El 16 de octubre se llevó a a cabo un “Argentine Beef Day” en París con importadores, distribuidores y referentes del sector HORECA.
Buenos Aires, miércoles 22 octubre (PR/25) — El Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) y la Embajada Argentina en Francia organizaron el pasado 16 de octubre un “Argentine Beef Day” en la capital francesa, un evento que convocó a importadores, distribuidores y referentes del sector de la restauración, la hotelería y el supermercadismo.
En ese contexto, el presidente del IPCVA, Georges Breitschmitt, agradeció al embajador por haber puesto a disposición la embajada, y realizó una presentación a los invitados en la que destacó que la producción de carne argentina se realiza de manera sustentable, sin utilización de anabólicos, y bajo un sistema totalmente natural.
Breitschmitt comentó asimismo que la Argentina ya está preparada para enviar carne libre de deforestación, mediante el sistema Visec Carne, en cumplimiento del reglamento 1115 de la Unión Europea.
En este sentido, aseguró que distintos estudios científicos realizados por el IPCVA demuestran que el 87% del territorio nacional es libre de deforestación y que en nuestro país los índices de emisión de dióxido de carbono y de utilización de agua para ganadería son más bajos que los de otros países productores.
Por su parte, el embajador argentino en Francia, Eian Sielecki, brindó unas palabras de bienvenida a los invitados y destacó la importancia y el reconocimiento internacional que posee la carne vacuna argentina.
La estrella de la noche, obviamente, fue la carne argentina, y los invitados pudieron degustar de una selección de los mejores cortes a la parrilla.
Más de 400 productores se acercaron al Establecimiento La Lucrecia en San Salvador
Bajo el lema “Nuevas tecnologías para la ganadería mesopotámica”, el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) realizó una nueva Jornada a Campo en el Establecimiento La Lucrecia de San Salvador, Provincia de Entre Ríos.
La Carne Argentina fue el combustible de la carrera Saucony Baires 15K
El asado y el running celebraron el Día de la Madre en Buenos Aires.
Por segundo año consecutivo, Carne Argentina fue el combustible oficial de una de las carreras de calle más importantes de la ciudad de Buenos Aires. El domingo 19 de octubre se llevó a cabo la segunda edición de Saucony Baires, una carrera de 5 y 15 kilómetros por las calles de la Ciudad de Buenos Aires, partiendo y llegando a los bosques de Palermo.
La jornada se desarrolló en La Lucrecia, un establecimiento que comenzó con la avicultura y hoy es referente en innovación en ganadería bovina.
Con un activa presencia de productores, técnicos y estudiantes de escuelas agrotécnicas se concretó una nueva jornada ganadera a campo, organizada por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), con la colaboración del INTA , en el establecimiento agropecuario La Lucrecia, ubicado en el acceso a Jubileo, una localidad entrerriana cercana a San Salvador.
Paula Rabinovich y Damián Lencina dieron un giro a sus vidas cuando, en la chacra donde se mudaron para finalizar sus carreras, conocieron los beneficios de la ganadería regenerativa que hoy promueven priorizando el descanso de los suelos y la biodiversidad.
Buenos Aires, martes 21 octubre (PR/25) — Hace once años Paula Rabinovich y Damián Lencina decidieron mudarse de la ciudad de Buenos Aires e instalarse en Lobos con el objetivo de estudiar sin distracciones y así poder rendir sus últimos finales para recibirse de biólogos. Pero el destino les tenía preparado otro camino: “Mi papá cuando estudió medicina, se vino al campo para dar los últimos finales y quisimos hacer lo mismo. Pero dejar dos biólogos en el medio del campo es como dejar a un nene solo en el medio de una juguetería. Nos distrajimos bastante con la naturaleza”, cuenta Damián.
El lugar elegido fue una chacra de 25 hectáreas que perteneció a los abuelos de Damián y a la que iba todos los fines de semana durante su niñez.
