Rosario, Santa Fe; 6 enero (PR/25) – – El primer análisis semanal del mercado de granos elaborado por Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, se enfoca en factores claves que direccionan al mercado en estos días: la implementación del B40 en Indonesia (que se demoró 45 días), la reducción de importaciones de aceite de palma de parte de India compensadas -en parte- por soja, y las dudas respecto a la política de Biodiesel de EEUU.
“Por lo pronto, la molienda es muy buena y los stocks de aceite bajos. Todo esto genera subas y bajas dependiendo de las noticias diarias. En tanto, Brasil sigue muy bien y se descarta una cosecha incluso mayor, pero la duda es Argentina, donde estamos secos y se espera que siga así hasta el 20 de enero. Esto afecta a soja, principalmente, pero también a maíz”, detalla Romano.
“Por el lado del trigo, mientras crecen las dudas en Rusia y cae su saldo exportable remanente, suben sus precios, y da margen para que Argentina coloque saldo exportable. Pero sigue habiendo mucho trigo localmente, y los embarques tanto de noviembre como de diciembre, así como la cola de buques anunciadas es baja. Se prevé una mejora, pero mientras el saldo sea alto será limitada”, agrega.
A nivel local, el país entra en el último mes de molienda con poco stock para la industria. “Con una molienda que trabajó con buenos márgenes todo el año, esperamos mercado activo. Para la nueva los precios lograron en la semana superar los 270, y cuando parecía que nos acercábamos a 280 Chicago bajó”, explica.
Con respecto al factor clima, el estado de humedad de suelos en la región núcleo es bajo tanto en la capa arable como en el perfil. NOA y NEA, Córdoba y el extremo sudeste de Buenos Aires están mucho mejor. Esta semana se esperan lluvias menores que esquivarán, nuevamente, la zona centro del país. En los 10 días siguientes se esperan lluvias bajas, pero con una mayor cobertura. “Este pronóstico empeoró respecto de la semana pasada, cuando se esperaba en el período de 10 a 20 días lluvias más importantes”, indica.
“Los problemas climáticos pueden llevar los valores a la marca que comentamos, especialmente con fondos especulativos muy vendidos. Pero sería oportunidad de venta para los que están poco vendidos. En el caso de maíz siguen muy interesados los compradores, y los valores a cosecha están cercanos a los gatillos de 180 temprano y 175 tardío, pero no los tocan. Aquí recomendamos esperar. Queda en el aire una sensación de que el trigo argentino tiene poco espacio para bajar, y que le cabe una suba. Pero el recorrido tampoco sería extenso”, recomienda Romano.
Uno por uno, los cultivos locales al inicio del año bajo el análisis de Romano
SOJA
En Argentina la siembra de soja está prácticamente concluida con 98% la semana pasada.
La condición hídrica de la soja argentina adecuada a óptima, bajó casi 10 puntos a 81%, y la condición de cultivos buena a excelente perdió 7 puntos a 53%. De todas formas, sigue siendo de las más altas a esta altura del ciclo.
Los embarques de subproductos de soja de Argentina fueron muy buenos en los últimos tres meses, y en diciembre en particular: 2,1 de harina contra 1,5 que es lo normal, y en aceite 0,5 vs 0,3 normal.
MAÍZ
Los embarques de maíz argentino de diciembre, con 2,3 M.Tn. fueron récord, superando incluso los de noviembre.
El avance de siembra de maíz en Argentina llega a 87% adelantado vs 79% para la fecha. Se observan avances 10 puntos porcentuales mayores a los habituales tanto en NOA como en NEA, lo que hace pensar que los productores anticipan la implantación para minimizar riesgos de chicharrita.
La condición hídrica del maíz argentino adecuada a óptima bajo casi 10 puntos a 81%. Por el momento, el estrés hídrico solo se nota en el sur de Santa Fe.
TRIGO
La cosecha de trigo en Argentina está prácticamente concluida con 95% recolectado, muy adelantada vs otros años. Los rindes promedio superan levemente los 30 qq/ha, una muy buena marca, especialmente teniendo presente que las lluvias de primavera llegaron casi un mes tarde.
Los embarques de trigo argentino en noviembre fueron algo bajos, pero diciembre mostró una reactivación con 1,1 M.Tn. De todas formas, estamos por debajo de las casi 2 M.Tn del 21/22, con una cosecha récord, lo que genera preocupación por el gran saldo exportable a colocar.
Este año se cumplen 25 años de uno de los hitos más significativos del mercado de insumos agropecuarios. Un 25 de abril del 2000 en el Sheraton Hotel de Retiro tuve la oportunidad de ser protagonista del lanzamiento de la Red Magnum de Monsanto.
Por Carlos Becco
Buenos Aires, lunes 6 enero (PR/24) — Allí comenzó la era de las transacciones comerciales directas entre los fabricantes de insumos y los productores agropecuarios. Aquella iniciativa -que se popularizó rápidamente como “facturación directa”- significó el comienzo de la transformación de los históricos distribuidores en agentes comerciales.
