Faena y producción: El delicado equilibrio entre sostener la oferta de carne y recomponer stock

Faena y producción: El delicado equilibrio entre sostener la oferta de carne y recomponer stock

Rosario, domingo 17 agosto (¨R/25) — En esta 2° mitad del año los números de faena aún no muestran señales de moderación. Por el contrario, los datos correspondientes a los primeros 7 meses del año confirman una faena ligeramente superior a la del 2024, con unos 7,85 mill. de cabezas faenadas

Al proyectar los próximos meses, de acuerdo con el comportamiento histórico de la faena en esta etapa del año —cuando la oferta de animales terminados suele ser mayor—, deberíamos estar finalizando el ciclo con un número muy similar al registrado el año pasado, cercano a los 14 millones de cabezas, lo cual nos aseguraría una oferta de carne en torno a los 3,2 millones de toneladas.

Lo cierto es que, de confirmarse esta cifra, sería el tercer ciclo consecutivo con faenas por encima de los niveles de equilibrio, comprometiendo un año más la recomposición del stock.

En términos de producción de carne, el otro factor clave sigue siendo la cantidad de kilos que se logre agregar a cada cabeza destinada a faena.

Esto resulta particularmente importante para lo que resta de este año y el primer tramo del próximo, dado que la oferta de animales para engorde ya está limitada por la cantidad de terneros logrados este año, que abastecerán la faena como novillitos y novillos en el corto y mediano plazo.

Por lo pronto, la faena de este año revela un dato interesante en lo que respecta a los novillos. En los primeros siete meses (enero-julio), la faena de esta categoría de machos creció un 12% respecto de lo registrado un año atrás, totalizando cerca de 650 mil novillos.

Este aumento contribuye a sostener el incremento del 2% en la producción de carne registrado este año, a pesar de haberse faenado un número similar de cabezas. En efecto, con una faena de machos un 2% superior a la del año pasado, la participación de los novillos también aumentó 1,5 puntos porcentuales, ubicándose en el 15,7%. Esto implica, en promedio, entre 45 y 50 kilos adicionales por res, en comparación con la faena de novillitos.

Y esto sin considerar aún el potencial de crecimiento en el peso de faena que ambas categorías todavía presentan. Actualmente, el peso promedio de faena en novillos alcanza los 287 kilos por res en gancho, mientras que en novillitos se sitúa en 239 kilos.

Sin duda, este incremento en los pesos de faena — que, respecto del año pasado, se observa en todas las categorías: 1% en machos y 1,4% en hembras— responde a mejores condiciones de recría y engorde pastoril.

En efecto, de los 7,2 millones de terneros que salieron de los campos de cría en estos primeros siete meses del año, el 23% fue destinado directamente a feedlot, mientras que el 77% restante ingresó a sistemas de recría a campo, una proporción que en los últimos dos años había caído significativamente producto de la sequía y que a partir de este año lentamente comienza a recuperar terreno.

Sin embargo, el aporte del feedlot en la etapa final de esos animales recriados también es un factor clave en la producción de carne. Esto se refleja en la creciente participación del feedlot dentro de la oferta de animales que llegan a faena, lo que redunda en un mayor control y una mejor calidad de terminación.

No obstante, el punto clave a considerar aquí es que, más allá de los logros que lentamente se están registrando en aumentos de peso y productividad del rodeo, los números actuales de producción aún no contemplan una posible retención de hacienda, en especial de hembras.

Si bien la faena de vacas ya ha comenzado a ceder respecto de los últimos dos años de intensa extracción forzada por las condiciones climáticas, esta tendencia aún no se refleja en la categoría vaquillonas. En lo que va del año, la faena de vaquillonas creció un 6%, lo que se suma al incremento del 10% acumulado en los últimos tres años, que redundó en unos 800 mil vientres menos en el stock.

