los datos disponibles a la fecha resultan más que esclarecedores para describir el sólido escenario en el que se encuentra la carne vacuna a nivel mundial.
A lo largo de 2025, tanto Brasil como Australia —primer y segundo exportador mundial de carne vacuna, respectivamente— parecen encaminados a registrar nuevos récords, superando con creces las estimaciones iniciales que el USDA había publicado en abril.
En el caso de Australia, tras un notable crecimiento del 24 % en sus exportaciones durante 2024, las proyecciones para este año eran más moderadas: el USDA estimaba un incremento del 3 % en su saldo exportable. Sin embargo, los registros a octubre muestran un crecimiento superior al 15 %, acumulando ventas al exterior por 1,3 millones de toneladas en los primeros diez meses del año, apenas 77 mil toneladas por debajo del récord de 2024.
Este fenomenal aumento por segundo año consecutivo, se da en un contexto de fuertes choques comerciales entre los principales lideres, del cual Australia supo capitalizar muy rápidamente sus beneficios.
En efecto, el principal destino de la carne australiana este año es EE.UU. y en segundo lugar China con un aumento del 32% respecto de lo embarcado un año atrás, desplazando hacia el tercer y cuarto lugar a compradores históricos como Corea y Japón.
Por su parte, Brasil, contra todo pronóstico, volvió a registrar un récord de embarques en octubre. Pese a los embates generados por Estados Unidos con la suba de aranceles, logró salir fortalecido, consolidando su posición como principal proveedor mundial de carne vacuna.
Tras alcanzar un récord en septiembre, en octubre volvió a superar la marca, con 320 mil toneladas exportadas, un 2 % más que el mes anterior. En lo que va del año, el acumulado asciende a 2,5 millones de toneladas, lo que representa un incremento del 16,6 % respecto al mismo período de 2024. Al igual que en Australia, las proyecciones iniciales del año situaban a Brasil con un saldo exportable apenas un 3 % superior al registrado el año pasado.
En este contexto, la participación de China creció significativamente, pasando del 51 % registrado en 2024 al 54 % en 2025. Los incrementos interanuales promedio superaron el 40 %, especialmente entre junio y septiembre.
En octubre se dio la particularidad de que, aun manteniendo los volúmenes enviados a China (unas 187 mil toneladas), se observó un crecimiento significativo de los embarques hacia Estados Unidos. A pesar de la vigencia de los aranceles, EE.UU. ha reanudado sus compras, aumentando un 38 % los envíos respecto de septiembre, hasta alcanzar las 10.824 toneladas. Esto se da en un contexto de reciente expectativa sobre un posible acercamiento entre ambos mandatarios que podría resolver la disputa comercial vigente.
Aun así, en este tiempo, ni EE.UU., ni Brasil ni China han sufrido interrupciones en el comercio. Por el contrario, el redireccionamiento de flujos ha permitido mantener un intercambio comercial fluido y creciente, aun con la tensión observada en los precios.
Sin embargo, cuando todo parece reacomodarse consolidando este nuevo escenario de precios, aún queda por observar cómo evolucionará el comportamiento de China, que sigue siendo un actor clave en el tablero mundial.
A fines de noviembre, el mercado aguarda la decisión final de Beijing tras un largo proceso de “salvaguardia” abierto en diciembre pasado, destinado a investigar el impacto de las importaciones de carne vacuna en su industria local.
Entre las posibles medidas que se barajan, se encuentran los aranceles adicionales y las cuotas de mercado. La aplicación de aranceles implicaría un aumento en los costos comerciales que, en definitiva, terminan trasladándose a precios.
Por su parte, si se imponen restricciones o cuotas de acceso, el esquema de adjudicación será determinante. Un sistema de cuotas fijas por proveedor permitiría mantener cierta previsibilidad en el mercado, mientras que un esquema de “primero entrado, primero servido” desataría una intensa competencia por el ingreso, pudiendo generar presión a la baja sobre las cotizaciones.
Recordemos que China sigue siendo el principal demandante de carne vacuna en el mundo, con una capacidad para absorber un tercio de la oferta global. A su vez, para Argentina, es el principal destino de nuestras carnes, representando el 70 % del volumen total embarcado y el 50 % del total de divisas que ingresa al sector.
