El analista político Facundo Nejamkis evaluó la nueva etapa del Gobierno tras las elecciones y afirmó que el libertario “conserva una base de apoyo sólida”.
Javier Milei. (Foto: Redes)
Agencia Noticias Argentinas
Buenos Aires, domingo 2 noviembre (PR/25) — El analista político y director de Opina Argentina, Facundo Nejamkis, evaluó el escenario posterior a las elecciones y aseguró que el resultado confirmó que el presidente Javier Milei cuenta con una base de apoyo “sólida”, capaz de ampliar su músculo político y territorial.
“La elección reveló que el Gobierno tiene una base sólida de apoyo. No sólo no perdió respaldo, sino que logró ganar más diputados, más senadores y sumar acompañamiento de gobernadores que antes lo miraban de reojo”, señaló por Radio Rivadavia.
Según Nejamkis, Milei ingresa ahora en un período clave: “El Presidente tiene una ventana de oportunidad. La política, la sociedad y potencias internacionales están dispuestas a acompañarlo. Ahora habrá que ver si su gobierno está preparado para aprovecharla”.
Un Milei más moderado, empujado por la realidad
Nejamkis analizó el giro discursivo del Presidente, a quien comparó con dos registros opuestos: “Pasamos del Milei versión La Renga al Milei versión bolero. La campaña del Movistar Arena fue rock pesada; la noche del triunfo lo vimos traje azul, tono calmo, hablando de consensos”.
El consultor sostuvo que ese cambio no es menor. “La realidad y las restricciones lo empujan a moderarse. Para sostener un proyecto de ocho años, tiene que ser un poco más Luis Miguel y menos cantante de La Renga”, afirmó.
Sin embargo, advirtió que la incógnita sigue abierta. “Todo dependerá de si esta versión melódica es operativa o si, ante el primer conflicto, vuelve el Milei más confrontativo”, resaltó.
Facundo Nejamkis. (Foto Redes)
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El voto anticristinista y la mutación de la base electoral
En la composición del voto oficialista, Nejamkis remarcó que una parte del apoyo a La Libertad Avanza sigue siendo un voto “anticristinista”, especialmente frente a la posibilidad de un regreso del kirchnerismo.
“El anti te alcanza para ganar una elección o para reaccionar, pero no para sostener un ciclo de gobierno prolongado. Milei necesita construir una agenda propositiva y resultados económicos”, sostuvo.
También señaló una reconfiguración sociológica del voto: “Milei llegó al poder captando sectores jóvenes y vulnerables que hoy parecen haberse replegado. Su electorado actual se parece más al del PRO”.
Gobernadores y oposición: incentivos cambiantes
Respecto al futuro del sistema político, Nejamkis planteó que los gobernadores -tanto los de Provincias Unidas como del peronismo- priorizarán preservar poder territorial: “Si a Milei le va bien, muchos gobernadores van a pensar en asegurarse reelecciones o sucesores, antes que en un armado nacional opositor. Podría profundizarse la fragmentación”, alertó.
Y comparó este proceso con otros ciclos políticos: “Cristina 2011 generó algo similar: oficialismo fuerte, oposición dispersa”.
Peronismo: disputa interna y futuro incierto
Sobre el conflicto abierto entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof, Nejamkis señaló que la dinámica peronista será similar a su historia: “Cuando el peronismo tuvo crisis de liderazgo, lo resolvió con votos. A veces en internas, a veces dividiéndose y después reagrupándose”.
Sin embargo, marcó una diferencia clave: “Si a Milei le va bien, los incentivos para reagruparse pueden ser muy bajos. La cercanía al poder siempre ordenó; si el poder queda lejos, la fragmentación puede crecer”.
Y cerró con una cita: “Como decía Carlitos Balá, el movimiento se demuestra andando. La ventana está abierta, ahora hay que ver si el cohete despega”.
Rosario, martes 28 octubre (PR/25) — Un preacuerdo entre Estados Unidos y China impulsa las expectativas de suba en Chicago, pero los precios locales podrían mantenerse estables por el juego de primas y la presión de cosecha.
