Oct 9, 2025 | Economía / Economía del Agro, Opiniones
Por Mauricio Bártoli 
Buenos Aires, jueves 9 octubre (PR/25) –La caja de dinero que el campo viene significando en los últimos años para la economía argentina, en todos los gobiernos… volvió a funcionar una vez más, con un aporte extraordinario de US$7100 millones que se garantizaron en pocas horas, aunque la operatoria comercial para efectivizar los granos en dólares está llevando varios días más.
Tras dos semanas de cubierto el cupo con retenciones cero, la dinámica de precios se sostuvo con cotizaciones en sintonía general con la rebaja fiscal y esos números disiparon las tensiones iniciales hacia el interior de la cadena agroindustrial.
Es cierto que muchos productores se perdieron estas “vacaciones impositivas” (como dijo el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, insinuando que en Estados Unidos le tienen miedo a la competitividad de los productores argentinos y prefieren que sigan las retenciones), pero los que tenían granos guardados pudieron aprovechar relativamente bien lo que debería ser el escenario normal: que la producción agrícola no tenga más impuestos que otros sectores de la economía.
Así lo siguen reclamando productores e agroindustriales de todo el país.
La historia sigue. De la mano del buen escenario climático general, sin dejar de tener en cuenta los perjuicios puntuales de las abundantes lluvias, ya está en marcha una cosecha que entre la campaña de invierno –muy encaminada- y la gruesa que se recolectará en otoño superaría los 140 millones de toneladas sumando los principales granos.
Reflejado en la economía, ese valor en físico es incierto, en monto y momento. Se podrían pactar operaciones a futuro, pero hasta que los granos no pesan en las tolvas se trata de “monedas en el aire”.
Y un gran interrogante de los mercados, el Gobierno y “el mundo” que mira a la Argentina (Trump, FMI, etcétera) es cuántas divisas del campo entraran en los próximos meses después de este reciente romper el chanchito de los ahorros.
Los cálculos no son alentadores. Porque diversas consultoras económicas estiman que el Gobierno (el Tesoro) ya vendió más del 60% de los dólares que aportó el campo, para contener el tipo de cambio, y no va a haber el poder de fuego que ya se utilizó.
De la liquidación voluminosa de septiembre se pasaría a un ingreso de divisas en octubre (y en los siguientes meses) de la mitad de los niveles promedio habituales en el último trimestre del año.
Entonces, la duda inquietante es cuánto será el aporte del campo, en números absolutos y en términos relativos, y si podrá seguir tomándose como salvavidas de las “necesidades” de la economía argentina en los próximos meses.
Primicias Rurales
Fuente: TN Campo
Oct 6, 2025 | Actualidad, Economía / Economía del Agro, Opiniones
La combinación de la presión de cosecha en Estados Unidos, las tensiones comerciales con China y los recientes cambios en las retenciones locales generan un escenario complejo para el agro argentino.
Rosario, Santa Fe, lunes 6 de octubre (PR/25) — En este contexto, Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, analiza la situación internacional y el impacto sobre la soja, el maíz y el trigo.
– En el plano internacional, dos factores dominan la escena: la llegada de la presión de cosecha en Estados Unidos (con cerca del 20% del maíz y la soja ya recolectados) y la falta de acuerdo comercial entre ese país y China, que limita el ritmo de exportaciones. A esto se suma la reciente parálisis del gobierno estadounidense por la falta de aprobación del presupuesto. “El cierre de actividades en Estados Unidos preocupa al mercado, pero sobre todo porque nos deja sin los reportes del USDA, fundamentales para monitorear el avance de cosecha y los ajustes en producción”, explica Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.
Hasta hace unas semanas, tanto China como Estados Unidos estaban urgidos por alcanzar un entendimiento: el primero, para cubrir sus necesidades de fin de año; el segundo, para colocar una cosecha abundante. Sin embargo, la eliminación temporal de los derechos de exportación en Argentina cambió el tablero.
