El sorgo, aliado de la producción porcina: demuestran que su inclusión maximiza la rentabilidad

El sorgo, aliado de la producción porcina: demuestran que su inclusión maximiza la rentabilidad

Un ensayo conjunto de Advanta Semillas y Biofarma SA demostró que incluir sorgo bajo en taninos en dietas de terminación porcina no solo mantiene el desempeño productivo, sino que también mejora el margen económico por animal cuando se lo compara con dietas basadas en maíz.

Foto: Julián Siri,Gerente de Desarrollo de Producto de Advanta.

Buenos Aires, sábado 13 diciembre (PR/25) — En un contexto de costos crecientes y alta volatilidad de los precios de los granos, la búsqueda de alternativas energéticas al maíz gana relevancia en la producción porcina. Entre ellas, el sorgo de bajo contenido de taninos emerge como una opción sólida, respaldada por evidencia técnica, no sólo por sus aportes nutricionales, sino también, por su estabilidad de rendimiento frente a desafíos climáticos.

Un estudio desarrollado por Advanta Semillas y Biofarma SA en el Centro Experimental de Nutrición Animal (CENAB), en Carnerillo (Córdoba), evaluó el desempeño productivo de 288 cerdos en fase de terminación alimentados con cuatro tratamientos, cada uno formulado como dieta isoproteica e isoenergética, con distintos niveles de inclusión de sorgo bajo tanino y/o su reemplazo con maíz.

Además, las dietas incluyeron entre un 23 y 27% de otros ingredientes como fuentes proteicas, minerales y aminoácidos, asegurando un balance nutricional adecuado. Los tratamientos fueron: el primero (T1), dieta a base de maíz (con ~75% de inclusión de maíz en la dieta, sin inclusión de sorgo); el segundo (T2) con un 25% de inclusión de sorgo bajo tanino en la dieta en reemplazo de maíz; el tercero (T3) con un 50% de inclusión de sorgo bajo tanino en la dieta en reemplazo de maíz; y el cuarto (T4) con un 75% de inclusión de sorgo bajo tanino en la dieta, prácticamente sin inclusión de maíz.

 

 

Los resultados fueron concluyentes. Los animales que recibieron dietas con 75% de sorgo (T4) alcanzaron el mayor peso final promedio (125,9 kg por capón), superando al grupo alimentado exclusivamente con maíz (T1) (123,7 kg). La ganancia diaria de peso también fue superior (1.020 g/día frente a 0.990 g/día en el control), sin diferencias en calidad de canal ni en características de la carne.

Si bien la conversión alimenticia de la dieta basada en sorgo (kilogramos de materia seca necesarios para producir 1kg de carne) fue levemente inferior a la basada en maíz (2,38 vs 2,24 kg/kg), el mayor peso de faena de la de sorgo compensó esa diferencia, confirmando que este cultivo puede sustituir al maíz sin pérdidas de eficiencia ni impacto en el producto final.

Desde el punto de vista de la nutrición animal, la primera conclusión es contundente. “Los híbridos modernos de sorgo bajo tanino eliminan los problemas históricos asociados a la digestibilidad y palatabilidad. Hoy el sorgo ofrece un perfil energético y proteico comparable al maíz, con ventajas agronómicas y económicas claras”, explicó Julián Siri, Gerente de Desarrollo de Producto de Advanta.

De acuerdo con un estudio del National Research Council de 2022, el sorgo aporta un nivel de energía metabolizable apenas inferior al del maíz (3,09 kcal/kg MS vs 3,27 kcal/kg MS respectivamente), aunque ofrece un contenido de proteína cruda (PC) mayor (10% vs 8.5% respectivamente). Este diferencial lo posiciona como una herramienta estratégica para dietas balanceadas.

Más rentabilidad

 

El análisis económico confirmó que incluir sorgo bajo tanino en un 75% de la dieta es la estrategia que maximiza el margen.

Con un precio estimado de AR$1.800 por kg de capón, la dieta con 75% de inclusión de sorgo alcanzó un Ingreso Sobre Costo de Alimentación (ISCA) de $119.485 por capón, superando al tratamiento testigo (T1) a base de maíz (basado en una dieta con un 75% de maíz) que alcanzó $118.650.

En cuanto a los tratamientos intermedios (25% y 50% de inclusión de sorgo en la dieta) no mostraron ventajas económicas claras, lo que indica que el beneficio se consolida recién con niveles altos de inclusión.

El mayor consumo de alimento registrado en el grupo con 75% de sorgo (222 kg frente a 207 kg en promedio en los otros tratamientos) elevó el costo de alimentación en unos $3.000 por capón. Sin embargo, los ingresos adicionales por mayor peso de canal compensaron ampliamente esa diferencia, asegurando el mejor resultado económico neto.

En tanto, “si se considera que el precio del sorgo suele representar entre el 80% y 90% del valor del maíz, la rentabilidad potencial se amplía aún más, posicionándolo como una herramienta clave para diversificar las dietas y reducir riesgos frente a la volatilidad del mercado de granos”, confirmó Siri.

Una alternativa estratégica

Más allá de los beneficios productivos y económicos, desde Advanta destacan que la incorporación de sorgo en la dieta porcina también tiene relevancia agronómica y ambiental por el menor consumo de agua por kilo de materia seca, mejor aporte de rastrojo al suelo y mayor estabilidad de rendimiento en ambientes restrictivos.

“Este trabajo pone en relevancia el rol del sorgo como ingrediente estratégico en la nutrición porcina moderna, al maximizar el margen económico, mantener la eficiencia zootécnica y sumar ventajas agronómicas que fortalecen la sustentabilidad de los sistemas productivos”, consideró.

En definitiva, “el sorgo no sólo es una alternativa nutricional competitiva para la producción porcina, sino también una herramienta integral que potencia la resiliencia y sustentabilidad de los sistemas agropecuarios argentinos”, finalizó Siri.