Por lo tanto, la resolución que adopte el gobierno chino en las próximas semanas podría alterar nuevamente el tablero mundial y, en particular, el perfil de nuestras exportaciones.
Esto es especialmente relevante frente al potencial que se abre con EE.UU., a partir de la anunciada ampliación del cupo de importación preferencial el cual, más allá del volumen adicional de carne que permitiría ingresar bajo cuota, es una señal contundente del fortalecimiento de las relaciones con este actor clave del comercio mundial.
Un equipo de investigación del INTA y del Conicet evaluó la eficacia de incorporar la prueba ELISA como complemento al diagnóstico tradicional de tuberculosis bovina.
Buenos Aires, miércoles 19 noviembre (PR/25) — La tuberculosis bovina (bTB) ha sido históricamente una preocupación sanitaria para los productores lecheros. Sin embargo, una línea de investigación del Instituto de Investigación en Ciencias Agropecuarias del Litoral (IdICaL, INTA Rafaela–Conicet) en conjunto con el Instituto de Agrobiotecnología y Biología Molecular (IABIMO, INTA-CONICET), aporta evidencia concreta para dar un salto cualitativo en su control.
Incorporar la técnica ELISA al diagnóstico tradicional con tuberculina permitiría detectar animales infectados que hoy pasan inadvertidos y, con ello, reducir la persistencia del agente causal en los rodeos.
“El objetivo fue evaluar una herramienta complementaria que mejore la sensibilidad del sistema diagnóstico”, explicó Marcelo Signorini, médico veterinario del IdICaL, Conicet-INTA, responsable del estudio.
“El uso combinado de ambas pruebas —la intradérmica con ppd bovina y el ELISA para anticuerpos específicos de Mycobacterium bovis— nos permitió detectar animales que, a pesar de estar infectados, no reaccionaban a la prueba tradicional”.
Durante más de cinco años, el equipo del IdICaL llevó adelante un trabajo sistemático de muestreo en tambos de la cuenca lechera santafesina. Se aplicó la prueba de tuberculina en el pliegue caudal (CFT) y los animales con resultado negativo fueron luego evaluados mediante ELISA.
La experiencia se desarrolló en dos estrategias: una anual —con muestreos sucesivos durante tres años— y otra más intensiva, con tres ciclos aplicados consecutivamente en un mismo año.
Los resultados fueron contundentes: “En ambas estrategias observamos una reducción significativa en la proporción de animales positivos al ELISA hacia el tercer muestreo”, destacó Signorini. “Eso demuestra que, con un seguimiento continuo, es posible disminuir la circulación de M. bovis incluso en rodeos donde la enfermedad parecía controlada”.
Uno de los hallazgos más relevantes fue la caracterización de los perfiles de infección. Mientras los animales positivos a la tuberculina suelen ser más jóvenes —en promedio, con dos lactancias—, los que reaccionaron al ELISA correspondieron a vacas más longevas, de tres o más lactancias.
Este comportamiento inmunológico —según explican los investigadores— está relacionado a la evolución natural de la respuesta inmune frente a la infección: a medida que progresa la enfermedad, el organismo pasa de una respuesta celular a una humoral, detectable solo mediante la prueba serológica.
“El diagnóstico clásico por tuberculina es muy específico, pero puede pasar por alto animales en etapas avanzadas de la infección”, precisó Signorini. “Con el ELISA logramos cubrir ese vacío y evitar que esos individuos actúen como reservorios dentro del rodeo”.
El programa nacional de erradicación de tuberculosis bovina, que se basa en la detección mediante CFT y el sacrificio de animales positivos, mostró avances sostenidos.
Sin embargo, la persistencia de casos en algunos establecimientos generaba dudas sobre la posibilidad real de erradicar la enfermedad. Este trabajo del INTA aporta una herramienta práctica, respaldada por evidencia científica local, para fortalecer el sistema y acelerar su impacto.
Ambas estrategias de diagnóstico —ya sea con muestreos anuales o más frecuentes— demostraron ser efectivas para reducir tanto los casos positivos a CFT como a ELISA. Pero el éxito —remarcan los técnicos— depende también de las prácticas de manejo del establecimiento.
“Es fundamental acompañar el control sanitario con medidas de bioseguridad, trazabilidad y aislamiento de animales nuevos o sospechosos”, subrayó el especialista. “Cada tambo tiene dinámicas propias y eso influye en la efectividad de cualquier programa sanitario”.