Sin embargo, reconoce que ni él ni su mujer Paula tenían conocimientos sobre el campo cuando decidieron mudarse. “Fuimos aprendiendo todo sobre la marcha, primero con una huerta, después algunas gallinas. Empezamos con el auto sustento para producir nuestros propios alimentos, fuimos sumando los pollos pastoriles y empezamos a ver cómo el ecosistema interactuaba diferente con estos animales en un pastoreo”. Así, pronto llegó el descubrimiento que les cambiaría la vida: la ganadería regenerativa.
El poder de la diversidad y el descanso
Cuando llegaron, “el campo era muy poco diverso, con mucha gramilla y cardo y pocas especies”, recuerda Paula. A pesar de que la sugerencia de un ingeniero agrónomo fue romper el suelo con maíz para dejar todo limpio y comenzar de nuevo, esa idea les “sonó como tirar una bomba atómica” y decidieron comenzar a manejar el pastoreo a su manera. Hicieron cursos, fueron a congresos, estudiaron sobre pastoreo racional y permacultura, entre otras tantas cosas que les permitieran hallar otra forma de producir alimentos. “Lo que veíamos es que la mayoría de los productores hablaban de pasturas polifiticas y de diversificar los pastizales pero con un solo animal. Nosotros nos preguntamos qué sucedería si a esas pasturas polifíticas le agregábamos poliherbivoría, es decir distintos animales que coman las pasturas y con sus deyecciones incorporen su microbiotia al suelo”, explica Damián.
Poco a poco fueron aumentando el plantel de vacas, cerdos y pollos que crían en armonía con el ecosistema, priorizando el libre pastoreo con intervenciones guiadas para garantizar el tiempo de descanso del suelo.
“Con los cerdos se hacen parcelas de una semana, las vacas van rotando con una velocidad mayor”, explican y agregan: “Tener pollos y cerdos a campo hace que fertilicemos los suelos de manera natural y nos da mucho más kilos de forraje. Por donde pasan los pollos, el forraje vuelve más rápido y vigoroso, en mayor cantidad y volumen. Esto hace que al ingresar pollos, gallinas y chanchos podemos tener mayor carga de bovinos. A su vez, el guano de gallina hace que el abono se vaya descomponiendo en el tiempo en el que la planta lo pueda ir absorbiendo”.
Los resultados del trabajo de todos estos años están a la vista: “Empezamos a ver la vuelta de especies de flora y fauna, también el registro de aves observadas va en aumento desde que llegamos. Cuanto mejor es la salud del suelo, mejor está todo. Se logran suelos con más materia orgánica y más resilientes en situaciones de sequía, por ejemplo. Actualmente tenemos un pastizal enorme y muy sano por todas las intervenciones guiadas que hacemos”. Si bien reconocen que cuesta el cambio de paradigma, afirman que “está en el conocimiento y el saber darse cuenta que los descansos son necesarios para que el suelo se vuelva más diverso”.
Del auto sustento a la comercialización
Cuando llegaron desde la ciudad, Paula y Damián estaban, como muchas personas, en “crisis con el sistema alimentario, sintiendo que lo que estaba llegando a nuestro plato era un montón de ultraprocesados, productos industrializados con palabras en sus etiquetas que no se entendían”. Comenzaron a producir sus propios alimentos pero se dieron cuenta que no eran los únicos que valoraban el sabor de lo natural. “Nuestras familias o vecinos probaban los quesos, los dulces o el pollo pastoril y nos empezaron a pedir. nos decían que eran sabores que los transportaban a su niñez”. Con este impulso comenzaron, hace cinco años, a comercializar sus productos que hoy venden con servicio de entrega a domicilio o “de la granja a la mesa” como les gusta decir, en CABA, zona norte del Gran Buenos Aires y, por supuesto, en Lobos. Incluso tienen demandas de algunos restaurantes.
Para la producción de pollo usan la misma raza comercial que la industria, sin embargo aseguran que “el hecho de que estén al sol, coman pasto y tengan a disposición los bichitos, cambia las propiedades organolépticas del producto”. Por ello valoran el “pensar qué es lo que comen esos animales para repensar que somos lo que comemos”.