Fuente: Advanta

Primicias Rurales

En el Alto Valle patagónico frutícola luchan contra las cotorras

En el Alto Valle patagónico frutícola luchan contra las cotorras

El Valle de Río Negro y Neuquén busca encontrar respuestas claras para frenar el daño que generan las cotorras en la producción.

Lo que alguna vez fue un ave simpática, habitual en plazas y arboledas urbanas, hoy se ha transformado en una amenaza concreta para la sustentabilidad de la fruticultura valletana.

Su presencia, lejos de ser anecdótica, se ha convertido en un factor de riesgo que mantiene en vilo a productores, técnicos y autoridades. Y aunque la afectación no se da en toda la superficie productiva, allí donde aparece provoca daños devastadores en lapsos tan breves como imprevisibles.

La dinámica de ataque de las cotorras tiene características que la hacen especialmente peligrosa. No operan como otras aves frugívoras que consumen lentamente el cultivo, dando tiempo al productor para reaccionar. Las cotorras actúan como un escuadrón organizado.

Son como un ejército que entra, destruye y se va”, resume crudamente un ingeniero agrónomo que asesora chacras en Allen y Cipolletti.

“A veces el productor recorre su lote a la mañana y todo parece en orden. Pero vuelve por la tarde y encuentra tres hileras enteras destruidas. La fruta queda completamente picada, imposible de comercializar. En cuestión de minutos, te pueden borrar la renta de una temporada”.

Las bandadas llegan, se posan en un sector del monte frutal y ejecutan ataques sincronizados. No eligen una fruta madura o una variedad específica: arrasan por igual peras en crecimiento, manzanas de media estación, duraznos verdes o nueces aún sin endurecer. Tras causar el daño, migran inmediatamente a otro lote cercano.

Este comportamiento, al mismo tiempo puntual y devastador, explica por qué muchos chacareros aseguran que es imposible defenderse con prácticas tradicionales.

Daños que van más allá del consumo

 

Aunque las cotorras no ingieren enormes volúmenes de fruta —al menos no en comparación con su destrucción total—, el problema no está en lo que comen, sino en lo que arruinan. Las picaduras que dejan en los frutos actúan como heridas abiertas que desencadenan pudriciones aceleradas. En el mercado de fruta fresca, un golpe o perforación implica descarte inmediato. Pero incluso para industria, donde los estándares son más flexibles, la fruta picada pierde valor, fermenta más rápido o directamente no sirve.

En los sectores del Alto Valle donde la plaga se ha vuelto frecuente, productores señalan pérdidas que alcanzan el 30% del rendimiento en las áreas atacadas, una ecuación insostenible para una actividad que ya viene golpeada por la volatilidad de precios internacionales, altos costos logísticos y falta de mano de obra.

Frente a esta amenaza creciente, la discusión ya no se limita a los daños puntuales sino al impacto sistémico. La fruticultura regional —especialmente la de pequeños y medianos productores— está en riesgo de perder competitividad frente a países que operan con menores costos y menos presiones sanitarias.

Las mallas antigranizo: la única defensa eficaz… pero inaccesible para muchos

 

En este escenario sombrío, existe una tecnología que ha demostrado una eficiencia casi total: las mallas antigranizo con cierre completo, que funcionan también como mallas antipájaros. Su eficacia no está en discusión. Al actuar como barrera física, impiden por completo el ingreso de las aves a la plantación.

Tanto técnicos del INTA como organismos fitosanitarios provinciales coinciden en que es la herramienta más efectiva disponible hoy.

Una de las alternativas , que se usa en otros países productores, son las mallas de protección total por filas, tal como se observa en esta imagen.

Una de las alternativas , que se usa en otros países productores, son las mallas de protección total por filas, tal como se observa en esta imagen.

La contracara es el costo. Instalar una cobertura total implica una inversión que oscila entre 12.000 y 15.000 dólares por hectárea. Para un productor que necesita proteger 5 o 10 hectáreas —la escala típica de muchas chacras familiares del Valle— la cifra se vuelve prohibitiva.

Poner malla es como poner un parche de oro a una cubierta pinchada”, grafica un referente de la Federación de Productores de Río Negro y Neuquén.

“Te salva la campaña, pero no resuelve el problema de fondo. Si solo algunos pueden pagarla, las cotorras seguirán migrando hacia quienes quedan desprotegidos. Es un remedio individual para un problema colectivo”. En otras palabras: el uso aislado de mallas protege a quienes pueden invertir, pero no reduce la población general de cotorras ni evita que la plaga siga expandiéndose.

La necesidad de un manejo integrado de plagas regional

Los especialistas coinciden en que la única forma de abordar este fenómeno es mediante un Manejo Integrado de Plagas a nivel regional. Entre las medidas propuestas se destacan:

—Monitoreo y control poblacional sistemático. Incluye identificación de nidos, manejo de colonias y acciones de control en zonas no productivas —bardas, bordes de riego, áreas urbanas— durante otoño e invierno, cuando las aves no están en periodo reproductivo. Toda acción debe estar regulada por las autoridades ambientales para evitar impactos ecológicos indeseados.

—Financiamiento accesible para mallas. Líneas de crédito blandas, subsidios directos o planes de fomento permitirían que pequeños productores adopten la tecnología sin quedar fuera de competencia.

 

Mallas con protección total en grandes superficies, es otra de las opciones que existen en países que son líderes en la producción de frutas.

Mallas con protección total en grandes superficies, es otra de las opciones que existen en países que son líderes en la producción de frutas.

 

—Investigación y desarrollo. Hay consenso en que se necesitan métodos de disuasión más económicos y duraderos. Hasta ahora, los ahuyentadores acústicos o visuales han mostrado poca eficacia frente a la inteligencia y adaptabilidad de estas aves.

El desafío no es menor: equilibrar la protección de la economía regional sin afectar innecesariamente a la fauna autóctona, un punto que también forma parte del debate ambiental.