En definitiva, por el momento, la moderación necesaria en la faena de vaquillonas no se está registrando. De producirse, exigirá un mayor esfuerzo de todo el sector en pos de mejorar la productividad del rodeo en sus dos dimensiones: la producción de animales y la producción de kilos por animal en stock, con el objetivo de evitar una restricción en la oferta de carne durante los próximos ciclos.

ROSGAN

Menos kilos para la misma camioneta: mejora en el poder de compra del productor ganadero

Menos kilos para la misma camioneta: mejora en el poder de compra del productor ganadero

Un indicador, elaborado por la AER INTA Bahía Blanca (dependiente del INTA Bordenave) surge de dividir el precio de una camioneta doble cabina 4×4 por el valor por kilo vivo de la hacienda.

Un termómetro del poder de compra rural
Este indicador, elaborado por la AER INTA Bahía Blanca (dependiente del INTA Bordenave) surge de dividir el precio de una camioneta doble cabina 4×4 por el valor por kilo vivo de la hacienda. El resultado refleja cuánta producción debe vender un ganadero para adquirir un vehículo, bien de capital clave en la actividad.

En contextos inflacionarios, este índice se convierte en una referencia sencilla y directa para evaluar la relación de precios entre la hacienda y bienes durables de uso rural.

Caída interanual en kilos necesarios
Con un valor de camioneta en torno a $53 millones, los datos expuestos indican que a julio de 2025 se necesitaban 13.640 kg de ternero (un 32% menos que en julio de 2024) y 17.050 kg de novillo (una baja del 30% interanual), para acceder al mismo vehículo. Respecto a la cantidad de vientres, la referencia mejora un 20%.

Primicias Rurales

Fuente: Todo Agro

 

Faena argentina: en julio siguió indecisa, aunque mantiene rumbo de crecimiento

Faena argentina: en julio siguió indecisa, aunque mantiene rumbo de crecimiento

 En julio se faenaron 1,24 millones de cabezas, 10% más que en junio, pero con una baja interanual del 1%. La participación de hembras continua estable. La composición por categorías sugiere que el ciclo ganadero avanza hacía una etapa de mayor faena, con más novillos y menos vacas, pero con una inflexión más oscilante.
Buenos Aires, sábado 16 de agosto (PR/25) — En julio se faenaron 1,24 millones de cabezas, 10% más que en junio, pero 1% menos interanual. Si se ajusta por los días hábiles, la comparación intermensual cambia de signo marcando una caída del 10%, ya que el mes previo tuvo muy pocos días laborables.


La participación de hembras fue de 47,8%, muy similar a la del trimestre previo (abr-jun) y a la de un año atrás. Si bien en los últimos meses se mostró suavemente creciente, la tendencia de a 12 meses móviles todavía está descendiendo.

El acumulado de siete meses es de 7,9 millones de cabezas, sin cambios sobre el comparable de 2024. Aquí, la categoría que más cae es la de vacas y la que más sube es la de novillos.

En las principales categorías

Tomando julio, las vacas, vaquillonas y novillitos muestran caídas interanuales (3, 1 y 2%, en ese orden) siendo los novillos los únicos que tienen crecimiento (5%).

En el caso del trimestre terminado en julio, sólo hay caída interanual para vacas (8%), mientras que vaquillonas, novillos y novillitos aumentan (3, 13 y 3%).

Para el período de 12 meses terminado el mes pasado, se da una situación similar, con menos vacas (12%) y más de las otras tres categorías, 3% para los jóvenes y 13% para novillos.

Es decir que se mantiene la tendencia hacia una mayor faena, en la que las que muestran mayor rezago son las vacas.

Aunque cabe destacar que en pasadas inflexiones del ciclo ganadero, el cambio ha sido más rápido que en esta ocasión. Ahora parece que la faena “dudara” acerca de si seguir con mayor número de animales a frigorífico o volver a la reducción del año pasado.

Sin embargo, creemos que la inflexión terminará mostrándose más claramente con mayores números a la faena.