En su instagram @granjaelguajiro se puede acceder a la tienda online donde comercializan pollo entero fresco y trozado, y cerdo trozado, así como otros productos de productores de la zona (carne de vaca, huevos de gallinas libres de pastoreo, lácteos, dulces). “Lo lindo es ver que se pueden producir alimentos sanos, en comunidad para la comunidad y para las familias y vivir en armonía con el ambiente, potenciando los ecosistemas”, afirma Paula.
La pareja se encarga de todos los pasos en la producción, incluso aprendieron a faenar. “Queremos promover un sistema de cría de animales con gente habitando el campo, que se pueda tener una ganancia con la producción animal mejorando el suelo”, dicen.
En sus inicios, trabajaron con un sistema de voluntariado del que participaron personas de distintas partes del mundo, con los que fueron aprendiendo maneras diferentes de hacer las cosas. Actualmente, cuentan con un veterinario y dan trabajo a unas 6 familias aproximadamente.
Con mucho por hacer todavía, cuentan que uno de sus pendientes es “poner un poco más de ciencia y laboratorio en el campo. Nos encantaría poder armar un laboratorio acá para poder hacer registros y cuantificar los resultados de la ganadería regenerativa”. Ambos coinciden en que “nunca dejan de ser biólogos, es parte de nuestra profesión y una manera de ver el mundo, siempre aplicamos lo que aprendimos en la carrera, trabajando con el ecosistema, con las especies, haciendo intervenciones guiadas. Simplemente este cambio es una nueva línea. La profesión te cambia la manera de mirar y transitar el mundo, con muchas ganas de hacer más todo el tiempo”.
Por su dificultad para cazar, buscaba alimento en corrales y viviendas rurales, por lo que fue capturada y relocalizada junto a sus cachorros.
Foto: Agencia Noticias Argentinas / Gobierno de Misiones
Buenos Aires, martes 21 octubre (PR/25) — El Gobierno de Misiones informó que concretó la captura y relocalización de una yaguareté (panthera onca) y sus dos cachorros, que fueron trasladados a un Área Natural Protegida de la provincia.
Se trata de “Pará”, un ejemplar de unos siete años que había sido visto desde febrero en zonas cercanas al asentamiento conocido como “2.000 Hectáreas”, lindero al Parque Nacional Iguazú. Su presencia en el área urbana se debía a la dificultad para cazar por la pérdida de un ojo, situación que la llevó a buscar alimento en corrales y viviendas rurales.
El operativo se pudo concretar luego de nueve días de trabajo conjunto entre el Ministerio de Ecología, el Instituto Misionero de Biodiversidad (IMiBio), la Dirección de Defensa del Medio Ambiente y Delitos Rurales, el Ejército Argentino, Aeronáutica de Misiones, la Administración de Parques Nacionales, Aves Argentinas, la Fundación Vida Silvestre, la Fundación Azara – Güira Oga y el Proyecto Yaguareté.
Monitoreo satelital
Con la colocación de un collar de rastreo satelital se logró seguir sus desplazamientos y advertir cuando se acercaba a zonas pobladas.
En paralelo, se realizaron encuentros informativos con vecinos para explicar el valor ecológico del yaguareté en la Selva Paranaense y su condición de Monumento Natural Nacional y Provincial, que prohíbe su caza o captura no autorizada.
El procedimiento consistió en la instalación de jaulas trampa y lazos en los senderos más transitados, con monitoreo constante a través de transmisores y presencia rotativa de equipos técnicos.
La especie
En nuestro país, el yaguareté se considera que está en peligro crítico, ya que enfrenta un riesgo extremadamente alto de extinción en estado silvestre en un futuro inmediato, siendo las principales causas de ello la destrucción y degradación de ambientes, la caza furtiva y la escasez de presas naturales.
Yiyi Martínez Pita es una apasionada amateur por la decoración y muestra el “paso a paso” de la refacción de una estancia en General Alvarado, donde vive con su marido y sus 4 hijos desde hace casi dos años.
Buenos Aires, lunes 20 octubre (PR/25) — Se mudó a una casa de campo que estuvo 25 años abandonada y sus reels con el “antes y después” de cada ambiente son furor en redes
La aventura de Yiyi Martínez Pita y su familia comenzó en diciembre de 2023, cuando dejaron atrás su prolija casa de 80 metros cuadrados en un barrio de Benavidez, partido de Tigre, para mudarse a una casa de campo en General Alvarado que había permanecido cerrada durante 25 años.