Tecnología de punta: la poda por láser como herramienta emergente

En medio de este panorama crítico, una innovación tecnológica podría convertirse en aliada inesperada: la poda de árboles asistida por láser de alta potencia. Se trata de un sistema que utiliza rayos láser focalizados para cortar ramas a distancia, sin contacto físico y con precisión quirúrgica.

Aunque su uso principal está enfocado en el mantenimiento del arbolado urbano y en la gestión de servicios públicos —despeje de tendidos eléctricos, vías férreas o áreas de difícil acceso—, su potencial en el manejo de la cotorra argentina es significativo.

¿Cómo opera esta tecnología? El equipo, generalmente un cañón láser montado sobre un trípode, emite un rayo concentrado capaz de cortar ramas a distancias de hasta 300 metros.

El calor generado vaporiza la humedad de la madera y logra un corte limpio sin necesidad de motosierras, grúas o trepadores.

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Esta precisión abre la puerta a un uso clave para el Manejo Integrado de Plagas: la eliminación de nidos en época no reproductiva.

 Las cotorras construyen grandes nidos comunales, difíciles de retirar porque suelen estar ubicados en zonas muy altas o en árboles de difícil acceso.

El láser permitiría cortar de manera segura las ramas que sostienen estas estructuras sin montar operativos complejos ni exponer a los trabajadores a accidentes. Esta técnica podría reducir la población residente antes de la temporada de cosecha, transformándose en una herramienta estratégica en el control preventivo de la plaga.

Precauciones y desafíos

No obstante, el potencial de esta tecnología viene acompañado de exigencias críticas:

—Requiere personal altamente capacitado, ya que un mal uso puede causar lesiones oculares graves.

—Existe riesgo de incendio, especialmente en épocas de altas temperaturas o sequía. La operación debe realizarse bajo protocolos estrictos.

—La inversión inicial es elevada, con equipos que van desde los 20.000 hasta los 60.000 dólares, lo que sugiere que su adquisición sería más viable para municipios, consorcios de riego o asociaciones de productores.

Aun así, su versatilidad y capacidad para resolver múltiples problemas de infraestructura la convierten en una alternativa atractiva para la región.

Una crisis que exige respuestas urgentes

El avance de la cotorra argentina en el Alto Valle no es un simple episodio de conflicto entre fauna y producción: es un síntoma de una estructura productiva vulnerable, expuesta a fluctuaciones externas y con dificultades para financiar soluciones de largo plazo.

Hoy, el problema requiere un abordaje integral que combine:

—Acciones preventivas coordinadas a escala regional,

—Financiamiento adecuado,

—Modernización tecnológica,

—Y políticas públicas sostenidas en el tiempo.

De no avanzar en esas direcciones, la fruticultura valletana corre el riesgo de enfrentar una erosión silenciosa pero constante que podría comprometer la viabilidad económica de cientos de familias y el futuro de una de las economías más tradicionales del Comahue.

El desafío está planteado: equilibrar naturaleza y producción en un territorio donde ambos elementos han convivido históricamente. El tiempo apremia, porque las cotorras, con su velocidad quirúrgica y su notable capacidad de adaptación, no esperan.

Fuente: Redacción +P con aportes del INTA y técnicos del área.

LMNeuquén

Primicias Rurales

Oferta de livianos: Más novillitos ingresando a los corrales y menos en las plantas de faena

Oferta de livianos: Más novillitos ingresando a los corrales y menos en las plantas de faena

Los datos publicados por SENASA hasta el mes de noviembre comienzan a mostrar algunos indicadores de cierto tipo de retención en machos.

Rosario, miércoles 10 diciembre (PR/25) — La escasa oferta de animales pesados, sumada a los elevados precios que ha alcanzado el novillo pesado, está generando un cambio de estrategia en el mercado. Lejos de ser algo inesperado, se trata de un ajuste productivo largamente esperado por toda la cadena: agregar más kilos de carne por animal terminado.

La estadística de traslados de animales a plantas de faena muestra para noviembre una marcada disminución en la oferta destinada a faena, con 1.003.685 vacunos trasladados, casi un 10% menos que en igual mes del año anterior, según los DTe. Este mismo descenso, en novillitos, asciende al 15% interanual, con 236.148 cabezas remitidas con este destino durante el mes.

En paralelo, al analizar la estadística de ingresos de animales a corrales de engorde durante noviembre, se observa un incremento significativo respecto al mismo mes del año anterior, con un 35% más de novillitos ingresando a los feedlots, totalizando 112.703 cabezas.

Del mismo modo, noviembre registró un movimiento relevante de terneros saliendo de manera tardía de los campos de cría. Según los datos publicados por SENASA, cerca de 500.000 terneros y terneras fueron trasladados a otros establecimientos para continuar su cría o invernada, lo que representa un aumento del 16,4% frente a noviembre del año pasado.

Por estacionalidad, el precio del gordo liviano suele registrar aumentos más marcados en dos momentos del año: el primero, durante los meses de marzo y abril, con el retorno del consumo a las grandes ciudades; y segundo, hacia f in de año, cuando la demanda local se incrementa debido a las fiestas y al mayor consumo generado por reuniones y eventos sociales durante el verano.

Asimismo, durante diciembre y las primeras semanas de enero, el poder de compra del consumidor local se ve reforzado por los aguinaldos y, en algunos casos, por los ahorros acumulados a lo largo del año, que luego se destinan al consumo en vacaciones.

Sin embargo, este mayor movimiento de hacienda hacia los corrales de engorde refleja una demanda adicional por esta categoría de animales livianos que parece superar la demanda habitual destinada a abastecer al consumo.

El incremento en los ingresos a los feedlots responde, evidentemente, a una retención estratégica de esta hacienda, con el objetivo de agregar kilos adicionales durante el engorde y obtener novillos más pesados, capaces de abastecer tanto al canal de exportación como al segmento de restaurantes y catering, que demanda mayor calidad.