Según Dante Romano, profesor e investigador de la Universidad Austral, “el acuerdo llega en un momento clave para los mercados, pero su impacto real dependerá de cómo y cuándo se concreten las compras chinas”.
Rosario, Santa Fe; 27 de octubre de 2025 – El mercado internacional de granos volvió a mirar hacia Washington y Pekín. Luego de semanas de especulaciones, funcionarios de ambos países confirmaron avances hacia un preacuerdo que suspendería temporalmente las restricciones comerciales y retomaría las compras chinas de soja estadounidense. Se estima que el gesto incluiría hasta 10 millones de toneladas de soja, lo que daría respiro a los precios en Chicago.
“China necesita reaprovisionarse para los meses de noviembre, diciembre y enero, y este acuerdo le permitiría hacerlo en un contexto de cosecha estadounidense activa y precios más competitivos”, explicó Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.
“Sin embargo -aclaró-, desde febrero en adelante ya tiene buena cobertura desde Sudamérica, por lo que el impulso alcista podría ser transitorio”.
La posible tregua llega cuando la cosecha estadounidense ingresa al mercado. En soja, los farmers vienen reteniendo grano, lo que atenúa la presión bajista, mientras que en maíz se especula con rindes más bajos y una demanda sólida. Al mismo tiempo, Brasil avanza rápido con la siembra de soja y el clima acompaña, lo que alimenta las proyecciones de una nueva “super safra” de entre 178 y 180 millones de toneladas, frente a las 171 del ciclo anterior.
“Si Brasil logra esa producción, la soja sudamericana volverá al mercado temprano, y China retomará sus compras en la región rápidamente”, señaló Romano.
Aceites y energías renovables
Pensando a más largo plazo, los aceites vegetales podrían tener impulso adicional por el paso de B40 a B50 en Indonesia y por el uso mandatorio de combustible de aviación sustentable. No obstante, Romano advirtió sobre los riesgos de productividad ante el control estatal de plantaciones que podría afectar la oferta.
Trigo y maíz: señales locales
En trigo, el Consejo Internacional de Granos elevó las estimaciones de producción por mayores volúmenes en EE.UU., Rusia y Argentina. Las perspectivas australianas también son abundantes, lo que mantiene los precios internacionales en baja. “En ese escenario, los precios argentinos están especialmente bajos, pero eso permitió que el país vuelva a participar en licitaciones internacionales, como la reciente de Argelia”, indicó Romano.
A nivel local y con rindes récord, el inicio de la cosecha en el norte permitió que los molinos se reaprovisionaran, y la exportación también comenzó a mostrar movimiento. Sin embargo, la logística podría complicarse en noviembre y diciembre por la superposición con embarques de soja.
En maíz, la siembra avanzó con fuerza, y se espera una producción de 57 millones de toneladas, con mayor proporción de maíz temprano. “El desafío será manejar los stocks, que podrían aumentar notablemente si el consumo interno no crece al ritmo de la producción”, advirtió el investigador.
Soja: precios altos y dudas sobre derechos de exportación
Para la nueva campaña, la soja se negocia en torno a 310 dólares, un nivel elevado considerando que en cosecha podría convalidarse un valor menor. “El mercado parece descontar derechos de exportación más cercanos al 17% que al 25,6%. Esa diferencia refleja la incertidumbre sobre la política fiscal del próximo año”, explicó Romano.
En síntesis, la tregua comercial entre EE.UU. y China podría dar aire a los precios internacionales, pero su efecto en los valores locales sería moderado.
“La suba en Chicago podría compensarse con una baja en las primas sudamericanas, dejando los precios internos prácticamente sin cambios”, concluyó Romano.
“Más allá del corto plazo, lo que este episodio confirma es que ambos países buscan reducir su dependencia mutua: China seguirá priorizando el abastecimiento desde Sudamérica, y EE.UU. apuntará a fortalecer la demanda local de biocombustibles. Ese cambio estructural marcará el futuro del mercado de soja”.