“Fue un desafío monumental. Se caían las paredes, había telarañas, nidos de abejas en las ventanas y muchísima humedad por el encierro”, cuenta Yiyi.
Lejos de desanimarse, vio el potencial y se propuso una meta: devolverle la vida a ese lugar, pero a su propio ritmo y, sobre todo, haciéndolo ellos mismos.
Yiyi y su marido, Fernando Mendonca, ya venía con experiencia. Cuando recibieron su primera casa “llave en mano”, en 2020, se encontraron con un “lienzo en blanco” que despertó en ella una pasión desconocida por la decoración. Fue en ese preciso momento que decidió abrir su cuenta de Instagram @inspirandohogares para documentar el proceso.
Durante los siguientes tres años, sus seguidores fueron testigos de cómo transformaba cada espacio desde cero, compartiendo un estilo accesible y demostrando que no se necesitan grandes lujos para crear un hogar con alma. Esta etapa fue fundamental, ya que sentó las bases de una comunidad que hoy tiene más de 550 mil seguidores (entre Instagram, Tik Tok y YouTube) y la acompaña en su nueva aventura en el campo.
Fiel a la filosofía del “hacelo vos mismo” que los caracteriza, el matrimonio se encargó personalmente de la pintura y la aplicación de revestimientos, entre otras tareas, dejando su huella en cada rincón de la estancia. Arrancaron con historias y reels mostrando el “paso a paso” de cada trabajo, y rápidamente entendieron que lo que más le gustaba a la gente era “el antes y el después” de cada ambiente.
Lo más curioso de todo es que, contrario a lo que cualquiera hubiera hecho, Yiyi optó primero por decorar la estancia antes poner manos a la obra en la refacción. “Yo te colgaba un cuadro, pero atrás tenía la rajadura en la pared. Sabía que nos iba a llevar tiempo y no quería vivir un año y medio con todo feo. Quería vivirla linda igual”, explicó.
Así estaba:
«Al baño de servicio tuvimos que darle mucho amor porque era al ambiente más terrorífico de la casa», admitió Yiyi
Esa manera particular de “vivir la casa” se convirtió en el sello de su cuenta de Instagram, donde sus seguidores fueron testigos de una transformación que valora el proceso tanto como el resultado.
El primer ambiente que atacaron fue el living-comedor, el corazón de la casa y el lugar de reunión familiar. Las paredes, afectadas por el verdín y la humedad del encierro, fueron el principal obstáculo. Aunque todavía siguen trabajando en él, el cambio es notable. “Donde antes había un espacio oscuro y descuidado, hoy hay un ambiente cálido y acogedor que, aunque conserva las marcas del tiempo en sus pisos originales y algunas fisuras, ya respira hogar”, detalló Yiyi.
Al living le arreglaron las paredes, que tenían grietas y musgos por la humedad, y conservaron los pisos rústico. El cambio más representativo es que pintaron de blanco los ladrillos a la vista de la chimenea
Antes de encender la chimenea, le hicieron un “lavado de cara” a la chimenea pintando de blanco los ladrillos a la vista. Luego, sumaron salamandras distribuidas estratégicamente por la casa para combatir el crudo frío del campo.
El cambio más significativo de la habitación de los chicos es que pusieron un revestimiento en la pared ubicada detrás de las cabeceras de las camas y la pintaron de verde
Yiyi y Fernando tienen 4 hijos. Eugenio (9), Romeo (7) y Jaime (5) comparten una habitación espaciosa que meses atrás era inhabitable. Con paciencia, revocaron, lijaron y pintaron, transformando el espacio en un refugio para sus hijos.