Por lo tanto, si este cambio en la dinámica de producción se consolida, la oferta de novillitos terminados durante el fin de año y los meses de verano se verá fuertemente reducida, lo que presionará al alza los precios. En este contexto, los novillitos que están siendo ingresados a los feedlots con el objetivo de obtener novillos pesados recién estarían disponibles a partir de febrero o marzo del año próximo, dependiendo de los kilos a incorporar.

Paralelamente, debido a la cantidad de días no laborales que presenta el calendario de diciembre y a la delicada situación que presenta parte de la industria frigorífica, varias plantas de faena ya han anunciado cierres temporales durante las últimas dos semanas del mes. De generalizarse esta situación, la oferta de carne disponible en el mercado para esta época del año podría verse aún más restringida.

Usualmente, la relación de precios entre el novillo pesado de más de 520 kilos destinado a exportación y el novillito liviano de 300 a 390 kilos -históricamente orientado al consumo interno-, tiende a crecer a favor del liviano durante los meses de marzo y abril, cuando la demanda local se incrementa. Tras este ajuste estacional, el novillito liviano reduce la brecha de precios, situándose durante los últimos meses entre un 5% y un 10% por encima del novillo pesado.

Este año, aunque la relación de precios se mantiene dentro de lo habitual, con un novillito liviano en torno a $4.300 el kilo y un novillo pesado afirmándose en $4.000, el cambio de estrategia de engorde está siendo impulsado por el excepcional nivel de precios de la hacienda gorda.

Medido en pesos corrientes, el novillo pesado registra un incremento interanual del 85%, mientras que el novillito liviano muestra una suba del 82%. Aunque, proporcionalmente, los mayores incrementos se dieron en los últimos dos meses, con subas promedio cercanas al 23% para ambas categorías.

En definitiva, la pregunta que cabe plantearse en esta instancia es cómo regulará el mercado esta transición. Si la escasez de oferta mantiene la suba de precios y, en el mediano plazo, no se implementa un plan estratégico de recomposición del rodeo mediante instrumentos como créditos estructurados que fomenten eficazmente la retención de hacienda, el incentivo a la faena podría interrumpir este circuito virtuoso de producción de animales pesados e incluso generar un escenario más perjudicial, promoviendo la liquidación de hembras para cubrir este déficit transitorio de oferta.

Primicias Rurales

Fuente: ROSGAN

Las importaciones de fertilizantes crecen un 19% en lo que va del año

Las importaciones de fertilizantes crecen un 19% en lo que va del año

Por Guido D’Angelo – Emilce Terré – Julio Calzada de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR)
Rosario, martes 9 diciembre (PR/25) — El 2025 podría quedar en el podio de los años de mayor consumo de fertilizantes de la historia argentina. Se espera el segundo año consecutivo de incremento en la demanda desde 2021.

El trigo argentino augura una campaña histórica para el ya iniciado ciclo 2025/26. Mientras tanto, el maíz cerró noviembre con más de la mitad de su superficie sembrada y destacándose por su muy buena condición.

El desarrollo del grano amarillo se muestra sorprendente y con estados entre excelentes a muy buenos, de acuerdo con el último informe semanal de la Guía Estratégica para el Agro (GEA). El maíz ya trae una campaña 2025/26 que proyecta un crecimiento de cerca del 17% para su superficie sembrada, esperando totalizar 9,7 millones de hectáreas.

Las perspectivas para estos dos cultivos son esenciales para el mercado de fertilizantes argentino, en tanto el maíz y el trigo concentran cerca del 70% del consumo de fertilizantes del país, de acuerdo con datos de Fertilizar Asociación Civil y CIAFA.

De la mano de estos dos cultivos, además de los consumos de la soja, el girasol, la cebada, el sorgo, entre otros, las importaciones de fertilizantes anotan un crecimiento del 19% en los primeros diez meses del año, totalizando 3,4 millones de toneladas.

El año en curso espera hilar dos años seguidos de crecimiento de la importación y el consumo de fertilizantes, algo que no se ve desde el 2021. Con este nivel de importaciones y consumo, el 2025 podría quedar en el podio de los años de mayor consumo de fertilizantes, junto con el 2020 y el 2021.

En términos de valor, las importaciones de fertilizantes totalizaron US$ 1.926 millones entre enero y octubre del 2025. Este dato es un 38% superior al nivel importador del mismo período del 2024, y sólo queda superado por el récord del año 2022 cuando los precios internacionales tocaron máximos históricos ante el conflicto armado entre Rusia y Ucrania.

Los dos principales renglones de las importaciones de fertilizantes se explican por la urea (principal fertilizante nitrogenado) y el fosfato monoamónico (también conocido como MAP, principal fertilizante fosfatado).

Entre ambos productos se encuentra cerca del 56% del volumen y el 61% del valor importado el año pasado (incluyendo sólo urea con contenido de nitrógeno superior al 45%, y MAP incluso mezclado con otros fosfatados).

Estos ítems de fertilizantes acumulan subas interanuales del 32% para la urea y del 19% para el fosfato monoamónico en volumen importado en lo que va del año. De esta manera, las importaciones entre ambos totalizan 2,07 millones de toneladas entre enero y octubre, el segundo mayor volumen para este período y cerca del 60% del volumen importado en lo que va del año.

Además, este nivel se ubica un 26% por encima del mismo período del 2024 y sólo un 3,8% por debajo del máximo de 2021.

Por su parte, los precios promedio de importación de los primeros diez meses del 2025 se ubican un 17% por encima del 2024 para la urea, en tanto el MAP anota un aumento interanual del 22%. No obstante, detrás de dichos promedios se registra una importante suba de los precios internacionales a lo largo del año hasta tocar un máximo relativo en julio/agosto de 2025 y, a partir de allí, seguir un sendero descendente.

En Argentina el 67% del consumo de fertilizantes se abastece con importaciones, tomando el promedio de los últimos cinco años.

El tercio restante es abastecido con producción nacional. En el abastecimiento doméstico toma especial protagonismo Profertil, productor de cerca de la mitad de la urea que se consume en la República Argentina, con la planta más grande de Latinoamérica para este fertilizante, ubicada en Bahía Blanca.