Rosario, martes 21 octubre (PR/25) — En Argentina, los precios de la soja y el trigo muestran tensiones entre la necesidad de venta y la expectativa de los productores, mientras el maíz enfrenta dificultades logísticas.
A nivel internacional, la falta de datos oficiales en EE.UU. y la cautela de China delinean un mercado en transición que podría haber dejado atrás su peor momento.
Mientras el sector agroindustrial argentino atraviesa semanas decisivas, los mercados internacionales dan señales mixtas de recuperación. Según Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, el escenario local combina “una cosecha que se acerca con fuerza, precios sostenidos por factores puntuales y una actitud expectante por parte de los productores”.
En el plano local, la soja disponible mantiene un plus en los precios tras la eliminación temporal de los derechos de exportación. Sin embargo, los valores ya comenzaron a moderarse.
“La originación está más difícil y eso sostiene los precios de la nueva cosecha, que llegaron a superar los 310 dólares por tonelada”, explica Romano.
“Ese nivel implicaría una baja significativa de las retenciones, pero alcanzar esos valores parece poco probable. Los productores, que esperaban recortes fuertes, podrían retacear ventas si eso no se confirma”, añade.
En maíz, la siembra alcanzó el 30% del área, aunque con complicaciones por exceso de humedad en el norte bonaerense. Las ventas se mantienen muy por debajo del promedio histórico -50% con precio frente al 63% habitual-, y una gran parte del grano continúa almacenada.
“Hay zonas con exceso de maíz y dificultades logísticas, sobre todo en los puertos del sur bonaerense. Con los costos de flete actuales, mover ese grano hacia el norte tampoco es competitivo”, detalla el especialista.
El trigo, por su parte, comienza a ingresar con fuerza desde el norte, con rindes muy superiores a los 20 quintales por hectárea. Pese a ello, las ventas con precio apenas alcanzan el 9%, frente a un promedio histórico del 22%.
“Es probable que, como el año pasado, veamos una baja puntual por la presión de cosecha y necesidades financieras. Pero el productor llega más líquido, lo que podría amortiguar esa caída y permitir un rebote posterior”, sostiene Romano.
En el contexto internacional, el mercado estadounidense atraviesa semanas de incertidumbre por el shutdown de la administración pública, que interrumpió la publicación de los reportes del USDA. No obstante, fuentes privadas estiman que la cosecha de maíz ya supera el 50% y que la producción de etanol se mantiene muy activa.
“La baja de precios en maíz logró reactivar la demanda, tanto para exportación como para el sector energético”, señala Romano y agrega: “En soja, la molienda interna está en niveles récord y los productores norteamericanos están reteniendo grano, lo que muestra que el mercado podría haber pasado su peor momento”.
En cuanto a China, el gigante asiático sigue sin realizar compras significativas de soja estadounidense, dado que puede abastecerse desde Sudamérica. “Brasil mantiene embarques muy activos, y con lo ya adquirido, China podría completar su ciclo incluso utilizando parte de sus reservas estratégicas”, indica Romano.
La situación se complejiza con los vaivenes políticos: los recientes comentarios de Donald Trump reavivaron las expectativas de un nuevo acuerdo comercial, aunque sin definiciones claras. En tanto, Indonesia sorprendió al anunciar que elevará su mezcla de biodiésel a B50 y exigirá combustible de aviación sustentable para 2026, lo que podría dinamizar la demanda global de aceites vegetales.
“La transición hacia biocombustibles y energías más limpias empieza a marcar la agenda de los grandes consumidores. Es un cambio estructural que, más allá de la coyuntura, puede beneficiar a los países productores de soja”, concluye Romano.
Buenos Aires, lunes 20 octubre (PR/25) — Estos son los principales conceptos del análisis de Luciana Geuna:
-En la medianoche del martes en Washington D. C., caía una llovizna intensa que impidió al personal de ceremonial del Departamento de Estado desplegar la alfombra roja que tenían prevista para esperar a Javier Milei y a su comitiva.
