Productores más optimistas: La confianza del campo creció un 17% en marzo y recupera terreno tras la caída de enero

Productores más optimistas: La confianza del campo creció un 17% en marzo y recupera terreno tras la caída de enero

Buenos Aires, martes 29 abril (PR/25) — En marzo mejoraron todos los índices de confianza de los productores. El Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral dio a conocer el nuevo índice de confianza del campo “Ag Barometer Austral”.

La medición subió un 17% respecto a enero, con repuntes del 23% en condiciones presentes y del 26% en condiciones de inversión a corto plazo. Aunque el 59% cree que no es buen momento para invertir, un 41% considera que sí lo es, frente al 33% de enero.

El clima se mantiene como la principal preocupación para los próximos 12 meses (59%), seguido por los bajos precios (34%) y las elecciones de octubre (24%). La mayoría considera importante renovar su maquinaria, aunque no con urgencia, y un 40% está interesado en sumarse a programas de certificación ambiental.

Rosario, Santa Fe; martes 29 abril (PR/25) – – El índice Ag Barometer Austral, elaborado por el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, mostró una recuperación significativa en la confianza de los productores agropecuarios en marzo de 2025, al registrar un aumento del 17% respecto a la medición de enero.

El índice general pasó de 117 a 137 puntos, marcando un rebote importante tras la caída registrada entre noviembre de 2024 y enero de 2025.

“Este repunte marca una diferencia clara con lo ocurrido en 2019, cuando una caída similar en la confianza se extendió durante 11 meses. Ahora, en cambio, vemos una recuperación inmediata y sostenida en todos los indicadores”, explicó Carlos Steiger, director del Ag Barometer Austral.

Los dos subíndices también evidenciaron mejoras: las Condiciones Presentes subieron un 23%, mientras que las Expectativas Futuras lo hicieron en un 15%. En particular, las expectativas de inversión mostraron un incremento del 26% (de 65 a 82 puntos), lo que refleja un mayor optimismo entre los productores respecto a la posibilidad de adquirir activos fijos en el corto plazo.

Según el informe, esta recuperación se evidenció en Expoagro 2025, donde se registraron numerosas operaciones comerciales, impulsadas por políticas agresivas de financiamiento por parte de empresas de maquinaria y bancos, especialmente con créditos en dólares. Además, las mejores condiciones climáticas permitieron una mejora en los rendimientos, aun cuando la cosecha gruesa no alcanzará los niveles de la campaña 2023/24.

También se proyecta una campaña de trigo 2025/26 favorable, con buenas condiciones hídricas y estimaciones de récord en la producción. No obstante, Steiger advirtió que “queda como asignatura pendiente la baja o eliminación de las retenciones y una cierta incertidumbre acerca de la competitividad del tipo de cambio”.

Otra preocupación es el ingreso de capitales financieros atraídos por el “carry trade”, lo que podría deprimir el tipo de cambio y encarecer las tasas de interés, generando un posible freno en la actividad económica. “Está por verse el impacto de ese tipo de cambios sobre la balanza comercial, ya que puede desalentar exportaciones y alentar importaciones”, agregó.

Inversión y modernización

La mejora del ánimo inversor también fue señalada en el informe. Aunque el 59% de los productores aún considera que no es un buen momento para invertir en activos fijos, el índice de expectativas mejoró un 26% respecto a la medición anterior. En este sentido, se espera un mayor interés en la inversión en vientres vacunos, impulsada por una recuperación del precio del novillo en términos reales.

“Hay una mejora en el ánimo inversor, especialmente en ganadería. Muchos productores evalúan invertir en vientres vacunos ante un 2025 que se perfila favorable para toda la cadena”, detalló Steiger.

Respecto a la inversión en maquinaria, Steiger remarcó que “la principal preocupación y, por lo tanto, la prioridad actual en el sector agrícola es la rentabilidad”, lo que lleva a postergar decisiones tecnológicas. “Los productores perciben que el costo financiero de su adquisición supera el retorno esperado de la actividad productiva, lo que genera una relación costo-beneficio desfavorable. Esta dinámica crea un círculo vicioso: aunque la tecnificación es fundamental para aumentar la productividad, el riesgo de disminuir aún más la rentabilidad es alto. En este momento, el sector no dispone de margen para tomar este tipo de riesgos. Por lo tanto, la incorporación de nueva maquinaria, en un contexto de dificultades de financiamiento y márgenes brutos limitados, podría afectar negativamente la rentabilidad a corto plazo”, añadió.

Además, identificó una “falta de contacto con las tecnologías avanzadas” que genera una subestimación del potencial de mejora en productividad y eficiencia. Pese a todo, un 80% de los productores estaría dispuesto a modernizar su maquinaria si mejoraran las condiciones de rentabilidad.

Principales preocupaciones: el clima a la cabeza

El clima volvió a posicionarse como la principal preocupación de los productores para los próximos 12 meses, una tendencia que se repite respecto a septiembre de 2023 ya años anteriores. “Sin duda la falta de lluvias luego de la siembra de la cosec

Otras variables relevantes incluyen los bajos precios internacionales, el aumento de costos de insumos y la evolución del dólar.

Las elecciones nacionales de octubre también ocupan un lugar destacado entre las preocupaciones (23%). “Aunque el productor en general está alineado con las políticas macroeconómicas del actual gobierno, hay incertidumbre sobre los posibles escenarios post-electorales y el rumbo que pueda tomar la política agropecuaria”, indicó Steiger. Además, un 15% expresó su preocupación por la continuidad de los derechos de exportación, considerados como un factor negativo sin perspectivas claras de modificación en el corto plazo.

Por otra parte, acontecimientos como el nombramiento de los jueces de la Corte Suprema de Justicia, el affaire Libra y la extrema cercanía del presidente Milei con el presidente Trump no causan preocupación en los productores agropecuarios.

Sostenibilidad: creciente interés con desafíos pendientes

Otro dato relevante es que el 40% de los productores no participa aún en programas de certificación ambiental, pero muestra interés en hacerlo a futuro. Un 16% ya lo hace y un 35% no manifiesta interés alguno. “Los desafíos de sostenibilidad son cada vez más centrales para acceder a mercados internacionales. Es clave que el sector acelere su adaptación a esta agenda”, subrayó el investigador.

ha gruesa agravada en el mes de enero 2025 reavivó esta preocupación trayendo recuerdos de la gravísima sequía de la campaña 2022/23”, señaló Steiger.