 

 

Desde el 16 de octubre hasta mediados de este mes Profertil se encuentra con una parada de planta programada, lo que implicó una inversión de US$ 90 millones. Por ello, es probable que la participación de la importación en el consumo doméstico de fertilizantes muestre subas. En 2021, año con una parada de sesenta días de duración, la participación de las importaciones en el consumo subió al 80% del total.

Esta parada de Profertil no es la única de este año: la otra sucedió a mediados de marzo en el marco de las graves inundaciones sufridas en Bahía Blanca, que interrumpieron el abastecimiento de gas de la planta por algunos días.

Estas dos paradas son factores de peso a la hora de analizar el crecimiento de las importaciones de fertilizantes nitrogenados al país. Más allá de ello, las expectativas de CIAFA esperan un 2025 con crecimiento de la demanda de fertilizantes en Argentina.

 

(*) Los autores agradecen profundamente los aportes de la Cámara de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos (CIAFA) al presente artículo. 

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Fuente: Informativo Semanal BCR

Mapa comercial del trigo en Argentina

Mapa comercial del trigo en Argentina

Por Belén Maldonado – Bruno Ferrari – Emilce Terré de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR)
El cereal argentino tiene un rol central en el abastecimiento interno y externo. La presente nota analiza cómo se estructura su comercialización en el país, dónde se origina, cuáles son sus principales destinos y qué modalidades contractuales predominan.

Rosario, lunes 8 diciembre (PR/25) — El trigo ocupa un lugar central dentro de la agricultura argentina: es el tercer cultivo más sembrado en el país, así como también el tercero en volumen de producción. Su cadena combina una fuerte presencia de la industria molinera, destinada mayormente a abastecer el mercado local, junto con un gran flujo comercial de trigo en grano hacia las terminales portuarias.

Así, este tradicional cereal argentino constituye una pieza clave tanto para el abastecimiento interno como para la generación de divisas a través de las exportaciones.

En este marco, resulta pertinente preguntarse ¿cómo se construye el flujo y el patrón comercial de esta producción? ¿Cómo se estructura su comercialización en Argentina? ¿Qué modalidades de contratos predominan?

1.    Comercialización de trigo en el promedio de las últimas cinco campañas

En base a datos de SIO Granos, se estima que, en promedio, se comercializaron 18,3 Mt de trigo por ciclo comercial durante las últimas cinco campañas. Más del 90% del trigo vendido en Argentina se originó en cuatro provincias: Buenos Aires (41%), Santa Fe (29%), Córdoba (12%) y Entre Ríos (9%). Hacia el interior de cada provincia, como departamentos de mayor producción sobresalen en Buenos Aires, los partidos del sur tales como Tres Arroyos, Necochea y Tandil; en Santa Fe, General López, Rosario y San Lorenzo, también sobre el límite sur provincial. En Córdoba, la mayor parte de la mercadería se origina en los departamentos del este, como Unión, Marcos Juárez y San Justo; mientras que en Entre Ríos, destacan los partidos del oeste, como Paraná, La Paz y Diamante, así como también el departamento de Gualeguaychú, al sureste de la provincia.

En relación al destino de la mercadería, cabe destacar que el trigo cosechado en Argentina tiene dos usos principales: la molinería para la obtención de harina destinada principalmente al mercado interno y, en menor medida, a la exportación, y la exportación del grano sin procesar. En general, la demanda interna (que incluye en gran medida la molinería pero también usos secundarios como semilla o alimentación animal) suele mantenerse constante con el correr de las campañas, en torno a las 7 Mt, mientras que el volumen exportado se ajusta según el saldo exportable disponible, dependiendo de la oferta de cada campaña, el dinamismo comercial doméstico y las condiciones del mercado internacional del cereal.

Como consecuencia, se estima que, en el promedio de las ultimas cinco campañas, el 55% del trigo comercializado tuvo como destino los puertos del país: de todo el trigo que se vende en el país, el 38% se dirigió al Gran Rosario, el 11% a Bahía Blanca y el 6% a Quequén. En términos de volumen, esto implica que aproximadamente 10 Mt de toneladas de trigo por campaña tuvieron como destino de entrega las zonas de las terminales portuarias. En este aspecto, resulta importante aclarar que estos valores promedio pueden verse distorsionados por dos campañas de fuerte sequía (2022/23 y 2023/24), que dejaron como resultado una producción atípicamente baja y, como consecuencia, un menor saldo exportable.

En lo que respecta a las demás regiones, se destacan las entregas en el Norte de Buenos Aires (zonas 5, 6, 7 y 21), donde se envió el 20% del trigo comercializado en las últimas cinco campañas, esto es, aproximadamente 3,7 Mt por ciclo comercial; y también el Centro-Este de Córdoba (zonas 8, 9 y 22), hacia donde se dirigió el 11% de la mercadería, que equivale a 1,9 Mt promedio. Precisamente, son estas dos provincias las que concentran la mayor cantidad de plantas de procesamiento de trigo en el país. Finalmente, el 14% restante tuvo como destino las demás regiones del país.

Llevando la mirada específicamente a las modalidades de comercialización, en promedio, el 43% de la producción se negocia de manera anticipada al inicio de la campaña comercial, la cual se extiende de diciembre a noviembre, en tanto que el 54% se negocia durante la misma campaña comercial. El restante 3% se negocia una vez finalizado el ciclo. Dentro de cada categoría, casi la totalidad de las operaciones (95%) corresponde a contratos de compraventa, en tanto los negocios de canje representan apenas el 5% del total negociado, en el caso del trigo.

Por otro lado, considerando el momento de entrega de la mercadería, se pueden distinguir dos tipos de contratos: con entrega inmediata, denominados “disponible/contractual”; y con entrega diferida, los cuales se conocen como forward1. La elección de la modalidad se relaciona principalmente con el momento en el que se negocia la mercadería.