-Cuando se abrió la puerta del avión, el Presidente se perdió la posibilidad de caminar sobre esa red carpet utilizada sólo para los mandatarios a los que se trata con honor, pero vio una imagen que le hizo prever que lo que empezaba sería a la medida de sus sueños: el máximo nivel de protocolo del Gobierno de Estados Unidos desplegado para darle la bienvenida aun bajo la lluvia, con funcionarios de alto rango y las banderas de los dos países posicionadas sobre la pista.
-Era el principio de una agenda que imaginaba perfecta: alojarse en la distinguida Blair House, frente a la Casa Blanca, un complejo de tres propiedades unidas en su interior con diseño y arquitectura de origen británico y una suite presidencial que se usa sólo para recibir a quiénes tienen un trato de jerarquía y amistad con el presidente norteamericano.
-Es una residencia memorable que, tal como dijo Milei en una entrevista por tele, alojó en su habitación principal nada menos que a Winston Churchill, a Charles De Gaulle y a Emmanuel Macron hace muy poco tiempo.
-Sólo Mauricio Macri durmió ahí en una visita oficial. A Alberto Fernández lo mandaron a un hotel cuando tuvo una bilateral con Joe Biden. Milei, Karina, Patricia Bullrich, Luis Caputo y Gerardo Werthein se fueron a dormir a las confortables habitaciones creyendo que la reunión prevista con Donald Trump sería un hito memorable que domaría a los mercados y aportaría la paz que faltaba para el tramo final de la campaña.
-Pero se produjo desde la mañana siguiente un desacople histórico entre lo que vivieron el Presidente y los ministros y lo que sucedía en Buenos Aires. Un desajuste profundo que, a pesar de los esfuerzos por recuperar la centralidad, persigue cada paso del Gobierno aun cuando faltan días para las elecciones nacionales.
-En esas 24 horas en Washington, se vieron demasiadas cosas: la desconfianza persistente de los mercados, a pesar de que el apoyo de Estados Unidos tiene una dimensión nunca antes imaginada (y que tendrá más anuncios contundentes la próxima semana), sumado al desorden en el centro del poder: “Lo voy a matar”, se escuchó decir al ministro de Economía, Luis Caputo, en DC cuando alguien le avisó sobre las declaraciones de Federico Sturzenegger sobre cambios en la banda de flotación del dólar. Es apenas una de las contiendas relevantes en el núcleo chico presidencial.
-Santiago Caputo viajó en paralelo a EE.UU. en una misteriosa agenda blue que no tuvo contacto con la comitiva oficial, pero sí injerencia en temas trascendentales, una condición que en la Rosada fastidió al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, con quien viene teniendo una relación prácticamente rota. “¿Compartieron alguna actividad oficial?, le preguntó Francos a Werthein para saber si el asesor presidencial se había integrado en algún momento a la comitiva. El canciller respondió que jamás se vieron. Es una afirmación engañosa. El estratega estuvo en contacto telefónico con Milei y su hermana a cada momento.
-El triángulo de hierro está conversando profundamente sobre los cambios que se vienen y desde el 7 de septiembre, cuando perdieron por 14 puntos las elecciones bonaerenses, se sabe que el rol de asesor contratado de Caputo dejará de ser tal. Cuando volvió al país el jueves por la mañana, ya se sabía empoderado. Anoche, en la entrevista televisiva, el Presidente avaló su reposicionamiento: “¿Santiago Caputo puede tener una función central en el Gabinete?”, lo consultó el periodista. “Absolutamente”, dijo en una respuesta que debe haber indigestado a Francos que siente que si cambian las reglas, definirá si sigue en el poder.
-El jefe de Gabinete quedó ofendido por la difusión de la visita del consultor americano Barry Bennett, un hombre de excelentes vínculos con el trumpismo que está funcionando como una especie de embajador blue. O por lo menos así lo muestra un sector del Gobierno. La semana pasada, mientras el ministro de Economía negociaba en Washington, Bennett -acompañado por Santiago Caputo- se reunió con Rodrigo de Loredo, Miguel Ángel Pichetto y Cristián Ritondo, bajando el mensaje de lo trascendente que es, para los acuerdos con Estados Unidos, que se genere un marco de cooperación para las reformas profundas con opositores aliados.