“Para las cadenas de valor agroalimentarias de Argentina, donde el productor es un actor central, este nuevo contexto representa un enorme desafío. Comprender cómo están respondiendo las empresas del sector y cuáles son los principales retos para adaptarse a la agenda global resulta clave para el futuro desarrollo del sector, en tanto los nuevos requisitos de sustentabilidad ya están generando transformaciones significativas en los mercados globales”, concluyó Carlos Steiger.

Primicias Rurales

Fuente: Universidad Austral

 

Un nuevo sistema ya en Argentina puede modelar diversos sectores agroalimentarios, como cultivos extensivos, ganadería, lácteos, productos hortícolas y agroindustriales.

Un nuevo sistema ya en Argentina puede modelar diversos sectores agroalimentarios, como cultivos extensivos, ganadería, lácteos, productos hortícolas y agroindustriales.

¿Qué es AGMEMOD y cómo se implementó para Argentina?

DIyEE – Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) 
BCR presenta AGMEMOD Argentina, una herramienta desarrollada para analizar y proyectar la evolución de los mercados agroalimentarios y que el equipo de la DIYEE adoptó al caso argentino.

Rosario, lunes 28 abril (PR/25) — El modelo AGMEMOD (AGricultural MEmber State MODelling) es una herramienta econométrica de equilibrio parcial desarrollada originalmente para analizar y proyectar la evolución de los mercados agroalimentarios de los países miembros de la Unión Europea, y que gracias a su estructura modular y flexible, ha sido posible extender su aplicación a contextos no europeos, permitiendo la incorporación de nuevos países mediante la construcción de modelos nacionales que dialogan entre sí dentro de un marco común.

El modelo trabaja con un enfoque “bottom-up”, donde cada país cuenta con un modelo independiente construido a partir de sus características productivas, económicas e institucionales. Estos modelos nacionales se integran luego en un marco general que permite la interacción comercial entre los países.

Cada producto incluido en el modelo está representado por una serie de ecuaciones estimadas en base a datos históricos que describen la producción, el consumo, el comercio, los precios y las variables de política asociadas. Las ecuaciones se estiman econométricamente utilizando información histórica, y se integran en un sistema dinámico que permite generar proyecciones anuales hasta un horizonte temporal determinado, generalmente de diez años.

AGMEMOD puede modelar diversos sectores agroalimentarios, como cultivos extensivos, ganadería, lácteos, productos hortícolas y agroindustriales. Las variables que se proyectan incluyen área sembrada y cosechada, rendimientos, producción, consumo interno, comercio exterior, precios internos y externos, y existencias.

Entre las políticas que pueden representarse se incluyen subsidios, impuestos, derechos de exportación, cuotas, mandatos de biocombustibles, entre otros instrumentos. Estas herramientas pueden activarse o modificarse en los ejercicios de simulación para construir escenarios alternativos. La flexibilidad del modelo permite así evaluar tanto políticas vigentes como propuestas hipotéticas, mediante simulaciones contrafactuales que exploran los impactos de distintas decisiones o shocks sobre el sistema agroalimentario.

¿Cómo se implementó al caso argentino?

Producto de un convenio firmado entre la Bolsa de Comercio de Rosario y el consorcio AGMEMOD, liderado por la Universidad de Wageningen en Países Bajos y el Instituto Thünen desde Alemania, nuestra Institución tuvo el privilegio de incorporarse al equipo de trabajo de think tanks líderes de la Unión Europea y el resto del mundo.

A partir de este hito, un equipo de la Dirección de Informaciones y Estudios Económicos de nuestra Bolsa de Comercio de Rosario comenzó a trabajar en la aplicación del modelo marco al caso argentino. Ello implicó una serie de decisiones metodológicas orientadas a capturar con precisión las particularidades del sistema agro-productivo local, manteniendo al mismo tiempo la estructura analítica del modelo original. En primer lugar, se definió que el núcleo del modelado estaría compuesto por los principales cultivos extensivos del país: soja, maíz, trigo, girasol, sorgo y cebada.

Estos productos concentran la mayor parte de la producción agrícola argentina, poseen alta relevancia comercial y presentan vínculos técnicos y económicos entre sí, tanto en términos de rotación como de competencia por superficie. La modelación se centró no solo en los productos primarios sino también en sus principales derivados industriales, particularmente aquellos vinculados a las oleaginosas, como el aceite y la harina de soja y de girasol, dada su importancia estratégica en el perfil exportador del país.

Para la estimación del área sembrada, se consideran los márgenes económicos esperados de cada cultivo, construidos a partir de precios internos y costos de producción.

La decisión de superficie se modela como una elección relativa, en la que los productores comparan las distintas alternativas productivas disponibles, en función de su rentabilidad esperada, y asignan la superficie entre ellas de forma competitiva. Por ejemplo, en la estimación de superficie de soja de primera, se compara el margen que arroja este cultivo en relación con el que arroja el maíz y el que arroja el esquema trigo/soja 2da. Este enfoque permite capturar los mecanismos de sustitución entre cultivos que compiten por el uso del suelo en un mismo período o a lo largo del año agrícola.

El rendimiento, por su parte, se modela como una función de la relación entre precios esperados y costos, que actúa como proxy del margen bruto por hectárea, bajo el supuesto de que márgenes más elevados incentivan el uso de paquetes tecnológicos más intensivos, elevando así el rendimiento. Además, se incorpora un componente tendencial que refleja las ganancias de productividad de largo plazo asociadas a mejoras tecnológicas.

Uno de los desafíos metodológicos más relevantes fue incorporar la dinámica del doble cultivo, una práctica extendida en muchas regiones del país, especialmente en la región pampeana. En este sistema, se siembran sucesivamente un cultivo de invierno (principalmente trigo o cebada) seguido de un cultivo de verano (mayormente soja de segunda).

Esta práctica introduce una complejidad adicional al modelado de las superficies sembradas, ya que la tierra utilizada para un cultivo no necesariamente excluye su uso para otro en la misma campaña agrícola. Para abordar esta cuestión, se decidió modelar de manera diferenciada las superficies de cultivos de invierno y de verano, reconociendo la existencia de competencia por el uso del suelo entre cultivos que coinciden parcial o totalmente en el calendario agrícola.