“A pesar de que veníamos de una casa nueva e impecable, ellos nunca se quejaron. Al contrario, se entusiasmaban y nos ayudaban”, recordó orgullosa. Sarita (2), la más pequeña, tiene su propio cuarto, que también está en pleno proceso de renovación
Así quedó el cuarto de Sarita, la más pequeña de la familia
Pero quizás la transformación más impactante fue la del “bañito del terror”, como apodaron al baño de servicio. “Los chicos no siquiera se animaban a entrar”, comentó Yiyi. Sin cambiar un solo sanitario, solo con pintura y decoración, lograron un cambio radical.
Al baño de servicio tuvieron que rasquetear las paredes, pasarle enduído y fijador, y luego pintarlas. La bacha, el inodoro y el bidet fueron recuperados por completa gracias a un producto anti sarro, que los dejó como nuevos
La bacha, el inodoro y la bañera originales, cubiertos por una gruesa capa de sarro producto del salitre de la zona, fueron recuperados a mano. “Fueron días de trabajo, de rasquetear nosotros con un ácido, y fue impresionante, quedaron como nuevos”, relató.
El lavadero no está integrado a la casa. Se encuentra a 70 metros de la cocina
El lavadero, ubicado a 70 metros de la casa y a la intemperie, también recibió su cuota de cariño. “Aunque estructuralmente falta mucho, el revoque de las paredas y la decoración inicial ya le cambió la impronta”, admitió Yiyi.
La cocina, por su parte, espera su turno. Si bien es funcional y los muebles de madera maciza están en buen estado, necesita pintura y algunos arreglos. Yiyi decidió dejarla para el final, ya que “se vive bien” así como está.
La cocina la van a dejar para el final. Por ahora, solo sumaron algunos objetos decorativos que le dio «más vida» al ambiente
La restauración de la casa es un verdadero trabajo en equipo. Mientras que ella se volvió experta del enduído, el lijado y la pintura de las paredes y aberturas; él es quien se encarga de las tareas más pesadas, como el revoque y la albañilería, con la ayuda de Guillermo, un albañil de la zona. También construyó muebles, reparó los cercos y se encargó del armado del fogonero.
Fernando se encargó de cada detalle del fogón: desde alisar el suelo hasta armar los muebles y tender las luces
La pareja asegura que este esfuerzo compartido es una lección invaluable para sus hijos: “Ellos ven esa cultura de trabajo, de esfuerzo. Si algún día tenemos que hacer un gallinero, probablemente los chicos también lo hagan. Estamos en un mundo donde todo es inmediato, y para mí esto de hacerlo tranquilos, con paciencia, se valora y después se disfruta diez mil veces más”.
Así quedó el baño principal de la estancia: le dieron varias mano de blanco a los azulejos porque no les gustaba el color que tenían
El exterior es el gran proyecto a futuro. Pintar toda la casa, reparar las grietas y levantar los pisos de la galería son tareas que requerirán un enorme esfuerzo. “Si tengo que contar todo lo que aún falta afuera, yo creo que recién hicimos un 40% de la casa”, ponderó.
Fernando se puso «manos a la obra» y armón el fogón. También hizo el piso con cemento y piedras, construyó los muebles y se encargó de darle iluminación
Una vida de ciudad, el llamado del campo y una pérdida dolorosa
La historia de Yiyi no siempre estuvo ligada al campo. Nacida y criada entre Miramar y Mar del Plata, en 2005 se mudó a Buenos Aires para estudiar veterinaria, carrera que finalmente no terminó. Fue en 2008 cuando conoció a Fernando, preparador físico y amigo de su hermano. Se enamoraron, se casaron y se instalaron en Tigre, en una casa de un plan de viviendas que esperaron siete años para habitar. Pero la idea de mudarse al campo siempre estuvo latente.
Yiyi y Fernando viven en una casa de campo de General Alvarado desde hace 1 año y 9 meses
En ese entonces, Fernando viajaba mucho por trabajo. Era preparador físico de Los Pumas y Jaguares, y eso postergaba la decisión. El punto de inflexión llegó cuando la familia creció y la casa de Tigre, con sólo dos cuartos, empezó a quedar chica para seis personas. A eso se sumó el agobio económico: los costos de los colegios en Zona Norte y una logística diaria cada vez más compleja.