El aporte del INTA Rafaela se inserta en un contexto donde la sanidad animal es una pieza clave para la competitividad del sector lácteo argentino. La incorporación de nuevas herramientas diagnósticas no solo mejora la salud del rodeo, sino que también fortalece la calidad e inocuidad de la producción.
“Estamos convencidos de que la erradicación de la tuberculosis bovina no es una utopía”, afirmó Signorini. “El desafío es seguir perfeccionando las estrategias y trabajar junto a los productores en la aplicación coordinada de estas tecnologías”.
Buenos Aires, martes 18 noviembre (PR/25) — Durante el reciente Congreso Veterinario Latinoamericano, organizado por la distribuidora Drovet en Rosario, los profesionales Adrián Lifschitz y Candela Cantón presentaron un análisis profundo sobre el resurgimiento de la sarna bovina, una enfermedad que calificaron como «el retorno de un viejo enemigo».
La sarna, una enfermedad parasitaria cuyo ciclo de vida ocurre completamente sobre el animal en un promedio de 10 a 12 días, ha vuelto a ser una enfermedad endémica estacional en los sistemas productivos.
Los especialistas recordaron que si bien se estudiaba en la facultad, no se registraban casos significativos en el campo hasta aproximadamente el año 2015, momento a partir del cual se empezó a ver lo que resultó ser solo «la punta del iceberg».
Lifschitz y Cantón alertaron sobre el curso clínico severo de la sarna y las importantes pérdidas productivas que genera, las cuales pueden oscilar entre 10 y 50 kilos por animal, dependiendo del grado de afectación y la explotación. Se enfatizó que el impacto productivo de la sarna supera al causado por los parásitos gastrointestinales.
Un punto de atención es que la sarna, que tradicionalmente concentra la mayoría de sus casos en invierno, mostró un cambio de patrón este año, registrándose muchos casos clínicos incluso en verano.
El principal modo de contagio es el contacto entre los animales, aunque es vital considerar que los ácaros también tienen la capacidad de sobrevivir fuera del huésped entre 14 y 18 días, según se advirtió.
Los expertos abordaron las fallas en el control de la enfermedad, citando reportes empíricos de que la Ivermectina estaba fallando. Hoy, en muchos casos, está estandarizado que las lactonas macrocíclicas inyectables, que han sido el tratamiento más utilizado en los últimos años, no están funcionando en algunos establecimientos.
Los tratamientos
Para lograr un control exitoso, es indispensable combinar el tratamiento farmacológico con la bioseguridad, un aspecto a menudo descuidado en la producción bovina. Las medidas incluyen el control de la entrada de animales, el establecimiento de cuarentenas y el control de las instalaciones.
En el manejo terapéutico, se destacó que al usar cualquier fármaco, es necesario darle la «mejor oportunidad para que actúe». Esto implica el cálculo correcto de la dosis y la fundamental obligación de tratar a la totalidad de la tropa, evitando la subdosificación. Todavía se escucha que solo se trata a los animales que están visiblemente afectados o «picados».
Es imprescindible no mezclar los animales del lote tratado con animales sanos hasta que se esté seguro de que el tratamiento ha funcionado. Esto se debe a que la lactona necesita al menos 14 a 20 días de acción para que el animal se cure.
Un punto a favor en el diagnóstico es que la extracción de una muestra de sangre se correlaciona muy bien con lo que está pasando en la piel. Esta herramienta resulta muy útil para los veterinarios, ya que la muestra refleja la situación de la piel, que es donde se encuentra el ácaro.
Así lo señaló el consultor Víctor Tonelli durante su presentación en el 4º Congreso Federal Ganadero desarrollado en Rosario“. Estamos iniciando un proceso que nos va a lleva a momentos extraordinariamente buenos, que no vivimos en el pasado”, resaltó.
Durante el panel “La revancha de la ganadería” Tonelli resaltó que el sector está frente a “la nueva era de la ganadería”. En ese sentido, apuntó: “Lo que nos parece que es un boom recién está empezando y queda mucho por construir y mucho por disfrutar “.