Terminaba de esta manera el modelo del distribuidor mayorista que compraba anticipadamente grandes volúmenes de un producto para luego concretar un margen significativo al revenderlo al menudeo a sus clientes para convertirse en un agente que gana una comisión por los servicios que presta al conectar las partes: el fabricante de insumos y el productor agropecuario, siendo los más relevantes: el vínculo con el cliente, la gestión logística y el aval crediticio.
La Red Magnum fue un gran negocio para la compañía pues logró reducir el costo de intermediación de sus productos, un aspecto fundamental para sostener su competitividad y prepararse para el universo de los genéricos chinos que ya se anticipaba.
La comisión que ofrecía la Red Magnum era significativamente menor a la que un distribuidor tradicional podía ganar con la reventa mayorista, pero, infinitamente más segura, al quitarle todo el riesgo de negocio. Aquella propuesta, además, fue muy valorada por los distribuidores, a tal punto que Monsanto logró exigirle a cambio, exclusividad a todos aquellos que quisieran unirse a la misma. Salvo muy contadas excepciones, siendo las más notables AGD y Lartirigoyen, el resto de los convocados aceptaron las exigentes condiciones de Monsanto.
Muchos se preguntarán el porqué de la aceptación masiva de aquella propuesta. La respuesta es sencilla: el sistema que ofrecía la Red Magnum prácticamente eliminaba el riesgo del negocio. El abrazo de Monsanto significaba un refugio seguro para la riesgosa y volátil Argentina de comienzos del siglo XXI. Aunque fuera, en alguna medida, posiblemente el abrazo del oso.
Parecía que todo estaba listo para la llegada de comercio electrónico al agro. La tecnología para permitir las transacciones digitales, la gestión del crédito y la logística ya estaban técnicamente resueltas. Sólo faltaba un pequeño detalle: que el pedido se formalizara, en lugar de la oficina de la agronomía, en el confort de la casa del productor. Si hubiera sucedido, aquello podría haber sido el fin de un canal comercial tal como conocimos. Pero Monsanto nunca quiso dar aquel paso.
“La gran ganadora de este mercado ha sido Mercado Libre, que en el año 2022 concentró el 23,7% del comercio electrónico en Argentina”
En aquel momento vivíamos la era de la llamada revolución “punto com” cuyo caso emblemático, Patagon.com, un sitio web especializado en finanzas creado por Wenceslao Casares, que fuera comprado por el Banco Santander ese mismo año por la escalofriante cifra de 750 millones de dólares. Entusiasmados por aquella revolución que prometía democratizar -hermosa palabra- el comercio agropecuario, también surgieron muchas iniciativas que intentaron convertirse en la Patagon.com del agro. De todas ellas, la única empresa que aún perdura, aunque con un propósito completamente distinto, es Agrositio (de allí su nombre que pretendía asociarlo como “el” sitio web del agro). Ninguna de aquellas promesas se concretó.
Revolución AgTech
Algunos años más tarde, en el año 2021, la llegada de la revolución AgTech, parecía que lograba alinear los planetas. Ese año se concretó la mayor inversión de la historia AgTech argentina en un proyecto, que no podía ser otro que perseguir el Santo Grial del agro. Con una inversión de 20 millones de dólares y con el firme propósito de convertirse en el marketplace del agro nace Agrofy. Casi 5 años después de aquel lanzamiento ha logrado convertirse un jugador importante en la comercialización de maquinarias y otros insumos del agro, pero el premio mayor, el mercado de insumos agropecuarios, que todos los años mueve entre 8 y 10.000 millones de dólares anuales, le sigue siendo esquiva y en la actualidad, sigue sin ser un jugador relevante, a pesar de todos sus grandes esfuerzos.
La llegada de la pandemia significó un retraso en esta carrera, pero al mismo tiempo significó el impulso extraordinario que muchos consumidores conservadores -como yo- que necesitaban terminar de perderle el miedo al comercio electrónico. Antes de 2019, menos de la mitad de la población realizaba compras digitales. Sin embargo, en 2023, el número de usuarios de comercio electrónico alcanzó los 28 millones, o lo que es lo mismo, más del 60% de sus habitantes. Este incremento, en parte impulsado por la crisis del COVID-19, ha marcado un punto de inflexión en el mercado de comercio electrónico, el cual prevé incorporar aproximadamente dos millones de nuevos usuarios para 2027. La gran ganadora de este mercado ha sido Mercado Libre, que en el año 2022 concentró el 23,7% del comercio electrónico en Argentina.