La decisión también fue impulsada por la edad de sus hijos. “Dijimos: ‘Es ahora o nunca’. No queríamos que siguieran pasando los años. Tenían ocho, cinco, tres y siete meses. Si veníamos con chicos adolescentes iba a ser imposible”, reflexionó.
La pareja tiene 4 hijos: Eugenio (9), Romeo (7), Jaime (5) y Sara (2)
Yiyi cuenta que la vida en ese entorno rural les regaló una crianza diferente, más conectada con la naturaleza y lejos de las pantallas. Ver a sus hijos jugar al aire libre, sin celulares, es una de las cosas que más cautiva a sus seguidores. Esta “crianza sana” es el pilar del cambio de vida que buscaron.
En medio de esta nueva etapa, la familia sufrió una pérdida muy dolorosa: la muerte de Nicolino, su perro labrador de 10 años. “Fue mi primer hijo. A nosotros nos costó tres años y medio tener nuestro primer bebé, y mi marido me lo regaló justo cuando quedé embarazada. Fue el iniciador de la familia”, contó Yiyi con emoción.
La muerte de su labrador Nicolino fue uno de los momentos más dolorosos que atravesaron tras la mudanza al campo
El fallecimiento de la mascota ocurrió de forma repentina mientras ella estaba de viaje celebrando su cumpleaños número 40 junto a unas amigas en Río de Janeiro. Fernando se quedó solo con los cuatro chicos y tuvo que hacer frente a la situación. “No me preguntés por qué, pero supe que no la pasaba. Sufrí tanto que me parece que hasta preservó eso, que no me vean los chicos cómo estuve, porque fue feo”, confesó.
Para Yiyi, no fue casualidad que ella no estuviera presente: “Ellos eligen en qué momento, y para mí él eligió el mejor momento para que yo no sufriera tanto esa pérdida”.
El matrimonio asegura que pudieron concretaron su sueño porque los chicos aún son pequeños. «En su adolescencia hubiese sido imposible», admiten
Hoy, mientras las paredes de su cuarto finalmente están siendo pintadas después de un año y nueve meses, Yiyi Martínez Pita mira hacia atrás sin arrepentirse. Aunque extraña la perfección de su casa de Tigre, la balanza sigue siendo positiva. La calidad de vida, el contacto con la naturaleza y las lecciones que les están dando a sus hijos superan con creces el esfuerzo físico y emocional.
Su historia es un testimonio de que, a veces, para construir el hogar de tus sueños, primero hay que animarse a habitar el caos.
Se trata del tercer registro a nivel mundial de un varamiento de Orcas tipo D. Especialistas del CONICET-CADIC estudian las causas del hecho.
El equipo de biólogas del CADIC, CONICET realiza tareas de registro de las Orcas varadas al norte de la costa atlántica de Tierra del Fuego. Foto: gentileza Proyecto IMMA.
Tierra del Fuego, lunes 20 octubre (PR/25) — Un equipo de biólogas del CONICET se encuentra estudiando un extraordinario y misterioso evento natural en la costa de Tierra del Fuego: el varamiento masivo de 26 orcas pertenecientes a un ecotipo muy raro y poco conocido, denominado «Tipo D».
El hallazgo se produjo en la bahía San Sebastián, al norte de la isla, y representa el tercer registro de este tipo a nivel mundial y el primero en la costa atlántica fueguina, lo que lo convierte en un suceso de gran relevancia científica.
Las especialistas del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC) y del laboratorio de Investigaciones en Mamíferos Marinos Australes (IMMA) trabajan en la zona desde principios de septiembre, cuando se encontraron los primeros dos ejemplares. Semanas después, guardaparques provinciales notificaron el hallazgo del resto del grupo en un sector de difícil acceso.
Un ecotipo único y un misterio mundial
Las orcas del ecotipo D son fácilmente distinguibles del resto. Tienen una mancha blanca postocular muy pequeña, una cabeza de forma más voluminosa y redondeada, y la «montura» (la mancha gris detrás de la aleta dorsal) es menos notoria. Habitan en la zona subantártica y se mueven en grupos numerosos.