En las operaciones registradas antes del inicio de la campaña, se advierte una fuerte prevalencia de los contratos forward (+87%). Esto tiene sentido dado que la mercadería aún no fue cosechada y por ende no puede comprometerse la entrega inmediata, aunque los contratos negociados con entrega disponible/contractual previo al inicio de la campaña pueden deberse a mercadería proveniente de campos donde la cosecha comienza con anterioridad al inicio formal del ciclo comercial o negociaciones que se hacen apenas unos días antes de dicha fecha, comprometiendo mercadería pronta a recolectar. Por el contrario, en las operaciones que se llevan a cabo durante la campaña, predominan mayormente los contratos con entrega disponible/contractual (71%), al igual que en las negociaciones realizadas después de finalizada la campaña (86%).

Considerando todas las combinaciones posibles de negociación, en promedio, el 38% del trigo se comercializa durante la compaña comercial, con contratos de compraventa y con entrega disponible/contractual. La segunda modalidad más utilizada es la mercadería negociada de manera adelantada a la cosecha, con contratos de compraventa y entrega diferida (35%). Le siguen, en orden decreciente de importancia, las operaciones de trigo durante la campaña, bajo contratos de compraventa y con entrega forward (18%), y la mercadería negociada antes del inicio del ciclo comercial, bajo contratos de compraventa y con entrega disponible/contractual (5%).

Otro aspecto relevante para analizar con la información disponible es la modalidad de fijación del precio; es decir, si la mercadería se comercializa a precio hecho o con precio a fijar. En el caso de los contratos con entrega disponible/contractual, la gran mayoría de las operaciones (84%) se negocia a precio hecho, en tanto el 13% se realiza con precio a fijar y el restante 3% se salda con entrega de mercadería, es decir, mediante operaciones de canje. Por su parte, en lo que respecta a los contratos forward, las negociaciones con precio a fijar mantienen un porcentaje más elevado (29%), al igual que las operaciones de canje (7%), aunque la modalidad de negociación más utilizada dentro de esta categoría también es el precio hecho (64%).

A su vez, cuando se negocia un contrato con precio a fijar, suele pactarse un mercado de referencia para dicha fijación. En este sentido, se advierte que casi la mitad de estos contratos utilizan el Precio Cámara (47%), una cotización de referencia publicada a diario por las Cámaras Arbitrales de Cereales del país, que surge de las negociaciones llevadas a cabo en el mercado físico de granos. En segundo lugar, se toma como referencia el mercado comprador (9%), mientras que apenas el 2% de los contratos utilizan el mercado a término. Cabe aclarar, no obstante, que el restante 42% de los contratos con precio a fijar no especifica la referencia, lo que puede afectar parcialmente el análisis y las proporciones efectivas para cada tipo de precio utilizado.

En relación con el momento de pago respecto de la entrega de la mercadería, se estima que el 68% de los contratos se pagan “contra entrega”, es decir, al momento de entregar la mercadería; el 21% se cancela con posterioridad a la entrega, y el 6% de manera anticipada. El restante 5% corresponde a operaciones de canje, que no implican un pago monetario sino en especie.

Por último, resulta importante mencionar los plazos de entrega que predominan en los contratos forward, es decir, cuando se negocia la mercadería con entrega a plazo. Se aclara que, para calcular los plazos de entrega, se toma como referencia la fecha límite de descarga de la mercadería en comparación con la fecha inicial en que puede entregarse la misma, es decir, la longitud del intervalo dentro del cual puede concretarse la descarga de la mercadería.

De esta manera, se advierte que el 79% de la mercadería que se negocia bajo modalidad de contrato forward se entrega en un plazo entre 0 y 30 días a partir de que se habilita la posibilidad de descargar la mercadería. Esto implica que, en general, cuando se pacta un contrato con entrega diferida, dicha entrega suele establecerse para un mes en particular, lo que se asocia con la necesidad de la mercadería en un momento específico del año. Por su parte, siguiendo un orden cronológico, el 8% de la mercadería se entrega con un plazo entre 31 y 60 días, el 6% entre 61 y 90 días, el 3% entre 90 y 180 días, y el 4% en un plazo superior a 180 días.

2.    Comercialización de trigo en la campaña 2024/25

Finalizada formalmente la campaña de trigo 2024/25, los datos hasta el 4 de diciembre indican que la comercialización del cereal hasta el momento asciende a 17,8 Mt para dicho ciclo comercial. De esta manera, se infiere que el 28% de la mercadería se vendió antes del inicio de la campaña y el 60% se negoció durante; restando comercializar aproximadamente el 12% de la producción, según los registros de SIO Granos. Respecto a esto, resulta interesante mencionar que se advierten diferencias respecto al análisis del promedio, donde al momento del inicio del ciclo comercial ya se solía comprometer el 43% de la producción. Analizando específicamente por campaña, se observa que a partir de 2023/24 la proporción de mercadería vendida previo al inicio del ciclo comercial baja notoriamente, patrón que se repite en la campaña 2024/25 y 2025/26.

En cuanto a las modalidades de contratación, con los datos disponibles hasta el momento, casi la totalidad de los contratos de la campaña 2024/25 (97%) fueron de compraventa, negociando apenas el 3% de la mercadería como canje, en línea con el promedio. Lo que sí difiere son las proporciones de contratos distinguiendo la entrega de la mercadería: el 47% se negoció con entrega diferida y el 53% con entrega disponible/contractual, cuando el promedio indica que la mayoría de los contratos solían ser forward. Esto tiene que ver con que la proporción de contratos que se hicieron antes del inicio de la campaña fue baja en relación con el promedio, siendo este el momento en el que los contratos forward suelen predominar.