“El pragmatismo de las nuevas generaciones se hace evidente”
En la actualidad, casi todos los grandes jugadores del sector, apuestan -de una u otra manera- a la popularización de esta nueva modalidad. Orbia es el nombre de la plataforma multimarca de Bayer, mientras que Fusión es la iniciativa que sólo ofrece marcas alternativas de Corteva. Syngenta ha anunciado la pronta llegada de la suya, que será una novedad a nivel mundial y donde ha realizado una inversión significativa.
Pero no sólo las empresas de agroquímicos participan de esta búsqueda, algunos importantes distribuidores nacionales como ALZ-Agro han desarrollado su propia solución como QIRA e inclusive bancos como el Banco Macro, tampoco han escapado a esta tendencia y apuestan a proyectos como Campo Simple, y mientras tanto, todos seguimos esperando el tan temido desembarco de Mercado Libre en el mercado agropecuario. ¿Se concretará alguna vez?
Dentro de las múltiples apuestas que han surgido en los últimos meses merece destacarse la propuesta de Bipolos, fundamentalmente por tratarse de una empresa surgida de una alianza entre históricos distribuidores que decidieron invertir una importante cantidad de dinero en una solución pensada desde su particular visión del negocio. De alguna manera, se trata de una explicita validación de parte del canal tradicional que -finalmente- acepta que el comercio electrónico tendrá su lugar en el agro.
Finalmente, es interesante comprobar cómo, detrás de la búsqueda de este Santo Grial, aparecen oportunidades insospechadas o subestimadas “a priori”. Tal es el caso de AgriRed, una solución AgTech “independiente” que se ha focalizado en el mercado mayorista entre distribuidores. En lugar de apuntar al esquivo productor agropecuario, el eslabón más difícil de la cadena, decidieron concentrar en el importante, pero -muchas veces- subestimado mercado mayorista. Posiblemente estemos frente a uno verdadero caso de éxito, a tal punto que acaban de concretar una exitosa ronda de inversión, para expandir esta idea en Brasil.
“Estimaciones dicen que apenas un 5% del mercado de insumos agropecuarios se realiza de manera electrónica”
A pesar del crecimiento exponencial que ha tenido el comercio electrónico en prácticamente todos los mercados, los conservadores productores agropecuarios siguen siendo escépticos a esta modalidad: las mejores estimaciones dicen que apenas un 5% del mercado de insumos agropecuarios se realiza de manera electrónica. A la vista de todas las significativas inversiones que se están llevando a cabo en estos momentos son muchos los que confían en que estos porcentajes están próximos a cambiar. Posiblemente uno de los motivos que explican esta confianza, es que mientras que las viejas generaciones disfrutaban la oportunidad de visitar a su distribuidor favorito y construían relaciones cercanas a la amistad con muchos de ellos, el pragmatismo de las nuevas generaciones se hace evidente y la mayoría de ellos consideran el proceso de compra de insumos como un proceso administrativo al que pretenden dedicarle el menor tiempo posible.
Finalmente pareciera que 25 años después de aquel “minuto de silencio”, el mercado de agro insumos está próximo a abrazar el comercio electrónico.
Rosario, Santa Fe, lunes 30 de diciembre (PR/24) – – El informe semanal de Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, destaca el factor climático como punto de alerta para el mercado de granos local.
Al momento, en Argentina la humedad de suelos en la capa arable es limitante en casi toda el área agrícola. “Las reservas están declinando, aunque todavía la situación no es preocupante”, estima Romano.
“Los aceites que habían repuntado se estabilizaron, y la harina de soja mejoró dando un espaldarazo al poroto. Esto último sería por el clima seco que se espera para Argentina. Esto se combinó con una posición vendida muy fuerte de fondos especulativos en harina de soja, mercado en el que nuestro país es el principal exportador. También en poroto están muy vendidos, y esta situación amerita sumar premio climático”, considera.
Con respecto al maíz, destaca el rápido ritmo de ventas 23/24, y un avance algo lento de las ventas de la cosecha nueva. En soja, en tanto, ambas se producen a un ritmo bajo. “Los cultivos avanzan con buenas condiciones hasta el momento”, agrega el especialista de la Universidad Austral.
A la vez, se pasó área de soja a maíz, fruto del margen relativo que apoya a los cultivos, “pero hablamos de una variación de 300.000 ha (sintonía fina). Lo que realmente preocupa es que la humedad del suelo es deficitaria para gran parte de la zona agrícola, las reservas vienen bajando, y los pronósticos hablan de 20 días con lluvias menores. Esto ocurre justo para el inicio del período reproductivo de la soja de primera en nuestro país. De todas formas, no todo está dicho. Como se mencionó los cultivos vienen muy bien, y los pronósticos pueden mejorar”, explica Romano.
“El maíz temprano ya pasó la floración con buenas lluvias, y la humedad en las plantas y el suelo generan un piso de rindes. Sin dudas, las dificultades las enfrentarán el maíz tardío y la soja de segunda que se están sembrando, pero tienen tiempo para reponerse. En el caso de la soja de primera, enero es cuando comienzan los estadios reproductivos y donde se vuelven más sensibles al clima”, detalla.