La articulación entre cultivos también se refleja en la integración del modelo a nivel agregado, permitiendo observar cómo decisiones en un mercado (por ejemplo, un aumento del área sembrada de trigo) afectan la disponibilidad de superficie para otros cultivos (como la soja de primera), y cómo estas decisiones impactan en la producción total, los precios relativos y los flujos comerciales.

Por el lado de la demanda, tanto el uso interno, las exportaciones y los stocks finales fueron modelados para cada grano en base a los diferentes usos a los que se asigna.

El uso doméstico para consumo humano se calcula en base al PBI real per cápita como medida del ingreso de los consumidores, a los precios internos reales de los productos que tienen un componente importante de consumo humano y a la población estimada hacia adelante.

El uso interno para consumo animal surge de una estimación en base a los datos históricos y suponiendo que la evolución del stock ganadero, y, por tanto, los requerimientos de alimentación animal continúan la tendencia observada en los últimos años.

¿Qué resultados arroja el modelo para Argentina?

En la presente edición del Informativo Semanal se detallan los supuestos adoptados para cada escenario modelado y los principales resultados de cada caso.

En la primera de las notas, titulada Escenario Base: proyectando el Agro Argentino a 2035 se detallan los supuestos y resultados del Escenario Base, que supone un escenario de continuidad de las políticas vigentes hasta fin de 2024. Además, este escenario se utiliza como base de comparación para los demás escenarios, dando idea de cuál es el impacto en las principales variables de los diversos supuestos. Además, se presenta aquí los resultados de largo plazo la eliminación de las restricciones al mercado cambiario, producto de las recientes modificaciones al régimen cambiario por parte del Gobierno Nacional. Bajo los supuestos de escenario base, Argentina estaría produciendo 159,3 Mt hacia 2035 y exportando 105,6 Mt por un valor de US$ 33.160 millones. Por eliminarse la brecha cambiaria, estos volúmenes se incrementan a 168,8 Mt de producción total y 112,9 Mt de exportaciones equivalentes a US$ 34.500 millones.

En la segunda de las notas, titulada Escenario 1: Impacto de una mejora de infraestructura y reducción de costos logísticos se modela una mejora en la infraestructura vial y un cambio en la modalidad de transporte de los diferentes granos que reduce los costos logísticos y mejora directamente el margen de los productores; y también se computa la profundización de la hidrovía hasta los 40 pies de calado tal que permita el completamiento de buques tipo Panamax en los puertos del Paraná. Este escenario contempla la eliminación de la brecha cambiaria más la mejora en logística de transporte. Bajo los supuestos planteados en este escenario, la producción total de granos alcanza 179,3 Mt y las exportaciones se elevan a 119,8 Mt, equivalentes a un valor de  US$ 35.720 millones.

En la tercera de las notas, titulada Escenario 2: Con mejor infraestructura y sin brecha cambiaria, eliminando los DEX Argentina podría producir 200 Mt al 2035, se modela la eliminación gradual de los Derechos de Exportación hasta llegar a 0% para todos los productos en 4 años. Los resultados finales muestran el posible escenario conjunto de eliminación de brecha cambiaria y derechos de exportación más las mejoras en la logística de transporte.  Bajo los supuestos adoptados, el volumen total de producción de granos totaliza 201,8 Mt mientras que las exportaciones de granos y derivados suman 136,9 Mt, totalizando un valor de US$ 41.200 millones.

En la cuarta de las notas, titulada Escenario 3: Explotando todo su potencial, el Agro puede producir 250 Mt de granos al 2035 y exportar US$ 17.200 millones más que el escenario base, explora el potencial productivo máximo del sistema agrícola argentino bajo condiciones ideales de adopción tecnológica. Parte de un interrogante central: ¿cuánto podría producir Argentina si todos los productores adoptaran la mejor tecnología disponible y las mejores prácticas de manejo agronómico hoy existentes? Los resultados finales muestran el posible escenario de eliminación de brecha cambiaria, derechos de exportación, mejoras en la logística de transporte y reducción de brecha tecnológica. Bajo los supuestos de este escenario, la producción argentina de los principales cultivos supera los 251 Mt y las exportaciones totales alcanzan 174,2 Mt, lo que supondría incrementar el valor exportado de los principales complejos del agro a US$ 50.430 millones.

El objetivo es ofrecer una herramienta robusta para la toma de decisiones en el ámbito público y privado, capaz de anticipar las consecuencias de cambios estructurales, regulatorios o de contexto sobre el desempeño del sector agropecuario argentino. La estructura modular y transparente de AGMEMOD permite reproducir los resultados, realizar ajustes y comparar con otros países que utilizan la misma herramienta, favoreciendo el análisis estratégico con base empírica.

Primicias Rurales

Fuente: BCR

En 10 años, para el 2035, la producción agroindustrial argentina podría llegar a las 159 millones de toneladas

En 10 años, para el 2035, la producción agroindustrial argentina podría llegar a las 159 millones de toneladas

Escenario Base: proyectando el Agro Argentino a 2035. DIyEE – Bolsa de Comercio de Rosario
Rosario, domingo 27 abril (PR/25) — Tomando como año base el 2024, si todo se mantiene igual se proyecta una producción agroindustrial argentina de 159 millones de toneladas al 2035. Por el solo hecho de eliminar la brecha cambiaria, la producción y las exportaciones suman 10 Mt adicionales.

1.    Escenario Baseline Argentina

El escenario base es una construcción fundamental en cualquier modelo de simulación a mediano o largo plazo, ya que establece un punto de partida que refleja las condiciones observadas en el período más reciente y sirve como referencia para evaluar los impactos de posibles cambios en variables más importantes. En el caso de AGMEMOD Argentina, el escenario base se asume bajo la continuidad de las condiciones observadas en promedio de los últimos años de la serie histórica disponible hasta el año 2024, proporcionando un marco de referencia estable para los escenarios planteados.

En este sentido, los resultados obtenidos están condicionados al cumplimiento de una serie de supuestos específicos vinculados a las condiciones macroeconómicas, la continuidad de las políticas gubernamentales tanto en Argentina como en el resto del mundo, patrones climáticos promedio histórico o normales, y el mantenimiento de acuerdos o contextos internacionales, entre otros factores relevantes.

