El Pontífice pidió que este encuentro, que se celebrará en el marco del Jubileo de la Esperanza, al concluir el año litúrgico, sirva como preparación “para convertirnos en valientes testigos de Cristo”.

En el camino hacia la JMJ que se celebrará en Corea del Sur en 2027, el Papa León XIV invitó a reflexionar en dos aspectos del testimonio cristiano: la amistad con Jesús y el compromiso de cada uno en la sociedad.

“El testimonio cristiano nace de la amistad con el Señor, crucificado y resucitado para la salvación de todos. Esta no debe confundirse con una propaganda ideológica, sino que es un verdadero principio de transformación interior y de sensibilización social”, señaló el Pontífice.

En este sentido, añadió que cuando el Señor envía a dar testimonio es señal de que “nos considera sus amigos” y conoce de manera plena “el corazón de cada uno de ustedes, jóvenes”, que vibra de indignación ante las injusticias y tiene “deseo de verdad y belleza, de alegría y de paz”.

“No nos quiere como siervos, ni como ‘activistas’ de un partido; nos llama a estar con Él como amigos, para que nuestra vida sea renovada. Y el testimonio surge espontáneamente de la alegre novedad de esta amistad”, explicó a continuación.

No hay respuestas “en el desplazamiento infinito de la pantalla del móvil”

Poniendo de ejemplo a San Juan Evangelista, que se define como “el discípulo al que Jesús amaba”, León XIV subrayó “que el testimonio cristiano es fruto de la relación de fe y amor con Jesús, en quien encontramos la salvación de nuestra vida”.

Del mismo modo, en referencia a San Juan Bautista, que siempre apuntó a Cristo en su predicación, el Pontífice señaló que el verdadero testigo “no tiene como objetivo ocupar el centro del escenario”, sino que “es humilde e interiormente libre, ante todo de sí mismo, es decir, de la pretensión de ser el centro de atención”.

Discípulos, misioneros, mártires

Respecto del compromiso del testigo cristiano con el mundo, León XIV expuso a los jóvenes que “con la ayuda del Espíritu Santo pueden convertirse en misioneros de Cristo en el mundo”, poniéndose al lado de otros de su generación para “caminar con ellos y mostrarles que Dios, en Jesús, se ha hecho cercano a cada persona”.

Consciente de que “no siempre es fácil dar testimonio”, porque el discípulo “experimenta en primera persona el rechazo y, a veces, incluso la oposición violenta”, el Pontífice animó a considerar estas dificultades como una ocasión propicia “para poner en práctica el mandamiento más alto” que consiste en amar a los enemigos.

“Esto es lo que han hecho los mártires desde los inicios de la Iglesia”, añadió León XIV, quien recordó que el derramamiento de sangre por Cristo no es “una historia que pertenece sólo al pasado”.

Fraternidad frente a polarización

Por último, el mensaje del Papa León XIV expone que, de la amistad con Cristo, nace “una forma de vivir que lleva consigo el carácter de la fraternidad” que debe liberarnos “de la indiferencia y de la pereza espiritual, haciéndonos superar el aislamiento y la desconfianza”.

“No sigan a quienes utilizan las palabras de la fe para dividir; organícense, en cambio, para eliminar las desigualdades y reconciliar a las comunidades polarizadas y oprimidas”, añadió el Pontífice.

En su despedida, León XIV llamó a los jóvenes a acoger el don del vínculo con la Virgen María, sustanciado al pie de la Cruz con San Juan evangelista, cultivándolo especialmente con la oración del Rosario.

“Así, en cada situación de la vida, experimentaremos que nunca estamos solos, sino que siempre somos hijos amados, perdonados y animados por Dios. De todo esto, ¡den testimonio con alegría!”, concluyó.

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Fuente: ACI Prensa