“La fuerte oferta argentina permitió que China comprara unos 40 barcos adicionales de soja, reduciendo su urgencia inmediata”, señala Romano. “Con Brasil iniciando la siembra más rápido de lo esperado, es posible que logre empalmar la ventana de baja oferta sudamericana con sus propios stocks, dejando a Estados Unidos con el problema de colocar su saldo exportable y presionando los precios FOB”.
Los productores norteamericanos se muestran molestos por la caída de precios, mientras el gobierno intenta compensar con subsidios financiados por los ingresos arancelarios derivados de la guerra comercial.
En cuanto al futuro inmediato, el especialista recomienda seguir de cerca los reportes de rinde en Estados Unidos y las perspectivas de siembra sudamericanas: “Brasil podría alcanzar entre 175 y 180 millones de toneladas, y en Argentina la producción de soja bajaría levemente por una mayor superficie destinada al maíz”, anticipa.
A nivel local, los exportadores declararon embarques de soja por un total de 40 millones de toneladas, aunque las compras a precio rondan los 30 millones y las operaciones a fijar, las 35 millones. “Calculan que necesitan originar unas 3 o 4 millones de toneladas más para cumplir con los compromisos de molienda y embarque, algo que al ritmo actual podrían lograr en una semana”, detalla Romano.
El otro desafío está en la administración de los dólares generados por esas operaciones. “Podemos estimar que se liquidó cerca del 35% del total, mientras el resto se transformó en colocaciones dolarizadas locales, lo que llevó las tasas de interés a niveles bajos o incluso negativos. Lo más sano sería destinar esos fondos a la compra de granos o al financiamiento de insumos”, plantea.
En materia de precios, el mercado se mueve entre la capacidad de pago con retenciones 0% y la vigente. “El rango razonable oscila entre 300 y 370 dólares por tonelada; entre esos valores actuará la oferta y la demanda”, resume el investigador.
El maíz argentino, por su parte, avanza con fuerza: la siembra cubre ya el 20% del área proyectada, siete puntos por encima del año pasado, aunque en zonas de Buenos Aires las lluvias excesivas demoran la implantación. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires proyecta una cosecha de 58 millones de toneladas, nueve más que el ciclo previo. Sin embargo, el ritmo de comercialización se mantiene rezagado: “Durante el período de retenciones cero apenas se vendieron 750.000 toneladas, y el total a precio llega al 50%, frente al 58% promedio para esta época del año”, indica Romano.
El trigo, en cambio, muestra una campaña muy favorable en términos productivos. Con 93% del cultivo en condición buena o excelente y una humedad adecuada en el 85% del área, se espera una producción de 22 millones de toneladas.
“Ya comenzó la cosecha en el NOA, con rindes iniciales cercanos a 10 quintales por hectárea”, detalla el analista. No obstante, advierte que la comercialización sigue muy por detrás de los promedios históricos: “Solo el 7% de la producción está vendida a precio, cuando lo normal sería el 18%. Si sumamos los negocios a fijar, alcanzamos un 17%, similar al año pasado, pero aún por debajo del 27% habitual. Esto anticipa una presión de cosecha importante”, concluye.
La necesidad de los compradores de desprenderse de pesos podría moderar el impacto en los precios, pero el escenario sigue siendo de alta volatilidad. Para Romano, el complejo agroexportador argentino transita un momento de reacomodamiento financiero y logístico, condicionado por la coyuntura internacional y las medidas locales.
Fuente: Universidad Austral
Primicias Rurales
Oct 5, 2025 | Economía / Economía del Agro, Opiniones
Sep 30, 2025 | Actualidad, Economía / Economía del Agro, Opiniones
Rosario, martes 30 septiembre (PR/25) — En apenas tres días, el régimen de derechos de exportación cero para la soja alteró por completo la dinámica local e internacional. Ventas anticipadas, exportadores sobrevendidos y precios que oscilaron entre entusiasmo y enojo marcan el pulso del mercado.