•    Condiciones macroeconómicas y demográficas:

Se asume una trayectoria de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) basada en las proyecciones oficiales del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA). El tipo de cambio real (TCR) se mantiene constante a lo largo del horizonte de proyección, fijo en el nivel promedio del último año de datos. La población argentina evoluciona de acuerdo con las estimaciones del Banco Mundial, al igual que las cifras de población y PIB globales. Se incorpora una brecha cambiaria estructural del 40% como parte de las condiciones de base para Argentina, tomando como referencia el año base de las estimaciones (2024).

•    Modos de producción:

Se asume que la estructura productiva se mantiene estable a lo largo del horizonte de proyección. Esto incluye una proporción estable entre tierras propias y alquiladas, lo cual incide en la estructura de costos y en las decisiones de inversión de los productores. Asimismo, se considera un uso constante del capital físico disponible —como maquinaria, instalaciones y tecnología—, sin cambios sustantivos en la intensidad del paquete tecnológico utilizado por fuera de los incentivos económicos. Se mantiene invariable el acceso relativo a insumos (semillas, agroquímicos, fertilizantes) y al financiamiento, partiendo del supuesto de que las condiciones de acceso al crédito, tanto formal como informal, no presentan alteraciones estructurales. Esta configuración permite modelar un sistema en equilibrio, sin incorporar mejoras disruptivas ni retrocesos significativos en términos de eficiencia productiva o tecnológica.

•    Infraestructura:

En el escenario base, se parte del supuesto de que la infraestructura logística, transporte y de almacenamiento mantiene el mismo nivel de crecimiento que la producción total, de modo que no constituye un obstáculo para el funcionamiento de la agricultura. Se considera que la expansión tendencial de la capacidad disponible —tanto en transporte como en almacenamiento— es suficiente para absorber el aumento proyectado de volúmenes, permitiendo que los costos logísticos se mantengan constantes en términos reales. De esta forma, se descarta la aparición de cuellos de botella o aumentos de costos de gran relevancia derivados de limitaciones en la infraestructura existente.

•    Políticas públicas:

En el escenario base se asume la continuidad del esquema de políticas vigente a diciembre de 2024, con excepción del nivel de brecha cambiaria. En particular, se mantienen los niveles de derechos de exportación (DEX) aplicables a cada producto según el marco normativo vigente en esa fecha. No se introducen cuotas ni restricciones cuantitativas al comercio exterior, por lo que las exportaciones operan libremente dentro de los márgenes que defina la competitividad del sistema. Se simula la persistencia de una brecha cambiaria del 40%, consistente y en línea con el promedio observado en los últimos años. De todos modos, se simula qué sucede con la producción base si se asume una brecha cambiaria del 0% desde 2025 en adelante, en línea con el impacto potencial de los recientes cambios introducidos al esquema cambiario. Finalmente, no se contemplan reformas estructurales ni alteraciones significativas en el régimen fiscal o en las políticas de comercio exterior durante el horizonte de proyección.

•    Fuentes de datos:

La calibración y estimación del modelo se basa en información proveniente de fuentes oficiales y especializadas. Hasta la campaña 2023/24, las cifras son tomadas como constantes, no generadas por el modelo. Los datos de producción y consumo doméstico se obtienen de series históricas publicadas por la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP). Las estadísticas de comercio exterior —exportaciones e importaciones— provienen del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Para los precios internos, se utilizan los registros de la Cámara Arbitral de Cereales de Rosario, que reflejan valores de referencia representativos del mercado argentino. En cuanto a los costos de producción, se recurre a la información publicada regularmente por la Revista Márgenes Agropecuarios, que proporciona estimaciones detalladas y actualizadas por cultivo y región. Estas fuentes permiten construir una base sólida y coherente para la estimación de los márgenes económicos y la dinámica del sistema productivo. Las proyecciones de precios internacionales se obtienen del sistema de modelado agrícola mundial FAPRI y se complementan con datos de OCDE y USDA, sobre las cuales se realizan los ajustes para el cálculo interno de precios.

De esta manera, entre los supuestos a destacar, desde el punto de vista macroeconómico, el escenario base supone la persistencia de las dinámicas económicas y políticas vigentes en 2024 hasta el final del período proyectado.

Este escenario sirve como punto de referencia constante para los análisis y comparaciones con los escenarios alternativos que puedan plantearse, permitiendo observar el impacto de diferentes políticas económicas. El escenario base no está destinado a prever el futuro exacto, sino a ofrecer un marco estable que permita evaluar cómo las modificaciones en las condiciones de mercado o en políticas impactarán en los resultados del área sembrada, la producción, las exportaciones y el uso doméstico de los productos agroindustriales.

1.1.    Resultados escenario base – Año 2035

En base a los supuestos planteados, el área total sembrada para el año 2035 En base a los supuestos planteados, el área total sembrada para el año 2035 se proyecta en 39,17 millones de hectáreas (M ha). Ésta se compone de una superficie sembrada con trigo de 6,09 millones de hectáreas, y 1,67 M ha de cebada. Además, se proyectan 11,00 M ha sembradas con maíz, 0,71 M ha de sorgo, 1,81 M ha de girasol, y para soja, se proyectan 17,89 M ha.

La producción total proyectada para 2035, por su parte, alcanza 159,3 millones de toneladas (Mt). Desglosado por cultivos, se estima que la producción de trigo será de 18,81 Mt, la producción de cebada llegará a las 6,06 Mt y sorgo sumará otros 2,20 Mt. El maíz la producción total tocará los 69,25 Mt, en tanto que, para el girasol, la producción esperada asciende a 4,15 Mt. Para soja, se proyecta una producción total de 58,47 Mt.

En el escenario base proyectado para el año 2035, el uso doméstico se estima en 104,57 Mt. En particular, se proyecta que el uso doméstico de trigo será de 7,67 Mt, mientras que cebada llegará a 1,99 Mt y maíz alcanzará los 27,66 Mt. Además, el sorgo se estima en 1,45 Mt, el girasol en 4,10 Mt y la soja en 54,53 Mt. Los productos derivados tienen un uso proyectado de 2,50 Mt para aceite de soja y 3,07 Mt para harina de soja, mientras que el aceite de girasol alcanzará las 1,06 Mt y la harina de girasol se proyecta en 0,53 Mt.