La escasez de registros de varamientos de este tipo subraya la importancia del evento fueguino. El primero ocurrió en 1955 en Nueva Zelanda, con 17 animales, y el segundo fue en el Estrecho de Magallanes, con 9 ejemplares.
La investigación en marcha
El equipo de científicas ha realizado necropsias a los animales, ha tomado muestras de piel para diversos estudios y ha recuperado los esqueletos para continuar la investigación en el laboratorio.
Un dato clave que arrojó la evaluación externa es que ninguno de los 26 ejemplares presentaba signos de interacción con actividades humanas, como cortes por hélices, hematomas por colisiones con barcos o marcas de redes de pesca. Se estima que todo el grupo varó aproximadamente en la misma fecha.
Las especialistas continúan trabajando para recabar toda la información posible y determinar la causa del varamiento, además de aprender más sobre esta población de orcas tan enigmática. Por ello, solicitan la colaboración de la comunidad para mantener intactos los ejemplares en la playa y no interferir con los estudios.
Córdoba, sábado 18 octubre (PR/25) — El exfutbolista y actual productor agropecuario Leo Ponzio compartió su experiencia con productores cordobeses adoptando híbridos NK y plataformas digitales para potenciar la productividad en sus lotes. Convencido de que la innovación es una herramienta clave, los invitó a incorporar tecnología y a encarar cada campaña con la misma estrategia y compromiso que un gran partido.
La firma NK renovó el acuerdo junto a Leo Ponzio para sembrar una vez más con semillas de maíz, girasol y soja del porfolio en su campo de Las Rosas, Santa Fe. Además, allí la semillera llevará adelante algunos ensayos, que podrán apreciarse mediante encuentros con productores durante el verano.
En este contexto, Poncio como embajador de la compañía, participa de algunas presentaciones de la semillera con productores y técnicos en diferentes puntos del país, comentando sobre el uso de las tecnología que viene aplicando y los resultados que se van obteniendo, tanto en campañas pasadas como la evolución de la actual, donde ya ha sembrado diferentes cultivos.
En este marco, TodoAgro entrevistó al ex futbolista en su paso por Río Segundo, en la provincia de Córdoba, donde participó del Workshop de Maíz y Girasol 2025-2026 de la compañía junto a técnicos especialistas que abordaron diferentes temáticas. Allí comentó cómo lleva adelante su actividad agropecuaria y como está planificando sus decisiones de siembra actualmente
“Hoy tenemos un desparramado de cultivos en el campo bastante variado, porque hacemos mucha rotación, que es algo que mamé de viejo, de mi abuelo”, remarca. Mirá la entrevista completa a continuación….
El exfutbolista y actual productor agropecuario Leo Ponzio compartió su experiencia con productores cordobeses adoptando híbridos NK y plataformas digitales para potenciar la productividad en sus lotes. Convencido de que la innovación es una herramienta clave, los invitó a incorporar tecnología y a encarar cada campaña con la misma estrategia y compromiso que un gran partido.
La firma NK renovó el acuerdo junto a Leo Ponzio para sembrar una vez más con semillas de maíz, girasol y soja del porfolio en su campo de Las Rosas, Santa Fe. Además, allí la semillera llevará adelante algunos ensayos, que podrán apreciarse mediante encuentros con productores durante el verano.
En este contexto, Poncio como embajador de la compañía, participa de algunas presentaciones de la semillera con productores y técnicos en diferentes puntos del país, comentando sobre el uso de las tecnología que viene aplicando y los resultados que se van obteniendo, tanto en campañas pasadas como la evolución de la actual, donde ya ha sembrado diferentes cultivos.
En este marco, TodoAgro entrevistó al ex futbolista en su paso por Río Segundo, en la provincia de Córdoba, donde participó del Workshop de Maíz y Girasol 2025-2026 de la compañía junto a técnicos especialistas que abordaron diferentes temáticas. Allí comentó cómo lleva adelante su actividad agropecuaria y como está planificando sus decisiones de siembra actualmente
“Hoy tenemos un desparramado de cultivos en el campo bastante variado, porque hacemos mucha rotación, que es algo que mamé de viejo, de mi abuelo”, remarca. Mirá la entrevista completa a continuación….