Este artículo corresponde a un análisis especial de Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, a raíz de las últimas noticias del sector:
El mercado de soja argentina vivió una semana histórica: la decisión de fijar retenciones en cero por apenas tres días disparó declaraciones de exportación por más de 12 millones de toneladas y generó un cimbronazo que todavía se siente en los precios.
“Cuando un factor cambia diametralmente la lógica de la formación de precios, dejamos atrás los fundamentos habituales y ponemos el foco en el hecho disruptivo. Y en este caso, fueron los tres días de retenciones cero”, explicó Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.
Exportadores sobrevendidos y precios tensos
Durante ese breve lapso, los exportadores se adelantaron y declararon ventas muy por encima de lo que efectivamente compraron. “La exportación declaró ventas por 14 millones de toneladas más de las que compró, trasladando un precio más bajo que la capacidad de pago sin retenciones, pero más alto que con derechos de exportación”, señaló Romano.
El inicio del programa llevó el precio interno de la soja 24/25 a la zona de 340 dólares, con picos de 360. Sin embargo, tras el cierre de la ventana impositiva, los valores retrocedieron a 330. “La mejora por baja de derechos de exportación era de 100 dólares por tonelada, pero la sobreoferta hizo que los precios FOB cedieran 30 dólares”, detalló.
Una pulseada entre productores y compradores
El analista advierte que ahora el mercado se ordenará en torno a la oferta y la demanda. Los compradores tienen la urgencia de cubrir físicamente entre 5 y 8 millones de toneladas, mientras que los productores, que anticiparon ventas sólo por un mes, disponen de un margen financiero limitado.
“El productor ya consideraba que los 300 dólares por tonelada eran un buen precio. Por eso, una mejora importante sobre esos valores tampoco es para desdeñar”, afirmó Romano.
Impacto internacional: presión sobre Chicago
La agresiva salida exportadora argentina también repercutió en el exterior. Argentina colocó al menos 20 barcos de poroto a China y 300.000 toneladas de aceite de soja a India, lo que redujo la necesidad de compras de soja estadounidense y presionó las cotizaciones en Chicago.
“Para colocar ese volumen tuvimos que aceptar precios más bajos, y eso generó el enojo de los farmers norteamericanos”, explicó el especialista.
Liquidez y riesgos para exportadores
El programa obligó a los exportadores a ingresar divisas de manera anticipada. De los 7.000 millones de dólares liquidados, sólo 1.500 habrían sido trasladados al productor. “Los 5.500 millones restantes quedaron en la tesorería de las compañías, lo que implica riesgos muy altos y puede llevarlos a ser más agresivos en sus compras”, apuntó Romano.
Precios: entre 280 y 380 dólares por tonelada
De cara al futuro, el mercado deberá descubrir su nuevo equilibrio. Según Romano, el techo podría ubicarse en 380 US$/tn (sin retenciones) y el piso en 280 US$/tn (con retenciones plenas).
“Ni compradores ni vendedores tienen hoy apuro. Los productores están cubiertos financieramente por un mes y los exportadores enfrentan el riesgo de administrar más de 5.500 millones de dólares en liquidez. La tensión se definirá entre esas dos fuerzas”, concluyó el investigador de la Universidad Austral.
Primicias Rurales
Fuente: Universidad Austral
Sep 30, 2025 | Actualidad, Economía / Economía del Agro, Opiniones
Sep 23, 2025 | Opiniones, Política
Por Lic. Arturo Flier
Buenos Aires, martes 23 septiembre (PR/25) — En ciencia política, el concepto de fides —de origen latino— alude a la confianza, la fe y la lealtad que se establecen entre gobernantes y gobernados. Es un intangible que sostiene la legitimidad de las instituciones y que, según Luhmann, permite reducir la complejidad social mediante expectativas de comportamiento.