Las exportaciones totales se proyectan en 105,57 Mt. En cuanto a los cultivos específicos, las exportaciones de trigo alcanzan las 11,15 Mt, mientras que las de cebada se proyectan en 4,06 Mt. El maíz tiene una estimación de exportación de 41,88 Mt, el sorgo de 1,79 Mt, la semilla de girasol de 0,5 Mt y el poroto de soja 8 Mt. Las exportaciones de los productos derivados de la soja se proyectan en 6,06 Mt en el caso del aceite y 30,70 Mt para la harina. Finalmente, para los subproductos de girasol se estiman exportaciones de 0,71 Mt de aceite de girasol y 1,16 Mt de pellet.

En términos agregados, y en base a los precios de exportación proyectados para los productos modelados, en el escenario base las exportaciones totales suman US$ 33.159 millones.

2.    Escenario base sin brecha cambiaria

A raíz del anuncio realizado el 11 de abril de 2025 por parte del equipo económico del gobierno argentino, en el cual se avanzó en una importante liberalización del mercado de cambios, se incorpora un escenario base adicional que representa la eliminación de la brecha cambiaria. Si bien aún persisten limitaciones en el acceso al mercado de cambios a las personas jurídicas, en la práctica, este cambio se interpreta como una unificación cambiaria de facto debido a que, por los mecanismos de arbitraje entre los distintos mercados y la eliminación de las restricciones cruzadas a operar en ellos, se vislumbra una convergencia entre los distintos tipos de cambio peso-dólar a un mismo valor.

Este escenario “base sin brecha” mantiene el resto de los supuestos del escenario base original, pero elimina la distorsión generada por la existencia controles de capitales. Se asume entonces que el tipo de cambio se alinea con una única paridad. Esta modificación impacta principalmente en las variables de ingresos percibidos por los productores y en los costos que debe afrontar.

La comparación de este escenario con el “base tradicional” permite aislar los efectos específicos de la eliminación de la brecha cambiaria.

2.1.    Proyecciones escenario brecha de eliminación de brecha cambiaria respecto al escenario base- Año 2035

El área total sembrada para el año Bajo el escenario de eliminación de brecha cambiaria, el área total sembrada para el año 2035 se proyecta en 39,57 millones de hectáreas (+1% respecto al escenario base). El trigo alcanza 6,59 M ha (+8,8%), mientras que la cebada se mantiene prácticamente constante en 1,67 M ha (+0,1%). El maíz registra un aumento hasta 11,4 M ha (+7,7%), al igual que el girasol, que alcanza 1,8 M ha (+0,6%). Por el contrario, el sorgo cae levemente a 0,695 M ha (–2,8%), y la soja cae levemente a 17,41 M ha (–2,3%).

El impacto positivo que se observa en los cereales (trigo y maíz, principalmente) en detrimento de la soja se explica fundamentalmente por el efecto que la eliminación de la brecha cambiaria tiene en los costos de producción. La eliminación de la brecha cambiaria reduce los costos de explotación, ya que supone que, al eliminarse la expectativa devaluatoria, los vendedores de insumos y otros contratistas no trasladan la incertidumbre a los precios que ofrecen a sus clientes y, por ende, termina mejorando los márgenes del hombre de campo. Esta baja de costos genera una mayor intención de siembra de maíz y trigo, que son los cultivos que muestran una mayor inversión en insumos en términos relativos respecto de la soja y otros granos.

En cuanto a la producción total, se proyecta para 2035 un volumen de 168,8 millones de toneladas (Mt), lo que representa un incremento del 6% respecto a los 159,3 Mt estimados en el escenario base. La producción de trigo se eleva a 22,79 Mt (+21,6%), mientras que la de cebada sube a 6,31 Mt (+4,2%). En el caso del maíz, se observa un salto considerable hasta 76,8 Mt (+10,9%). La producción de girasol también mejora levemente, alcanzando 4,14 Mt (+0,7%). En contraste, el sorgo desciende a 2,14 Mt (–5,1%) y la soja cae a 56,63 Mt (–<3,1%).

En el escenario de eliminación de brecha cambiaria, el uso doméstico total proyectado para el año 2035 se mantiene prácticamente estable en torno a los 105,55 millones de toneladas (Mt). El uso doméstico de trigo se mantiene en 7,73 Mt (+0,0%), al igual que el de cebada, con 2,02 Mt (+1,5%), y maíz, con 30,01 Mt (+8,5%). También se observa una estabilidad en el uso de sorgo (1,43 Mt, +0,0%), girasol (4,10 Mt, +0,0%) y soja (53,78 Mt, -2,5%).

Bajo el escenario de eliminación de brecha cambiaria, las exportaciones totales proyectadas para 2035 ascienden a 112,92 millones de toneladas (Mt), lo que representa un incremento del 6,2% respecto a los 105,57 Mt estimados en el escenario base. Las exportaciones de trigo alcanzan 14,95 Mt (+33,9%), mientras que las de maíz suben fuertemente a 54,53 Mt (+12,5%). La cebada muestra una leve suba a 4,28 Mt (+5,1%) y el sorgo se mantiene prácticamente estable en 1,79 Mt (+0,2%). El girasol conserva su volumen exportado en 0,05 Mt (+0,0%), y las exportaciones de poroto de soja se reducen a 7,5 Mt (–5%). En cuanto a los derivados de la soja, el aceite de soja exportado alcanza 5,88 Mt (–3%), mientras que la harina de soja cae a 29,84 Mt (–2%). Los subproductos de girasol se mantienen estables: el aceite de girasol en 0,71 Mt (+0,0%) y la harina de girasol a 1,16 Mt (+0,0%).

En términos agregados, y en base a los precios de exportación proyectados para los productos modelados, en el escenario base sin brecha cambiaria las exportaciones totales suman US$ 34.500 millones, US$ 1.340 millones más que en el escenario base.

Primicias Rurales

Fuente: BCR Informtivo Semanal

El precio en dólares del maíz para el productor está en máximos desde 2016

El precio en dólares del maíz para el productor está en máximos desde 2016

Por Matías Contardi – Blas Rozadilla – Julio Calzada de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) 
Impacto directo del nuevo esquema: la reducción en la brecha cambiaria mejora los precios en dólares billete para el productor. Con cosecha en marcha, se acelera la comercialización de soja.

Rosario, domingo 27 abril (PR/El Reporte del Mercado de Granos BCR muestra los temas más resonantes de la coyuntura agroindustrial con foco en Argentina.