En cuanto a la fijación del precio, considerando el total de contratos de compraventa, 3 de cada 4 toneladas se negociaron con precio hecho, en tanto el restante se comercializó con precio a fijar. La referencia más utilizada resultó una vez más el precio cámara (50%), mientras que muy por detrás se posicionó el mercado a término (5%) y el mercado comprador (1%). Nuevamente, cabe aclarar que la proporción de contratos que no especifica la modalidad de fijación resulta muy elevada (43%), lo que puede influir en el cálculo de estos porcentajes. Finalmente, el 74% de los contratos de compraventa se saldaron con pago contra entrega de la mercadería, un porcentaje más elevado que lo observado en el promedio; mientras tanto, el 14% se pagó de manera anticipada y el 12% a plazo.

En lo que respecta a la campaña 2025/26, se registraron hasta la actualidad ventas de trigo por 8,8 Mt en SIO Granos, de las cuales 8,1 Mt se negociaron previo al inicio formal de la campaña el lunes pasado. De esta manera, se infiere que aproximadamente el 33% de la misma se comercializó de manera anticipada, similar a lo registrado un año atrás.

3.    Conclusión

En conjunto, los datos muestran que la mayor parte del trigo comercializado en Argentina se origina en cuatro provincias del centro del país, que conforman la denominada Pampa Húmeda. A su vez, más de la mitad de la mercadería tiene como destino las terminales portuarias del país (Gran Rosario y Sur de Buenos Aires), en tanto otra proporción relevante se dirige a las zonas de Buenos Aires y Córdoba, donde se concentran la mayor cantidad de plantas molineras. Respecto a la comercialización, el trigo se negocia principalmente bajo contratos de compraventa durante la campaña, con entrega disponible/contractual, a precio hecho y con pago contra entrega. También se advierte una gran proporción de negociaciones de compraventa previo al inicio de la campaña, con entrega diferida; aunque en las últimas campañas esta proporción disminuyó.

En general, se observa una predominancia a cubrir riesgo precio con negocios a precio hecho, en un marco donde existen mercados de referencia bien establecidos con un volumen de operaciones elevadas (de los cuales se obtienen los precios cámara) que facilita pactar un precio al momento de la negociación. Sin embargo, en las últimas campañas se advierte un ligero incremento en la proporción de contratos con precio a fijar, lo cual coincide con un crecimiento del volumen operado en el mercado a término (A3). Esto sugiere una adopción creciente de herramientas de cobertura en este mercado, siendo que el mismo ofrece mecanismos eficientes para gestionar riesgo precio. En promedio, se estima que se operó un volumen de aproximadamente 8,4 Mt de trigo en los últimos cinco años, existiendo potencialidad de seguir profundizando su utilización.

Por su parte, el hecho de que el 79% de la mercadería con entrega diferida se pacte para ser entregada en un plazo que se extiende entre 0 y 30 días, es decir, en un mes determinado, respondería a la necesidad de exportadores y molinos de planificar abastecimiento, minimizar costos de almacenamiento y asegurar disponibilidad de mercadería a lo largo del ciclo comercial.

A grandes rasgos, estas serían características claves del mercado de trigo en Argentina, que permiten tener una idea de cómo se estructura el circuito comercial de uno de los cultivos más importantes de nuestro país.

 

1En el presente artículo se considera que los contratos con entrega inmediata, denominados “disponible/contractual”, comprenden aquellos cuya fecha de entrega se pacta dentro de los 31 días posteriores a la concertación del negocio; mientras que, en los contratos con entrega diferida, o “forward”, refiere a las operaciones en las que la mercadería se descarga a partir de que haya transcurrido un mes desde la fecha de concertación.

Primicias Rurales

Fuente: BCR Informativo Semanal

La exportación de aceites vegetales alcanza un récord histórico

La exportación de aceites vegetales alcanza un récord histórico

Por Franco Pennino – Matías Contardi – Emilce Terré de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) 
A sólo un mes de finalizar el año, las exportaciones de aceite de soja y girasol rompen récords históricos. La India apuntaló el volumen despachado gracias a políticas de corte más exigentes en Indonesia.

1 – Aceites argentinos: un mayor protagonismo internacional

Rosario, domingo 7 diciembre (PR/25) — Argentina experimenta un viento de cola en su papel como exportador de aceites de vegetales. Incluyendo soja y girasol, las exportaciones de aceites vegetales alcanzaron un récord de 7,12 Mt entre enero y noviembre de 2025, de acuerdo con estimaciones propias basadas en INDEC y NABSA.

La dinámica exportadora viene siendo extraordinaria para el girasol teniendo en cuenta que hasta noviembre ya se embarcaron 1,43 Mt, la cifra más alta del siglo, dentro de esta ventana temporal. Enmarcado en una tendencia creciente que todavía no encuentra límite, los volúmenes actuales casi duplican el promedio de los últimos diez años.

Al mismo tiempo, los embarques de aceite de soja siguieron la misma tónica que los de girasol, despachando 5,69 Mt en lo que va del año, apenas 100.000 toneladas debajo del récord de 2021. Este volumen marca el segundo registro más alto de la historia para los primeros 11 meses del 2025.  

La importancia de la industria aceitera toma gran magnitud al comparar en términos de valores exportados. Las ventas conjuntas al exterior de aceites vegetales representan este año la segunda participación más alta del siglo: un 10,4% sobre el total exportado, detrás de un 2021 que totalizó 10,7% y muy por encima del 9,5% acumulado en 2022. Desagregando por cultivo, fue el segundo mejor año para la soja (detrás 2021) y también para el girasol (sólo por debajo de 2008).

Por último, observando la dinámica de embarques de aceites argentinos, el principal socio comercial, India, incrementó sostenidamente sus compras en los últimos años. El gigante asiático se aseguró una participación en el volumen exportado por destino de más del 50% desde 2024, y tocando un máximo de 61,2% en lo que va de 2025.

En volúmenes, la cifra es más sorprendente: según la agencia naviera NABSA, las importaciones indias de aceites argentinos alcanzan hasta noviembre inclusive 3,89 Mt, un 50% por encima del promedio de los últimos cinco años y 22% más que el año pasado.

 

 

2- Panorama internacional

La extraordinaria dinámica exportadora de aceites vegetales argentina no es casual, sino que es la conjunción entre una excelente performance productiva local, daños en la cosecha del Mar Negro y una demanda externa in crescendo.