El consultor habló sobre a qué ponerle foco para convertir esta realidad en oportunidad. “En el escenario internacional, el gobierno ha generado el punto más importante de todo lo que ha hecho, prohibiendo prohibir exportaciones. Eso hace que empecemos a tomar vuelo y entender que podemos ser parte de lo que está pasando en el escenario internacional”, señaló.
Tonelli reseñó que “la demanda internacional está creciendo significativamente, por consumidores que habitualmente no compraban carne vacuna como Asia, Medio Oriente y norte de África”. Apuntó que “esa enorme región” que excede los 3.500 millones de habitantes, hace 20 años atrás representaba el 23% del comercio mundial o importación de carne de todo origen y a 2024 representaba el 64% de las exportaciones de toda carne del mundo, y al cierre del 2025 será aún más. “Ahí vemos la enorme oportunidad que tenemos para crecer”, resaltó.
El segundo factor, dijo, “después de estar bajo la sombra de los multiprocesados vegetales” de pronto los jóvenes han descubierto que las proteínas animales son buenas”. Habló no solamente de la carne, sino también de los huevos. Pero esto no viene solo, ya que “los jóvenes tienen una responsabilidad social” como no había en el pasado y prestan especial atención al bienestar animal, trabajo infantil, pueblos originarios, medioambiente, a temas que le definen su decisión de compra, relató.
“Quieren saber cómo la produjiste y premiar la responsabilidad social. Los datos que se generen para poder decir carne libre de deforestación, implica trazabilidad, geolocalización. Quieren comer proteína animal pero no cualquier cosa, certera y auditable”, subrayó Tonelli ante el atento auditorio.
El consultor resaltó que “China es la locomotora de compra” pero agregó que hay oportunidad para crecer en mercados donde Argentina prácticamente no tiene exportación, o representa menos del 1%, como son Corea, Japón, Vietnam, Indonesia, Malasia, Filipinas, Arabia Saudita.
Precios sin techo
Respecto a los precios, Tonelli dijo que octubre registró “niveles extraordinarios” y resaltó que hace 20 meses que vienen subiendo de manera permanente. Pero hay más. “Si creen que en octubre tocó techo los desafíos a ver noviembre. Todavía no sabemos cuál es el techo. En valores constantes octubre es el mes más alto en los últimos 35 años. Esto no es un boom, es un cambio absoluto con la tendencia que está en el mundo”, precisó.
A modo de ejemplo, contó que China consumía 4 kilos por habitantes por año, ahora 8 kilos por habitantes por año. “Creen que China llegó al techo, ni se lo imaginan. La pregunta es quién los va a proveer”, disparó y rápidamente contestó: “Vamos a estar ahí”.
Además, habló de la situación en Estados Unidos y mencionó que el país de mayor volumen de producción del mundo está con el stock más bajo de los últimos 74 años. Estados Unidos duplicó las importaciones de años precedentes, es el segundo país importador del mundo.
“Lo que está pasando en el mundo es para entender, estamos iniciando un proceso que nos va a llevar a momentos extraordinariamente buenos, que no vivimos en el pasado”, subrayo Tonelli.
Sobre el escenario 2025, apuntó que se trata de un año bisagra a nivel de políticas públicas con cambios en la macroeconomía, volatilidad por escenarios electorales con bajo efecto en la ganadería. La quita de restricciones a las exportaciones cambió el enfoque del negocio.
Ahora, consideró, en espera que baje a la micro, que el crédito comience a fluir a tasas competitivas y plazos adecuados para la actividad. “Aparecieron pero a cupos muy chiquititos. Eso frena el inicio del proceso de recuperación de stock. Va a llegar, en marzo, va a ocurrir y cuando ocurra se clava la oferta y la primera víctima es el precio, para el consumidor, para nosotros es un activo. Creo que podemos estar faenando un millón de cabezas menos. Mitigada por un mayor peso de faena que no dudo que va a ocurrir, 250 kilos de res estimo. Serán 200 mil toneladas menos. Un montón. Esperen un 2026 y 2027, los procesos son largos, en donde todo se recompone, modelo, estrategias, cadena forrajera, cambio de genética, pesos finales, recría. Por lo menos llevará dos años para empezar a ver resultados.
Dos años donde la oferta correrá detrás de la demanda y los precios van a ser para comer pocholo”, resaltó al tiempo que destacó la importancia de las exportaciones para el futuro del sector ganadero argentino.