A la luz de todo esto, el investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral recomienda “ser conservadores con el nivel de ventas por el riesgo climático, pero quienes vienen muy atrasados en ventas deberían aprovechar la volatilidad para tomar precio en caso de que los números se acomoden un poco. Si bien los precios pasaron de la zona de 260 a 270, todavía no resultan tentadores”.
Sin embargo, Romano destaca la expectativa de una baja en derechos de exportación que podría sumar en soja entre 20 y 30 U$S/tn, dependiendo de qué tanto baje la alícuota. “No es claro si esto pasará en mayo o en noviembre, pero si vemos una recuperación de precios la venta podría acompañarse con compra de CALL por las dudas. Cuanto más lejanos el CALL que se compre mejor, pero también será más caro”, concluye.
Buenos Aires, domingo 29 diciembre (PR/24) –El termómetro del mercado hoy, mas que nunca, se focaliza en la tendencia que se consolida en el mercado de Chicago. La soja enfrenta una de las mayores cosechas en su historia, con un volumen de producción mundial de 427,14 millones de toneladas estimado para el 2025, un aumento de 32,27 millones de toneladas respecto de 2024.
En ese contexto se destaca el volumen de producción estimado de soja en Brasil, de 169 millones de toneladas, equivalentes al 40% de la producción total mundial. Y la posibilidad que la Argentina pueda lograr un volumen de producción de 52 millones de toneladas. Se agrega la producción de soja americana, de 121,42 millones de toneladas, con la cosecha ya terminada y guardada en silos de productores.
El tridente conformado por Estados Unidos , Brasil y la Argentina, produce un total de 342,42 millones de toneladas, equivalente al 80% de la producción mundial de soja. Con semejante volumen de producción de la oleaginosa, imposible de ser consumido en su totalidad por la demanda mundial proyectada, se llega a un aumento de las existencias finales por tercer año consecutivo. Las existencias finales de soja para el 2025 se proyectan en 131,87 millones de toneladas, contra 112,16 millones tons en el 2024 y 101,1 mill tons en el 2023. Este aumento de las existencias finales de casi 20 millones de toneladas aparece como el principal factor bajista en el mercado.
Esta situación explica la baja de 126 dólares por tonelada que tuvo la soja en Chicago entre noviembre del 2023 y la tercera semana de Diciembre del 2024. La baja terminó muy pocas semanas después del final de la cosecha de soja en Estados Unidos. Por este motivo, se destaca la suba de US$/t 14 que se está produciendo en Chicago en la tercera semana de diciembre. Esta suba es consecuencia de la resistencia a vender de los farmers americanos en el precio mas bajo de los últimos dos años.
Plano local
En el plano local, el mercado de soja enfrenta un escenario bajista, tanto para la soja disponible como para la soja de la nueva cosecha.
Con respecto a la soja disponible hay todavía sin vender y fijar, 20,392 millones de toneladas, equivalente de 7500 millones de dólares. Hoy el Gobierno tiene a su favor que los productores atesoran en sus manos soja física, disponible, sin vender por un total de 15,5 millones de toneladas. Si agregamos la soja entregada a fijar pendiente de fijar precio por un total de 4,8 millones de toneladas, el total de soja física sin vender y entregada sin fijar , llega a 20,392 millones de toneladas. Así es como se estima que, en términos de ingreso de divisas y considerando un precio FOB puertos argentinos de US$/t 370 para embarque mayo equivale a 7500 millones de dólares.
La pregunta del millón es si los productores están dispuestos a vender la soja disponible durante el verano, o si deciden aguardar el anuncio del Gobierno de “bajar las retenciones a al soja en algún momento del 2025″. Aquí hay que considerar el “inverse” (caída) de 10 dólares por tonelada que muestra el mercado entre el precio de la soja disponible (US$/t 275) y el precio de la soja nueva (265 u$s/ton). Con el riesgo de baja de 20 US$/t n en el precio de la soja Mayo 2025 debido al margen de molienda negativo de la industria aceitera.
El Gobierno busca pisar sobre seguro antes de terminar con las restricciones cambiarias. Qué hay en juego.
POR JOSÉ CALERO
Buenos Aires, sábado 28 diciembre (PR/24) — Tener el timing necesario para decidir finalmente el levantamiento total del cepo cambiario, será el mayor desafío para el Gobierno en el año próximo.
De que salga bien esa jugada dependerá si se puede potenciar la llegada de inversiones.
El presidente Javier Milei viene dando detalles sobre las condiciones que se deberían cumplir para que finalmente se pueda eliminar el cepo cambiario sin riesgos de una corrida cambiaria.