A esto hay que sumarle un factor estructural que ha venido a cambiar la lógica del comercio internacional: la absorción cada vez mayor de aceites vegetales para la producción de biocombustibles.

2.1 – Problemas por el lado de la oferta en la región del Mar Negro

Desde la región del Mar Negro se explica el 70% de las exportaciones globales de aceite de girasol, donde por supuesto Ucrania y Rusia son los orígenes principales de la oleaginosa. El año comercial para el girasol en la región va desde septiembre a octubre del año siguiente, por lo que hace tan solo dos meses comenzó la nueva campaña 2025/26.

Para los ucranianos la cosecha del año pasado ya había sufrido los vaivenes climáticos y la persistente inclemencia del conflicto bélico con Rusia y este 2025 no habrían corrido mejor suerte, marcando por segundo año consecutivo una caída en la cosecha de girasol.

Con 12 Mt estimadas para este nuevo ciclo, el nivel actual de la producción ucraniana está un 23% por debajo de la campaña 2023/24. Además, persistentes caídas productivas frente a una demanda que se mantiene llevan a reducir stocks en el país europeo, limitando aún más la oferta disponible para hacer frente la demanda global de aceite hacia delante.

 

 

A contramano, en Rusia, se habría gestado una cosecha histórica según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) con 18,5 Mt de girasol, su cénit productivo, compensando parcialmente la falta de granos ucranianos. La salvedad aquí es que los rusos cuentan con una absorción interna mayor a la ucraniana y, por ende, un menor saldo exportable en términos relativos.

Como resultado, la dinámica de la producción en la región limita el crecimiento de la capacidad exportadora de aceite de girasol, en un contexto donde la demanda por aceites vegetales se ha venido incrementando.

 

2.2 – Por el lado de la demanda: entre alimento y energía

En el mundo de aceites vegetales, los más abundantes son el de palma, soja, colza y girasol. Tradicionalmente el uso como producto alimenticio era el principal destino de estos aceites, pero cada vez más, la participación en la producción de biocombustibles ha ganado terreno, compitiendo por el uso de los óleos vegetales. A principios del siglo, el consumo de aceites como alimento explicaba el 90% del consumo total, mientras que el uso industrial era prácticamente insignificante con el 8%. Rápidamente, con el pasar de los años, el aumento como insumo industrial ha llevado a que actualmente casi el 30% de los de aceites vegetales se utilice en estos fines, convirtiéndose en un driver de demanda más que relevante para el mercado internacional.

 

Buena parte del incremento para uso industrial tiene que ver con los programas nacionales de producción de biocombustibles, que suelen llevarse a cabo justamente en países con producción excedente de aceite vegetal y por ello tradicionales exportadores.

Caso emblemático es el del aceite de palma, que, considerado generalmente de menor calidad, llegó inclusive a cotizar por encima del aceite de girasol hace no mucho tiempo, debido a la limitada disponibilidad en el mercado internacional.

El gran caso de estudio es el país del sudeste asiático: Indonesia -el mayor exportador de aceite de palma- que sigue avanzando en su programa de biodiesel incrementando año a año su tasa de corte. Durante 2025 se ya se hizo efectivo una tasa de corte del 40% para la mezcla con combustible fósil y está muy cerca de subir el ratio hacia el 50% para 2026. 

En consecuencia, dada la mayor absorción interna, los saldos exportables del país asiático tienden a reducirse, presionando sobre las cotizaciones del commoditie y forzando a la sustitución en el consumo por parte de sus principales demandantes.

Al mismo tiempo, el consumo de aceites vegetales para uso alimenticio sigue in crescendo con India a la cabeza. Los asiáticos, que son con diferencia el principal importador de aceites vegetales del mundo, han comenzado a incrementar sus compras externas en virtud de una población que no para de crecer.

A la hora de desagregar por complejo importado, los aceites más premium (girasol y soja) han visto un crecimiento más acelerado que el de su equivalente de menor calidad (el de palma). La mayor diversificación de la canasta se explica a partir del creciente PIB per cápita del gigante asiático, así como por el anteriormente mencionado estancamiento en los volúmenes ofrecidos del derivado de palma en los mercados internacionales y las consecuentes subas en su cotización.

2.3 – Récord de exportaciones globales de aceite de soja

La cosecha de girasol argentina durante este 2025 está entre las más altas del siglo, mientras que la producción de soja alcanzó prácticamente las 50 Mt, la mejor campaña en seis años.

Excelente performance productiva que llegó justo para abastecer al mercado internacional en un contexto de suministros limitados por el resto de los orígenes. Es bajo este escenario en el cual se explica el frenético avance de los embarques de aceites vegetales argentinos.

La dinámica del mercado global de aceites, entre los vaivenes coyunturales y los cambios de fondo, están dejando una campaña 2024/25 protagonista para el aceite de soja.

Siguiendo los datos del USDA sería la más alta de la historia para los cinco jugadores principales, totalizando 11,17 Mt, con el aceite argentino a la cabeza marcando un récord histórico de 7,09 Mt. Este crecimiento se da en paralelo con cifras también récord de volumen importado desde la India, explicando el 66% de las importaciones mundiales de aceite de soja a costa de menores compras de aceites de palma y girasol, de los cuales es sustituto cercano.

 

 

Mirando hacia delante, tanto Argentina como Rusia vienen ganando participación en las exportaciones mundiales de aceite de girasol. Crecimiento que se da en detrimento de Ucrania, que a través de los años vio su porción del mercado cada vez más reducida, al punto de que este 2025/26 perdería su histórico liderazgo exportador en manos de su vecino.

El girasol argentino vendría a llenar en parte este hueco sentando altísimas expectativas para el año entrante, para el cual el USDA proyecta exportaciones de aceite por 1,45 Mt aún más alto que el extraordinario ritmo de este año.

 

Primicias Rurales

Fuente: BCR Informativo Semanal