-Es una agenda donde el diálogo con gobernadores que supieron ser aliados es fundamental. Sucedió la semana pasada, en paralelo a la vista del consultor americano, una reunión de Caputo y Manu Vidal, una de sus manos derechas, con varios gobernadores en una reunión que todos niegan, pero existió transmitiendo el mensaje de lo que viene. Es un plan que incluyó ofrecerles un espacio de poder en la gestión poselectoral y hasta una invitación a un viaje a Estados Unidos mostrando cooperación y gobernabilidad.
-La reconstrucción de alianzas con los mandatarios provinciales es una tarea que ya fue difundida de todas las formas posibles como prioridad poselecciones y que, en la lógica de la estructura actual, sería una responsabilidad del ministro del Interior, Lisandro Catalan, y de Francos, dos funcionarios que se enteraron por los diarios de la visita de Bennett.
-“Es un asesor que no existe”, aseguró el jefe de Gabinete entre los suyos esta semana después de hacer algunos llamados a EE.UU.. Su desconfianza es parte de un conflicto más profundo en la previa de una nueva etapa que incluirá la reestructuración del Gabinete. En ese contexto, hay convivencias que parecen irreconciliables, aunque todavía es prematuro adelantar una definición. Por ejemplo: los encuentros de Milei con Mauricio Macri fueron una gestión personalizada y por recomendación de Francos. El titular del PRO se mensajeó esta semana con el jefe de Gabinete preguntando si había novedades sobre el rumbo a partir del 27 de octubre. Esa desconfianza se nota en sus últimos movimientos: su mano derecha y candidato a diputado nacional en la alianza libertaria, Fernando De Andreis, aparece con carteles amarillos -no violetas- en la campaña callejera en Ciudad de Buenos Aires. ¿Lo dejarán aportar cuadros técnicos y opinión sobre el rumbo? Otra variable incierta: si es por Francos, sin duda. Si es por Caputo, jamás hubiera juntado nuevamente en Olivos a Macri con Milei. El asesor igual le concedió el jueves un gesto al expresidente cuando tuiteó su apoyo y sus consejos para lo que viene en la gestión y él le contestó rápidamente con su cuenta oficial.
Son todas gestualidades que muestran la reconversión de uno de los hombres más relevantes del armado oficial desde una operación detrás de la escena pública a otra completamente expuesta.
-Los cambios que con seguridad sucederán son fácticos. Hay tres puestos que quedarán vacantes desde el 10 de diciembre: los de Patricia Bullrich, Luis Petri y Manuel Adorni. A pesar del desencanto del vocero, irá a la Legislatura. Él tiene la expectativa de volver rápido después de asumir, pero es un tema no resuelto: han sido meses donde se construyeron rencores. ¿Si se empodera Caputo le facilitará la vida al portavoz? Dicen que hubo picardías que enojaron al estratega protegido de Karina. A pesar de los ataques del Gordo Dan al canciller Werthein de esta semana, la continuidad del ministro de Relaciones Exteriores parece garantizada. La fusión de Justicia y Seguridad, la salida de Cúneo Libarona y el ingreso de Guillermo Montenegro en Defensa parece una opción posible.
-El Gobierno trabaja sobre el concepto de que todo el daño que se autoinfringieron en los últimos meses, con el escándalo de los audios de Diego Spagnuolo primero y el vínculo de Espert con un acusado de narcotráfico después, ya no tiene reparación en el electorado al que le dejó una marca. Hay que ver qué pasa con la revelación de Nicolas Wiñazki que mostró el expediente norteamericano donde constaría que la primera candidata a senadora nacional y actual diputada libertaria, Lorena Villaverde habría sido detenida y juzgada en Miami por un hecho vinculado a la compra de drogas.
-Con todo, hay una decisión de dar volumen y planificación hacia adelante al discurso presidencial del domingo electoral. “El mensaje de la noche de la elección es el mismo independientemente del resultado”, dice un integrante del gabinete que trabaja en la redacción. “La señal de que hay que hacer cambios sí o sí, un golpe de timón”, detalla. Es intrigante cómo resolverá el Presidente todas estas cuestiones, que son en su totalidad complejas y de enormes consecuencias.