 Fuente: Valor carne

Primicias Rurales
Nuevos en la ganadería, crecen exportando

Nuevos en la ganadería, crecen exportando

Foto: Rubén Vittori

Proyectaron de cero la actividad para aprovechar los bajos del campo agrícola y se enfocaron en cortes de calidad con alto nivel de marmoleo, mediante acuerdos con productores de terneros. “Aprendimos a exportar hace tres años y hoy no damos abasto con los pedidos”, afirman desde Barlovento.

Buenos Aires, sábado 16 de agosto (PR/25) — Rubén Vittori, es gerente de Barlovento, una empresa agrícola con 1.400 ha en Bouquet, sur de Santa Fe, que en 2018 incorporó la terminación de hacienda.

Desde Valor Carne presentamos su caso que muestra cómo agrupándose con criadores de la Cuenca del Salado, transitaron velozmente la curva de aprendizaje de la mano de APEA (Asociación de Productores Exportadores Argentinos) y desde hace tres años capturan con sus cortes de alta calidad los máximos valores del mercado internacional.

“Soy contador y la idea de la ganadería surgió porque había áreas de nuestro campo que no lograban una adecuada renta con las cosechas. Corría el año 2016 y pensamos en poner vacas en las partes bajas, degradadas, unas 200 ha. Pero, como empresa familiar, optamos por un plan a mayor escala, desarrollando relaciones consistentes con productores de terneros”, recordó Vittori. Y detalló: “Estuvimos un año pensando el proyecto, otro sembrando pasturas y construyendo corrales de engorde, y recién entonces ingresaron los animales”.

Una particularidad de esta inversión fue que, si bien empezaron con el mercado interno, desde el inicio tuvieron la convicción de hacer exportación.

“Producimos en la zona núcleo agrícola y ante cualquier alternativa medimos la rentabilidad contra la soja. Eso nos motivó a tener parte del negocio ganadero con ingresos en dólares”, justificó.

Otro factor que influyó en la decisión de exportar fue el mismo mercado interno. “Abastecemos una red de carnicerías en Córdoba y al principio teníamos muchos reclamos, ‘que la mercadería está muy gorda o muy flaca’, nos decían, pero eran apreciaciones subjetivas”, aseguró. Eso los llevó a hacer mediciones de grasa en cadera, mediante ecografías a campo, para contar con datos reales. “Fue un paso fundamental. Mejoramos la comercialización y nos ayudó a estandarizar nuestro producto”, aseveró.

A estos avances se suma que, poco a poco, fueron contando con abastecedores previsibles. “Nos orientamos a la raza Angus, porque entendíamos que los mercados de nicho, donde queríamos enfocarnos, pedían esa mercadería. Pronto, logramos un nivel de confianza tal que los productores me llaman y, sin cerrar el precio, me dicen: ‘ya te cargué los terneros”, subrayó.

Bife angosto con certificación Angus.

Bife angosto con certificación Angus.

El despegue exportador

Para Vittori, haber puesto en marcha un sistema de alianzas con otros productores, terminar 400 animales por mes, a pasto y a grano, con manejo profesional, poder medir los atributos de la carne y contar con la certificación Angus, fue fundamental para el despegue.

“Era un buen soporte para nuestro plan de dolarizar al menos el 30% de los ingresos. El siguiente desafío era desarrollar la exportación, un negocio en sí mismo, que había que conocer y gestionar”, planteó.

¿Cuándo se acercaron a APEA? “De entrada. Una vez que tomamos la decisión de ir al mercado internacional, dijimos: ‘ahí, vamos a encontrar el apoyo necesario para nuestra curva de aprendizaje”, indicó Vittori, aludiendo a la oportunidad de compartir la experiencia de otros grupos de productores con años en la exportación de carne.

“Hoy somos la empresa líder de nuestro grupo, estamos cerrando acuerdos de largo plazo con cinco criadores y recriadores, de modo que ellos participen de este proceso”, afirmó.

