Ago 9, 2025 | Cambio Climático, congresos y cursos
En el marco del Congreso Aapresid XXXIII referentes internacionales reflexionaron en torno a los desafíos para la agricultura y cómo abordarlos de cara a la próxima cumbre climática de Naciones Unidas desde una mirada estratégica y conjunta. Además, plantearon la necesidad de construir una nueva narrativa que posicione a la producción en ámbitos globales.
Buenos Aires, sábado 9 de agosto (PR/25) .- En la primera jornada del Congreso Aapresid XXXIII, con la fuerza de Expoagro, representantes del agro, la industria, la ciencia y la gestión pública participaron de un taller para definir el posicionamiento estratégico de la región en la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), que se realizará en Brasil.
Marcelo Regúnaga, coordinador general del Grupo de Países Productores del Sur (GPS), planteó la necesidad de una postura proactiva porque “la agricultura es parte de la solución: captura carbono, sostiene el desarrollo y aporta seguridad alimentaria”. Y agregó: “Es una oportunidad que no podemos dejar pasar”.

Asimismo, advirtió que “es fundamental estar presentes en un foro como la COP30 porque el sector privado mundial estará negociando”, explicó.
Por su parte, Daniel Trento do Nascimento, de la Empresa Brasileira de Pesquisa Agropecuaria (EMBRAPA), recordó el desafío de la agricultura frente al cambio climático, y mencionó como ejemplo de éxito que “Brasil logró una revolución en 30 años basada en ciencia, innovación y crédito; Argentina puede seguir ese camino”.
Desde el Instituto Aaprender, Marcelo Arriola llamó a asumir un rol activo en la construcción del discurso: “Sudamérica puede abastecer al mundo con alimentos de manera sustentable, pero si nos acusan de contaminar, no podemos quedarnos callados”.
El agro, la ciencia y la política debatieron sobre el lugar de América Latina en los sistemas agroalimentarios futuros
En otro de los paneles desarrollados en el auditorio Spraytec, del predio ferial de La Rural de Palermo, referentes internacionales del agro, la ciencia y la política debatieron el lugar que debe ocupar América Latina en los sistemas agroalimentarios del futuro. La clave: una narrativa común basada en evidencia científica, diplomacia y mirada estratégica.

Manuel Otero, director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), planteó la necesidad de consolidar un mensaje propio desde las Américas: “Somos la garantía de la biodiversidad y la sostenibilidad del planeta; hay que comunicarlo con fuerza en los ámbitos internacionales”. Además, remarcó la importancia de vincular ciencia, tecnología y productores mediante políticas activas y alianzas público-privadas.
Jack Bobo, director del Instituto para Estudios Alimentarios Rothman de la Universidad de California, alertó: “Los próximos 25 años son los más importantes de toda la historia para la agricultura; hay que producir más y mejor sin agotar los recursos”. Y recordó que hacia 2050 la población mundial comenzará a estabilizarse, lo cual abre una ventana crítica para garantizar la seguridad alimentaria sin comprometer la sostenibilidad.
Kip Tom, exembajador de Estados Unidos ante FAO y actual vicepresidente de política rural en el American First Policy Institute, recalcó: “La seguridad alimentaria es seguridad nacional; las naciones que no desarrollan su agricultura están destinadas a entrar en crisis”.
Walter Baethgen, investigador de la Universidad de Columbia, aseguró que América Latina es el mayor exportador agrícola del mundo y proyecta crecer un 25 % en la próxima década. Sin embargo, advirtió: “Debemos usar nuestros recursos de manera sostenible; la narrativa actual fue escrita por otros, es hora de que definamos nuestra agenda, con diplomacia y evidencia científica”.
Para Baethgen, el contraste es claro: “El 74 % de los gases de efecto invernadero proviene de la quema de combustibles fósiles, mientras que la agricultura genera el 11,6% y, aun así, somos los apuntados”.