-Después del 7 de septiembre, con el desastre en PBA, Milei estiró sus definiciones políticas hasta que llegaran las elecciones nacionales. El 26, como siempre sucede, los argentinos irán a votar y revelarán su estado emocional y de necesidades, muchas veces alejado de lo que transmiten los sondeos previos. La composición oficial imagina un mapa donde el violeta ocupe pocas provincias pero el resultado total no muestre a ningún ganador ya que el peronismo va dividido en tantas provincias que no podría capitalizar la colorimetría.
Milei finalizará su campaña en Rosario porque en Córdoba, donde la abrió y triunfó por escándalo en el 2023, se saben perdidos. Le tienen fe a la provincia de Santa Fe y ahí buscarán reconstruir un mensaje de épica y futuro. ¿Lo lograrán?
Buenos Aires, jueves 9 octubre (PR/25) –La caja de dinero que el campo viene significando en los últimos años para la economía argentina, en todos los gobiernos… volvió a funcionar una vez más, con un aporte extraordinario de US$7100 millones que se garantizaron en pocas horas, aunque la operatoria comercial para efectivizar los granos en dólares está llevando varios días más.
Tras dos semanas de cubierto el cupo con retenciones cero, la dinámica de precios se sostuvo con cotizaciones en sintonía general con la rebaja fiscal y esos números disiparon las tensiones iniciales hacia el interior de la cadena agroindustrial.
Es cierto que muchos productores se perdieron estas “vacaciones impositivas” (como dijo el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, insinuando que en Estados Unidos le tienen miedo a la competitividad de los productores argentinos y prefieren que sigan las retenciones), pero los que tenían granos guardados pudieron aprovechar relativamente bien lo que debería ser el escenario normal: que la producción agrícola no tenga más impuestos que otros sectores de la economía.
Así lo siguen reclamando productores e agroindustriales de todo el país.
La historia sigue. De la mano del buen escenario climático general, sin dejar de tener en cuenta los perjuicios puntuales de las abundantes lluvias, ya está en marcha una cosecha que entre la campaña de invierno –muy encaminada- y la gruesa que se recolectará en otoño superaría los 140 millones de toneladas sumando los principales granos.
Reflejado en la economía, ese valor en físico es incierto, en monto y momento. Se podrían pactar operaciones a futuro, pero hasta que los granos no pesan en las tolvas se trata de “monedas en el aire”.
Y un gran interrogante de los mercados, el Gobierno y “el mundo” que mira a la Argentina (Trump, FMI, etcétera) es cuántas divisas del campo entraran en los próximos meses después de este reciente romper el chanchito de los ahorros.
Los cálculos no son alentadores. Porque diversas consultoras económicas estiman que el Gobierno (el Tesoro) ya vendió más del 60% de los dólares que aportó el campo, para contener el tipo de cambio, y no va a haber el poder de fuego que ya se utilizó.
De la liquidación voluminosa de septiembre se pasaría a un ingreso de divisas en octubre (y en los siguientes meses) de la mitad de los niveles promedio habituales en el último trimestre del año.
Entonces, la duda inquietante es cuánto será el aporte del campo, en números absolutos y en términos relativos, y si podrá seguir tomándose como salvavidas de las “necesidades” de la economía argentina en los próximos meses.
La combinación de la presión de cosecha en Estados Unidos, las tensiones comerciales con China y los recientes cambios en las retenciones locales generan un escenario complejo para el agro argentino.
Rosario, Santa Fe, lunes 6 de octubre (PR/25) — En este contexto, Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, analiza la situación internacional y el impacto sobre la soja, el maíz y el trigo.