¿Qué recibieron de la Asociación? “Nos sentimos muy apoyados en la fase inicial, en la burocracia de inscripciones y obtenciones de cuotas. Pronto participamos en la distribución de la Cuota Hilton y en el cupo para los Estados Unidos”, sintetizó, agregando que también han colocado cortes de calidad en Arabia Saudita, Qatar y Emiratos Árabes, entre otros.

“Actualmente estamos más enfocados en Reino Unido y España, siempre con volúmenes pequeños, de una a cinco toneladas. El Rump and Loin va directamente a restaurantes y las ruedas a carnicerías”, especificó.

Qué pide el cliente 

Barlovento se enfrentó a un mercado de carnes que más allá de los tradicionales cortes Grass Fed (de animales terminados a pasto), se otorga cada vez más valor al marmoleo. “Cuando hablo con mis clientes, chefs de alta cocina, nos piden un ojo de bife con un nivel de grasa intramuscular entre 3 y 4, es el factor clave. Y esto lo conseguimos con un proceso de alimentación muy controlado, durante todo el ciclo productivo”.

Ojo de bife de Barlovento.

Ojo de bife de Barlovento.

¿Cómo miden el marmoleo? “En la Argentina, no tenemos el Prime y Choice de los Estados Unidos, usamos una escala semejante a la australiana que va de cero a cuatro más, aunque aún no está oficializada”, explicó. En tal sentido, cuando el bife es M4, tiene más de 4,5% de grasa intramuscular, “o sea que sería muy similar a un Prime, pero es muy difícil de producir; y si es M3, tiene entre 3,46 y 4,49% de grasa, es como el Choice”, señaló.

“Por ejemplo, en la última tropa que ecografiamos, un bajo porcentaje de animales alcanzó el M4, aunque sumando a los M3 llegamos al ochenta por ciento de la tropa. El promedio fue de 3,56% de grasa, o sea, que cumplimos con el cliente”, aseveró. Y resaltó que, como productores exportadores, “podemos brindar la información completa a todos los eslabones de la cadena”.

¿Avances? “Estamos posicionando nuestra marca, trabajamos para ello, hemos logrado calidad y constancia en las entregas. Y esto va en línea con el desarrollo humano, somos dieciséis personas trabajando en forma directa y el impacto social en Bouquet es altísimo”, consideró.

Un punto destacado por Vittori, es que más allá del aprendizaje inicial, la relación con APEA continúa. “Estamos constantemente hablando con ellos, recibiendo información de precios y mercados. También nos han invitado a participar de las ferias internacionales, en las que están presentes, aunque aún no hemos asistido por no contar con excedentes de oferta”, sostuvo.

En ese sentido, se refirió a la evolución de la producción para exportación. “Hemos crecido, empezamos con 50 novillos y hoy son 330 Angus por mes, de 500 kg. Esto sería equivalente a dolarizar el treinta por ciento de la facturación por ganadería, como nos habíamos propuesto; y vamos por más, el objetivo el llegar al cuarenta por ciento en dos años”, reveló.

¿Cómo influyeron los cambios macroeconómicos? “La medida más favorable que ha tomado el gobierno es la eliminación de la burocracia. Cuando empezamos, había que pedir permisos, acceder a cupos, hoy la gestión se simplificó. También ayuda la baja de retenciones”, aseveró.

Sin embargo, esto no es lo único que está impulsando el negocio exportador. “El precio de la carne ha aumentado, o sea, una tonelada de cortes de alta calidad hace un año valía catorce mil dólares y hoy alcanza a dieciocho, diecinueve mil. Y el estar construyendo una marca cada vez más reconocida nos permite posicionarnos en los máximos del mercado”, enfatizó.

Para finalizar, Vittori mencionó un hecho anecdótico, elocuente del éxito logrado en muy poco tiempo. “Hicimos un aprendizaje velocísimo. En este último mes y medio, tenemos una avalancha de pedidos desde un montón de países. No paro de contestar mails: ‘estimado señor, hemos conocido los cortes de Barlovento, apreciamos su excelencia, nos gustaría incluirlos en nuestro restaurante’. Hoy no damos abasto, pero ya tendremos con qué responder”, concluyó.