Primicias Rurales
Fuente: Congreso Aapresid
Ago 5, 2025 | Cambio Climático, Desarrollo Humano
Buenos Aires, martes 5 agosto (PR/25) — Fundación Vida Silvestre Argentina invita a docentes y a multiplicadores/as ambientales a participar de un nuevo curso gratuito, virtual y asincrónico que busca fortalecer el rol de la educación ambiental frente al cambio climático.
Las inscripciones ya están abiertas a través de www.educacion.vidasilvestre.org.ar El curso, que cuenta con el apoyo de Santander Argentina, ofrece herramientas, conceptos clave y reflexiones necesarias para acompañar desde las aulas los desafíos socioambientales actuales, haciendo foco en el contexto argentino y el impacto del cambio climático sobre nuestra biodiversidad. El curso posee aval ministerial en la provincia de Chubut y La Pampa, ello significa que los docentes de esas provincias que los realicen reciben puntaje.
«Frente a los desafíos que impone el cambio climático, la educación ambiental es clave para impulsar una ciudadanía crítica y comprometida. Desde Fundación Vida Silvestre creemos que brindar herramientas a docentes y educadores es fundamental para construir sociedades más resilientes y en armonía con la naturaleza«, expresó Martín Font, director de Comunicación y Educación Ambiental de Fundación Vida Silvestre Argentina.
Información sobre el curso “Cambio climático en Argentina: ¿cómo afecta a nuestra biodiversidad?”
– Dirigido a: docentes y multiplicadores/as ambientales.
– Modalidad: virtual y asincrónico. *Cada lunes se habilitan nuevos contenidos para hacerlos a tu ritmo.
– Duración: 5 semanas
– Inscripciones desde: 04/08/2025
– Inicio de cursada: 18/08/2025
– Para más información: www.educacion.vidasilvestre.org.ar
Con puntaje docente otorgado por las provincias de Chubut y La Pampa.
¿Cómo inscribirse?
- Ingresar a www.educacion.vidasilvestre.org.ar
- Hacer clic en “Registro” (si ya estás registrado/a, ir al paso 5)
- Completar el formulario con tus datos
- Validar tu usuario desde el correo electrónico (revisar carpeta de spam)
- Desde “Capacitaciones Virtuales”, seleccionar el curso
- Hacer clic en “Inscripción curso” y luego en “Comenzar curso”
¡Y listo! Ya podés acceder a todos los contenidos.
Compartimos un video explicativo de cómo registrar un usuario, y un video explicativo de cómo inscribirse a un curso y avanzar en las clases.
Acerca de Vida Silvestre 
La Fundación Vida Silvestre Argentina es una organización no gubernamental, de bien público y sin fines de lucro, creada en 1977. Su misión es proponer e implementar soluciones para conservar la naturaleza, promover el uso sustentable de los recursos naturales y una conducta responsable en un contexto de cambio climático. Desde 1988 está asociada y representa en la Argentina a WWF, una de las organizaciones independientes de conservación más grande del mundo, presente en 100 países.
Ago 1, 2025 | Cambio Climático, Salud
Mayores cultivos, menos nutrientes: Fuente:Society for Experimental Biology
El cambio climático está minando silenciosamente los nutrientes de nuestros alimentos.
Buenos Aires, viernes 1 agosto (PR/25) — Un estudio pionero revela que el aumento del dióxido de carbono (CO2) y de las temperaturas no sólo está modificando la forma en que crecen los cultivos, sino que también está degradando su valor nutricional, especialmente en verduras de hoja verde vitales como la col rizada y las espinacas.
Este cambio podría acarrear problemas para la salud mundial, sobre todo en comunidades que ya sufren estrés nutricional. Los investigadores advierten de que, aunque los cultivos crezcan más rápido, también pueden ser menos nutritivos, con menos minerales, proteínas y antioxidantes, lo que hace temer obesidad, inmunidad debilitada y enfermedades crónicas.