Milei ratificó la promesa de quitar todas las restricciones el año próximo, pero dijo que para que eso suceda, el equipo económico monitorea una serie de “stocks” que están en la mira del Banco Central, y cuya solución sería un requisito indispensable para salir del cepo.
En el Gobierno se debate, de acuerdo a las condiciones con las que avance la economía en los próximos meses, si una medida de esa naturaleza se deberá concretar con gradualismo o por la vía de shock.
“Estamos cada vez más cerca de la salida definitiva del cepo cambiario, una aberración que nunca debería haber ocurrido y que, con nosotros, se va a terminar el año que viene y para siempre”, dijo el Presidente.
Y explicó que se trabaja en una “solución definitiva para el problema de los stocks del Banco Central”. La enorme deuda del BCRA fue transferida al Tesoro meses atrás, pero sigue siendo un dolor de cabeza para diseñar la política económica.
Milei dijo que la solución puede darse “ya sea a través de un nuevo programa con el Fondo Monetario y/o a través de un acuerdo con inversores privados”.
El titular del BCRA, Santiago Bausili, explicó que la potencial demanda de salida desde el peso hacia el dólar ante un desarme de los controles cambiarios no estaría dada ni en las pymes que necesiten importar, ni en la necesidad de ahorro de las personas, sino en empresas multinacionales que tienen retenidos saldos de dividendos, que por la prohibición del cepo no pudieron girar a sus casas matrices.
Estimar cuál sería esa demanda es un dato clave para saber qué nivel de respaldo se debería tener para levantar las restricciones sin riesgo de corrida.
Por el ajuste por inflación de los bonos en pesos y la absorción de deudas del Banco Central por el Tesoro Nacional, en mayo la deuda pública bruta nacional dio un salto excepcional para un solo mes: aumentó en el equivalente a u$s 21.618 millones.
Según la Secretaría de Finanzas, en el quinto mes del 2024, el stock de deuda bruta ascendió a un monto total equivalente a u$s 435.674 millones, de los cuales u$s 433.222 millones se encuentra en situación de pago normal.
Tras la fuerte licuación por la devaluación de diciembre, en enero, febrero, marzo y abril la deuda en pesos pegó un salto por la colocación de nuevos títulos y la variación de bonos y títulos ajustables por CER (inflación) o dollar linked.
Y en mayo se agregó la fuerte emisión de las LECAP (Letra de Capitalización del Tesoro) que Economia utilizó para absorber o limpiar parte del pasivo del Banco Central por el equivalente neto de u$s 15.398 millones.
En la medida que la inflación vaya aumentando por encima de la variación del tipo de cambio oficial, la deuda en pesos valuada en dólares deberá seguir creciendo, superando la licuación de diciembre.
La deuda con los organismos internacionales asciende a US$ 72.930 millones, de los cuales US$ 41.016 millones son con el FMI. No se incluye la deuda de las Provincias y del Banco Central.
El BCRA había habilitado en mayo una ventana para aliviar la demanda de divisas destinada al giro de dividendos, en una de las últimas licitaciones del Bopreal, el instrumento en dólares diseñado por este Gobierno para reducir la deuda comercial importadora acumulada hacia el final de la gestión del Frente de Todos.
Según estimaciones privadas, antes de esa operación del Bopreal existía un saldo pendiente de pago cercano a los u$s 6.000 millones.
Bausili dijo que para levantar los controles cambiarios “tiene que haber un equilibrio monetario; estamos muy cerca de alcanzarlo, pero no necesariamente un equilibrio cambiario. El cepo está empezando a ser una barrera de contención para la entrada de divisas, más que una barrera para su salida”.
Y sorprendió al considerar probable que, bajo este esquema monetario, levantar el cepo se convierta en una fuente de liquidez, con entrada de capital externo y sin salida del interno. Es decir, habría llegada de dólares netos para alimentar las reservas.
En línea con lo que sostiene Milei, Bausili dijo que “hay dos o tres focos que aún están afectados por el cepo y representan un riesgo de stock”. El principal está vinculado con los dividendos de multinacionales que aún no se pueden girar a las casas matrices.
“Quedan dos o tres sectores con liquidez atrapada. Por eso, mientras tanto, liberamos controles en los casos donde no se encuentran atrapados. El comercio es prioritario para nosotros: buscamos que sea lo más libre posible para reducir el costo argentino y facilitar la actividad económica”, señaló el titular del Banco Central.
Explicó que los sectores con demanda potencial de dólares incluyen aquellos con “stocks de deuda financiera intercompany y dividendos; son focos con demanda latente”.
El presidente del BCRA destacó que “a medida que surgen fuentes de dólares que permiten atender estos stocks, los balances se van reduciendo. Esa rueda avanza poco a poco, pero estamos tratando de corregirla gradualmente”.
Al respecto, Milei dijo que la solución para acelerar ese proceso podría llegar por la vía de un préstamo del Fondo Monetario Internacional, un proceso que recién está en su etapa inicial de conversaciones preliminares para saber si el organismo podría aportar financiamiento adicional, y bajo qué condiciones.