Con la dinámica de los dólares financieros y la importante reducción de la brecha, los precios en dólares al tipo de cambio MEP alcanzan máximos de varios años para el maíz, y máximos en varias ruedas para la soja y el trigo.

La comercialización de soja se acelera, con un fuerte repunte en los volúmenes diarios negociados. En contraste, el ritmo de negocios en cereales aún no logra recuperarse por completo. La cosecha avanza con demoras, especialmente en Santa Fe y Córdoba, aunque la mejora climática permitió un fuerte aumento en el ingreso de camiones a los puertos. A su vez, las DJVE mostraron una dinámica atípica tras el anuncio oficial, con un pico inicial seguido de un regreso a niveles mínimos históricos.

En los mercados internacionales, la soja consolida una tendencia positiva ante señales de distensión en la guerra comercial entre EE.UU. y China, mientras que los cereales continúan con alta volatilidad.

1.    Con mejores precios en dólares y en plena cosecha, se acelera la comercialización de la soja.

Hace ya dos semanas exactas que el ministro de Economía anunciaba la implementación de un nuevo esquema cambiario. Entre la eliminación del “Dólar Blend” y la introducción de bandas cambiarias junto con importantes flexibilizaciones para el acceso a divisas se configuró un escenario completamente distinto al que veíamos antes del 11 de abril.

Es que, previo al anuncio, la incertidumbre en torno al futuro del precio del dólar se estaba incrementando rápidamente, a la par que el nivel de la brecha cambiaria seguía escalando sin descanso hasta llegar cerca del 30%, niveles soñados apenas dos años atrás pero que para el contexto reciente ya despertaban preocupación en los operadores.

En este sentido, el contrato de futuro de dólar para abril promediaba durante la semana del anuncio los $1.150/USD implicando una devaluación directa del 7% en ese momento. En este escenario, la comercialización de granos se había ralentizado significativamente a la espera de mayores certezas.

Finalmente, siete días hábiles luego de la puesta en marcha del nuevo esquema cambiario, la cotización del dólar oficial pasó desde los $1.073/USD a $1.165/USD, mientras que los dólares financieros (MEP y CCL) se acercan a la convergencia con el oficial. El nivel actual del tipo de cambio BNA es menor al tipo de cambio “Dólar Blend” o “Exportador” vigente previo al anuncio. Lo que explica gran parte de la reducción de pesos por tonelada que se pagan sobre el mercado de granos.

La pizarra Rosario por soja ajustó un -7% en pesos durante las últimas siete ruedas, mientras que el trigo hizo lo propio en un -1% al tiempo que la cotización por el maíz en pesos ganó un 1%. Sin embargo, ahora la brecha cambiaria es casi inexistente, por lo que, en dólares al tipo de cambio MEP (al cual los vendedores de granos siempre tuvieron acceso y el que se mantiene disponible para personas jurídicas) en realidad la tonelada de soja se negocia un 11% por encima, mientras que el trigo y el maíz un 15% y 18% en dólares respectivamente.

El precio por la soja llegó a máximos desde febrero de este año. Además, en comparación con el mes de abril, pero del año anterior, la pizarra ahora promedia USD 269/t al tipo de cambio MEP, cuando en aquel momento llegaba a USD 245/t, también en plena cosecha y con un precio en CBOT 11% mayor. Aunque aquí también juegan un rol importante la reducción en los derechos de exportación.

Por el lado del maíz, la cotización de una tonelada al dólar financiero llegó a máximos en cerca de 9 años, mientras que por el trigo tocó picos que no veíamos desde mayo del 2024.

Sin embargo, la respuesta inmediata del mercado fue la cautela. El primer día hábil luego del anuncio prácticamente ni siquiera se anotaron toneladas de maíz, y el ritmo diario de contratos en general se contrajo. Escenario esperable teniendo en cuenta la alta volatilidad que exhibieron los precios por el dólar, más aún durante una semana corta.

Más allá de ello, con el pasar de los días la operatoria fue tomando ritmo, en especial en los anotes de soja impulsados, además, por el ingreso de la cosecha. En esta semana que comenzó el 21/4, el promedio diario de negocios entre contratos con precio hecho y a fijar superó las 250.000 toneladas. Acelerando el ritmo diario en un 50% con relación al promedio de las semanas anteriores para la oleaginosa.

Sin embargo, por el lado de los cereales, aún no se recupera el ritmo de negocios que veíamos previo al anuncio.

2.    El avance de la cosecha acelera el ingreso de camiones a los puertos.

En las últimas semanas, la presencia de días sin lluvia permitió que las máquinas ingresen a los campos y aceleren el paso de la cosecha gruesa, especialmente en el caso de la soja. En el Informe Semanal de SAGyP del 16 de abril, se informaba que la cosecha de la oleaginosa alcanzaba el 6% del área de intención de siembra, 8 p.p. por detrás del registro a igual fecha del año pasado. El mayor retraso se observa en Santa Fe, donde se abarcó 12% de la superficie versus el 28% del ciclo previo.

Esta semana, el Informe refleja un avance del 13%, lo que implica una cobertura del 7% en los últimos 7 días. Sin embargo, el rezago respecto del año pasado se profundiza, llegando a 10 p.p. Esto se debe principalmente a las lluvias persistentes en Buenos Aires y Córdoba, donde hubo interrupciones en las labores de trilla y los porcentajes de superficie cosechada no crecen al ritmo del año pasado.

Con la mayor dinámica de las labores en campo, el flujo de ingreso de camiones a los diferentes puertos y plantas industriales de nuestro país incrementó su ritmo en los últimos días. Según los datos del Sistema STOP, a partir del día 15 de este mes (primera vez que se descargaron más de 150.000 t durante el corriente), el promedio de toneladas de soja descargado aumentó 154% respecto al de los días previos. Desde esa fecha, siempre se superaron las 100.000 toneladas hasta el máximo de más de 225.000 t alcanzado este miércoles.

El promedio pasó de 67.000 a 170.000 toneladas de la primera mitad de abril a lo que va de la segunda. Con esto, el ritmo del ingreso de camiones se puso a la par de lo observado el año pasado.

3.    Se consolida el cambio en la dinámica de las DJVE.

Uno de los datos que se destacó entre analistas y operadores del mercado tras la modificación de la política cambiaria fue el alto volumen de DJVE registradas el primer lunes con el nuevo régimen. Entre las declaraciones por maíz, trigo y el complejo soja (aceite, harina y poroto) se acumuló un volumen de cerca de 1,8 millones de toneladas, concentradas mayormente en maíz y harina de soja.