Por Ing. Arg. Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne

Primicias Rurales

El IPCVA en el lanzamiento del Manual de Bienestar Animal

El IPCVA en el lanzamiento del Manual de Bienestar Animal

Fue elaborado por el Consorcio ABC con apoyo del Instituto.

 

Buenos Aires, viernes 15 agosto (PR/25) –El 8 de agosto, el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) participó en el lanzamiento oficial del Manual de Bienestar Animal en Plantas de Faena de Bovinos, elaborado por el Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas (ABC) junto a un equipo multidisciplinario de especialistas nacionales e internacionales.

Durante la presentación, los autores de los distintos capítulos expusieron los fundamentos técnicos y prácticos de la obra, que abarca desde los principios conceptuales del bienestar animal hasta su aplicación concreta en las plantas de faena.

El manual está editado por Facundo Llames Massini  y Gerardo Leotta e integra marcos normativos nacionales e internacionales, protocolos privados reconocidos como Welfare Quality® y guías de buenas prácticas, así como criterios de auditoría y control.

Durante el lanzamiento, estuvo presente el Jefe de Promoción Interna del IPCVA, Adrian Bifaretti, quien resaltó el compromiso del Instituto con el bienestar animal. Recordó que, más allá de la colaboración con financiamiento para esta herramienta de trabajo de vital importancia para el sector, el IPCVA aborda esta temática desde la investigación y desarrolla acciones de comunicación destinadas a los más jóvenes, mostrando cómo se produce hacienda en la Argentina.

IPCVA, SENASA y representantes de toda la cadena de la carne fortalecen la agenda sanitaria

Se llevó a cabo una reunión estratégica para analizar temas referidos a la sanidad y la trazabilidad.

El pasado 7 de agosto, el Consejo Asesor del IPCVA recibió al vicepresidente del SENASA, Néstor Osacar, y se analizaron en conjunto los temas más sensibles de la sanidad animal y la trazabilidad bovina. La reunión contó con la participación de la Secretaría de Agricultura de la Nación y representantes de toda la cadena de ganados y carnes, desde productores ganaderos, entidades gremiales, INTI, CREA, APEA, asociaciones de criadores, consignatarios, cámaras frigoríficas y la Cámara Argentina de Feedlot.

 

Primicias Rurales

Fuente: IPCVA

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Mercado interno: un consumo de carne vacuna que empieza a reencontrarse con su zona de confort

Mercado interno: un consumo de carne vacuna que empieza a reencontrarse con su zona de confort

En lo que va del año el consumo interno ha logrado absorber todo aquello que la exportación no llegó a embarcar. Pero más allá de ese dato, el precio de la carne vacuna se ha sostenido durante estos meses ligeramente por encima de las tasas de inflación.

Rosario, jueves 14 agosto (PR/25) — En lo que va del año, el consumo interno ha logrado absorber todo aquello que la exportación no llegó a embarcar. Pero más allá de ese dato, tal vez lo más sorprendente es que no lo hizo vía precios. Por el contrario, el precio de la carne vacuna se ha sostenido durante estos meses ligeramente por encima de las tasas de inflación, lo que denota la aparente firmeza que presenta hoy el consumidor local.

Puesto esto en cifras: en los primeros seis meses del año, de las 1.516 mil toneladas de carne vacuna producidas en el período, la exportación solo se llevó el 24%, es decir, unas 370,5 mil toneladas, un 19% menos que lo embarcado un año atrás. Por lo tanto, en manos del consumo interno quedó un saldo equivalente a 1.153 mil toneladas, lo que implica un 11,4% más que lo absorbido en igual período del año previo.