Por su parte, el ministro de Economía, Luis Caputo, explicó que además de la inflación a la baja y de una caída en el ritmo del crawling peg, el Gobierno necesitará un colchón adicional de reservas para poder activar una salida del cepo.
Según estimaciones de la consultora LCG, hasta fines de noviembre las reservas netas eran negativas por USD 4.700 millones.
Milei mencionó dos elementos claves: aplicar una política de austeridad del gasto público y ampliar significativamente el superávit fiscal y, por otro lado, limpiar definitivamente el stock de deuda del Banco Central, para permitir cumplir con otro de sus objetivos, cerrar el organismo y al mismo tiempo terminar con el cepo y otras restricciones cambiarias y consagrar la libre circulación de monedas.
En un año electoral, se espera que la política económica girará en 2025 en torno de estos ejes.
El 2,4% de incremento del Indice de Precios Minoristas de noviembre resultó muy por debajo de las estimaciones de los principales analistas económicos y bancos de la plaza local. Hoy los precios están siendo alimentados por los ajustes en los servicios regulados y algunos servicios como los precios de esparcimiento que si no se acomodan a la baja, van a provocar una caída abrupta en la demanda por ellos.
Si se ratifica el mantenimiento de tarifas hasta marzo, seguramente, se podrá alcanzar una tasa de inflación menor al 2%, estiman analistas.
Hasta los especialistas críticos de Milei admiten que las perspectivas para 2025 son auspiciosas.
Si se logra alcanzar el objetivo de limpiar al BCRA de sus stocks de deuda y finalmente se logra levantar el cepo, las tasas de inversión y crecimiento se pueden multiplicar, junto con el empleo y los salarios.
Es el mejor escenario que espera Milei de cara a las elecciones legislativas, en las que confía en obtener una señal de confianza del electorado para profundizar su modelo libertario.
La soja cae y toca los 260 U$S/tn. Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, focaliza su análisis semanal y busca explicar por qué pasó, qué puede ayudar a que mejore, y cuáles son los mejores pasos a seguir en este contexto.
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Rosario, Santa Fe; martes 24 de diciembre (PR/24) — Normalmente en estas líneas vemos los fundamentos de la semana de los tres productos de mayor peso en la facturación de las explotaciones agrícolas. Sin embargo, esta semana la soja se llevó la atención al marcar una baja desde niveles que ya preocupaban, por lo que analizaremos los fundamentos que nos trajeron hasta aquí, lo que se puede prever hacia adelante, y ensayaremos alguna conclusión al respecto.
Los niveles de precio, la decisión de siembra y dónde estamos parados hoy.
La soja mayo 2025 comenzó operando en la zona de los 290 U$S/tn, en un momento en que nadie le prestaba atención, ya que se estaba levantando la campaña anterior, se estaba estabilizando la macro argentina con muchas dudas, y sufriendo los embates de la chicharrita. En forma silenciosa, ese mercado operó en varias oportunidades en el rango de los 300/310, donde ya algunos tomaron alguna posición, para luego ir zigzagueando a la baja.
Cuando llegó el momento de sembrar el trigo combinando valores del cereal por encima de los 220, con soja en 300, el margen esperado del trigo soja era tentador e incluso, en muchas zonas, el de soja resultaba superador. Allí se convalidaron nuevamente alquileres altos, y planes de siembra orientados a la oleaginosa. Especialmente porque el margen de maíz no lucía tan atractivo, y el riesgo de la chicharrita hacía que se evitara el maíz tardío. Sin embargo, el nivel de ventas en ese momento fue mínimo.
En repetidas oportunidades volvimos a tener a tiro los 300 U$S/tn mientras que, en momentos de baja, operábamos en la zona de los 290, y el número se ponía rayero para la oleaginosa, pero no pasaba a números rojos.
En aquel momento destacábamos que ese valor resultaba muy alto si tomamos como referencia el precio de Chicago. La relación histórica contra ese mercado está en el 67%, y operábamos por encima del 73%, en ocasiones llegamos al 78%. Una vez que tuvimos valores FOB para aceite y harina de la nueva campaña, esto mostraba sobreprecios sobre Chicago de hasta 30 U$S/tn. Más allá de los fundamentos que podían hacernos pensar si la soja estaba cara o barata a nivel internacional, la traslación de ese precio a Argentina mostraba que en nuestro país estábamos caros respecto al resto del mundo.
Esa soja cara argentina nos blindó de una tendencia negativa entre julio y fines de noviembre. Pero, de allí en más, tanto Chicago resbaló a los peores precios de la pandemia, como el premio sobre Chicago se fue perdiendo. Tras ir a la zona de los 280, donde ya el número se ponía negativo, vimos esta semana los 260 y con unos 20 U$S/tn de sobreprecio sobre Chicago.