Los comentarios del mercado indicaban que los exportadores se adelantaron a un posible aumento en el tipo de cambio. Recordemos que con el registro de la DJVE-360 (la modalidad más utilizada) implica el pago, que se realiza en pesos, de los Derechos de Exportación en hasta 5 días al tipo de cambio y FOB oficiales a la fecha de su realización. De esta manera, ante las expectativas de un mayor tipo de cambio, adelantaron el pago de las retenciones para garantizar un valor que suponían más bajo. Sin embargo, esto no sucedió. El valor del dólar cayó tras el overshooting inicial, las expectativas de estabilidad se consolidaron y el promedio diario de declaraciones volvió a los niveles de las semanas previas, del orden de las 400.000 toneladas entre los productos mencionados.

Este movimiento sirve para explicar, en parte, por qué el avance de las DJVE se encuentra en mínimos históricos para todos los productos, sin considerar las campañas afectadas por inclemencias climáticas. La estabilidad cambiaria definida por el crawling peg, sumada a altas tasas para las inversiones en pesos no creaban incentivos para anticipar el registro de DJVE, que obligan el desembolso correspondiente al pago de los DEX. El anuncio de la rebaja temporal de las alícuotas de estos gravámenes incluyó un requisito que sumó un desincentivo a la declaración de ventas externas, el requerimiento de liquidar las divisas correspondientes en hasta 15 días del registro de la DJVE, lo que suma un costo financiero adicional a la operatoria por parte de los exportadores.

Otra forma de observar el impacto de estos fenómenos en el retraso del avance de las declaraciones es a partir de la evolución del promedio de días de antecedencia del registro. Calculando la diferencia entre el inicio del período de embarque declarado y la fecha de registro de la DJVE y luego ponderando por el volumen de la misma, tenemos una medida promedio de la anticipación con la que se realiza el anote de las ventas externas. Considerando el promedio mensual agregado de los productos ya mencionados, se observa que para los meses de marzo y abril la anticipación de las DJVE cayó cerca de un 80% respecto a los 5 años previos, inclusive considerando el 2023 que fue afectado por la incertidumbre productivo en el marco de la histórica sequía.

Durante los últimos meses, en promedio, el registro de las DJVE se realizó entre 15 y 17 días antes de la fecha declarada de embarque. Esto difiere mucho del escenario que se tenía en años previos, donde entre marzo y abril, las declaraciones se realizaban con una antecedencia promedio de 71 y 79 días, respectivamente. Las tasas de interés reales fuertemente negativas y las expectativas devaluatorias que dejaron de dominar el contexto macroeconómico explican esta mudanza.

Otro efecto que se percibe en el gráfico es como la anticipación de los registros se estabiliza a la par que lo hizo la situación económica del país a partir de la segunda mitad del año pasado, eliminando las fuertes variaciones de años previos, donde eventos de la coyuntura puntuales podían desatar altos volúmenes de registros anticipados.

De cara a la finalización de la rebaja temporaria en los DEX, se debe esperar a ver cómo se conjugan las expectativas de precios propias de los mercados de granos, los costos de financiamiento de las exportadoras, los rendimientos en pesos y la coyuntura de la dinámica cambiaria para entender posibles cambios (o no) en esta dinámica.

4.    La soja consolida una tendencia positiva en Chicago, mientras que los cereales siguen con alta volatilidad.

Tras la fuerte caída que tuvo la oleaginosa en Chicago con el estallido de la guerra comercial entre China y Estados Unidos, el precio de la serie continuada del contrato más operado tocó un mínimo desde finales del año pasado y perforando la barrera de los USD 360/t por primera vez desde aquel momento. Luego de eso comenzó una fuerte recuperación que se había estancado durante la semana pasada en medio de la alta volatilidad en los mercados.

Esta semana la soja recuperó el sendero positivo y consolidó la tendencia. Uno de los motivos de esto fueron las noticias de que el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, manifestara en un evento privado que la guerra comercial con China no puede durar para siempre y que las tensiones se calmarán con la demostración de voluntad para negociar por parte del presidente Trump. Sin embargo, señaló que esas negociaciones aún no han comenzado y serán «un trabajo duro».

A esto se sumaron noticias de un potencial mayor demanda de otros orígenes. La agencia Reuters informó que, según medios japoneses, el gobierno de ese país está considerando un aumento de las importaciones de soja de Estados Unidos como parte de las negociaciones arancelarias. Así, el precio del contrato más operado de soja cerró en USD 390,2/t en la rueda de ayer, registrando un aumento del 2,5% desde el jueves pasado y de 3,2% respecto de la semana anterior.

Por su parte, los cereales se mantuvieron en valores similares a los de hace dos semanas, pero mostrando mayor volatilidad en sus cotizaciones. Al comienzo de la semana, a diferencia de la soja, los cereales sintieron el impacto de la caída en los mercados financieros luego del cruce entre Donald Trump y Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos. Trump había publicado en las redes sociales calificando a Powell de “gran perdedor” y advirtiendo de una recesión económica si no se bajan las tasas de interés inmediatamente.

Particularmente en el caso del trigo, si bien el último Informe de Seguimiento de Cultivos del USDA mostró una baja en la calificación de los cultivos de invierno, se espera que las mejores condiciones de humedad previstas para las Planicies estadounidenses reviertan la situación. El futuro más operado del trigo en Chicago cerró en USD 200,1/t el día de ayer, subieron un 1,2% en las últimas dos semanas, pero mostrando una tendencia negativa en los últimos días.

Del lado del maíz, el mercado alternó entre la influencia de la fuerte demanda en el mercado internacional, con suministros ajustados hasta la cosecha de la safrinha brasileña, y los pronósticos climáticos para el Medio Oeste de los EE.UU. que permitirían que avance a paso firme la siembra del cereal. El futuro de mayor volumen operado ajustó en USD 190,5/t, ubicándose 0,2% por encima del cierre de dos semanas atrás.