Expresado en términos per cápita —utilizando siempre la media móvil de los últimos 12 meses—, el consumidor argentino pasó de comer 47,6 kilos de carne el año pasado a 50,2 kilos este año, tomando los datos a junio. Es decir que, en promedio, incorporó a su dieta más de 5,5 kilos de carne vacuna.

Pero además, sumó 1 kilo en el consumo de carne aviar —pasando de 44,9 a 45,9 kilos per cápita— y 1,3 kilos de carne porcina, acercándose a los 18 kilos per cápita anuales. Por lo tanto, considerando las tres principales carnes, localmente se alcanzó un consumo superior a los 114 kilos por habitante, según los datos que surgen de la estadística oficial.

Todo ello con precios que, hasta la primera mitad del año, lejos de reflejar una presión bajista, terminaron registrando incrementos interanuales superiores a la inflación. En el caso de la carne vacuna, la suba fue del 59% en los últimos doce meses; del 62% para la carne porcina; y del 48% para la carne aviar, frente a una inflación minorista que finalmente logró mantenerse por debajo del 40% interanual.

Al analizar este comportamiento, indefectiblemente debemos remitirnos a los salarios. En definitiva, se trata de entender cómo ha evolucionado en este tiempo el poder de compra del consumidor para convalidar estas subas en un contexto de mayor oferta disponible.

Concretamente, mientras que el salario promedio -según datos de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE) a mayo- se incrementó un 62,5% en el último año, la inflación se contuvo en un 39% interanual, lo que evidencia una importante recuperación del poder adquisitivo. En paralelo, el gasto estimado en carne vacuna —es decir, el producto del precio por la cantidad consumida, en base al consumo aparente del mismo mes— se expandió un 61% interanual, en línea con la evolución de los ingresos.

Del mismo modo, si tomamos solo este primer tramo del año —con datos del RIPTE a mayo— los ingresos mejoraron un 19%, frente a una inflación que marcó un 13% en ese período. Nuevamente, una inflación que, al ceder, descomprime el presupuesto del consumidor local, el cual preferentemente vuelve a optar por la carne vacuna, destinando un 36% más de su gasto en compras a este producto.

Esto nos permite inferir que, a medida que la inflación comienza a ceder y permite, aunque lentamente, descomprimir el bolsillo del consumidor —hasta entonces tan tensionado por los distintos gastos básicos de mantenimiento—, el consumo de carne vacuna tiende a recuperar el lugar de preferencia que históricamente ha ocupado dentro de la canasta de compras del consumidor local.

El interrogante hacia adelante es hasta cuándo estará dispuesto a convalidar esta mayor oferta de carne sin un ajuste por precios.

Estacionalmente, sabemos que ingresamos en un período en el que la oferta de hacienda terminada tiende a crecer y, por ende, a ejercer cierta presión sobre los precios. De acuerdo con los datos informados por el propio SENASA, los feedlots siguen bien abastecidos, con más de 2 millones de cabezas encerradas a la fecha y una oferta de animales gordos que ya supera las 450 mil cabezas mensuales. Pero además, a diferencia de los últimos años, hay una mayor cantidad de hacienda en recría en los campos, que también se volcará al mercado en los próximos meses. Todo esto debería confluir en una oferta significativa durante los próximos cuatro meses.

Por el lado de la exportación, también es esperable un mayor dinamismo en el ritmo de embarques de aquí a noviembre. El horizonte que se abre tras la baja de las retenciones recientemente oficializada, sumado a una leve mejora en el tipo de cambio oficial, comienza a configurar un marco más favorable para el sector exportador. No obstante, aún resta transitar un período en el que —en un contexto electoral— la incertidumbre respecto del entorno cambiario podría volver a ser un factor temporalmente determinante en la actividad exportadora.

Si esta incertidumbre se toma más fuerza y se traduce en una suerte de impasse exportador, el mercado interno volverá a tener que absorber un abultado volumen de producción, lo que pondrá a prueba su ya exigido poder de compra.

Primicias Rurales

Fuente: ROSGAN