Los fundamentos de siempre
Podemos resumir los fundamentos de la siguiente forma: una oferta que sigue subiendo, en el contexto de una demanda estable a levemente bajista. Los precios, por tanto, ajustaron a la baja.
Los stocks/consumo de EEUU subieron a casi 11% contra 8% del ciclo previo, y quedando por encima del 9% promedio histórico. Sobre esto, Brasil proyecta una cosecha que comenzó en 165 M.Tn. y ya gana consenso que podría ir a 170. Argentina estaría en el rango de las 52/55 M.Tn. con lo que sobre un gran stock norteamericano, sumaríamos una producción importante.
Por el lado de la demanda, China compraría menos soja que el año pasado. Mientras que el USDA apunta a 3 M.Tn menos, China cree que compraría 7 M.Tn. menos. Esto contrasta con subas de 10 M.Tn. anuales previo al desastre de la fiebre porcina africana, la pandemia y que los problemas de crecimiento en el país oriental se hicieran presentes.
De junio en adelante, cuando la elección de EEUU ganó terreno en la discusión, con la posibilidad cierta de un triunfo de Trump, el mercado se anticipó a una posible guerra comercial. China y otros países aceleraron sus compras de soja sobre Norteamérica. Esto llevó a que el ritmo de exportaciones norteamericanas se acelerara, poniendo un piso a los precios.
En el mismo sentido, los bajos stocks/consumo de los aceites ganaron la escena, y con políticas de biodiesel cada vez más demandantes, el aceite de palma subió fuerte. Problemas productivos en colza y girasol hicieron lo propio con los aceites de calidad, y como la soja había quedado rezagada, se apostaba a que tuviera un salto.
A nivel macro, las bajas de la reserva federal debilitaron el dólar y dieron un sustento adicional a los commodities. A esto debemos sumar que los conflictos bélicos habían entrado en una fase de estabilización. Siguen estando, pero parecían no ir a ningún lado.
¿Que nos llevó de los 290 a los 280?
Las primeras semanas de diciembre el clima en Brasil fue excelente, y viendo pronósticos para el resto del mes, creció el convencimiento de que no sólo tendrían buena cosecha, sino que podría ser incluso mayor a lo proyectado inicialmente.
Sobre esto, la devaluación del real llevó a que los productores cariocas vieran subir el precio en reales, y como siguen el mercado en su moneda, desató fuertes ventas que debilitaron los precios regionales, tanto como el mercado global, ante el pico de oferta.
Al triunfo de Trump siguieron los primeros anuncios, y efectivamente entre ellos estaba el aumento de aranceles de 10 puntos a China. Pero la actitud china fue más dialoguista, las compras de soja se habían anticipado, ni China depende tanto de EEUU, ni EEUU depende tanto de China en el comercio de oleaginosas como en 2018, y el ritmo de exportaciones acelerado que vimos los últimos meses se detuvo.
Adicionalmente, el mercado espera que Trump acelere la economía norteamericana, con lo que la baja de tasas que siguió sucediendo pasó a segundo plano, ahora el dólar se fortalece. Pero, además, no sólo recrudecieron los conflictos entre Rusia-Ucrania, Israel-Palestina, sino que se sumó Siria y ahora problemas políticos serios en Corea del Sur. Los capitales volaron a refugiarse en el dólar, y esto es negativo para los commodities.
¿Por qué la semana pasada nos fuimos a 260?
Uno de los puntos de sostén que todavía tenía la soja, era la firmeza de los aceites. Y vimos caídas fuertes en el inicio de la semana. En Indonesia se dispuso pasar de un corte de 35% a 40% de biodiesel, pero la poca disponibilidad de mercadería generó planteos de esperar. El gobierno luego aumentó derechos de exportación para que quedara más oferta local, pero esto tiene final abierto.
En EEUU el aumento de aranceles de Trump encareció el aceite de cocina usado (UCO) que se importa de China. A su vez, el país asiático bajó un subsidio a la exportación del 15%. Esto hacía pensar que, para cubrir el mandato de biodiesel norteamericano, el uso de aceite de soja norteamericano iba a subir. Pero la ley que brinda apoyo al biodiesel se cae este año, y hay dudas sobre si Biden la renovará antes de su salida. A su vez, Trump anunció que nombrará al frente de la EPA a un senador que se opone a los biocombustibles. Pero esta semana se presentó un proyecto de ley que algunos interpretaron que iría por el camino de reducir incentivos al biodiesel.
Adicionalmente en Argentina, al sembrarse bien la soja y tener buen clima en el desarrollo temprano, crece el convencimiento de una buena cosecha y, si bien los precios resultaron más bajos, finalmente muchos productores comenzaron a convencerse de que los fundamentos no los acompañaban. A eso hay que sumarle que ya a esta altura del año, las ventas de soja disponibles con recompra de mayo empiezan a bajar, y la demanda “artificial” de soja mayo desciende. Quedan sólo compradores genuinos que no están dispuestos a convalidar precios de quebranto para el nuevo ciclo.