– En el plano internacional, dos factores dominan la escena: la llegada de la presión de cosecha en Estados Unidos (con cerca del 20% del maíz y la soja ya recolectados) y la falta de acuerdo comercial entre ese país y China, que limita el ritmo de exportaciones. A esto se suma la reciente parálisis del gobierno estadounidense por la falta de aprobación del presupuesto. “El cierre de actividades en Estados Unidos preocupa al mercado, pero sobre todo porque nos deja sin los reportes del USDA, fundamentales para monitorear el avance de cosecha y los ajustes en producción”, explica Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.
Hasta hace unas semanas, tanto China como Estados Unidos estaban urgidos por alcanzar un entendimiento: el primero, para cubrir sus necesidades de fin de año; el segundo, para colocar una cosecha abundante. Sin embargo, la eliminación temporal de los derechos de exportación en Argentina cambió el tablero.
“La fuerte oferta argentina permitió que China comprara unos 40 barcos adicionales de soja, reduciendo su urgencia inmediata”, señala Romano. “Con Brasil iniciando la siembra más rápido de lo esperado, es posible que logre empalmar la ventana de baja oferta sudamericana con sus propios stocks, dejando a Estados Unidos con el problema de colocar su saldo exportable y presionando los precios FOB”.
Los productores norteamericanos se muestran molestos por la caída de precios, mientras el gobierno intenta compensar con subsidios financiados por los ingresos arancelarios derivados de la guerra comercial.
En cuanto al futuro inmediato, el especialista recomienda seguir de cerca los reportes de rinde en Estados Unidos y las perspectivas de siembra sudamericanas: “Brasil podría alcanzar entre 175 y 180 millones de toneladas, y en Argentina la producción de soja bajaría levemente por una mayor superficie destinada al maíz”, anticipa.
A nivel local, los exportadores declararon embarques de soja por un total de 40 millones de toneladas, aunque las compras a precio rondan los 30 millones y las operaciones a fijar, las 35 millones. “Calculan que necesitan originar unas 3 o 4 millones de toneladas más para cumplir con los compromisos de molienda y embarque, algo que al ritmo actual podrían lograr en una semana”, detalla Romano.
El otro desafío está en la administración de los dólares generados por esas operaciones. “Podemos estimar que se liquidó cerca del 35% del total, mientras el resto se transformó en colocaciones dolarizadas locales, lo que llevó las tasas de interés a niveles bajos o incluso negativos. Lo más sano sería destinar esos fondos a la compra de granos o al financiamiento de insumos”, plantea.
En materia de precios, el mercado se mueve entre la capacidad de pago con retenciones 0% y la vigente. “El rango razonable oscila entre 300 y 370 dólares por tonelada; entre esos valores actuará la oferta y la demanda”, resume el investigador.
El maíz argentino, por su parte, avanza con fuerza: la siembra cubre ya el 20% del área proyectada, siete puntos por encima del año pasado, aunque en zonas de Buenos Aires las lluvias excesivas demoran la implantación. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires proyecta una cosecha de 58 millones de toneladas, nueve más que el ciclo previo. Sin embargo, el ritmo de comercialización se mantiene rezagado: “Durante el período de retenciones cero apenas se vendieron 750.000 toneladas, y el total a precio llega al 50%, frente al 58% promedio para esta época del año”, indica Romano.
El trigo, en cambio, muestra una campaña muy favorable en términos productivos. Con 93% del cultivo en condición buena o excelente y una humedad adecuada en el 85% del área, se espera una producción de 22 millones de toneladas.
“Ya comenzó la cosecha en el NOA, con rindes iniciales cercanos a 10 quintales por hectárea”, detalla el analista. No obstante, advierte que la comercialización sigue muy por detrás de los promedios históricos: “Solo el 7% de la producción está vendida a precio, cuando lo normal sería el 18%. Si sumamos los negocios a fijar, alcanzamos un 17%, similar al año pasado, pero aún por debajo del 27% habitual. Esto anticipa una presión de cosecha importante”, concluye.
La necesidad de los compradores de desprenderse de pesos podría moderar el impacto en los precios, pero el escenario sigue siendo de alta volatilidad. Para Romano, el complejo agroexportador argentino transita un momento de reacomodamiento financiero y logístico, condicionado por la coyuntura internacional y las medidas locales.