Primicias Rurales

Fuente: Informativo Semanal BCR

Argentina se prepara para encarar una gran campaña de trigo en la zona núcleo y no descarta un récord

Argentina se prepara para encarar una gran campaña de trigo en la zona núcleo y no descarta un récord

Las primeras encuestas y estimaciones que se vienen realizando desde la Bolsa de Comercio de Rosario para la región núcleo en esta campaña indican que, incluso, hay mayores probabilidades de pasar esa cifra de mejora del 10% en la cantidad de trigo sembrado para este nuevo ciclo del cereal en Argentina.

Falta mucho aún para poder comparar lo que puede sembrarse y producirse en este nuevo ciclo, pero hay indicios positivos que permiten pensar en la posibilidad de que la actual campaña se acerque a las 1,8 M de ha sembradas en aquella vez o a las casi 1,7 M ha del 2021/22, cuando Argentina logró un récord productivo de trigo con 23 Mt.

Entre lo que juega a favor del trigo este año, destaca un reporte de la BCR, hay que nombrar: excelentes reservas de humedad, los 1ros rindes de la cosecha de soja de 2da que están sorprendiendo por sus buenos valores, un invierno que se proyecta “Neutral” en el Pacífico, la actual relación entre trigo/urea y los malos resultados que tuvo el maíz sobre todo en el NE de Buenos Aires.

Y entre lo que amenaza al cultivo, se destacan: aunque los márgenes son mejores que hace un año, los valores resultan ajustados y los rindes de indiferencia son ligeramente mayores. Por último, está incertidumbre con los precios de los fertilizantes fosfatados.

Por ahora, con los datos de esta semana, la región núcleo sembraría 1,53 M ha de trigo. Pero hay otro dato que también podría modificar este guarismo y es que se están terminado de hacer trabajos satelitales que estarían mostrando que el año pasado se sembró más trigo del que se estimaba.

¿Cuáles son los márgenes de la precampaña triguera 2025/26?
Con los precios actualizados al 21 de abril, el informe de la BCR muestra que los números para la precampaña triguera tendrán márgenes ajustados. El margen bruto —ingresos menos costos, antes de impuestos— se ubica en 185 u$s/ha.

Sin embargo, al computar los tributos, el margen neto en campo propio se reduce a 121 u$s/ha. En cambio, bajo condiciones de alquiler, la renta es negativa: cae a -28 u$s/ha.

Ahora bien, si se analizan los rendimientos de indiferencia y se los compara con el ciclo pasado, la tendencia es similar. En campo alquilado se necesitan 41 qq/ha de trigo para empezar a generar una renta positiva; hace un año, esa cifra era levemente menor: 39 qq/ha. En campo propio, el umbral también se movió hacia arriba, pasando de 33 a 34 qq/ha.

El mayor peso en la estructura de costos sigue estando en los insumos. Se requieren 13,8 qq/ha solo para cubrirlos, de los cuales 10 qq/ha corresponden a fertilizantes (6 qq/ha son de urea, valuada en 530 dólares por tonelada). En el caso de los campos arrendados, a ese costo se le suma el valor del alquiler, que representa 9,8 qq/ha. Con márgenes tan ajustados, cada decisión técnica pesa, y el trigo vuelve a mostrar que es un cultivo de estrategia fina.

La relación trigo-urea mejora: el fertilizante cotiza por debajo del promedio de los últimos cuatro años
El precio de la urea se ubica en 530 u$s por tonelada, bastante por debajo del promedio de los últimos cuatro años, que alcanza los 748 u$s. Esta baja mejora la relación de intercambio con el trigo, una variable clave a la hora de definir las dosis de fertilizante en la precampaña.

Hoy, se necesitan 2,6 toneladas de trigo para comprar una tonelada de urea. La relación mejoró casi un 10% respecto a abril de 2024, cuando se requerían 2,8 toneladas del cereal. Frente al promedio de los últimos cuatro años, la mejora alcanza el 13%. ¿A qué se debe esta mejora? A que la reducción en el precio de la urea fue más pronunciada que la baja registrada en el valor del trigo. Hace un año, el fertilizante se cotizaba a 570 u$s/tn —40 dólares más que ahora—, mientras que el trigo se pagaba 204 u$s/tn. Hoy el cereal ronda los 207 u$s/tn (al 21 de abril de 2025). De todos modos, los técnicos advierten que es clave seguir de cerca cómo evolucionan los precios internacionales de los fertilizantes. En un contexto global marcado por la incertidumbre, los costos pueden cambiar rápidamente y alterar los márgenes proyectados.

Primicias Rurales

BCR

Fuente: Todo Agro

La Bolsa de Comercio de Rosario relanzó su informe semanal con un nuevo enfoque que suma análisis financiero

La Bolsa de Comercio de Rosario relanzó su informe semanal con un nuevo enfoque que suma análisis financiero

Rosario, martes 15 abril (PR/25) — La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) presentó una versión renovada de su reporte semanal del mercado de granos, ahora bajo el nombre Claves del Agro y las Finanzas.

La principal novedad es la incorporación de un especialista del Mercado Argentino de Valores para abordar la coyuntura financiera, ampliando así la mirada sobre el contexto económico que rodea al agro.

El envío, transmitido en vivo todos los lunes a las 10 h am por YouTube y, Spotify, propone una lectura integral de los temas más relevantes del momento. En esta edición inaugural del nuevo formato, se analizó el impacto del levantamiento del cepo cambiario, el esquema de flotación administrada y el fin del dólar exportador.

Desde el segmento se advirtió que estas modificaciones cambiarias constituyen un cambio de reglas para el mercado de granos, especialmente en la operatoria forward y en el esquema de precios relativos. En paralelo, se destacó que el nuevo marco podría generar volatilidad en los primeros días, hasta que el mercado logre establecer un precio de referencia.

En el plano financiero, se abordaron las implicancias del nuevo tipo de cambio sobre las tasas de interés, los instrumentos de financiamiento PyME y el rol creciente del mercado de capitales como herramienta de fondeo para la economía real. En este sentido, se resaltó el volumen récord de operaciones registrado la semana pasada, con más de $400.000 millones operados en instrumentos como cheques, pagarés y facturas electrónicas.

Finalmente, el informe retomó el seguimiento de variables internacionales, como la guerra comercial entre Estados Unidos y China.

La prórroga de 90 días en los aranceles norteamericanos a varios países—excepto China—generó cierto alivio en los mercados, impulsando una recuperación de los precios de los granos, aunque sin alcanzar los niveles previos a febrero.

Primicias Rurales

Fuente: BCR