Para colmo si pensamos en un margen mínimo para la molienda de soja en cosecha, con este nivel de precios deberíamos ver precios por debajo de 250 U$S/tn.
¿No tocarán las retenciones?
En primer lugar, no son retenciones, porque el 33% que tributa el poroto y el 30% de los subproductos no tiene ninguna devolución. Son impuestos, derechos de exportación (DE), que hoy están en 9% de la recaudación.
Un mensaje de Milei ante la Sociedad Rural, diciendo que en la medida en que la recaudación impositiva suba en forma sustentable, se eliminarían impuestos y los derechos de exportación serían de los primeros, generó gran expectativa.
Con precios de soja en este nivel, se generaría un fuerte quebranto para el productor. Recordemos que todo el norte del país quedó muy afectado económicamente por la pérdida de maíz por chicharrita, y se volcó a la soja. Esto podría desencadenar presión creciente del sector, e incluso titulares difíciles de manejar en lo político: el motor productivo del país está quebrando por la falta de cumplimiento de las promesas del gobierno.
Bajar entre 5 y 8 puntos a la soja aportaría de 20 a 30 U$S/tn a la oleaginosa, devolviéndola a terreno positivo. El problema es que el plan de gobierno es claro: el superávit fiscal es clave, y se bajarán impuestos distorsivos si la recaudación sube. En ese sentido primero se terminaría de eliminar el impuesto PAIS, y quizás luego se trabaje en impuestos también distorsivos que aplican a toda la economía, como débitos y créditos (impuesto al cheque).
La apuesta del sector es que los tiempos se aceleren, y el orden de prioridades se cambie para evitar que el agro tenga un problema serio. Lo cierto es que se ve poco probable que este cambio pueda darse en el primer semestre. Sin embargo, en un año electoral, todo puede pasar.
¿Qué puede ayudarnos en este contexto?
Lo primero que hay que decir es que el mercado descontó mucha información bajista. Los especuladores vendieron más de 3 M.Tn. en Chicago la semana pasada. El climático sudamericano está avanzando, pero no terminó, y de febrero en adelante comenzaremos a discutir el ciclo de EEUU 25/26. La relación de precios entre maíz y soja hace pensar que podríamos ver caída de área de soja. Y entrando en un nuevo ciclo, las dudas climáticas podrían darnos una chance. Pero la debilidad de la demanda y los altos stocks actuales nos hacen ser cautos sobre el rebote que podemos esperar. En mayo, cuando estemos cosechando, estos serán los fundamentos que estaremos mirando. También hay que considerar que los precios bajos podrían incentivar el consumo, y volver a subir las compras. En tanto los stocks de aceites siguen siendo muy bajos, y más allá de los tiempos en que se den, el camino hacia una demanda creciente de biodiesel está marcado.
Volviendo al punto de los derechos de exportación, la discusión pasa por el momento donde podrían reducirse, pero hay amplias chances de que ello ocurra. Tal vez se de más en la segunda parte del año.
Y entonces ¿qué hacemos?
La respuesta es difícil, e invitamos a poner en la balanza personal los factores que se comentaron más arriba. Pero para no eludir la pregunta, trataríamos de no convalidar estos niveles de precio. De hecho, las últimas dos ruedas de la semana pasada mostraron ya una recuperación.
Dicho esto, si ya se tiene una base de ventas hechas que permitan afrontar los gastos variables de la soja, y con algo más de venta de maíz el flujo financiero en cosecha se resuelve, “apagar la radio” hasta que encontremos nuevos fundamentos, y sólo encenderla a precios por encima de 280.
Si por el contrario no tenemos nada vendido, ver que, si bien el maíz muestra fundamentos más sólidos, tiene margen positivo y sería razonable comenzar por ahí. De todas formas, para reducir el riesgo buscaríamos vender algo de soja, apuntando al mes de julio, cuyo precio más alto permite mejorar un poco el negocio. Si quedaron remanentes de trigo, lo peor ya pasó y antes que convalidar quebrantos en soja, buscaríamos ventas alrededor de los 210 para mayo, reemplazando el flujo de soja.
Trataremos de dilatar la decisión de venta para aguardar la quita de derechos de exportación, pensando también que hay muchos factores negativos descontados. Pero si vemos mejoras de corto plazo, iríamos por el lado de capturarlos y comprar CALL de soja noviembre invirtiendo 2% del producido de las ventas para seguir en el juego por si más adelante hay quita en derechos de exportación.
Este libro es el resultado de cuatro viajes de su autora, Matilde Fierro, a la parroquia de Medjugorje, en Bosnia Herzegovina, donde se aparece la Virgen María como la Reina de la Paz desde 1981.
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