Los climas más cálidos y ricos en CO2 hacen que los cultivos crezcan más rápido, pero les quitan nutrientes vitales, lo que conlleva riesgos ocultos para la salud. Crédito: Shutterstock
Nuevas investigaciones preliminares sugieren que la combinación de un aumento del CO2 atmosférico y de las temperaturas contribuye a reducir la calidad nutricional de los cultivos alimentarios, con graves consecuencias para la salud y el bienestar humanos.
La mayoría de las investigaciones sobre el impacto del cambio climático en la producción de alimentos se han centrado en el rendimiento de los cultivos, pero el tamaño de la cosecha significa poco si el valor nutricional es pobre.
«Nuestro trabajo va más allá de la cantidad y se centra en la calidad de lo que comemos», explica Jiata Ugwah Ekele, estudiante de doctorado de la Universidad John Moores de Liverpool (Reino Unido).
Los efectos del cambio climático pueden tener consecuencias devastadoras e irreversibles para las plantas de todo el planeta.
La investigación de la Sra. Ekele se centra principalmente en explorar cómo el contenido nutricional de los cultivos alimentarios puede verse afectado por los efectos interactivos del aumento de los niveles de CO2 y de las temperaturas asociadas al cambio climático. «Estos cambios medioambientales pueden afectarlo todo, desde la fotosíntesis y las tasas de crecimiento hasta la síntesis y el almacenamiento de nutrientes en los cultivos», explica Ekele.
«Es fundamental comprender estos efectos porque somos lo que comemos y las plantas, como productores primarios del ecosistema, constituyen la base de nuestra red alimentaria», explica Ekele.
Los climas más cálidos y ricos en CO2 hacen que los cultivos crezcan más rápido, pero les quitan nutrientes vitales, lo que conlleva riesgos ocultos para la salud. Crédito: Shutterstock
Nuevas investigaciones preliminares sugieren que la combinación de un aumento del CO2 atmosférico y de las temperaturas contribuye a reducir la calidad nutricional de los cultivos alimentarios, con graves consecuencias para la salud y el bienestar humanos.
La mayoría de las investigaciones sobre el impacto del cambio climático en la producción de alimentos se han centrado en el rendimiento de los cultivos, pero el tamaño de la cosecha significa poco si el valor nutricional es pobre. «Nuestro trabajo va más allá de la cantidad y se centra en la calidad de lo que comemos», explica Jiata Ugwah Ekele, estudiante de doctorado de la Universidad John Moores de Liverpool (Reino Unido).
Los efectos del cambio climático pueden tener consecuencias devastadoras e irreversibles para las plantas de todo el planeta. La investigación de la Sra. Ekele se centra principalmente en explorar cómo el contenido nutricional de los cultivos alimentarios puede verse afectado por los efectos interactivos del aumento de los niveles de CO2 y de las temperaturas asociadas al cambio climático.
«Estos cambios medioambientales pueden afectarlo todo, desde la fotosíntesis y las tasas de crecimiento hasta la síntesis y el almacenamiento de nutrientes en los cultivos», explica Ekele.
«Es fundamental comprender estos efectos porque somos lo que comemos y las plantas, como productores primarios del ecosistema, constituyen la base de nuestra red alimentaria», explica Ekele
«Estudiando estas interacciones, podemos predecir mejor cómo el cambio climático configurará el panorama nutricional de nuestros alimentos y trabajar para mitigar esos efectos».
La investigación de Ekele se centra en las verduras de hoja verde más populares, como la col rizada, la rúcula y las espinacas. Para este proyecto, estos cultivos se cultivan en cámaras de crecimiento de ambiente controlado en la Universidad John Moores de Liverpool, y los niveles de CO2 y temperatura se modifican para simular los futuros escenarios climáticos previstos en el Reino Unido.