La empatía, entendida como la capacidad de reconocer y comprender las necesidades y emociones de los otros, constituye otro pilar esencial de la representación política y de la gobernabilidad. Sin ambos elementos, el contrato social se debilita y el sistema político se expone a una crisis de representación.
El gobierno de Javier Milei construyó su legitimidad inicial sobre un relato disruptivo, con dos ejes centrales: estabilizar la economía y terminar con la “casta” política que empobrece a los argentinos. Su capital simbólico se apoyó en la expectativa de eficacia técnica y en la narrativa de ruptura más que en la construcción de consensos o en una sensibilidad social inclusiva.
Sin embargo, ese capital simbólico muestra acelerados signos de desgaste. Aunque la inflación interanual se redujo y el gobierno afirme que lo propio sucedió con la pobreza, la percepción social sigue marcada por la dificultad cotidiana: un 65 % de los encuestados afirmaba hasta antes de las elecciones bonaerenses que la situación económica era mala o muy mala, percepción que seguramente se incrementó a partir del resultado de las mismas. La brecha entre mejora estadística y experiencia vivida erosiona la fides depositada en el gobierno.
A ello se suman decisiones de alto impacto social ante sectores particularmente vulnerables—vetos en salud pediátrica, discapacidad, financiamiento universitario y jubilaciones — que generan la sensación de desconexión entre el diseño de la política pública y la vida real de la población. La ciencia política ha demostrado que las políticas percibidas como insensibles al bienestar colectivo alimentan la desafección democrática y debilitan la legitimidad de los gobiernos, aun cuando estos logren metas macroeconómicas.
En el plano político, la falta de experiencia de gran parte del gabinete ha limitado su capacidad de negociación en un Congreso fragmentado y carente de gobernadores o intendentes propios. Más preocupante aún es la ausencia de empatía en el discurso oficial hasta el tibio intento durante la presentación del presupuesto 2026 por cadena nacional.
No sólo no se reconocían las dificultades materiales de la población sino que se ha negado al adversario el derecho mismo a existir, aspecto que impide generar vínculos y construir coaliciones mínimas de gobernabilidad. De persistir esta dinámica, se habilita un escenario de crisis política que podría derivar en consecuencias más graves, incluyendo judicialización de responsabilidades, como en el caso Andis o Libra, este último ya en investigación aquí y en el exterior.
La situación es particularmente crítica frente al electorado pendular —que tradicionalmente representó entre el 20 % y el 25 % de los votantes— y que suele definir el resultado electoral. Hoy, ese segmento, el cual seguramente ha crecido, muestra desazón y creciente desafección ante la falta de opciones que lo representen, lo que eleva el riesgo de inestabilidad política y de nuevas olas de polarización.
La reconstrucción de fides y la recuperación de la empatía no son solo desafíos para el actual gobierno sino también para la oposición. La experiencia histórica enseña que cuando esos valores se erosionan, se abren las puertas a ciclos de conflictividad institucional y crisis de gobernabilidad que afectan a todo el sistema político. El aspecto positivo de este ciclo democrático argentino es que a pesar de las permanentes crisis económicas, el sistema de convivencia se ha mantenido desde 1983 con frecuentes alternancias.
Esperemos que quienes han abrevado en los códigos positivos de la política cuenten con la claridad suficiente para consensuar alianzas sólidas con vistas a un futuro gobierno antes que coaliciones meramente electorales. Considero no obstante, que se equivocan quienes piensan de modo binario que el próximo ciclo será exclusivamente peronista como tampoco debiera ser una reedición de la experiencia de Cambiemos cuando el PRO hegemonizó el gobierno siendo los otros partidos meros aliados parlamentarios.
Sería deseable que haya generosidad para acordar desde ya, habida cuenta de los consensos parlamentarios que se han alcanzado actualmente, un conjunto de propuestas concretas que brinden un horizonte de futuro inmediato a una población cansada ya de frustraciones puesto que dos años pueden resultar eternos.
Primicias Rurales