«Los marcadores fotosintéticos, como la fluorescencia de la clorofila y el rendimiento cuántico, se evalúan a medida que crecen los cultivos, mientras que el rendimiento y la biomasa se registran en el momento de la cosecha», explica Ekele.
Después de cultivar las plantas en condiciones de cambio climático, se analizó su calidad nutricional mediante cromatografía líquida de alto rendimiento (HPLC) y perfiles de fluorescencia de rayos X para medir las concentraciones de azúcar, proteínas, fenoles, flavonoides, vitaminas y antioxidantes.
Los resultados preliminares de este proyecto sugieren que los niveles elevados de CO2 atmosférico pueden ayudar a los cultivos a crecer más rápido y más grandes, pero desde luego no más sanos.
«Después de algún tiempo, los cultivos mostraron una reducción de minerales clave como el calcio y ciertos compuestos antioxidantes», dice la Sra. Ekele.
Estos cambios se agravaron con el aumento de la temperatura. «La interacción entre el CO2 y el estrés térmico tuvo efectos complejos: los cultivos no crecen tanto ni tan rápido y el deterioro de la calidad nutricional se intensifica», explica Ekele.
Una de las primeras conclusiones es que los cultivos han respondido de forma diferente a los factores de estrés del cambio climático, y que algunas especies han reaccionado con mayor intensidad que otras.
«Esta diversidad de respuestas pone de manifiesto que no podemos generalizar entre cultivos. Esta complejidad ha sido a la vez fascinante y desafiante, y nos recuerda por qué es importante estudiar conjuntamente múltiples factores de estrés», afirma Ekele.
Este desequilibrio nutricional tiene graves consecuencias para la salud humana. Mientras que los niveles más altos de CO2 pueden aumentar la concentración de azúcares en los cultivos, pueden diluir proteínas, minerales y antioxidantes esenciales. «Este equilibrio alterado podría contribuir a dietas más ricas en calorías pero más pobres en valor nutricional», afirma Ekele. «Un mayor contenido de azúcar en los cultivos, especialmente en frutas y verduras, podría aumentar el riesgo de obesidad y diabetes tipo 2, sobre todo en poblaciones que ya luchan contra enfermedades no transmisibles».
Los cultivos con escaso contenido nutricional también pueden provocar carencias de proteínas y vitaminas vitales que comprometen el sistema inmunitario humano y agravan los problemas de salud existentes, sobre todo en los países de renta baja o media. «No se trata sólo de la cantidad de alimentos que cultivamos, sino también de lo que contienen y de cómo contribuyen al bienestar humano a largo plazo», afirma Ekele.
Aunque esta investigación simula los cambios climáticos previstos en el Reino Unido, sus implicaciones son mundiales. «Los sistemas alimentarios del Norte Global ya se enfrentan a cambios en los patrones climáticos, temporadas de crecimiento impredecibles y olas de calor más frecuentes», afirma Ekele. «En las regiones tropicales y subtropicales, estas zonas también se enfrentan a factores de estrés que se solapan, como la sequía, las plagas y la degradación del suelo, y son el hogar de millones de personas que dependen directamente de la agricultura para obtener alimentos e ingresos».
Ekele y su equipo están abiertos a seguir colaborando en este proyecto con la comunidad investigadora en general, incluidos los sectores de la agricultura, la nutrición y la política climática. «Es importante conectar la ciencia de las plantas con cuestiones más amplias del bienestar humano.
A medida que el clima sigue cambiando, debemos pensar de manera holística sobre el tipo de sistema alimentario que estamos construyendo, uno que no sólo produzca suficientes alimentos, sino que también promueva la salud, la equidad y la resiliencia», dice Ekele. «Los alimentos son algo más que calorías; son la base del desarrollo humano y la adaptación al clima».
Esta investigación se presentó en la Conferencia Anual de la Sociedad de Biología Experimental, que se celebró en Amberes (Bélgica) el 8 de julio de 2025.
Primicias Rurales
Fuente:Society for Experimental Biology